martes, 30 de abril de 2024

ÁNIMA obra de Marianela Aparicio Yuja ACLAMADA PIANISTA BOLIVIANA

Marianela

Aparicio

Yuja

ACLAMADA PIANISTA BOLIVIANA

Escribe

JULIO RÍOS CALDERÓN

ÁNIMA

ÁNIMA –significa en latín ALMA–, y es el título de la obra de la aclamada y talentosa pianista boliviana, Marianela Aparicio Yuja. Una obra, sin vacilación alguna, extraordinaria “y con alma” en el teclado del piano en el que las delicadas y finas manos de la artista, resbalan afanosas con el más puro sentimiento para transmitir la riqueza del acervo musical del Oriente hecho poesía.

Editado por VIRTUOSO Records, primer sello de música clásica y contemporánea de la Argentina, Marianela ejecuta y arregla en sus propias partituras los temas Sombrero de Sao, Jumechi, Alma Cruceña, Niña Camba, Cementerio de los Elefantes y Tierra Salada. Un hexágono –metafísicamente hablando–, que asoma un polígono musical magistral de seis lados y seis vértices. Cuando todos sus lados y ángulos son iguales, diremos que es un hexágono rociado de armonía.

El alma de la composición Sombrero de Saó que deviene del poeta riberalteño Pedro Shimose, inspira a Marianela a deletrear en sutiles, delicados y solemnes arreglos sonoros, en el que utiliza el principio clásico de tema con variaciones con una reexposición del tema en modo menor, que entre arpegios, cadensas, ritmo y genial musicalidad, pone de relieve en el pentragrama el canto que dice: “A esa pelada yo le regalaré/ para la fiesta un sombrero de saó/ pa que se tape y me tape a mí también/ cuando yo la bese debajo'el Ocoró”.

Del hexágono musical aparece el taquirari o carnavalito “Jumechi” de Godofredo Núñez Chávez, compositor cruceño incansable, alegre, picaresco y risueño, características de una persona que lo traducía en sus letras: “Otra vez viene el borracho/ gritando con hipo/ y el tufo a jumechi/ Y pa' qué tomará/ tanto escandalo que hace/ y así lo quiero dejar”. El alma, en consecuencia, de Marianela se alínea a la figura jososa de Godofredo, en medio de un fraseo al que añade su técnica pianística profundamente traslucida en melodía, acordes, escalas en medio de un pasmoso adiestramiento de las manos en la ejecución musical que asombra, admira y nos hace perder todo posible contacto con la desvaída relidad que nos rodea. Expone pues el tema entre puentes y variaciones sobre el contenido, en medio de contrastes en la dinámica, siempre con fuerza y energía. Es casi un estudio de arpegios, que culmina con un desbordante e intenso final.

“Alma Cruceña”, es el tercer título, compuesto por Raúl Otero Reiche y Jorge Luna, un vals recóndito e insoldable de carácter romántico ideal para la voz de Gladys Moreno o la guitarra de Piraí Vaca, donde el arreglo de Marianela se cierne fantástico y hace hablar a su instrumento, esa gran letra que dice: “Cielo azules de ensueños/ siempre llenos de luz y de amor/ esta noche romántica sueño/ con tus lindas mujeres en flor”. Toca la artista como si fuera una poetisa del piano, una referencia a Chopin cuando componía un nocturno o un scherzo. Es  el arreglo más clásico de la serie. Su introducción, de un romanticismo intenso y rico en armonía, abre el paso a ese vals melancólico y elegante, lleno de colores, voces y consonancias que se entrelazan. 

“Niña Camba”, correspónde al cuarto tema de ÁNIMA, orientado hacia fines traslendentales en que el nombre de César Espada, alumbra la canción capaz de hacer girar las cuerdas vucales sobre las insospechadas melodías del sentimiento cruceño. ¡Grande César!, compositor, guitarrista arreglista, director coral: “Niña al recordar/ hoy tus ojos tan fijos en mi/, veo el mar, la playa y el sol/ horizontes que no conocí./ Mi canto reclama tu voz/ y yo la flor de tu piel/ y esta noche niña de lejos/ te siento venir”. El arreglo de Marianela inscribe en la partitura el sabor, el recuerdo, la tristeza evocada en la letra de César, combinando ritmos sincopados por los acordes jazzisticos que impone, para darle matices propios de una íntérprete que transmuta esta melodía en música clásica del más alto nivel, y vaciar en una técnica de prodigiosa digitación todo el espíritu del autor.

“Cementerio de los elefantes”, el quinto tema de ÁNIMA, es un tema compuesto por Huáscar Bolivar. Fue creada a partir de una recopilación de todos los fragmentos compuestos para la musicalización de la película con el mismo nombre. Originalmente Huáscar Bolívar trabajó la música para cuarteto de cuerdas y recopiló los fragmentos de tal manera de aumentar nuevos episodios. Luego cambió los instrumentos para que Rubén Darío Reina y Marianela Aparicio, la interpreten.

Concluye el álbum con la obra “Tierra Salada”, que integra la obra de Marianela, y con un estilo totalmente distinto, una creación del compositor boliviano Huáscar Bolívar, que transmite la pianista, una conexión profunda con lo más íntimo, evocando una amplia gama de imágenes y emociones profundas puestas de manifiesto.

Por intermedio de ÁNIMA, la gran pianista se postuló al SUPER GRAMMY AMERICANO en tres categorías de mejor arreglo de música clásica, mejor composición contemporánea y mejor disco de música clásica. ÁNIMA, sin duda, queda registrada la incursión de Marianela en el mundo de la composición, con la serie de arreglos de su autoría centrados en adaptar composiciones icónicas del repertorio tradicional del oriente boliviano a un lenguaje pianístico universal clásico. Aprovecha todas las características y el potencial sonoro del piano, en una fusión perfecta entre la alegría y simplicidad de la música oriental junto al virtuosismo y variedad de recursos estilísticos del mundo clásico, dejando un archivo escrito de estas obras para su trascendencia en el tiempo.

En una semanas, saldrán a la luz pública, los dos libros con las partituras de todo el disco: el primero con el contenido de Huáscar Bolívar, y el segundo con los arreglos de la música del Oriente Boliviano de Marianela Aparicio Yuja, patrocinados por María Teresa Rivera-Stahlie.

 

Marianela Ibeliz Aparicio Yuja, talentosa, versátil y bella. Asoma en su residencia, una bellísimo piano de media cola marca YAMAHA, en el que trabaja a sus anchas. Empezó sus estudios musicales en el Instituto Laredo de Cochabamba, su ciudad natal. Fue becada por el Gobierno francés para participar de dos festivales en las ciudades de Niza y París. También ha realizado estudios en Cuba con la jefa de cátedra del Instituto Superior de Arte de La Habana. Para su perfeccionamiento, viaja frecuentemente a Argentina a fin de tomar clases con el maestro Antonio de Racco, uno de los más célebres instructores de piano.

El resto de sus estudios los ha realizado en el país. Ganó numerosos concursos. Actualmente trabaja como coordinadora de Cultura en la Universidad Privada de Bolivia (UPB) desde hace tres años, tiempo en el que ha conseguido consolidar un coro y talleres de danza jazz, folklore, teatro y la Orquesta de Cámara. Está casada con Sergio Asbún, administrador de empresas.

Se considera una artista polifacética, pues es administrativa, pianista y también esposa y madre. Marianela es una mujer totalmente realizada, con una familia unida, dos hermosos hijos y una carrera de pianista que le ha dado muchísimas alegrías y que por sobre todo es una profesión que escogió por vocación. Es apasionada, luchadora, intrépida, de fuerte personalidad y paso decidido y firme. Trabaja incansablemente por difundir la música clásica en Bolivia y la música boliviana en las distintas regiones del país y del mundo.

Es directora artística y gestora del Festival Internacional de piano Encuentros que se realizó por primera vez en agosto de este año donde el concierto de gala de cierre del Festival fue a dos pianos.

Se destacan también varios premios obtenidos en concursos nacionales de piano, Premio TOYP 1996 (The Outstanding Young People), mención logros culturales, participaciones en Festivales Nacionales e Internacionales en Francia, Brasil, Venezuela y Argentina.

Proviene de una familia muy unida que aprecia mucho el arte, la música. De hecho sus recuerdos de infancia siempre están enmarcados con un entorno musical. La música era un elemento del día a día. Recuerda resonar la guitarra, la armónica y el canto de su padre o el acordeón de su madre. Muchas veces hacían reuniones musicales donde incluso su padre los grababa a todos cantando. 

Recuerda escuchar constantemente la reproducción de discos de Zarzuela (incluso me sabia las letras de muchas de ellas), del concierto de Tchaikovski y tantos otros, que además acompañaban muchas veces el estudio de sus hermanos mayores. De hecho su padre que tiene una voz hermosa fue parte de varias producciones de zarzuela realizadas en Bolivia antes de que ella naciera. Las navidades eran únicas porque no faltaban los cantos entre ellos. Y fue justamente en una de esas navidades que ella le pidió al niño Jesús que me traiga de regalo un piano.

 

 

Julio Ríos Calderón, nació en LA PAZ BOLIVIA, el 12 de julio de 1956. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, estudió en las universidades Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, Sucre y Universidad Católica San Pablo de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de la Jolla, en San Diego California USA. Ha sido Presidente y Director General CEO de la revista especializada en turismo GBT. Ha ganado el PREMIO INTERNACIONAL DE PERIODISMO MARRIOTT GOLDEN CIRCLE AWARD. Como periodista ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Centroamérica, Norteamérica y Europa.  Es escritor, periodista y crítico de arte. Es columnista del periódico PÁGINA SIETE de la ciudad de La Paz. Sus padres fueron Mario D. Ríos Gastelú, escritor y periodista, y Elva Calderón de Ríos, profesora de lenguaje. Tiene un hijo Juan-Cristóbal Ríos, cineasta: escribió la película boliviana QUIEN MATÓ A LA LLAMITA BLANCA. Por otra parte, hizo estudios de filosofía contemporánea. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), EL ALTO PARA TODOS (2017), Historia de ALCOS (2021), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023). 

 © 2024

Editado por VIRTUOSO Records, primer sello de música clásica y contemporánea de la Argentina, Marianela ejecuta y arregla en sus propias partituras los temas Sombrero de Sao, Jumechi, Alma Cruceña, Niña Camba, Cementerio de los Elefantes y Tierra Salada. Un hexágono –metafísicamente hablando–, que asoma un polígono musical magistral de seis lados y seis vértices. Cuando todos sus lados y ángulos son iguales, diremos que es un hexágono rociado de armonía.

EL HADA MADRINA

Se expresa que “todos los caminos conducen a Roma”, y mi amistad con María Teresa Rivera de Stahlie, asoma cuatro circunstancias. Su sobrino carnal Roberto Suárez Rivera, fue mi compañero de curso en el colegio. La conocí por primera vez en la SOCIEDAD CORAL BOLIVIANA. Hizo mucho por la música y se vinculó culturalmente por intermedio de la SOCIEDAD FILARMÓNICA DE LA CIUDAD DE LA PAZ, a mi padre Mario D. Ríos Gastelú, periodista y escritor. Finalmente referir que nació en Oruro, Bolivia, igual que papá.

La pianista, investigadora y mecenas de la cultura, Maria Teresa Rivera de Stahlie, con residencia en España desde hace más de 30 años, es autora de los libros “El Ballet en Bolivia” y “La Ópera en Bolivia”, sus artículos y escritos recopilados en un libro son consecuencia de su formación en el Conservatorio Nacional de Música de La Paz.  

Su estrecha vinculación con el mundo musical de nuestro país, pese a la distancia física, y su incansable labor de investigación, le permiten ser una fuente importante de información algo que contribuye no sólo al conocimiento de lo que sucede en música en Bolivia, sino también a enriquecer, de forma trascendente, la todavía escasa bibliografía boliviana en torno a la música.

Teresa Rivera, es “el Hada Madrina” de ÄNIMA. Fue la feliz iniciativa suya, la que compartió con la destacada y talentosa pianista Marianela Aparicio, quien inmediatamente puso en práctica la obra con excelentes resultados.

 

 

 

 

 

 

j