Cochabamba en tiempos de
LA COVID
Julio Ríos Calderón
Página Siete, 14 de septiembre de 2022
¡Oh Cochabamba
querida, ciudad de mágico encanto! son los versos de una hermosa canción con
ritmo de taquirari; sin vacilación, una de las mejores composiciones dedicadas
a este Departamento. ¿Quién no ha escuchado las inolvidables melodías de esta
copla que es característica de esta región acogedora, médula del territorio
boliviano? La escribió Jorge Rubén Ramírez Santillán, más
conocido con el seudónimo de Jaime del Río. El año 2013, una ley congresal declaró
a la composición “patrimonio cultural intangible del departamento boliviano”.
Cochabamba,
referida con sentimiento, como “la Llajta” es y será siempre el referente de la
ciudad de los jardines de Bolivia: en el mapa del país, un corazón articulador
de la unidad de los bolivianos y el progreso de todos.
Resonar el 14 de
septiembre, efeméride del entrañable departamento de Cochabamba, es elevar un
homenaje a la revolución, es levantar testimonio a sus héroes que legaron su
sangre por esta tierra promisoria. Fue el 14 de septiembre de
1810 cuando el caudillo Esteban Arce, quien nació en Tarata (1770), acompañado
de Francisco del Rivero y un grupo de valerosos patriotas organizaron la toma
del cuartel realista, símbolo del poder y totalitarismo de la Corona española,
acontecimiento que derivó en la instauración de un gobierno revolucionario y el
inicio de la lucha por cerca de 15 años hasta lograr la independencia total en
todo el país en 1825.
Como parte de
esta lucha independentista un grupo de mujeres se atrincheraron en la colina de
San Sebastián, en el lugar conocido como la Coronilla, y protagonizaron una
valerosa batalla contra el ejército enemigo. Durante tres horas los soldados
realistas dispararon contra las revolucionarias en cuatro flancos, falleciendo
30 de ellas. Hoy se preguntan en todo el mundo, ¿qué pasó con estos espíritus
valientes? La respuesta es rimbombante: murieron en el campo de honor.
Hoy Cochabamba,
con avenidas, áreas verdes y arboledas cultivadas, parques, prados y jardines,
remansos de lagunas, hermosos sauces donde muchas parejas se besaron, es el
edén de Bolivia, poblado de algarrobos, ceibos y tarcos, en cuyas hojas
expandidas asoman pájaros musicales.
Es también el
menú para agasajar los paladares del mundo; es la naturaleza mágica del
Chapare; es arte, cultura, turismo, antropología y más. En los márgenes del
Instituto Laredo, se respira el aire que conduce a retrotraer músicos de tres
generaciones, entre ellos el compositor Franklin Anaya.
Al pie de sus
amigables troncos se construyen hornos de pan con aroma a eucalipto para
mitigar el apetito de fornidos labradores, junto a la “chicha buena” que alegra
corazones y atiza amistades. Cuenta con el mayor mercado al soplo libre de
Sudamérica, llamado La Cancha.
Cochabamba
vanidosa de sus tenencias en bosques, en diversidad y en genoma, es el “parque
de la Media Luna del Tunari” con sus cotas respetadas y proyectos de árboles,
lagunas y camélidos. “Carrasco” sin madereros no cocales exagerados.
“Isiboro-Sécure” intocados. “Covendo”, “Altamachi”, “Cocapata” en Ayopaya.
Superficies de inmovilización de florestas con felinos y exóticas aves en
nirvanas naturales.
En sus barrios
perviven distintas ferias que aportan al desarrollo del departamento. En años
recientes se encontraron en Cochabamba importantes reservas de gas natural, lo
que la convierte en uno de los principales departamentos productores de este
energético.
Los cochabambinos
se sienten orgullosos de haber nacido en este valle florido, cuna de grandes personalidades
que cambiaron la historia del país, como Adela Zamudio. Gran orador fue Marcelo
Quiroga Santa Cruz; tenía fuego en la voz. Intelectual de relevante formación,
su libro LOS DESHABITADOS, es su mejor legado literario. Leer a Armando Soriano
Badani, embelesa por la calidad de su escritura, la maestría en sus versos.
Aportó con su obra al enriquecimiento del arte y la cultura. Augusto Céspedes,
trabajó en los últimos años su columna editorial diaria en el periódico HOY. En 30 líneas escritas a máquina y en 15 minutos
(hoy 2.300 caracteres), sus críticas asomaban devastadoras. Mezclaba el
periodismo de batalla y la sátira en dosis letales. Jaime Laredo, eximio y
talentoso violinista, ganó el primer premio en el concurso internacional de
violín Reina Isabel de Bruselas en mayo de 1959, dejando a Bolivia con la mejor
imagen de la música clásica. Simón I. Patiño, se inició en la mina Huanchaca, como laborero. Su éxito fue el
descubrimiento de una veta muy rica el año 1900, en la mina La Salvadora, en el
cerro Llallagua de Potosí. Formó un
complejo importante con las minas de Llallagua, Catavi, Uncía y Huanuni, entre
otras. Para transportar minerales construyó el Ferrocarril Machacamarca Uncía
en 1911.
La cultura de
Cochabamba se basa en sus creencias, tradiciones y costumbres. Entre sus
peregrinajes de fe está una de las más importantes festividades religiosas de
Bolivia. La Virgen de Urkupiña, denominada también “patrona de la integración
nacional”, da cita a los católicos y visitantes extranjeros, sumiéndose en la
dualidad de una celebración religiosa, como una expresión auténtica de rigor y
devoción de millones de fieles.