ARTISTAS
PLÁSTICOS EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
El
arte NAIF DE
Luisa CAETANO
OBRA
PICTORICA
PRIMOROSAMENTE
ELABORADA
La pintora naif Luiza
Caetano nace en Venda do Pinheiro, Mafra, en Portugal. Siempre estuvo fascinada
por las bellas artes y comienza cursos de carámica, azulejos y pintura. Su
primera exposición, de la mano del Director del Casino de Estoril Gallery, Sr.
Nuno Carvalho Lima, tuvo lugar en el año 1988. Ha participado en numerosas
exposiciones colectivas, tanto en Portugal, como en EE.UU., Brasil, Turquia,
Suiza, Francia, España, Bélgica, Alemania, Eslovenia, Bratislava, Cabo Verde,
Macao e Italia, entre otros.
Ha realizado más de
una treintena de exposiciones individuales, entre las que destacan
"Homenaje a Botero" en Bruselas, por invitación de Camões Instituto
en Roma, 2011/2012. Participa de manera especial en el Festival Mundial de Arte
Naïf en Katowice, Francia, y en la conmemoración del Centenario de Henri Rousseau,
tambien en Francia
Luiza Caetano, además
de pintora, es una notable poetisa que, pintando letras, expresa sus
sentimientos. El crítico de arte brasileño Oscar Ambrose teje la obra de los
elogios de artistas, mencionándola en su sitio. Mariza Campos da Paz, Directora
de MIAN Internacional Museo Brasil, la describe como "La poetisa de los
pinceles.
Tiene obra permanente
en la famosa Galería de Arte "Tel Aviv Gina's", y ha sido galardonada
con el 1er. Premio y Premio de Turismo Costa del Sol en la Galería de Arte del
Casino de Estoril, Portugal. 1er. Premio Embajada de Portugal en Cabo Verde. 3er. Premio en Centro Cultural Galileo, del Ayuntamiento de Madrid, España. -
Dos primeros premios en Salónes de Lousa, Portugal. Más de una veintena de
Menciones de Honor en Portugal y en el extranjero.
Tambien está galardonada como Miembro de la Academia Internazionale "Greci Marino". Academia del Verbano Di Lettere, Arti, Scienze, estando su obra reprensentada en diferentes Museos y colecciones particulares de todo el mundo.
Luiza habla por sí misma. Fue entonces cuando muchas personas se involucraron, amándose y queriéndonos como en un abrazo mágico. Conocí a Luiza, gracias a mi contacto con la artista plástica española, Crucita Gutiérrez Segovia, ambas representantes de la tendencia y estilo naif. Visité su página de arte y advertí cuán grande es su arte.
Unió las formas y los personajes con sus palabras, mezclando estos dos universos de forma única, inundando el espacio virtual con lo que mejor sabe hacer, la danza de las palabras, con sus coloridas e ingenuas figuras como telón de fondo, haciendo del arte de Naif algo visto y apreciado en todo el mundo.
¡Cuánto arte! A partir de ahí, pasamos a formar parte de la lista de amigos. Me gustaba publicar su trabajo, que siempre me agradecía. Ella no percibía que quién debía agradecer todo aquello, éramos nosotros, sus amigos y todos los que pasábamos por allí.
Luiza fue modesta. Su vanidad, tal vez, en la perfección de su obra y su amor por Portugal. Era fuerte. Ella era dulce. Afrontó su enfermedad con valentía, y fue con un breve anuncio de que iba a estar ausente durante un tiempo, por necesidad, que nos dio una idea de lo que estaba pasando.
Cuando una artista nos deja, su arte no permite que la ausencia se instale. La echamos de menos, la persona entrañable que siempre tenía una palabra amable y cariñosa para sus amigos.
Lo que percibo es que hoy en día esto sigue existiendo, de forma inversa. Recorrer la página de Luiza es una hermosa prueba del cariño y la admiración que le tienen sus amigos. Son sus obras, sus pinturas y sus poemas, los que aún colorean nuestras páginas. Luiza hizo historia.
Es una pintora portuguesa sin duda. Ya sea por la
historia de su vida o por los cuadros que crea, Luiza Caetano fascina a quienes
conocen su obra, tanto por la versatilidad de sus temas como por su capacidad
para innovar centrándose en los más variados aspectos de la vida de las tribus
de las colinas portuguesas, es decir, de los campesinos que viven en las
afueras de Lisboa. Sin embargo, además de este visible regionalismo, la forma
artística que la artista utiliza al tratar estos temas confiere a su obra una
profunda dimensión universal.
Nacida en la aldea de Venda do Pinheiro, en Mafra, cerca
de Lisboa, en 1946, Luiza tuvo una infancia pobre, similar a la de muchas
mujeres de la región, habitada por gente con poca educación. Sin embargo, fue
en este universo donde vio las imágenes que luego cristalizarían en pinturas,
como Aldeia saloia, Burro saloio o Festas da minha aldeia.
Luiza, que se define como "huérfana de padres, hijos
y maridos", empezó a trabajar en una fábrica de tejidos, como obrera, a
los 11 años. A los 18 años se trasladó a Lisboa. Entonces empezó a vivir la
rutina de trabajar durante el día y estudiar por la noche. Se licenció en
Filosofía y empezó a escribir poemas y relatos cortos, publicando algunos en
periódicos.
La observadora e inquieta Luiza tenía mucho material para
ello, y viajó por Asia, Europa, México y las Indias, en avión, haciendo
autostop, en fin, de cualquier manera. Durante este periodo, también se
aficionó a la pintura. Entonces empezó a asistir a exposiciones y a pensar en
dibujar algo, incluso sin haber asistido a ninguna academia de arte, hecho que
la caracteriza como una auténtica naïf.
En 1988, se produjo la gran ruptura. Luiza compró
pinceles, pinturas y lienzos. "Empecé a manchar todo lo que me
rodeaba", dice. El resultado llamó la atención de un amigo pintor, que
llevó sus cuadros a la Galería de Arte del Casino Estoril, un prestigioso
espacio portugués situado en un complejo similar a Las Vegas.
Luiza fue aceptada en el Salón local de Naïf, celebrado
anualmente y considerado uno de los mejores de Europa, e inició una carrera que
hoy incluye exposiciones en Portugal y en el extranjero, principalmente en
España, Francia, Alemania, Cabo Verde, Bélgica, Estados Unidos y Brasil, además
de formar parte de importantes colecciones internacionales y haber participado
en la fundación, en 1989, de la Asociación de Pintores Primitivos Modernos de
Portugal.
Luiza también formó parte de la exposición inaugural del
Museo de Arte Primitivo Moderno de Guimarães, en Portugal, con dos cuadros muy
distintos: un Adán y Eva paradisíacos ante la manzana del pecado y una visión
del puente 25 de abril con una cruz inclinada como si bendijera el río Tajo.
Esta pequeña intrusión de lo fantástico en el lienzo da un encanto especial a
la obra de Luiza y la hace destacar en el panorama de los naifs portugueses.
Premiada por la Embajada de Portugal en Cabo Verde, en
1996, y en el XVII Salón de Arte Naif, Galería Casino Estoril, en 1997, Luiza
no duda en definir el trabajo que realiza: "La pintura representa una vía
de escape donde libero las tensiones y el estrés de la vida cotidiana, donde
cristalizo algunas emociones y recuerdos. La pintura vino a sustituir la
necesidad que tenía de escribir y, de hecho, desde que pinto, no he podido
escribir más poesía ni cuentos", dice. Incluso se arriesga a dar una
explicación: "Trabajo en las oficinas de una gran multinacional, Renault,
donde mis funciones incluyen precisamente pasar el día escribiendo".
Entre los pintores que la motivan a seguir con su oficio
de pintora, Luiza destaca a Henri Rousseau, el padre de los naifs; Frida Khalo
y Diego Rivera, que han pintado juntos; así como el colombiano Botero y el
brasileño Tarsila do Amaral. En la poesía, menciona a Manuel Bandeira, Florbela
Espanca, Eugênio de Andrade y Fernando Pessoa, a quien también ha retratado
junto a Charles Chaplin, frente al famoso Café Lisboa.
Entre los escritores, hay una interesante preferencia por
los grandes maestros del realismo fantástico, como Kafka y Gabriel García
Márquez, así como por su compatriota José Saramago. Sus cuadros, en cierto
aspecto, se acercan a veces a esta tendencia, pues aunque se basan en
situaciones cotidianas, siempre hay algún elemento, por pequeño que sea, de
irrealidad, que atribuye cierto simbolismo al lienzo.
Este recurso se hace más evidente en el tratamiento que el artista portugués da a las proporciones, como ocurre, por ejemplo, en el cuadro O Fado - Homenagem a Amália Rodrigues, en el que la gran cantante de fados se muestra cuatro veces más grande que los espectadores de su espectáculo y los músicos que la acompañan, así como las presencias significativas y misteriosas, en los azulejos de las paredes de la casa de fados, de Santo Antônio de Lisboa y Fernando Pessoa.
By Julio Ríos
Two women, one
totally nude and the other in a very low-cut dress exposing a bare breast,
through the dress painted with the naked body underneath.
Luisa Caetano is one
of the most important naïf painters. Her quality of capturing on canvas that
characteristic of pictorial innocence and framing herself in brushstrokes that
could be those of a child, but that is precisely where her talent lies. It is
worth mentioning his ability to make the nude into a tender, delicate portrait
with generous anatomy.
In addition to the
villages and scenes of Salóias, Luiza paints corners of Portugal, such as
Guimarães. Music in Oliveira square and White storks in Arraiolos castle. The history
of Portugal is also present in her work, with the canvas Festejando o 25 de
abril no Pelourinho (Celebrating the 25th of April in Pelourinho) standing out.
Men, women and children dance and sing, all wearing the traditional red
carnations that crown Portuguese democracy.
Paintings such as
Vasco de Gama's Departure for India, which praises the Portuguese maritime
enterprise, Terras de Vera Cruz, in which Brazilian beaches appear as
paradisiacal places, with coconut trees, birds and calm waves, and Father
Antônio Vieira's Sermon to the Indians of Brazil, marked by the presence of
colourful macaws contrasting with the white sails of Portuguese caravels,
confirm the artist's concern for Portuguese roots.
During her visit to
Brazil for the opening of the exhibition Naïfs Portugueses Redescobrem o
Brasil, the Swiss consul in Rio de Janeiro asked her to paint a canvas on the
Portuguese discoveries, with the caravels arriving in Brazil, based on the
artist's paintings on these themes.
Luiza was reluctant,
but accepted the task. "It is difficult for me to work on commission, but
I will recreate the theme. I really like a challenge," she said. She will
certainly have no difficulty, since in paintings such as Va, pensiero and
Deusas do rio the relationship between boats and water is treated with
simplicity and touches of creativity.
The eclecticism of
Luiza's themes is surprising in its diversity. If the popular festivals of
Lisbon, in the well-known Alfama district, could not be absent in a true
Portuguese painter, as in Prece das noivas a Santo Antônio, the agrarian
universe, when present, is usually also shown in cheerful scenes, such as
Apanhadores de melão or Apanhando tomate, as well as a colourful Homem de
malmequeres, selling his flowers in a street in the centre of the painting. In
the background, hundreds of small spots of various shades, indicating the most
varied types of plantations.
We referred to
Luiza's naïf art in some paintings as masterly in the line of eroticism, as
illustrated in this chronicle by a first painting of two women: one dressed in
an asul skirt, her naked torso allowing a glimpse of the tenderness of the
breasts of one of the protagonists, accompanied by another wearing a very
low-cut light blue dress and a breast with a beautifully elaborated nipple,
which again brings back an image sprinkled with tenderness.
The second painting in this commentary highlights a totally nude woman with attractive breasts, appreciated in the innocence of the style, the canvas with a woman fully clothed in bare skin, serving a rose which takes the place of the inner garment known as a truza.
When it comes to painted women, playing an instrument, or
alone, the naked body is always present, on the canvas, through the costume
that Luiza paints it, the naked body underneath.
There is also The
Wine Orgy, in which men and women appear playing instruments and treading
grapes. In the upper part of the painting, the windmills give harmony to the
scene and, on the right, a gentleman in a dinner jacket drinks, immersed in
luxury, the result of the peasants' hard work.
There are also more
romantic scenes, such as that of Namoro, in the middle of a field in full
bloom, or that of a girl alone in an equally paradisiacal field, in Malmequer
Bem me quer, but Luiza's greatest strength seems to lie precisely in the
originality with which he shows everyday life in the countryside. The images
appear naturally, without affectation, enchanting at first sight.
Looking closely at Luiza Caetano's paintings is a rest for the eyes. Contemplating the images she offers us is not only a visit to Portugal, but, above all, an immersion in a universe of precise and decisive brushstrokes that give her paintings a universal dimension, placing her among the main expressions of naïf painting throughout the world, as the artist manages to extract what is universal in the life of the Portuguese countryside.
Julio Ríos
Luisa Caetano, es una
de las más importantes culturas de la pintura naif. Destaca la calidad de
plasmar en el lienzo esa característica de inocencia pictórica y enmarcarse en
las pinceladas que podrían ser de un niño, pero ahí está precisamente su
talento. Cabe mencionar su capacidad de hacer del desnudo un retrato tierno,
delicado y de generosa anatomía.
Además de las aldeas
y escenas de Salóias, Luiza pinta rincones de Portugal, como Guimarães. Música
en la plaza de Oliveira y Cigüeñas blancas en el castillo de Arraiolos. La
historia de Portugal también está presente en su obra, destacando el lienzo
Festejando o 25 de abril no Pelourinho. Hombres, mujeres y niños bailan y
cantan, todos con los tradicionales claveles rojos que coronan la democracia
portuguesa.
Cuadros como Salida
hacia la India de Vasco de Gama, que alaba la empresa marítima portuguesa,
Terras de Vera Cruz, en el que las playas brasileñas aparecen como lugares
paradisíacos, con cocoteros, pájaros y olas tranquilas, y el Sermón a los
indios de Brasil del padre Antônio Vieira, marcado por la presencia de
guacamayos de colores que contrastan con las velas blancas de las carabelas
portuguesas, confirman la preocupación del artista por las raíces portuguesas.
Durante su visita al
Brasil para la inauguración de la exposición Naïfs Portugueses Redescobrem o
Brasil, el cónsul suizo en Río de Janeiro le pidió que pintara un lienzo sobre
los descubrimientos portugueses, con las carabelas que llegaban a Brasil,
basándose en los cuadros de la artista sobre estos temas.
Luiza era reacia,
pero aceptó la tarea. "Es difícil para mí trabajar por encargo, pero
recrearé el tema. Me gustan mucho los retos", declaró. Seguramente no
tendrá dificultades, ya que en cuadros como Va, pensiero y Deusas do rio la
relación entre los barcos y el agua está tratada con sencillez y toques de
creatividad.
El eclecticismo de
los temas de Luiza sorprende por su diversidad. Si las fiestas populares de
Lisboa, en el conocido barrio de Alfama, no podían faltar en un auténtico
pintor portugués, como ocurre en Prece das noivas a Santo Antônio; el universo
agrario, cuando está presente, suele mostrarse también en escenas alegres, como
Apanhadores de melão o Apanhando tomate, además de un colorido Homem de
malmequeres, vendiendo sus flores en una calle del centro del cuadro. En el
fondo, cientos de pequeñas manchas de diversas tonalidades, que indican los más
variados tipos de plantaciones.
Referíamos el arte
naif de Luiza en algunos cuadros, como magistral en la línea del erotismo, como
ilustra esta crónica un primer cuadro suyo de dos mujeres: una vestida con
falda asul y el torso desnudo permitiendo entrever la ternura que entreveran
los pechos desarropados de una de las protagonistas, a quien acompaña otra
luciendo un atuendo celeste muy escotado y un pecho con el pezón primorosamente
elaborado, que vuelva a retrotraer una imagen rociada de ternura.
El segundo cuadro
inscrito en este comentario, pone de relieve una mujer totalmente desnuda con
pechos atractivos y apreciados en la inocencia del estilo, el lienzo con una
mujer totalmente vestida de piel desnuda, sirviendo una rosa que toma el lugar
de la prenda interna conocida como truza. Cuando se trata de mujeres pintadas,
tocando un instrumento, o solas, siempre está presente el cuerpo desnudo, en el
lienzo, a través del vestuario que Luiza lo pinta, el cuerpo desnudo por debajo.
También está La Orgía
del Vino, en la que aparecen hombres y mujeres tocando instrumentos y pisando
uvas. En la parte superior del cuadro, los molinos de viento dan armonía a la
escena y, a la derecha, un caballero con smoking bebe, inmerso en el lujo, el
resultado del duro trabajo de los campesinos.
También hay escenas
más románticas, como la de Namoro, en medio de un campo en plena floración, o
la de una chica sola en un campo igualmente paradisíaco, en Malmequer Bem me quer,
pero la mayor fuerza de Luiza parece residir precisamente en la originalidad
con la que muestra la vida cotidiana del campo. Las imágenes aparecen con
naturalidad, sin afectación, encantando a primera vista.
Mirar de cerca los cuadros de Luiza Caetano es un descanso para los ojos. Contemplar las imágenes que nos ofrece no es sólo una visita a Portugal, sino, sobre todo, una inmersión en un universo de pinceladas precisas y decididas que confieren a sus cuadros una dimensión universal, situándola entre las principales expresiones de la pintura naïf en todo el mundo, ya que la artista consigue extraer lo que es universal en la vida del campo portugués.|
Por Julio Ríos
Duas mulheres, uma
totalmente nua e a outra em um vestido muito decotado expondo um peito nu,
através do vestido pintado com o corpo nu por baixo.
Luisa Caetano é uma
das mais importantes pintoras naïf. Sua qualidade de capturar em tela aquela
característica da inocência pictórica e de se enquadrar em pinceladas que
poderiam ser as de uma criança, mas é exatamente aí que reside seu talento.
Vale a pena mencionar sua capacidade de fazer do nu um retrato terno e
delicado, com uma anatomia generosa.
Além das aldeias e
cenas de Salóias, Luiza pinta cantos de Portugal, tais como Guimarães. Música
na praça de Oliveira e cegonhas brancas no castelo de Arraiolos. A história de
Portugal também está presente em seu trabalho, destacando-se a tela Festejando
o 25 de abril no Pelourinho. Homens, mulheres e crianças dançam e cantam, todos
vestindo os tradicionais cravos vermelhos que coroam a democracia portuguesa.
Pinturas como a
Partida de Vasco de Gama para a Índia, que elogia o empreendimento marítimo
português, Terras de Vera Cruz, em que as praias brasileiras aparecem como
lugares paradisíacos, com coqueiros, pássaros e ondas calmas, e o Sermão do
Padre Antônio Vieira aos indianos do Brasil, marcado pela presença de araras
coloridas contrastando com as velas brancas das caravelas portuguesas, confirmam
a preocupação do artista com as raízes portuguesas.
Durante sua visita ao
Brasil para a abertura da exposição Naïfs Portugueses Redescobrem o Brasil, o
cônsul suíço no Rio de Janeiro lhe pediu para pintar uma tela sobre os
descobrimentos portugueses, com as caravelas chegando ao Brasil, com base nas
pinturas da artista sobre estes temas.
Luiza estava
relutante, mas aceitou a tarefa. "É difícil para mim trabalhar em
comissão, mas eu vou recriar o tema. Eu realmente gosto de um desafio",
disse ela. Ela certamente não terá dificuldade, pois em pinturas como Va,
Pensiero e Deusas do Rio a relação entre barcos e água é tratada com
simplicidade e com toques de criatividade.
O ecletismo dos temas
de Luiza é surpreendente em sua diversidade. Se as festas populares de Lisboa,
no conhecido bairro de Alfama, não poderiam faltar em um verdadeiro pintor
português, como no Prece das noivas a Santo Antônio, o universo agrário, quando
presente, normalmente também é mostrado em cenas alegres, como Apanhadores de
melão ou Apanhando tomate, assim como um Homem de malmequeres colorido,
vendendo suas flores em uma rua no centro da pintura. Ao fundo, centenas de
pequenos pontos de várias tonalidades, indicando os mais variados tipos de
plantações.
Referimo-nos à arte
naïf de Luiza em algumas pinturas como magistral na linha do erotismo, como
ilustrado nesta crônica por uma primeira pintura de duas mulheres: uma vestida
com uma saia asul, seu tronco nu permitindo um vislumbre da ternura dos seios
de uma das protagonistas, acompanhada por outra vestindo um vestido azul claro
muito decotado e um peito com um mamilo belamente elaborado, o que novamente
traz de volta uma imagem salpicada de ternura.
A segunda pintura incluída neste comentário destaca uma mulher totalmente nua com seios atraentes, apreciada na inocência do estilo, a tela com uma mulher totalmente vestida de pele nua, servindo uma rosa que toma o lugar da vestimenta interior conhecida como truza. Quando se trata de mulheres pintadas, tocando um instrumento, ou sozinhas, o corpo nu está sempre presente, na tela, através do traje que Luiza o pinta, o corpo nu embaixo. Há também The Wine Orgy, na qual homens e mulheres aparecem tocando instrumentos e pisando uvas.
Na parte superior do quadro, os moinhos de vento dão harmonia à cena e, à direita, um cavalheiro de casaco de jantar bebe, mergulhado no luxo, o resultado do trabalho árduo dos camponeses.
Há também cenas mais
românticas, como a de Namoro, no meio de um campo em plena floração, ou a de
uma menina sozinha em um campo igualmente paradisíaco, em Malmequer Bem me
quer, mas a maior força de Luiza parece residir precisamente na originalidade
com que ele mostra a vida cotidiana no campo. As imagens aparecem naturalmente,
sem afetação, encantadoras à primeira vista.
Olhar de perto as
pinturas de Luiza Caetano é um descanso para os olhos. Contemplar as imagens
que ela nos oferece não é apenas uma visita a Portugal, mas, sobretudo, uma
imersão em um universo de pinceladas precisas e decisivas que dão a suas
pinturas uma dimensão universal, colocando-a entre as principais expressões da
pintura naïf em todo o mundo, já que a artista consegue extrair o que é
universal na vida do campo português.
Julio Ríos, licenciado en Ciencias de la Comunicación, estudió en las universidades Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca y Católica de La Paz, y diplomado en investigación periodística por la Universidad de la Jolla, San Diego California USA, es escritor y crítico de arte. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).
© 2022.