sábado, 9 de julio de 2022

La Paz MARAVILLOSA

EFEMÉRIDE EN TIEMPOS DE

LA COVID – 19

La Paz

MARAVILLOSA

Oh bella ciudad quien te conoce

No olvida jamás Oh linda La Paz

 

Pedro Domingo Murillo

EL HISTÓRICO

16 DE JULIO

 

La libertad, Sancho ―escribe Miguel de Cervantes Saavedra, en su obra DON QUIJOTE DE LA MANCHA―, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.

Periodista, papelista y panfletero, Pedro Domingo Murillo, ejerció la comunicación social, pegando en las paredes de las calles paceñas el texto que ratifica los criterios escritos, como, “hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”, “ya es tiempo de levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias, adquiridas sin el menor título y conservadas con la mayor injusticia y tiranía”.

Los revolucionarios que habían decidido levantarse en armas, destituyendo a las autoridades españolas y formado un nuevo gobierno, el 16 de julio de 1809, sufrieron las consecuencias de estos actos con una sangrienta represión emprendida por el sicario Goyeneche, quien, por mandato del virrey del Perú, llegó a Bolivia para poner de relieve el absolutismo, hoy vigente en nuestro país.

Murillo decidió escapar del ejército realista. Trató de pactar con ellos, quienes se negaron a negociar y lo vencieron en la batalla de Irupana. Fue apresado, juzgado en consejo de guerra. Pedro Indaburo resentido porque no se dio el primer puesto, traicionó a la causa patriota, lo tomó preso, e hizo fusilar a Pedro Rodríguez cuya cabeza fue expuesta en lugar público.

Murillo contaba con tan solo 1.000 hombres con los que le presentó batalla a Goyeneche, armado éste con 5.000 sicarios en Chacaltaya. Por la superioridad numérica de los realistas, los patriotas fueron vencidos y se retiraron a Zongo, lugar montañoso cerca de La Paz. Allí fue hecho prisionero con otros patriotas, por las fuerzas del Coronel Domingo Tristán.

La ira de Goyeneche, hombre perverso, se exaltó al conocer el manifiesto de la retórica y el estilo propio de los juristas de la Academia Carolina. Numerosos abogados paceños participaron en el levantamiento: Basilio Catacora, Juan Bautista Sagárnaga, Manuel de Oma y Echevarría, Gregorio Lanza, Tiburcio León de la Barra, Joaquín de la Riva, Felipe de la Riva, Juan Pórcel, Manuel Ortiz, Federico de Castro, José Aliaga, Bartolomé Andrade, Gabino Estrada, Baltasar Alquiza, Crispín Santos Diez de Medina y Gerónimo Calderón de la Barca. Todos ellos estudiaron en Chuquisaca y precisamente ahí entraron en contacto con las redes independentistas y estuvieron con varios de los más importantes revolucionarios sudamericanos.

Y llegó la fecha aciaga para la historia de Bolivia. El emisario de la muerte, Manuel de Goyeneche, ejecutó el acto mercenario más agresivo en términos de autocracia, asesinato, sin compromiso con el bando que le dio la misión de acabar con los patriotas.

La fría mañana en la entonces plaza de Armas, estaba resguardada por la artillería realista. Por un callejón que daba a subterráneos llamados Santa Bárbara, asomaron nueve hombres.

Se instaló un tablado o patíbulo con una horca. Murillo llegó arrastrado por un burro, venía atado con grilletes, al subir a la horca exclamó: 

“Compatriotas, la llama que dejó encendida, nadie la podrá apagar”. Inmediatamente el verdugo cumplió con su macabra tarea. Siguieron a Murillo en el sacrificio: 

Gregorio García Lanza, Melchor Jiménez, Juan Catacora, Buenventura Bueno, Mariano Graneros, Apolinar Jaén, Juan Bautista Sagárnaga (ejecutado a garrote) y Juan Antonio Figueroa.

Todos murieron, pero en el caso del gallego Figueroa, cuando creyeron que estaba muerto en el garrote, éste se levantó andando porque tenía la garganta muy angosta, entonces se ordenó que fuera ahorcado, así se hizo, pero inexplicablemente la cuerda se rompió, el patriota volvió a levantarse del suelo y quiso huir, finalmente se gritó que fuera degollado y fue muerto con un cuchillo que fue dado por un chapetón. 

La ejecución del presbítero José Antonio Medina fue aplazada, los otros revolucionarios sufrieron confinamiento a tierras lejanas.

El paisaje de la metropolitana urbe no es una extensión callada. En cada esquina, recoveco o callejuela hay voces de historias escritas con amor o con lágrimas. Las avenidas son brazos abiertos a la amistad. Las calles tradicionales nos cuentan de personajes que dieron vida a los barrios. Aquellas viejas casas que el tiempo bronceó, conservan la humedad del amor que existía. Evocación, razón de ser, nostalgia, sonrisas; toda una colección de estampas vividas.

Desde el piso más elevado de un moderno rascacielos, la ciudad de La Paz se extiende como un aguayo infinito y multicolor, abierto a la esperanza hecha canción, bajo el cielo de un azul inmaculado que despista al invierno y abre sonrisas en la multitud caminante por sus calles llenas de alegrías y tristezas; inspiración de poetas que desmigajaron sus ideas para cantarle con sentimiento estrofas arrancadas de la preciosidad de un entorno, que la encierra entre cumbres elevadas, escoltas del excelso Illimani. 

La vista fija en sus tres picos elevados al cielo como virtudes teologales en oración, hacen del grandioso nevado la eterna postal de bienvenida al visitante.

Si en la más pulcra avenida se levanta la modernidad hecha cemento, en los arrabales, está presente el callejón conservado entre calaminas gastadas que ofician de pared; vetusta casona harapienta en su vestidura con puerta firme y gastada madera, por donde pasó un poeta que glosó las tenebrosas noches paceñas.

La Paz, ésta La Paz de hoy que no borra La Paz del ayer. Ésta La Paz que enlazó los barrios de los cuatro puntos cardinales con el cascabeleo del centro citadino. 

El Obrajes del Sur, legendario creador de una moda en el coloniaje. El rumor del Norte con abundancia de frutos naturales y danzas folclóricas. Festividades domingueras. Trabajo y amistad en un Oeste bullicioso de niños escolares y juveniles deportistas. Toda una ciudad esquivando desde sus plazas, parques y jardines, las sombras que proyectan los altos edificios.

Allí se concentra su historia. Vivencias eternizadas en el despliegue de su cultura. Templos con imágenes artísticas de siglos pasados. Cimientos que aún dejan ver los balcones de una aristocracia ya desaparecida. Monumentos elevados con sano patriotismo.

Extensiones turísticas como Chacaltaya, Valle de la luna, arquitectura maravillosa en la Avenida Camacho. Chalets que aún sobreviven en San Jorge y su cultura andina de exportación levantada en El alto. Buses Pumakatari y un teleférico, realzan a la ínclita con tal singular transporte urbano.

Esa es la ciudad. La ciudad de todos. La ciudad fraternal abierta a quien llega a sus puertas y penetra en el maravilloso universo de cotidiana existencia. Pero no es sólo la ciudad. 

La Paz, “cuna de libertad y tumba de tiranos”, se amplifica por todo el departamento, también de fiesta en fechas julias, porque cada provincia tiene su orgullo al aportar vida a los diez millones de la patria soberana.

Reinos de la Naturaleza extendidos por todas sus provincias, donde lo atractivo nace desde su propia tradición apoyada en el arte: música, literatura, pintura, fotografía y escultura en creatividad de personajes nacidos en cada región, cuyos nombres se escriben en los anales de la cultura boliviana. 

La belleza incomparable del lago Titicaca, bendecido desde el santuario de Copacabana, aún nos deja escuchar a mil sirenas con sus voces de cristal.

Y esa tea brilló, brilla y brillará para siempre, alumbrando a la más indígena y la más cosmopolita capital. 

Así es esta ciudad boliviana. Y también la ciudad de nombre más pacífico. En ello hemos puesto nuestra mirada hoy, cuando celebramos su día.

En las faldas del nevado Illimani y a cuatro mil metros sobre el nivel de altura, es esta una ciudad para pasear con calma, perderse por sus mercados y su casco colonial, probar su cocina local y sobre todo la carne de llama, recorrer sus miradores y, sobre todo, admirarse con la tranquila convivencia en ella de aimaras, quechuas y mestizos.

Es precisamente esa mezcla de culturas y su entorno natural el que han hecho de ella una de las Nuevas Siete Ciudades Maravilla del Mundo. 

¡Valerosos habitantes de la Paz! –dijo Murillo–, revelad nuestros proyectos para la ejecución, aprovechaos de las circunstancias en que estamos, no miréis con desdén la felicidad de nuestro suelo, ni perdáis jamás de vista la unión que debe reinar entre todos, para ser en adelante tan felices, como desgraciados hasta el presente”.

Así concluye el manifiesto de la Proclama de la Junta Tuitiva de 1809, firmando Murillo, después de acuñar esta frase: “Ciudad de Nuestra Señora de La Paz, a los 27 días del mes de julio del año del Señor de 1809.”

 “Tierra mía mi canción como un lamento / ve en las noches de esta innata lejanía / y en mis versos el recuerdo hecho armonía / sollozando por el monte lleva el viento./ Es tu cielo de un azul inmaculado / son tus flores de un perfume sin igual, / desde el lago Titicaca te han cantado / mil sirenas con sus voces de cristal.

/ Sopocachi de mis sueños juveniles,/ quince abriles quién volviera hoy a tener,/ Miraflores mi refugio dominguero/ sólo espero a tu regazo volver. /

Y cantar mi serenata bajo tu luna de plata/ cerca del amanecer/ y entre amigos y cerveza disipar esta tristeza/ y una nueva vida hacer”.

Hagamos una pausa, y observemos ahora a  Pedro Domingo Murillo, allí, en lo alto de la Boveda Celeste, entre Centauro y Abeja, y mirémoslo expresando: 

“Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria; hemos visto con indiferencia por más de tres siglos sometida nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que, degradándonos de la especie humana, nos ha mirado como a esclavos”.

En testimonio a un célebre hombre, un digno patriota y un fraterno hermano, agreguemos al texto una meditación inspirada en la "tea de luz y esperanza" que fue sostenida por el Hermano Pedro.

La Paz, ciudad y departamento, son ahora el extraordinario crecimiento tecnológico y científico que hemos experimentado, pero también ha sido muy grande la pérdida de los valores morales de nuestra sociedad. 

Se han producido daños terribles a la naturaleza, muchos de ellos irreparables, y es vergonzosa la corrupción que desde el poder se ha filtrado a toda la sociedad paceña. 

Más que una crisis económica,  estamos atravesando una crisis de modelo de vida. Sorprende el conformismo con el que parte de sus habitantes lo contempla, como si se tratara de una pesadilla de la que tarde o temprano despertaremos.

Espectadores y víctimas, parecemos esperar que nos salven aquellos mismos que nos han llevado hasta aquí. 

Es necesario que recuperemos los valores democráticos y morales que han sido suplidos por la infamia y la codicia de los representantes del Estado, donde todo tiene un precio, donde todo se compra y donde todo se vende. 

Es un derecho y una obligación, restaurar la memoria de Pedro Domingo Murillo, y reclamar un futuro para una juventud que necesita reconocerse y ser reconocida. Tal vez no sepamos cuál es el camino, tal vez no sepamos por dónde se llega antes, pero sí sabemos que avenidas son las que no debemos volver a tomar. 

Nosotros gente buena, instruida y tolerante, sabremos juzgar las palabras del Hermano Pedro, por su intención, más que por la manera en que he sido capaz de expresarse, pero que ha de ser, esta noche, reavivada por cada uno de nosotros. Es el fuego que no se puede apagar.  

Mientras tanto los músicos no paren de hacer sonar sus instrumentos, y que los poetas no dejen de alzar la voz, que los gritos de la angustia no nos vuelven sordos, y que lo cotidiano no se convierta en normalidad, capaz de volver de piedra nuestros corazones.

Que entonen las mejores voces del pentagrama de la música paceña, que canten cual si fuera un himno: Oh linda La Paz/ Oh bella ciudad/ Quien te conoce/ No olvida jamás/ Oh linda La Paz.

Julio Ríos

¡OH LINDA LA PAZ! ¡OH BELLA CIUDAD!

Enmarcada de laureles exitosos, la historia de La Paz es grito libertario despedazando barreras de oprobio y rendición, sólo testimoniado en marchitas páginas de registro auténtico.  Este departamento andino extendido entre rocas milenarias, vertientes cristalinas y variada fauna, despierta a las inquietudes diarias en medio de pregoneros y cantos de esperanza. 

La belleza natural ensalzada por poetas y cantada por célebres músicos, resumen el encanto de pueblos y ciudad, en un amparo entregado  a la gente citadina y al poblador de rincones de encanto hechos de sembradíos y pastoreo, donde la brisa acaricia el rostro cobrizo del sembrador, en tanto la metrópoli explayada a los cuatro vientos, levanta en sus barrios el candor que todo habitante puede disfrutar, como se disfruta desde lo más alto de un edificio una ciudad nocturnal ornamentada por la luminiscencia de eléctricas luciérnagas, como un canto a la vida que llegará en el albor de una fresca aurora, en el inaugural día cercado de fructíferas esperanzas.   

Gabriella Trujillo –la comunicadora, nacida en LA PAZ, es una periodista y modelo. Ilustra esta crónica con una fotografía suya, en el MONTÍCULO PACEÑO, en la que asoma vestida con un enterizo de color negro de corte calado y transparente, muy escotado y sin sujetador, configurando su piel desnuda a través del atuendo que lo usa con el cuerpo desnudo por debajo–, es una joven mujer paceña encantadora, revestida de dulzura y muy profesional en su desempeño laboral. Voz, dicción y seguridad en la pantalla chica, la asoman como una prolija conductora, presentadora de noticias, y muy destacada modelo.  

Muchos son los nombres que ensalzaron a La Paz. Escribieron su historia. Glorificaron nombres. Tejieron la antología de los más brillantes músicos y poetas, sin olvidar a otros, que desde la sencillez de su entorno, le cantaron a este pueblo de brazos abiertos al nuevo habitante, llegado con la ilusión de mejores días, hasta  la urbe de los sueños realizados. 

Así, desde los rincones de ensueño, hubo un compositor que le cantó al soberbio Illimani, emblema de la altiva ciudad llamada, también,  “Tumba de tiranos”, porque aquí prevalece el sentimiento humano de la libre expresión. Predomina el derecho encaminado al trabajo y  las distracciones sanas, todas, ajenas el envilecimiento carcomido por el vicio y la enfermiza tendencia de realzar con el alcohol las fiestas paganas y religiosas, manifestadas en quienes disfrutan el libertinaje amparado por la corrupción. 

Fue  Néstor Portocarrero el creador de un tango boliviano llamado “IllimanI” y que, en la actualidad, traspasa los límites de la música popular ubicándose en lo clásico de los sonidos. Los versos no sólo retratan al sublime nevado, sino que llegan hasta los oídos las voces de cristal de las sirenas del Lago Titicaca, entonadas  como un himno a la ciudad y sus famosos barrios, evocados en la quinceañera edad de Néstor en su canto a Sopocachi y sus inolvidables diversiones bajo el cielo de Miraflores. Si cabe una ofrenda a la ciudad de La Paz en sus días festivos, también corresponde mencionar a este gran compositor que no se quedó con su “Illimani” sino que tuvo otro tango: “Cielo paceño”.  

Hoy escucharemos voces infantiles y juveniles con su “patriótica armonía”. Se elevaran luces de color al cielo nocturno. Quizá una diana salude en la aurora a la “Cuna de libertad” y todos, de pié, entonemos el Himno a esta La Paz que llevamos en el corazón, los nacidos aquí y los que llegamos de otros confines, ahora agradecidos por tanto que recibimos hasta coronar de triunfos las ilusiones.    

La Paz, todos esperamos que tu voz andina vuelva a ser aquella que escuchamos desde niños; la que se abría como pétalos de rosas encarnadas para decir, aquí, la ciudad de mis amores, escenario de mis éxitos. En este invierno nos alumbra tu sol juvenil pintado en el azul de tu cielo, de donde llega la bendición de la Patrona de la Libertad; Virgen del Carmen, a cuyos pies depositamos un ramillete del follaje de amor y  la devoción.

 

By Julio Ríos

Through the very low-cut jumpsuit with transparent openwork cut, Gabriela, a journalist and model from La Paz, wears it without a bra with her naked body underneath

Framed by successful laurels, the history of La Paz is a libertarian cry shattering barriers of opprobrium and surrender, only witnessed in withered pages of authentic record.

This Andean department stretched out between ancient rocks, crystalline springs and varied fauna, awakens to daily concerns amid town criers and songs of hope.

The natural beauty extolled by poets and sung by famous musicians, summarize the charm of towns and cities, in a shelter delivered to the city people and the inhabitants of charming corners made of crops and grazing, where the breeze caresses the coppery face of the sower, as the sprawling metropolis to the four winds, raises in its neighborhoods the candor that every inhabitant can enjoy, as one can enjoy from the top of a building a nocturnal city adorned by the luminescence of electric fireflies, as a hymn to life that will arrive at the dawn of a fresh dawn, on the inaugural day surrounded by fruitful hopes. 


Gabriella Trujillo –the communicator, born in LA PAZ, is a journalist and model. She illustrates this chronicle with a photograph of her, in the MONTÍCULO PACEÑO, in which she appears dressed in a black one-piece with an openwork and transparent cut, very low-cut and without a bra, configuring her bare skin through the outfit that she wears with her body. naked underneath–, she is a charming young woman from La Paz, dressed in sweetness and very professional in her job performance.

Voice, diction and security on the small screen, appear as a neat driver, news presenter, and very prominent model. Many are the names that praised La Paz. They wrote their story. They glorified names.

They wove the anthology of the most brilliant musicians and poets, without forgetting others, who from the simplicity of their environment, sang to this town with open arms to the new inhabitant, who arrived with the illusion of better days, to the city of dreams made. Thus, from the corners of dreams, there was a composer who sang to the superb Illimani, emblem of the haughty city also called "Tomb of tyrants", because here the human feeling of free expression prevails. Predominant is the right to work and healthy distractions, all unrelated to the debasement eaten away by vice and the unhealthy tendency to enhance pagan and religious festivals with alcohol, manifested in those who enjoy debauchery protected by corruption.

Néstor Portocarrero was the creator of a Bolivian tango called “IllimanI” and that, at present, crosses the limits of popular music placing itself in the classic of sounds. The verses not only portray the sublime snow-capped mountain, but the crystal voices of the Lake Titicaca sirens reach the ears, intoned as a hymn to the city and its famous neighborhoods, evoked in Néstor's fifteen-year-old age in his song to Sopocachi. and its unforgettable amusements under the sky of Miraflores. If there is room for an offering to the city of La Paz on its holidays, it is also worth mentioning this great composer who did not keep his “Illimani” but had another tango: “Cielo paceño”.

Today we will hear children's and youth voices with their "patriotic harmony". Colored lights will rise into the night sky. Perhaps a reveille will greet the "Cradle of Freedom" at dawn and we will all stand up and sing the Hymn to this La Paz that we carry in our hearts, those of us born here and those of us who come from other borders, now grateful for so much we receive Until the illusions are crowned with triumphs.

La Paz, we all hope that your Andean voice will once again be the one we have heard since we were children; the one that opened like red rose petals to say, here, the city of my loves, scene of my successes. This winter your youthful sun shines on us painted in the blue of your sky, from where comes the blessing of the Patron Saint of Liberty; Virgen del Carmen, at whose feet we place a bouquet of foliage of love and devotion.

 

Por Júlio Ríos

Gabriela, jornalista e modelo de La Paz, veste sem sutiã com o corpo nu por baixo através do maiô com recorte vazado transparente

Emoldurada por louros de sucesso, a história de La Paz é um grito libertário que quebra barreiras de opróbrio e rendição, apenas testemunhado em páginas murchas de registro autêntico.

Este departamento andino, que se estende entre rochas antigas, nascentes cristalinas e fauna variada, desperta para as preocupações cotidianas entre pregoeiros e cantos de esperança. As belezas naturais exaltadas por poetas e cantadas por músicos famosos, resumem o encanto das vilas e cidades, num abrigo entregue à gente da cidade e aos habitantes de recantos encantadores feitos de colheitas e pastagens, onde a brisa acaricia o rosto acobreado do semeado, como a metrópole espraiada aos quatro ventos, eleva em seus bairros a franqueza que todo habitante pode desfrutar, como se pode desfrutar do alto de um edifício uma cidade noturna adornada pela luminescência de vaga-lumes elétricos, como um hino à vida que chegará na aurora de uma nova aurora, no dia inaugural cercado de fecundas esperanças. 

Gabriella Trujillo –a comunicadora, nascida em LA PAZ, é jornalista e modelo. Ela ilustra essa crônica com uma fotografia sua, no MONTÍCULO PACEÑO, em que aparece vestida com um maiô preto com recorte vazado e transparente, muito decotado e sem sutiã, configurando sua pele nua através do figurino que ela usa com o corpo nua por baixo–, é uma charmosa jovem de La Paz, vestida com doçura e muito profissional em seu desempenho profissional. Voz, dicção e segurança na telinha, aparecem como motorista caprichado, apresentador de noticiário e modelo muito destacado.

Muitos são os nomes que elogiam La Paz. Eles escreveram sua história. Eles glorificavam os nomes. Teceram a antologia dos mais brilhantes músicos e poetas, sem esquecer outros, que pela simplicidade do seu ambiente, cantaram a esta cidade de braços abertos ao novo habitante, que chegou com a ilusão de dias melhores, à cidade dos sonhos feito. Assim, dos cantos dos sonhos, havia um compositor que cantava ao soberbo Illimani, emblema da altiva cidade também chamada de "Túmulo dos tiranos", porque aqui prevalece o sentimento humano de livre expressão.

Predomina o direito ao trabalho e às distrações saudáveis, tudo sem relação com a degradação corroída pelo vício e a tendência doentia de incrementar com álcool as festas pagãs e religiosas, manifestada naqueles que desfrutam de devassidão protegida pela corrupção.

Néstor Portocarrero foi o criador de um tango boliviano chamado “IllimanI” e que, atualmente, ultrapassa os limites da música popular colocando-se no clássico dos sons. Os versos não apenas retratam a sublime montanha nevada, mas as vozes cristalinas das sereias do Lago Titicaca chegam aos ouvidos, entoadas como um hino à cidade e seus bairros famosos, evocados nos quinze anos de Néstor em sua canção para Sopocachi e suas inesquecíveis diversões sob o céu de Miraflores.

Se há espaço para uma oferenda à cidade de La Paz em suas férias, é oportuno mencionar também este grande compositor que não manteve seu “Illimani”, mas teve outro tango: “Cielo paceño”. Hoje ouviremos vozes infantis e juvenis com sua "harmonia patriótica". Luzes coloridas subirão no céu noturno. Talvez uma alvorada saude o "Berço da Liberdade" e todos nós, de pé, cantemos o Hino a esta Paz que levamos no coração, os nascidos aqui e os que vêm de outras fronteiras, agora gratos por tão muito que recebemos Até que as ilusões sejam coroadas de triunfos.

La Paz, todos esperamos que sua voz andina volte a ser a que ouvimos desde crianças; aquela que se abriu como pétalas de rosas vermelhas para dizer, aqui, a cidade dos meus amores, cenário dos meus sucessos. Neste inverno, seu sol juvenil brilha sobre nós pintado no azul do seu céu, de onde vem a bênção da Padroeira da Liberdade; Virgen del Carmen, a cujos pés depositamos um buquê de folhagens de amor e devoção.

Julio Ríos, licenciado en Ciencias de la Comunicación, estudió en las universidades Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca y Católica de La Paz, y diplomado en investigación periodística por la Universidad de la Jolla, San Diego California USA, es escritor y crítico de arte. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).

© 2022. 

 Gaby Trujillo

MODELO PACEÑA

Gabriella Trujillo –la comunicadora periodista y modelo, ilustra este reportaje en el cuestionario de MARCEL PROUST, traducido como CARAS VEMOS CORAZONES NO SABEMOS, con dos fotografías suyas en la que asoma vestida con un enterizo de color negro, muy escotado y sin sujetador, configurando su piel desnuda a través del atuendo que lo usa con el cuerpo desnudo por debajo–, nació en La Paz; es una mujer paceñísima y encantadora, revestida de dulzura y muy profesional en su desempeño laboral. Voz, dicción y seguridad en la pantalla chica, la asoman como una prolija conductora, presentadora de noticias, y muy destacada modelo.  

1. ¿Principal rasgo de tu carácter?

G.- El principal rasgo de mi carácter es sin duda la fortaleza y valentía , ante cualquier situación, siempre afronto lo que venga y nunca me rindo hasta conseguir mis metas.

2. ¿Qué cualidad aprecias más en un hombre?

G.- La cualidad que mas aprecio en un hombre , es la honestidad y lealtad , ya sea como amigos o pareja.

3. ¿Y en una mujer?

G.- En una mujer aprecio mucho la naturalidad, sinceridad y sobre todo la lealtad.

4. ¿Qué esperas de tus amigos?

G.- De mis amigos espero lealtad, creo q es lo q mas importa.

5. ¿Tu principal defecto?

G.- Tengo varios jejejejejej , pero el q mas resalta es q soy soy muy desconfiada.

6. ¿Tu ocupación favorita?

G.- Mas que mi ocupación seria mi pasión, que es la televisión, me encanta estar en pantallas y hacer lo que amo.

7. ¿Tu ideal de felicidad?

G.- Mi ideal de felicidad es tener a mi familia siempre a mi lado, junto a mi hija, profesionalmente realizada y trabajando en lo que me apasiona.

8. ¿Cuál sería tu mayor desgracia?

G.- La verdad el solo pensar me pone muy triste, pero mi mayor desgracia seria perder a mis padres.

9. ¿Qué te gustaría ser?

G.- Me gustaría ser millonaria para acabar con la pobreza y defender a los niños.

10. ¿En qué país desearías vivir?

G.- En Estados Unidos

11. ¿Tu color favorito?

G.- Son tres, rojo, negro y rosado

12. ¿La flor que más le gusta?

G.- Me gustan las rosas

13. ¿El pájaro que prefieres?

G.- El Aguila

14. ¿Político que admiras?

G.- Jajajajajaja sin comentarios

15. ¿Tu poeta preferdido?

G.- Pablo Neruda

16. ¿Un héroe de ficción?

G.- Batman

17. ¿Una heroína?

G.- Harley Queen

18. ¿Tu músico favorito?

G.- Son varios pero uno d mis favoritos es Freddie Mercury

19. ¿Tu pintor preferido?

G.- Picasso , y su majestuosa Monalisa

20. ¿Tu héroe de la vida real?

G.- Mi mama, porque fue padre y madre , me enseño a nunca renunciar a mis sueños y luchar por lo que quiero.

 

21. ¿Tu nombre favorito?

G.- Siempre me gusto Fhabella

22. ¿Qué hábito ajeno no soportas?

G.- La impuntualidad

23. ¿Qué es lo que más detestas?

G.- El desorden

24. ¿Tu signo del zodiaco?

G.- Escorpion

25. ¿Un hecho que recuerdes y que admires?

G.- El dia que nacio mi beba , admiro ese momento porque es cuando te das cuenta de la gran capacidad que tenemos las mujeres de dar vida.

26. ¿Qué virtud desearías poseer?

G.- Definitivamente la de perdonar

27. ¿Cómo te gustaría morir?

G.- Me asusta la muerte , pero me gustaría morir durmiendo , sin sentir nada .

28. ¿Cuál es el estado más común de tu ánimo?

G.- Siempre estoy alegre

29. ¿Qué defectos te inspiran mayor indulgencia?

G.- Que me mientan, mirandome a los ojos

30. ¿Cuál es tu lema?

G.- Luchar hasta conseguir lo que quiero y anhelo

33 ¿Mi complejo?

G.- Creo que nada, soy natural

31 ¿Comida preferida?

G.- Comida internacional, el Sushi, Comida nacional , el Fricase

32 ¿Bebida favorita?

G.- El Champagne

33 ¿Postre favorito?

G.- pudin de chocolate

34 ¿Deporte favorito?

G.- natacion

35 ¿Tus talentos ocultos?

G.- jajajajajaj es el mas oculto , Cantar

36 ¿El colmo de la felicidad?

G.- la sonrisa de mi bebita

37 ¿Tu ideal de felicidad?

G.- La realización de mis sueños

38 ¿Ordenada? ¿Desordenada?

G.- un poco de los dos jajajajajaj

39 ¿Puntual?

G.- trato de serlo siempre

40 ¿Qué es lo primero que haces al despertar?

G.- Besar a mi beba y agradecer por un dia mas

41 ¿Circunstancia más apreciada?

G.- El coincidir con alguien similar a mi

42. ¿Artistas de cine favoritos?

G.- jhonny Deep, Henry Cavil, Malcom Mcdowell, Christopher Lamberth

43 ¿Te sientes realizada?

g.- En ciertos aspectos perosnales si, como madre, hija y hermana; pero aun me falta como profesional

44. ¿Qué usas para dormir?

G.- Con mi pijama de Sailor Moon

Desde el piso más elevado de un moderno rascacielos, la ciudad de La Paz se extiende como un aguayo infinito y multicolor, abierto a la esperanza hecha canción, bajo el cielo de un azul inmaculado que despista al invierno y abre sonrisas en la multitud caminante por sus calles llenas de alegrías y tristezas; inspiración de poetas que desmigajaron sus ideas para cantarle con sentimiento estrofas arrancadas de la preciosidad de un entorno, que la encierra entre cumbres elevadas, escoltas del excelso Illimani. La vista fija en sus tres picos elevados al cielo como virtudes teologales en oración, hacen del grandioso nevado la eterna postal de bienvenida al visitante.


Verónica Zapata es psicóloga, periodista, actriz y modelo. La personalidad nacida en Cochabamba, durante su visita a la ciudad de La Paz. Verónica radica en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. En la fotografía que ilustra este reportaje a La Paz, la observamos muy elegante, a través de un enterizo color negro muy escotado y abierto hasta la cintura que lo viste sin sujetador y con el cuerpo desnudo por debajo.

Verónica Zapata is a psychologist, journalist, actress and model. The Cochabamba-born personality during her visit to the city of La Paz. Verónica lives in Buenos Aires, Argentina. In the photograph that illustrates this report to La Paz, we observe her very elegant, through a very low-cut and open to the waist black bodysuit that she wears without a bra and with the naked body underneath.