jueves, 14 de julio de 2022

MAS: «Salvo el poder, lo demás es ilusión»


 

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MAS:

«Salvo el poder, lo demás es ilusión»

Carlos D. Mesa Gisbert

 

(Foto/éxito noticias)

El vicepresidente Choquehuanca afirma que en democracia las minorías se someten a las mayorías, salvo claro, cuando el MAS pierde un referendo o cuando el resultado electoral lo obliga a ir a un a segunda vuelta que puede perder, en cuyo caso desconoce el resultado o perpetra un fraude.

Choquehuanca utiliza la palabra someter en vez de la palabra aceptar y no apela a un concepto esencial que es el respeto a las minorías. La razón salta a la vista, el MAS no respeta nada en democracia, excepto las formas que mantienen el celofán que apenas tapa su verdadero corazón autoritario, cada vez más próximo a la dictadura.

Para quien creyó que el Presidente Arce era diferente a Morales, los hechos prueban que en lo esencial es exactamente lo mismo. Un mandatario que sostiene con fuerza la idea de la hegemonía de partido único, el discurso de odio basado en la profundización de las diferencias étnicas y la nula voluntad de abrir vasos comunicantes que permitan una tarea común de recuperación de valores e instituciones democráticas.

El hecho de que hayan fuertes peleas internas que dividen al MAS en dos o tres corrientes no debe llamarnos a engaño. El espíritu de cualquiera de ellas es el mismo con el agravante de su cada vez mayor degradación. Las ideas que lo llevaron al gobierno en 2006 se han hecho pedazos, el envilecimiento, la corrupción y la obsesión enfermiza por el poder son hoy el único valor que reivindican (“salvo el poder, lo demás es ilusión”-Lenin). Esa meta es lo único que queda en esta cáscara alimentada por la prebenda, la cooptación, la coacción, la amenaza, la persecución y la cárcel para sus adversarios, entendidos siempre como enemigos a los que hay que aplastar.

Hay que recordarle a David Choquehuanca , Presidente de la Asamblea Legislativa, que en democracia hay mecanismos que obligan a lograr los dos tercios para tomar determinadas decisiones, lo que requiere de diálogo y de acuerdos. Acuerdos que deben cumplirse. La democracia no se edifica rompiendo compromisos, ni imponiendo “consensos” para lograr el respaldo a militantes del MAS en cargos electivos, ni destruyendo más aún las instituciones con una Defensora del Pueblo ilegal, ni con una Contralora interina ilegal que debió ser nombrada por la Asamblea -incluso en el caso de ser interina-, ni vulnerando los dos tercios al aprobar un reglamento de elección de Contralor por mayoría absoluta masista…

Hay que recordarle al ministro Lima -aunque él lo sabe y se hace al desentendido- que no hay democracia sin Ministerio Público y sistema judicial independientes, que los juicios políticos con sentencia o en proceso son aberraciones desde donde se los mire. La prisión de la expresidenta Áñez fue ilegal y su condena en un “juicio express” que vulneró lo más elemental del debido proceso, son un estigma vergonzoso. La acusación de «terrorismo-golpe de Estado» para blanquear el descarado fraude electoral perpetrado por Morales el 2019 es uno de los sainetes mayores de nuestra historia judicial. Por si fuera poco el Tribunal Constitucional, que ha suspendido inconstitucionalmente la aplicación de cuatro artículos de la CPE, deja ahora abierta la posibilidad de juzgar a la expresidenta por acusaciones en su contra en ejercicio de sus funciones, en juicios ordinarios y no, como manda la Constitución (arts. 161,7 y 184,4), en juicios de responsabilidades. 

El gobierno no tiene la menor intención de renunciar al control férreo de la fiscalía y la justicia podrida, porque ellas son la garantía imprescindible para que este régimen autocrático haga, como de hecho hace, lo que le viene en gana con impunidad total. Desde el gobierno se ha cortado toda posibilidad de detener sus excesos que en democracia no es otro que la limitación del poder a través de órganos independientes (que no lo son) como el Judicial y el Electoral. Por si fuera poco, ha maniatado a un Legislativo al que se le bloquea toda opción real de fiscalización y uso de mecanismos de freno a la autocracia a través de la justicia constitucional y la justicia ordinaria: militantes masistas, sometidos y obsecuentes.

Que Luis Arce aparente ser más técnico que Morales, no quita un milímetro su ortodoxia ideológica de raíz setentera y su espíritu autoritario. Que David Choquehuanca pretenda marear a sus interlocutores con discursos referidos a la filosofía aymara, no quita un milímetro su intención de mantener la polarización de un país que necesita desesperadamente una ruta real de paz y reconciliación.

Si Morales fue el impulsor del cáncer que nos devora, sus sucesores nos aproximan a la metástasis.

 

El cinismo institucionalizado

Julio Ríos Calderón

Página Siete, 15 de junio de 2022

Desde Jesús, se aclamó la liberación de Barrabás, un delincuente y jefe de un grupo guerrillero llamado los Celotes, con la consecuente crucifixión del Maestro, hasta Jacques de Molay, quemado en la hoguera por proteger a los peregrinos cristianos en Tierra Santa, y la condena a muerte de Sacco y Vanzetti, dos inocentes que fueron ejecutados sin pruebas.

Hoy fue condenada a 10 años de reclusión la ex Presidenta Constitucional Transitoria, Jeanine Añez (cargo reconocido en entrevista pública por el entonces candidato Arce Catacora), por intermedio de prácticas absolutamente ilegales, empleadas con astucia para conseguir su detención con engaños y trampas. Esta acción se conoce con el nombre de “triquiñuela”.

El cinismo de los principales dirigentes del MAS, entrevera una forma burda y repugnante, colaborada tácitamente por todos los poderes de Estado y la Fiscalía, controlada por este partido imitador del hitlerismo.

Todo esto es una farsa. ¿Cuál es la arenga? ¡Amen al MAS! ¡Porque si no lo hacen serán chamuscados en la hoguera! Cuando la defecación llega al pescuezo hay bolivianos que recuerdan que fue el propio Canciller de Morales, quien pidió una auditoría a la OEA a las elecciones amañadas; fue el propio Morales que anuló en conferencia de prensa las elecciones.

Y ahí está la Ex Presidenta, enfrentando el fuego; y ahí están Arce, Morales, Moldis, Choquehuanca, Lanchipa, Richter, Lima, revestidos del odio que injuria y ofende.

Quedaron, indultados, quienes quemaron los Pumakataris, quemaron casas, amañaron el escrutinio de 2019, protagonizaron la masacre de El Porvenir y el Hotel las Américas, a los que metamorfosearon el referéndum se olvidaron de la contundente declaración de García Linera que “aquel que gane por un voto, éste basta para cumplir con el sí o el no". No hay juicio para quienes asesinaron a las víctimas de la Covid, bloqueando los camiones que transportaban oxígeno.

La actitud represora y maligna del cruel autoritarismo del gobierno de turno, es pavorosa. El compromiso de Arce ya no existe –si alguna vez la tuvo– se ha ido. Hoy no asoma, como prometió, de dirigir un Gobierno de conciliación. Aparece un nido de serpientes, una verdadera jaula de ratas.

Están matando los principios que el MAS debería inculcar. ¡Qué gran estafa!   ¿Qué clase de espectáculo están representando hoy? Porque la única con clase en este teatro está condenada. La sacaron de su domicilio pasada la media noche y el alma de ella está intacta, no huyó como delincuente confeso con rumbo al país de los mariachis.

¿Son misóginos? Primero maltrataron a una gran periodista, a Carola Castedo, en 2016 llamándola “sinvergüenza” y como prólogo del 21-F le dijeron: “Delegada del No”.  

Renunció el Vicepresidente, la Presidenta de la Cámara de Senadores, de Diputados, y para que el mundo entienda la Sucesión Constitucional estaba avalada por un fallo del Tribunal Constitucional, y la misma diputada Lidia Patty que fue parte de la ALP en 2019 firmó la aprobación unánime de la Ley 1266 del 24 de noviembre del 2019: “Se anula el fraude, se hace un proceso acelerado para designar nuevos vocales electorales, se ratifica la vigencia del 21F y dice que Evo Morales ya no puede postular”.

¿De qué golpe habla el MAS? Están negando su propia legitimidad, y la de la ex presidenta del Senado Eva Copa, en torno a los cambios a último momento, como los dos tercios.

Están haciendo de su gestión un barato circo, una amarga realidad advertida que como un reloj inútil la democracia dejó de funcionar. Quedó atrás un tiempo estéril y estamos paralizados en medio de la nada. Los habitantes de este país, merecedores de mejor destino, sólo observan el arbitrario proceder de quienes gobiernan. Muchos inocentes que no sospechan la mentira son una especie de tristeza atascada en el tiempo, y una niebla espectral domina sus días.

La ira, la mentira (no la justicia porque está podrida), con toda su desvergüenza emitió la sentencia  adornada de ignominia al condenarla a diez años de ergástula.

Oportuno recordar a Choquehuanca, hábil metafisicólogo, que el gran sexto principio hermético ―el principio de causa y efecto― incorpora la verdad de que la ley compenetra el universo; que nada sucede por casualidad; que casualidad es meramente un término que indica una causa existente pero no reconocida o percibida; que los fenómenos son continuos, sin ruptura o excepción.

A Choquehuanca no le queda otra que entender que cada vez que realizamos una acción creamos una energía que puede ser positiva o negativa, en función de la acción que hayamos realizado, que acabará volviendo al MAS. Todo tiene su límite; no despertemos la ira del inca”. El boliviano, hoy más que nunca, esta defraudado por el cinismo institucionalizado.


Julio Ríos Calderón, es escritor y consultor