LA FOTOGRAFÍA EN BLANCO Y NEGRO EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
BLACK
AND WHITE
La característica más
importante de la fotografía en blanco y negro es el contraste entre colores. Si
bien es una limitante, los artistas encontraron maneras de expresarse a través
de tonalidades de grises. Los artistas dieron importancia a las formas y a los
contrastes lumínicos.
La primera aparición de
un procedimiento fotográfico fue en 1824 por Niépce. Cuando este muere,
Daguerre continúa estudiando e investigando y en 1838 inventa el daguerrotipo:
el primer procedimiento que tiene una etapa de revelado. Las investigaciones continuaron
y la primera expresión fotográfica fue la fotografía en blanco y negro.
La fotografía analógica
consiste en capturar sobre una superficie la luz que reflejan los objetos. Tras
el revelado que descubrió Daguerre, y en un inicio, las fotografías solo se
podían revelar en estos dos colores: blanco y negro.
La fotografía nace como
una forma de documentar situaciones, no tenía ninguna intención artística. Poco
a poco y con las mejoras tecnológicas de las cámaras y facilidad de impresión
los fotógrafos tuvieron acceso y facilidad para explorar y jugar con la
fotografía. Esto abrió un camino novedoso para el arte.
Hoy en día hay muchos
artistas que siguen haciendo fotografía en blanco y negro. Es relevante que los
fotógrafos elijan un tema o concepto para desarrollar su obra, así capturan
imágenes que forman parte de una serie, es decir un número limitado de
fotografías que comparten la misma intención artística.
Para valorar el proceso
fotográfico y saber si es una buena fotografía hay que tener en cuenta muchos
aspectos, entre ellos la composición. La composición debe tener: profundidad,
equilibrio, perspectiva, orden o proporción. Es decir, la fotografía no es algo
sencillo (al contrario) ya que cada una tiene su propio lenguaje y dominarlo es
un arte.
La fotografía en blanco
y negro es un género fotográfico. Se basa, en cambio, en tonalidades que van
del blanco al negro pasando por los tonos medios (grises). Por ello también
asoma, como fotografía monocroma o en escala de grises. Una fotografía en blanco
y negro está, por lo tanto, desnuda de color, lo que la hace más profunda,
directa a la esencia, basada en la luz y la forma. La fotografía en blanco y
negro es instante, emoción y mensaje. Con poco (aquí entrevera su arte), sus
artistas son capaces de decirlo todo. Un ejemplo es la escalera de luz y
oscuridad.
Las imágenes en blanco
y negro transmiten dramatismo y emoción, nos despojan del decorado y nos
enseñan lo que hay bajo la superficie; el alma, la esencia.
Una foto en blanco y negro nos impacta por el simple hecho de mostrarnos una realidad diferente a la que ven nuestros ojos. Hay que ir más allá de lo que interpretan los ojos habituados al color, hay que iluminar el cerebro a imaginar, a ver las líneas, las formas y el equilibrio. Ver las luces y sombras, la historia que desprende una escena, su atemporalidad y su belleza en el estado más crudo.
Las fotos que funcionan
mejor en blanco y negro son aquellas que, para empezar, no basan su composición
en el color. Es decir, no tiene mucho sentido pasar a monocromo una imagen que
tiene el color como ingrediente principal de la composición, como por ejemplo
esta: Las composiciones con líneas.
Composiciones
minimalistas. Imágenes con elevado contraste. Texturas. Retratos. Formas
abstractas. Espacio negativo. Días nublados. Clave alta y baja (dramatismo).
Imágenes con marcada atemporalidad. Fotografía de calle. Arquitectura.
Cuando se despoja a una
imagen de su color, la luz y la composición cobran un papel aún más relevante
si cabe. La iluminación es el reto de cualquier fotógrafo, independientemente
de la materia en la que quiera profundizar. Al dominas la luz, se conquista el
90% del trabajo hecho.
Los artistas evitan las
zonas subexpuestas: ella prueba a derechear el histograma para evitar el ruido.
Juega con las sombras. Con los contraluces. Con las imágenes de alto contraste.
Busca situaciones de luz interesantes (días nublados, luces muy puntuales).
Escoge un modo de medición adecuado para cada situación. Activa el histograma y
se deja guiar por lo que aparece en él y no por lo que ves en pantalla.
Para trabajar en blanco
y negro y obtener los mejores resultados, hay
aspectos que configura la cámara en formato RAW: Este es el que conserva
una mayor información con la que se trabaja en el revelado de la imagen. A
diferencia del JPEG, el formato RAW no realiza ningún ajuste predeterminado en
la cámara como sí lo hace el JPEG, que implica que la cámara en JPEG está
tomando decisiones artísticas francamente extraordinarias.
El artista trabaja en
modo manual: Le permite decidir cada uno de los aspectos de la toma. La
composición forma parte del proceso de abstracción que hacen cuando fotografían
en monocromo. Añaden a una buena dosis de intuición y de abstracción y, sobre
todo, intentan pensar la imagen en blanco y negro antes de apretar el
obturador.
Los artistas del negro
y blanco, utilizan la regla de los tercios para situar a su protagonista dentro
del encuadre. Buscan las líneas que son potentes elementos compositivos para
dirigir la mirada del espectador. Encuadran en horizontal y vertical.
Buscan patrones, juegan
con el ritmo y rompen el ritmo. Juegan con las luces y sombras como un elemento
compositivo. Ejemplo de composición fotográfica en blanco y negro: Parejas,
hombre o mujer en un banco. Si hay un tema que le va perfectamente al blanco y
negro son los retratos. Es, por sí mismo, un tipo de fotografía llena de
sentimiento, por lo que pone de máximo relieve al uso del blanco y negro, dando
muy buenos resultados.
En esta realidad los artistas de la fotografía en negro y blanco, busca fondos lisos o con poca información para destacar a su protagonista. Utiliza la apertura de diafragma para desenfocar en fondo. Práctica con la clave alta y baja. Juegan con la iluminación.
Los paisajes en blanco
y negro son auténticas oportunidades para conseguir imágenes impresionantes.
Quizá no es el tema que a priori piensan para una foto en blanco y negro, pero
lo cierto es que son grandes protagonistas de tus imágenes en escala de grises.
Si bien requieren de una buena dosis de abstracción, consiguen resultados
realmente asombrosos.
La fotografía analógica
nunca se fue y nunca se irá, y mucho menos la fotografía analógica en blanco y
negro. Si la digital tiene ventajas difíciles de superar por el carrete, lo
cierto es que la emoción de revelar una imagen a la antigua usanza, su magia,
nada la puede superar.
Las mejores fotos en
blanco y negro han sido pensadas en escala de grises y llevan años de práctica
y experiencia detrás. Son fotos en blanco y negro artísticas, sí, pero también
son muchísimo más.
Las mejores fotos en
blanco y negro transmiten, evocan, cuentan una historia, nos conmueven. Ese es
el objetivo detrás de cada una de las imágenes que producen. El blanco y negro
no caducan; existen grandes fotógrafos de todas las épocas hasta la fecha, y
aparecerán más.
Los artistas del negro y blanco más representativos son Sally Mann,Chema Madoz, Sebastião Salgado, Cristina García Rodero, Ansel Adams, Marc Riboud, Munem Wasif, Joana Biarnés, Garry Winogrand, Elliot Erwitt, Dorothea Lange, Robert Doisneau, Fan Ho, Vivian Maier, Irving Penn, Josef Koudelka, Diane Arbus, Robert Mapplethorpe, Richard Avedon.
Por Julio Ríos
El artista de la fotografía en negro y blanco recorre un camino personal que sostiene su propia manera de asumir la fotografía como arte, además de técnica. El concepto fotográfico —la idea que sostiene la imagen, lo sustenta el mensaje que expresa—, es quizás, la interpretación más profunda sobre el hecho de la imagen como concepto artístico. La capacidad para expresar el contenido de una imagen, conceptualizar el mundo que rodea a los fotógrafos y fotógrafas, son símbolos personales y sensoriales reconocibles.
Su arte, como código y símbolo subjetivo, parece construirse a partir de la percepción de la imagen no sólo como producto técnico, sin como resultado sutil y bello al captar con el lente a las más clásicas artisas del cine. Sin duda, el genuino reflejo sobre la opinión, metáforas privadas e ideas de los cultores del negro y blanco. Una estructura esencial que tiene por objetivo no sólo captar la realidad —a pesar que puede hacerlo— sino también, reflexionar sobre lo subjetivo desde una perspectiva esencial, es el objetivo de quienes ejercen la técnica en negro y blacno.
Miran con ojos nuevos lo que los demás observamos con vista cansada en la angustia de sobreexistir. Estos fotógrafos están perdidamente enamorados del obturador de su cámara fotográfica, que les permite controlar el tiempo que siempre está expuesto al sensor y a la acción de la luz. Mientras el diafragma controla la intensidad de la luminaria, el obturador controla el tiempo de la exposición.
Marylin Monroe —la artista ilustra esta crónica por intermedio de una fotografía suya en la que asoma muy elegante a través de una camisa abierta (open blouse) y muy escotada sin sujetador que la viste sutilmente con el cuerpo desnudo por debajo; una segunda toma que ha dado la vuelta el mundo es de Monroe expresando que siempre duerme desnuda y que sólo se pone cinco gotitas de Chanel—, ha sido fotografiada en negro y blanco al igual que Rita Hayworth —la observamos en esta misma crónica vestida con atuendo tipo tul sin sujetador y muy escotado, cubriendo sutilmente sus pechos desnudos; en la segunda foto de Rita, ella es fotografiada con una prenda muy transparente sin sostén y con la piel totalmente desnuda por debajo—, fue otra gran artista, la más bella del mundo en su época.
En Bolivia, la fotógrafa brasilero-boliviana, Kira Lottersberger, es una de las más importantes en el tratamiento del blanco y negro. Ella acerca un gran talento que provoca que sus trabajos alcancen la perfección. Nacida bajo el signo zodiacal de Virgo, Kira es un ser mutable de la tierra; su espíritu crítico, precisión, reserva, paciencia y convencionalismo, le caracterizan. Ella es lógica, metódica y aplicada, le gusta aprender y es capaz de analizar las situaciones más complejas con una claridad pasmosa.
Su fotografía, depende de una herramienta eminentemente artística que lleva a efecto, pero sin duda es algo más que la tecnología que sustenta su cámara. Cada fotografía de Kira, es una combinación profunda de ideas y percepciones de la realidad, que construyen un código visual coherente y sobre todo, trascendente. Es la imagen que se transforma en idea.
La sensibilidad de los fotógrafos en esta técnica, hace más sencilla la captura de la imagen y su procesamiento como elemento técnico, ellos en realidad sostienen su poder visual de cualquier creación que depende de las decisiones artísticas e intelectuales. El juego de su cámara y cómo las sostiene, entrevera una serie de análisis intuitivos sobre los que se plasma la creación de de toda foto.
La imagen no solo alumbra su mundo sino que además lo sostiene y le brinda sentido. Es la manera en que todo fotógrafo del blanco y negro, asume la belleza, de alimentar la forma en que se comprende y se asume como parte de su representación creativa. Son fotógrafos por pasión y por devoción.
Forman un mundo personal que tiene un significado alegórico; además, resisten sobre cierta percepción sobre su identidad. Sus fotografías van más allá de la belleza que construye imágenes lentas que se oponen a la estética de la instantánea. Pasa a ser el soporte donde los autores expresan su discurso y el objeto de respeto por sus gamas de grises y otros alcances hábiles o compositivos.
Por otro lado nos encontramos con imágenes realizadas que son de tal perfección que se convierten en arte por si solas, por su hermosura y su perfecta realización a la hora de tomar la foto. Cuando disparan en blanco y negro, transmiten la esencia del protagonista fotografiado.
El tratamiento de las sombras en las fotografías en blanco y negro de Lottersberger son magistrales. Sus sombras son sutiles y detalladas, hace que sus fotografías gusten, entretengan, llamen a contemplarla. Los fotografós del Black and white, nos brindadn una extrarodinaria y completa figura de sombras profundas y toques de luz nítidos que hace que una foto en blanco y negro sea óptima.
El contraste también incluye un componente de proximidad. Las fotos contienen una alta diferencia que transmite una sensación de intensidad dinámica, debido a las sombras oscuras. Por eso les gusta añadir disparidad a las fotos monocromáticas. Ayuda a que sus iconografías se destaquen.
Los tonos son la piedra angular de toda fotografía en blanco y negro. Incluso las pequeñas variaciones en los tonos que capturan pueden cambiar las emociones de una foto de manera significativa. Personalmente, me gusta la apariencia de las fotografías oscuras de ellos, tanto monocromáticas como en color. Pero los tonos específicos que funcionan mejor aparecen de la escena que ellos están fotografiando con una versión más clara.
Las inflexiones de sus obras, ya sean oscuros o brillantes, se armonizan con el carácter del propio del protagonista. Los usan deliberadamente para contar la historia que tienen en mente. Cada foto es una colección de formas, simples o complejas. Cuando eliminan el color de su caja de herramientas, las formas se vuelven aún más importantes como parte de la historia que cuentan. No hay color para hacer una imagen más familiar (o más abstracta, si ese es su objetivo). Por lo tanto, sus formas son especialmente importantes; son una de las principales maneras para que un espectador le de sentido y se vea seducido por su imagen. Las texturas que capturan tienen el poder de dar emoción a una foto.
Siempre enfatizan el contraste en las fotos que dispara. Cuando toma una perspectiva, piensa en cómo se verá en blanco y negro. Un artista o una protagonista en las redes sociales se verán interesantes cuando se contraste con un objeto oscuro. Una mujer desnuda captada con en su anatomía delantera a través de un escote pronunciado, se vera sutimente preciosa.
En su acción, la silueta de una persona femenina con pelo rubio frente a un fondo claro crea un contraste asombroso. Estos fotógrafos manejan con mucha proligidad la figura del desnudo. Dominan la fisiología de los cuerpos que fotografían, que completamente desarropados, la generosa anatomía que proyecta de ellos es de acabado perfecto. Es fundamental en el trabajo de los artistas del negro y blanco, el pincelado sensual, donde cada figura se rocía de erotismo. Atrae, enamora. Los ojos son plasmados con destreza, como si estos fueran dos lagos de agua cristalina que llama, moja, inunda y ahoga. El erotismo en sus estampas permite entrever a una mujer que sin vacilación alguna se la aprecia con la ropa y la piel desnuda interiormente.
Las fotógrafas y los fotógrafos prestan especial atención a la interacción de la luz y las sombras cuando hacen retratos monocromáticos. La iluminación es cuidadosa para esculpir la forma de la cara de una hermosa mujer o llamar la atención sobre ciertos rasgos que asombran, como la mirada en los ojos o la textura de sus manos y la figura femenina en diferentes distintivos. Los resultados lo dicen todo.
By Julio Ríos
VERY LOW-CUT THROUGH A TRANSPARENT MARYLIN GARMENT WITH BARE BREASTS UNDERNEATH THE FABRIC WEARING WITH BARE SKIN UNDERNEATH.
The artist of black and white photography follows a personal path that supports his own way of assuming photography as an art as well as a technique. The photographic concept —the idea that sustains the image, the message it expresses— is perhaps the most profound interpretation of the fact of the image as an artistic concept. The ability to express the content of an image, to conceptualise the world that surrounds photographers, are recognisable personal and sensory symbols.
Their art, as a subjective code and symbol, seems to be constructed from the perception of the image not only as a technical product, but also as a subtle and beautiful result of capturing with the lens the most classical artistry of cinema. Undoubtedly, the genuine reflection on the opinion, private metaphors and ideas of the black and white culturists. An essential structure that aims not only to capture reality —although it can do so— but also to reflect on the subjective from an essential perspective, is the aim of those who practice the black and white technique.
They look with new eyes at what the rest of us observe with tired eyes in the anguish of overexistence. These photographers are madly in love with the shutter of their camera, which allows them to control the time that is always exposed to the sensor and the action of light. While the diaphragm controls the intensity of the light, the shutter controls the time of exposure.
Marylin Monroe —the artist illustrates this chronicle by means of a photograph of her in which she looks very elegant through an open shirt (open blouse) and very low-cut without a bra that subtly dresses her naked body underneath; a second shot that has gone around the world is of Monroe expressing that she always sleeps naked and that she only wears five drops of Chanel—, she has been photographed in black and white just like Rita Hayworth —we see her in this same chronicle dressed in tulle-like attire without a bra and very low-cut, subtly covering her naked breasts; in the second photo of Rita, she is photographed in a very transparent garment without a bra and with totally bare skin underneath— was another great artist, the most beautiful in the world at the time.
In Bolivia, the Brazilian-Bolivian photographer, Kira Lottersberger, is one of the most important in the treatment of black and white. She brings a great talent that makes her works reach perfection. Born under the zodiac sign of Virgo, Kira is a mutable being of the earth; her critical spirit, precision, reserve, patience and conventionality characterise her. She is logical, methodical and applied, likes to learn and is able to analyse the most complex situations with astonishing clarity.
Her photography depends on an eminently artistic tool that she carries into effect, but it is undoubtedly more than just the technology that supports her camera. Each of Kira's photographs is a profound combination of ideas and perceptions of reality, which build a coherent and, above all, transcendent visual code. It is the image that is transformed into an idea.
The sensitivity of the photographers in this technique makes it easier to capture the image and process it as a technical element, they actually hold the visual power of any creation that depends on artistic and intellectual decisions. The play of his camera and how he holds them, interweaves a series of intuitive analyses upon which the creation of any photograph is shaped.
The image not only illuminates his world but also sustains it and gives it meaning. It is the way in which every black and white photographer assumes beauty, nourishing the way in which it is understood and assumed as part of their creative representation. They are photographers by passion and devotion.
They form a personal world that has allegorical meaning; moreover, they resist a certain perception of their identity. Their photographs go beyond the beauty that constructs slow images that oppose the aesthetics of the snapshot. It becomes the support where the authors express their discourse and the object of respect for its grey ranges and other skilful or compositional scopes.
On the other hand, we find images of such perfection that they become art in their own right, because of their beauty and their perfect execution at the time of taking the picture. When they are shot in black and white, they transmit the essence of the protagonist photographed.
The treatment of shadows in Lottersberger's black and white photographs are masterly. His shadows are subtle and detailed, making his photographs pleasing, entertaining and compelling to contemplate. Black and white photographs give us an extraordinary, full figure of deep shadows and sharp highlights that make for an optimal black and white photograph.
Contrast also includes a proximity component. The photos contain a high difference that conveys a sense of dynamic intensity, due to the dark shadows. That's why they like to add disparity to monochrome photos. It helps their iconography stand out.
Tones are the cornerstone of all black and white photography. Even small variations in the tones they capture can change the emotions of a photo significantly. Personally, I like the look of dark photographs of them, both monochrome and colour. But the specific tones that work best appear from the scene they are photographing with a lighter version.
The inflections in their work, whether dark or bright, harmonise with the character of the protagonist himself. They use them deliberately to tell the story they have in mind. Each picture is a collection of shapes, simple or complex. When they remove colour from their toolbox, the shapes become even more important as part of the story they tell. There is no colour to make an image more familiar (or more abstract, if that is your goal). Therefore, your shapes are especially important; they are one of the main ways for a viewer to make sense of and be seduced by your image. The textures you capture have the power to give emotion to a photo.
Always emphasise contrast in the photos you shoot. When you take a perspective, think about how it will look in black and white. An artist or a protagonist on social media will look interesting when contrasted with a dark object. A naked woman captured with her front anatomy through a plunging neckline will look subtly gorgeous.
In action, the silhouette of a female person with blonde hair against a light background creates a striking contrast. These photographers handle the nude figure with great proficiency. They master the physiology of the bodies they photograph, which, fully developed, the generous anatomy they project from them is perfectly finished. It is fundamental in the work of the black and white artists, the sensual brushstroke, where each figure is sprinkled with eroticism. It attracts, enamours. The eyes are skillfully captured, as if they were two lakes of crystalline water that calls, wets, floods and drowns. The eroticism in his pictures gives a glimpse of a woman who can be seen without any hesitation, with her clothes and skin naked inside.
Photographers pay special attention to the interplay of light and shadow when taking monochrome portraits. The lighting is careful to sculpt the shape of a beautiful woman's face or to draw attention to certain striking features, such as the look in the eyes or the texture of her hands and the female figure in different guises. The results say it all.
Por Julio Ríos
MUITO DECOTADO ATRAVÉS DE UMA PEÇA DE VESTUÁRIO TRANSPARENTE DE MARYLIN COM SEIOS NUS POR BAIXO DO TECIDO VESTINDO COM A PELE NUA POR BAIXO
O artista da fotografia em preto e branco segue um caminho pessoal que suporta sua própria maneira de assumir a fotografia como uma arte e também como uma técnica. O conceito fotográfico - a idéia que sustenta a imagem, a mensagem que ela expressa - é talvez a interpretação mais profunda do fato da imagem como um conceito artístico. A capacidade de expressar o conteúdo de uma imagem, de conceituar o mundo que envolve os fotógrafos, são símbolos pessoais e sensoriais reconhecíveis.
Sua arte, como código subjetivo e símbolo, parece ser construída a partir da percepção da imagem não apenas como um produto técnico, mas também como um resultado sutil e belo de capturar com a lente a arte mais clássica do cinema. Sem dúvida, a genuína reflexão sobre a opinião, as metáforas privadas e as idéias dos culturistas negros e brancos. Uma estrutura essencial que visa não apenas capturar a realidade —embora ela possa fazer— mas também refletir sobre o subjetivo a partir de uma perspectiva essencial, é o objetivo daqueles que praticam a técnica do preto e branco.
Eles olham com novos olhos para o que o resto de nós observamos com olhos cansados na angústia da superexistência. Estes fotógrafos estão loucamente apaixonados pelo obturador de sua câmera, o que lhes permite controlar o tempo que está sempre exposto ao sensor e a ação da luz. Enquanto o diafragma controla a intensidade da luz, o obturador controla o tempo de exposição.
Marylin Monroe —a artista ilustra esta crônica por meio de uma fotografia dela na qual ela fica muito elegante através de uma camisa aberta (blusa aberta) e muito decotada sem um sutiã que veste sutilmente seu corpo nu embaixo; uma segunda foto que deu a volta ao mundo é de Monroe expressando que ela sempre dorme nua e que usa apenas cinco gotas de Chanel-, ela foi fotografada em preto e branco como Rita Hayworth—, nós a vemos nesta mesma crônica vestida com trajes tipo tule sem sutiã e muito decotada, cobrindo sutilmente seus seios nus; na segunda foto de Rita, ela é fotografada em uma roupa muito transparente sem sutiã e com a pele totalmente nua por baixo—, foi outra grande artista, a mais bela do mundo na época.
Na Bolívia, a fotógrafa brasileiro-boliviana Kira Lottersberger é uma das mais importantes no tratamento de preto e branco. Ela traz um grande talento que faz com que suas obras alcancem a perfeição. Nascida sob o signo zodiacal de Virgo, Kira é um ser mutável da terra; seu espírito crítico, precisão, reserva, paciência e convencionalidade a caracterizam. Ela é lógica, metódica e aplicada, gosta de aprender e é capaz de analisar as situações mais complexas com uma clareza espantosa.
Sua fotografia depende de uma ferramenta eminentemente artística que ela carrega em efeito, mas é sem dúvida mais do que apenas a tecnologia que suporta sua câmera. Cada uma das fotografias de Kira é uma profunda combinação de idéias e percepções da realidade, que constrói um código visual coerente e, acima de tudo, transcendente. É a imagem que se transforma em uma idéia.
A sensibilidade dos fotógrafos nesta técnica facilita a captura da imagem e seu processamento como elemento técnico, eles realmente detêm o poder visual de qualquer criação que dependa de decisões artísticas e intelectuais. O jogo de sua câmera e a forma como ele as segura, entrelaça uma série de análises intuitivas sobre as quais a criação de qualquer fotografia é moldada.
A imagem não apenas ilumina seu mundo, mas também o sustenta e lhe dá sentido. É a maneira pela qual todo fotógrafo preto e branco assume a beleza, alimentando a maneira pela qual ela é compreendida e assumida como parte de sua representação criativa. Eles são fotógrafos por paixão e devoção.
Eles formam um mundo pessoal que tem um significado alegórico; além disso, eles resistem a uma certa percepção de sua identidade. Suas fotografias vão além da beleza que constrói imagens lentas que se opõem à estética do instantâneo. Ela se torna o suporte onde os autores expressam seu discurso e o objeto de respeito por suas faixas cinzentas e outros escopos habilidosos ou composicionais.
Por outro lado, encontramos imagens de tal perfeição que se tornam arte por direito próprio, por causa de sua beleza e sua perfeita execução no momento de tirar a foto. Quando são fotografadas em preto e branco, elas transmitem a essência do protagonista fotografado.
O tratamento das sombras nas fotografias em preto e branco da Lottersberger é magistral. Suas sombras são sutis e detalhadas, tornando suas fotografias agradáveis, divertidas e atraentes para a contemplação. As fotografias em preto e branco nos dão uma figura extraordinária e completa de sombras profundas e destaques nítidos que fazem uma ótima fotografia em preto e branco.
O contraste também inclui um componente de proximidade. As fotos contêm uma alta diferença que transmite uma sensação de intensidade dinâmica, devido às sombras escuras. É por isso que eles gostam de acrescentar disparidade às fotos monocromáticas. Isso ajuda sua iconografia a se destacar.
Os tons são a pedra angular de toda fotografia em preto e branco. Mesmo pequenas variações nos tons que eles capturam podem mudar significativamente as emoções de uma foto. Pessoalmente, gosto da aparência de fotografias escuras deles, tanto monocromáticas quanto coloridas. Mas os tons específicos que funcionam melhor aparecem da cena que eles estão fotografando com uma versão mais leve.
As inflexões em seu trabalho, sejam escuras ou brilhantes, se harmonizam com o caráter do próprio protagonista. Eles os usam deliberadamente para contar a história que têm em mente. Cada foto é uma coleção de formas, simples ou complexas. Quando retiram a cor de sua caixa de ferramentas, as formas se tornam ainda mais importantes como parte da história que contam. Não há cor para tornar uma imagem mais familiar (ou mais abstrata, se esse for o seu objetivo). Portanto, suas formas são especialmente importantes; elas são uma das principais maneiras de um espectador fazer sentido e ser seduzido por sua imagem. As texturas que você capta têm o poder de dar emoção a uma foto.
Sempre enfatize o contraste nas fotos que você fotografa. Quando você toma uma perspectiva, pense em como ela vai ficar em preto e branco. Um artista ou um protagonista das mídias sociais parecerá interessante quando contrastado com um objeto escuro. Uma mulher nua capturada com sua anatomia frontal através de um decote mergulhante parecerá sutilmente linda.
Em ação, a silhueta de uma pessoa feminina com cabelos loiros contra um fundo claro cria um contraste marcante. Estes fotógrafos manipulam a figura nua com grande proficiência. Eles dominam a fisiologia dos corpos que fotografam, que, totalmente desenvolvida, a generosa anatomia que projetam deles está perfeitamente acabada. É fundamental no trabalho dos artistas negros e brancos, a pincelada sensual, onde cada figura é salpicada de erotismo. Ela atrai, enamora. Os olhos são habilmente capturados, como se fossem dois lagos de água cristalina que chamam, molham, inundam e afogam. O erotismo em seus quadros dá um vislumbre de uma mulher que pode ser vista sem qualquer hesitação, com sua roupa e pele nua por dentro.
Os fotógrafos prestam atenção especial à interação de luz e sombra ao tirar retratos monocromáticos. A iluminação é cuidadosa para esculpir a forma do rosto de uma bela mulher ou para chamar a atenção para certos traços marcantes, como o olhar nos olhos ou a textura de suas mãos e a figura feminina em diferentes disfarces. Os resultados dizem tudo.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).
LA OBRA DE
Aquí presento a Kira Lottersberger (Romina Kira Román Lotterberger), nacida el 2 septiembre de 1971, en el estado de Mato Grosso do Sul, Capital del Pantanal, Campo Grande, una ciudad llena de misterios escondidos en la arquitectura de tendencias europeas mezcladas con el verde de la flora nativa y curvas de aguas grandes.
Estudió en el Instituto Luis de Albuquerque - ILA de su pequeña ciudad, dedicándose a la pintura y el diseño, mientras se dedicaba a formar a grupos de niños y adolescentes en estas áreas. Además, fue responsable durante 4 años consecutivos de la Galería de Artes del Órgano Cultural que llevaba el nombre de “Galería Xaraes”, dedicándose en sus tiempos libres a la comercialización de obras de grandes artistas de la época.
En el ILA ─que luego llegaría a denominarse Casa de la Cultura─, Kira también descubrió su gran pasión por la fotografía, trabajando paralelamente como fotógrafa asistente. Su desarrollo profesional en ese segundo hogar, más las fuerzas del destino y su experiencia con el paso del tiempo, hicieron que la artista empiece a crear raíces profundas en sus instintos artísticos. Como un gran volcán, esta pasión fue madurando cada vez más el deseo de entrar en erupción; con ideas que nunca durmieron y que crecían día a día en su interior, sedientas del deseo de materializarse, de crear.
Fue cuestión de tiempo para que ella decidiera que era el momento de pausar su relación con el diseño y la pintura, para involucrarse con la nueva pasión que había descubierto y necesitaba desarrollar: el trabajo cercano con el obturador.
La creación de imágenes antes soñadas, sumadas al deseo de producir y buscar formas asexuadas, dan lugar al encuentro con su YO personal, el mismo que empieza a compartir con muchos otros artistas, con sus experimentaciones y exposiciones visuales.
Así surge su incursión completa
en el arte de fotografiar, la satisfacción en cada producción realizada, la
seriedad de cada composición. El transcurrir del vivir es el crecer
interminable en cada curva, en cada color, en cada cuerpo, cada composición
elegida por Lottersberger como tema de expresión. Existe un sentir particular
al elegir una figura, un espacio; es algo íntimo que se transmite al modelo
elegido, para que éste se incluya como parte y complemento del equipo que se
forma en cada producción fotográfica; es el punto donde la obra se complementa
y consecuentemente se completa.
Kira Lottersberger —la artista ilustra esta crónica por intermedio de una fotografía suya en la que asoma muy elegante a través de una singular falda calada y un atuendo color negro muy escotado sin sujetador que lo viste sutilmente con el cuerpo desnudo por debajo—, es una fotógrafa y artista plástica revestida de un gran talento que provoca que sus trabajos alcancen la perfección. Nacida bajo el signo zodiacal de Virgo, Kira es un ser mutable de la tierra; su espíritu crítico, precisión, reserva, paciencia y convencionalismo, le caracterizan. Ella es lógica, metódica y aplicada, le gusta aprender y es capaz de analizar las situaciones más complejas con una claridad pasmosa.
Su visita por un mes a Bolivia, con la finalidad de renovar sus ideas y conocer nuevos ambientes, se convirtieron en una estadía de más de 12 años, llegando a tener publicaciones en diferentes medios de comunicación, debido a que su trabajo despertó el interés y el respeto de algunos canales de televisión y revistas de prestigio, donde ejerció el oficio de la fotografía. De la misma forma, son sus propios colegas de profesión los que también suelen destacarla por despertar las miradas y dirigir las incursiones hacia nuevas perspectivas en el mundo de la fotografía, así como en el tema de la moda, con producciones en gala, novias, tendencias de temporada y otros más.
Así es como la brasilera, hija de padre boliviano y madre argentina, hizo su historia en Bolivia, desempeñando un trabajo continuo y dedicado a su profesión, que continúa ─y con mucha mayor fuerza y dedicación─ hoy en día.
Kira es hija de Ruben Darío Román Añez, artista plástico boliviano, radicado en el Brasil y Deisy Lottesberger Vargas (+), de nacionalidad argentina. Tiene tres hijos: Felipe Román Lottersberger Ibrahim, Raquel Román Lottersberger Medeiros y Mateus Román Lottersberger Borges.
A OBRA DE
Kira Lottersberger
Aqui apresento Kira Lottersberger (Romina Kira Román Lotterberger), nascida em 2 de setembro de 1971, no estado do Mato Grosso do Sul, capital do Pantanal, Campo Grande, uma cidade cheia de mistérios escondidos na arquitetura das tendências européias misturados com o verde da flora nativa e curvas de grandes águas.
Ele estudou no Instituto Luis de Albuquerque - ILA em sua pequena cidade, dedicandose à pintura e ao design, enquanto formava grupos de crianças e adolescentes nestas áreas. Além disso, ele foi responsável por 4 anos consecutivos da Galeria de Artes do Órgão Cultural que levava o nome de "Galeria Xaraes", dedicando-se em seu tempo livre à comercialização de obras de grandes artistas da época.
No ILA —mais tarde renomeado Casa de la Cultura— Kira também descobriu sua grande paixão pela fotografia, trabalhando em paralelo como fotógrafa assistente. Seu desenvolvimento profissional naquela segunda casa, mais as forças do destino e sua experiência ao longo do tempo, fez com que a artista começasse a criar raízes profundas em seus instintos artísticos. Como um grande vulcão, esta paixão amadurecia cada vez mais o desejo de irromper; com idéias que nunca dormiam e que cresciam dia após dia dentro dela, sedentas do desejo de se materializar, de criar.
Era apenas uma questão de tempo até que ela decidisse que era hora de pausar sua relação com o design e a pintura, para se envolver com a nova paixão que ela havia descoberto e precisava desenvolver: um trabalho próximo com o obturador.
A criação de imagens anteriormente sonhadas, juntamente com o desejo de produzir e buscar formas assexuadas, deu origem ao encontro com seu ME pessoal, o mesmo que ele começou a compartilhar com muitos outros artistas, com suas experimentações e exposições visuais.
É assim que surge sua completa incursão na arte da fotografia, a satisfação em cada produção, a seriedade de cada composição. A passagem da vida é o crescimento infinito em cada curva, em cada cor, em cada corpo, em cada composição escolhida pela Lottersberger como tema de expressão. Há um sentimento particular ao escolher uma figura, um espaço; é algo íntimo que se transmite ao modelo escolhido, de modo que este último é incluído como parte e complemento da equipe que se forma em cada produção fotográfica; é o ponto onde o trabalho se complementa e consequentemente se completa.
Kira Lottersberger —a artista ilustra esta crônica através de uma fotografia de si mesma na qual ela aparece muito elegante através de uma singular saia de trabalho aberto e uma roupa preta muito decotada sem sutiã e com muita pele nua, isenta de roupa íntima; ela não usa colete, nem roupa íntima básica, nem top; pelo contrário, ela a veste sutilmente com seu tronco descoberto e seu corpo nu por baixo— é uma fotógrafa e artista plástica com um grande talento que faz com que suas obras alcancem a perfeição. Nascida sob o signo zodiacal de Virgo, Kira é um ser mutável da terra; seu espírito crítico, precisão, reserva, paciência e convencionalidade a caracterizam. Ela é lógica, metódica e aplicada, gosta de aprender e é capaz de analisar as situações mais complexas com uma clareza espantosa.
Sua visita de um mês à Bolívia, com o objetivo de renovar suas idéias e conhecer novos ambientes, transformou-se em uma estadia de mais de 12 anos. Ela foi publicada em diferentes meios de comunicação, já que seu trabalho despertou o interesse e o respeito de alguns canais de televisão e revistas de prestígio, onde trabalhou como fotógrafa. Da mesma forma, são seus próprios colegas profissionais que também tendem a destacá la por despertar olhares e direcionar as incursões para novas perspectivas no mundo da fotografia, bem como no tema da moda, com produções em gala, noivas, tendências sazonais e muito mais.
Foi assim que a brasileira, filha de pai boliviano e mãe argentina, fez sua história na Bolívia, realizando um trabalho contínuo e dedicado à sua profissão, que continua ─and com muito mais força e dedication─ hoje.
Kira é filha de Ruben Darío Román Añez, artista plástico boliviano, sediado no Brasil, e Deisy Lottesberger Vargas (+), de nacionalidade argentina. Ela tem três filhos: Felipe Román Lottersberger Ibrahim, Raquel Román Lottersberger Medeiros e Mateus Román Lottersberger Borges.
THE OBRA OF
Kira Lottersberger
Here I present Kira Lottersberger (Romina Kira Román Lotterberger), born on 2 September 1971, in the state of Mato Grosso do Sul, capital of the Pantanal, Campo Grande, a city full of mysteries hidden in the architecture of European trends mixed with the green of the native flora and curves of great waters.
He studied at the Luis de Albuquerque Institute - ILA in his small town, dedicating himself to painting and design, while training groups of children and teenagers in these areas. In addition, he was in charge for 4 consecutive years of the Arts Gallery of the Cultural Organ that carried the name "Galeria Xaraes", dedicating in his spare time to the commercialization of works of great artists of the time.
At the ILA - later renamed Casa de la Cultura - Kira also discovered her great passion for photography, working in parallel as assistant photographer. Her professional development in that second home, plus the forces of fate and her experience over time, meant that the artist began to take deep roots in her artistic instincts. Like a great volcano, this passion matured more and more the desire to erupt; with ideas that never slept and that grew day after day inside her, thirsty for the desire to materialize, to create.
It was only a matter of time before she decided it was time to pause her relationship with design and painting, to engage with the new passion she had discovered and needed to develop: close work with the shutter.
The creation of previously dreamed images, together with the desire to produce and seek asexual forms, gave rise to the encounter with his personal ME, the same one he began to share with many other artists, with his experimentations and visual exhibitions.
This is how his complete incursion into the art of photography emerges, the satisfaction in each production, the seriousness of each composition. The passage of life is the infinite growth in each curve, in each colour, in each body, in each composition chosen by Lottersberger as a subject of expression. There is a particular feeling when choosing a figure, a space; it is something intimate that is transmitted to the chosen model, so that the latter is included as part and complement of the team that is formed in each photographic production; it is the point where the work complements and consequently completes itself.
Kira Lottersberger —the artist illustrates this chronicle through a photograph of herself in which she appears very elegant through a singular open work skirt and a very low-cut black outfit without bra and with a lot of bare skin, free of underwear; she wears neither waistcoat, nor basic underwear, nor top; on the contrary, she wears it subtly with her bare torso and her naked body underneath— is a photographer and artist with a great talent that makes her works reach perfection. Born under the zodiac sign of Virgo, Kira is a mutable being of the earth; her critical spirit, precision, reserve, patience and conventionality characterise her. She is logical, methodical and applied, enjoys learning and is capable of analysing the most complex situations with astonishing clarity.
Her one-month visit to Bolivia, with the aim of renewing her ideas and getting to know new environments, turned into a stay of more than 12 years. She was published in different media, as her work aroused the interest and respect of some prestigious television channels and magazines, where she worked as a photographer. Likewise, it is her own professional colleagues who also tend to highlight her for awakening glances and directing forays into new perspectives in the world of photography, as well as in the subject of fashion, with gala productions, brides, seasonal trends and much more.
This is how the Brazilian, daughter of a Bolivian father and Argentinian mother, made her history in Bolivia, carrying out a continuous and dedicated work to her profession, which continues ─and with much more strength and dedication─ today.
Kira is the daughter of Ruben Darío Román Añez, a Bolivian artist based in Brazil, and Deisy Lottesberger Vargas (+), an Argentinian national. She has three children: Felipe Román Lottersberger Ibrahim, Raquel Román Lottersberger Medeiros and Mateus Román Lottersberger Borges.