lunes, 28 de marzo de 2022

 

LA FOTOGRAFÍA EN BLANCO Y NEGRO EN TIEMPOS DE

LA COVID – 19


BLACK

AND

WHITE


La fotografía en blanco y negro, B/N o en inglés B/W (de black and white), es una frase adjetiva utilizada sobre todo en cine y fotografía para describir varias formas de tecnología visual.

La fotografía en blanco y negro se caracteriza por la ausencia de colorido, debido a su naturaleza química, que se compone de haluros de plata. 

En un primer paso, la película se expone a una determinada cantidad de luz en una cámara oscura o fotográfica, con lo que se obtiene una imagen latente que aún no se puede ver. 

Se revela con líquidos especiales, y puede pasarse por un baño de paro, con lo que se obtiene la imagen. Por último se fija la imagen, para que sea químicamente estable y no reaccione ante la luz ni ante otros agentes exteriores.

Hasta la década de 1970, las fotografías en blanco y negro eran el estándar de la toma fotográfica de entonces. 

Muchas formas de tecnología visual se han desarrollado inicialmente en blanco y negro y han evolucionado paulatinamente para incluir color. 

Se usa la expresión "blanco y negro", aun cuando en ocasiones las tecnologías visuales en cuestión incluyen varios matices de gris, además del blanco y el negro, o cuando se utiliza blanco y matices de un solo color, como el sepia.

Al contar con tecnología para hacer imágenes en color, la fotografía en blanco y negro se continúa utilizando debido a diferentes cualidades que solo ella ofrece.

Sobre todo el hecho de que la ausencia de color permite al espectador concentrarse en la forma y relación de lo fotografiado, sin tomar en cuenta los colores de los objetos.

Para que una fotografía en blanco y negro se considere buena, debe entrar en lo que se conoce como sistema de zonas, que consiste, a grandes rasgos, en que la fotografía tenga toda la gama de grises, desde el blanco más blanco hasta el negro más negro. 

El sistema de zonas es una técnica de blanco y negro diseñada por el fotógrafo Ansel Adams.

Entre los pioneros de la fotografía en blanco y negro en España destacan Xavier Miserachs, Ricard Terré y Oriol Maspons, además de Ramón Masats. 

Uno de los grandes maestros de la fotografía en blanco y negro fue el reconocido Henri Cartier-Bresson. 

El blanco y negro no solo se encuentra en la fotografía, sino también en películas y cortometrajes, algunos de los cuales han pasado a ser obras del séptimo arte.

En la fotografía, la luz es el elemento más importante en la construcción de imágenes. Son relevantes dentro de este concepto procedimientos relacionados con la descomposición y la desviación de la luz, los cuales nos permiten relacionar la fotografía con la ciencia, ya que es de esta última de donde retoma aspectos visuales, tratamientos químicos y fenómenos ópticos para lograr la formación de imágenes.

El descubrimiento de las sustancias fotosensibles se remonta a muchos años de antigüedad. El hombre observó por ejemplo que al retirar un objeto dejado durante algún tiempo sobre una hoja verde, ésta conservaba la silueta del objeto.

Durante la Edad Media los alquimistas en realidad ya conocían el efecto de la luz sobre el cloruro de plata, y los primeros experimentos datan del siglo XVII. Robert Boyle en 1663 describía que el cloruro de plata se vuelve negro al exponerse a la luz, aunque lo achacó al efecto oxidativo del aire, y en 1757 Giovanni Battista demostró que este efecto era debido a la acción de la luz.

A partir de entonces los estudios sobre la naturaleza de la luz fueron completándose, y se realizaron los primeros esfuerzos para fijar imágenes y dibujos por medio de la luz, pero estos acababan por degradarse.

 


LA OBRA DE

Kira Lottersberger

 

Por Julio Ríos

El artista recorre un camino personal que sostiene su propia manera de asumir la fotografía como arte, además de técnica. El concepto fotográfico —la idea que sostiene la imagen, lo sustenta el mensaje que expresa—, es quizás, la interpretación más profunda sobre el hecho de la imagen como concepto artístico. La capacidad para expresar el contenido de una imagen, conceptualizar el mundo que rodea a Kira Lottersberger, son símbolos personales y sensoriales reconocibles.

Su  arte, como código y símbolo subjetivo, parece construirse a partir de la percepción de la imagen no sólo como producto técnico —que puede serlo—, sino también, un genuino reflejo sobre la opinión, metáforas privadas e ideas suyas. Una estructura esencial que tiene por objetivo no sólo captar la realidad —a pesar que puede hacerlo— sino también, reflexionar sobre lo subjetivo desde una perspectiva esencial, es el objetivo de Kira Lottersberger.

Romina Kira Román Lotterberger, mira con ojos nuevos lo que los demás observamos con vista cansada en la angustia de sobreexistir. Ella está perdidamente enamorada del obturador de su cámara fotográfica, que le permite controlar el tiempo que siempre está expuesto al sensor y a la acción de la luz. Mientras el diafragma controla la intensidad de la luminaria, el obturador controla el tiempo de la exposición. Kira —la artista ilustra esta crónica por intermedio de una fotografía suya en la que asoma muy elegante a través de una singular falda calada y un atuendo color negro muy escotado sin sujetador que lo viste sutilmente con el cuerpo desnudo por debajo—, es una fotógrafa y artista plástica revestida de un gran talento que provoca que sus trabajos alcancen la perfección. Nacida bajo el signo zodiacal de Virgo, Kira es un ser mutable de la tierra; su espíritu crítico, precisión, reserva, paciencia y convencionalismo, le caracterizan. Ella es lógica, metódica y aplicada, le gusta aprender y es capaz de analizar las situaciones más complejas con una claridad pasmosa.

Su fotografía, depende de una herramienta eminentemente artística que lleva a efecto, pero sin duda es algo más que la tecnología que sustenta su cámara. Cada fotografía de Kira, es una combinación profunda de ideas y percepciones de la realidad, que construyen un código visual coherente y sobre todo, trascendente. Es la imagen que se transforma en idea.

La sensibilidad de esta artista, hace más sencilla la captura de la imagen y su procesamiento como elemento técnico, ella en realidad sostiene su poder visual de cualquier creación que depende de las decisiones artísticas e intelectuales de Lottersberger. El juego de su cámara y cómo la sostiene,  entrevera una serie de análisis intuitivos sobre los que crea. 

Romina Kira Román Lotterberger, mira con ojos nuevos lo que los demas observamos con vista cansada o atufada por la sobrevivencia de sobreexistir; ella está perdidamente enamorada del obtuvador

La imagen no solo alumbra su mundo sino que además lo sostiene y le brinda sentido. Es la manera en que Kira asume la belleza, de alimentar la forma en que se comprende y se asume como parte de su representación creativa. Es fotógrafa por pasión y por devoción.

Forma un mundo personal que tiene un significado alegórico; además, resiste sobre cierta percepción sobre su identidad. Su fotografía más allá de la belleza construye imágenes lentas que se oponen a la estética de la instantánea. Pasa a ser el soporte donde la autora expresa su discurso y el objeto de respeto por sus gamas de grises y otros alcances hábiles o compositivos.

Por otro lado nos encontramos con imágenes realizadas por Lottersberger que son de tal perfección que se convierten en arte por si solas, por su hermosura y su perfecta realización a la hora de tomar la foto. Cuando dispara en blanco y negro, transmite la esencia del protagonista o la protagonista fotografiada.

El tratamiento de las sombras en la fotografía en blanco y negro de Lottersberger es magistral. Sus sombras son sutiles y detalladas, hace que su fotografía guste, entretenga, llame a contemplarla. Ella asoma una extrarodinaria y completa figura de sombras profundas y toques de luz nítidos que hace que una foto en blanco y negro sea óptimo.

El contraste también incluye un componente de proximidad. Sus fotos contienen una alta diferencia que transmite una sensación de intensidad dinámica, debido a las sombras oscuras. Por eso le gusta añadir disparidad a las fotos monocromáticas. Ayuda a que su iconografía se destaque.

Los tonos son la piedra angular de toda fotografía en blanco y negro. Incluso las pequeñas variaciones en los tonos que captura pueden cambiar las emociones de una foto de manera significativa. Personalmente, me gusta la apariencia de las fotografías oscuras de Kira, tanto monocromáticas como en color. Pero los tonos específicos que funcionan mejor aparecen de la escena que ella está fotografiando con una versión más clara.

Las inflexiones de su obra, ya sean oscuros o brillantes, se armonizan con el carácter del propio del protagonista. Lo usa deliberadamente para contar la historia que tiene en mente. Cada foto de Lottersberger, es una colección de formas, simples o complejas. Cuando elimina el color de su caja de herramientas, las formas se vuelven aún más importantes como parte de la historia que cuenta. No hay color para hacer una imagen más familiar (o más abstracta, si ese es su objetivo). Por lo tanto, sus formas son especialmente importantes; son una de las principales maneras para que un espectador le de sentido y se vea seducido por su imagen. Las texturas que captura tienen el poder de dar emoción a una foto.

Kira siempre enfatiza el contraste en las fotos que dispara. Cuando toma una perspectiva, piensa en cómo se verá en blanco y negro. Un balerina se verá interesante cuando se contraste con un objeto oscuro. Un hombre de físico musculoso y tatuado se mostrará corporalmente perfecto. Una mujer desnuda captada con en su anatomía trasera, se vera sutimente preciosa.

En su acción, la silueta de una persona femenina con pelo rubio frente a un fondo claro crea un contraste asombroso.  Lottersberger maneja con mucha proligidad la figura del desnudo. Domina la fisiología de los cuerpos que fotografía, que completamente desarropados, la generosa anatomía que proyecta de ellos es de acabado perfecto. Es fundamental en el trabajo de Kira el pincelado sensual, donde cada figura se rocía de erotismo. Atrae, enamora. Sucede con la ilustración de una mujer sentada con un “enatito de Disney”. Los ojos son plasmados con destreza, como si estos fueran dos lagos de agua cristalina que llama, moja, inunda y ahoga. El erotismo en sus estampas permite entrever a una mujer tendida en el suelo geométricamente. Vestida con un enterizo, sin vacilación alguna se la aprecia con la ropa y la piel desnuda interiormente.    

Kira presta especial atención a la interacción de la luz y las sombras cuando hace retratos monocromáticos. La iluminación cuidadosa para esculpir la forma de la cara de un sujeto o llamar la atención sobre ciertos rasgos es asombrosa, como la mirada en los ojos o la textura de sus manos y la masculinidad de los distintivos. Los resultados lo dicen todo.

 

Por Julio Rios

O TALENTO DE KIRA, A FOTÓGRAFA E ARTISTA VISUAL

A artista segue um caminho pessoal que sustenta sua própria maneira de assumir a fotografia como uma arte e também como uma técnica. O conceito fotográfico —a idéia que sustenta a imagem, a mensagem que ela expressa— é talvez a interpretação mais profunda do fato da imagem como um conceito artístico. A capacidade de expressar o conteúdo de uma imagem, de conceituar o mundo ao redor de Kira Lottersberger, são símbolos pessoais e sensoriais reconhecíveis.

Sua arte, como código subjetivo e símbolo, parece ser construída a partir da percepção da imagem não apenas como um produto técnico - que pode ser - mas também como uma genuína reflexão sobre sua própria opinião, metáforas privadas e idéias. Uma estrutura essencial que visa não apenas capturar a realidade —embora possa— mas também refletir sobre o subjetivo a partir de uma perspectiva essencial, é o objetivo de Kira Lottersberger. 

 

Romina Kira Román Lotterberger olha com novos olhos para o que o resto de nós observamos com olhos cansados na angústia da superexistência. Ela está loucamente apaixonada pelo obturador de sua câmera, o que lhe permite controlar o tempo que está sempre exposto ao sensor e a ação da luz. Enquanto o diafragma controla a intensidade da luz, o obturador controla o tempo de exposição. Kira —a artista ilustra esta crônica através de uma fotografia de si mesma na qual ela aparece muito elegante através de uma singular saia de trabalho aberto e uma roupa preta muito decotada sem sutiã que veste sutilmente seu corpo nu por baixo—, é uma fotógrafa e artista plástica com um grande talento que faz com que suas obras alcancem a perfeição. Nascida sob o signo zodiacal de Virgo, Kira é um ser mutável da terra; seu espírito crítico, precisão, reserva, paciência e convencionalidade a caracterizam. Ela é lógica, metódica e aplicada, gosta de aprender e é capaz de analisar as situações mais complexas com uma clareza espantosa.

Sua fotografia depende de uma ferramenta eminentemente artística que ela carrega em efeito, mas é sem dúvida mais do que apenas a tecnologia que suporta sua câmera. Cada uma das fotografias de Kira é uma profunda combinação de idéias e percepções da realidade, que constroem um código visual coerente e, acima de tudo, transcendente. É a imagem que se transforma em uma idéia.

A sensibilidade desta artista facilita a captura da imagem e seu processamento como elemento técnico, ela realmente sustenta o poder visual de qualquer criação que dependa das decisões artísticas e intelectuais da Lottersberger. O jogo de sua câmera e como ela a segura, entrelaça uma série de análises intuitivas sobre as quais ela cria. 

Romina Kira Román Lotterberger, olha com novos olhos o que o resto de nós observa com olhos cansados ou atordoados pela sobrevivência da superexistência; ela está desesperadamente apaixonada pelo obtentor.

A imagem não apenas ilumina seu mundo, mas também o sustenta e lhe dá sentido. É a maneira de Kira abraçar a beleza, de nutrir a forma como ela é entendida e assumida como parte de sua representação criativa. Ela é uma fotógrafa por paixão e devoção.

Ela forma um mundo pessoal que tem um significado alegórico; além disso, ela resiste a uma certa percepção de sua identidade. Sua fotografia, além da beleza, constrói imagens lentas que se opõem à estética do instantâneo. Ela se torna o meio onde a autora expressa seu discurso e o objeto de respeito por seus tons de cinza e outros escopos habilidosos ou composicionais.

Por outro lado, encontramos imagens da Lottersberger que são tão perfeitas que se tornam arte em si mesmas, por causa de sua beleza e sua perfeita execução no momento de tirar a foto. Quando ele dispara em preto e branco, ele transmite a essência do protagonista ou do protagonista fotografado.

O tratamento das sombras na fotografia em preto e branco da Lottersberger é magistral. Suas sombras são sutis e detalhadas, tornando sua fotografia agradável, divertida e convidativa à contemplação. Ela se assemelha a uma figura extraordinária, cheia de sombras profundas e destaques nítidos, que faz uma ótima foto em preto e branco.

O contraste também inclui um componente de proximidade. Suas fotos contêm uma alta diferença que transmite uma sensação de intensidade dinâmica, devido às sombras escuras. É por isso que ele gosta de acrescentar disparidade às fotos monocromáticas. Isso ajuda sua iconografia a se destacar.

Os tons são a pedra angular de toda fotografia em preto e branco. Mesmo pequenas variações nos tons capturados podem mudar significativamente as emoções de uma foto. Pessoalmente, gosto do visual das fotografias escuras de Kira, tanto monocromáticas como coloridas. Mas os tons específicos que funcionam melhor aparecem da cena que ela está fotografando com uma versão mais leve.

As inflexões em seu trabalho, sejam elas escuras ou brilhantes, se harmonizam com o caráter da própria protagonista. Ela a usa deliberadamente para contar a história que tem em mente. Cada uma das fotografias da Lottersberger é uma coleção de formulários, simples ou complexos. Quando ele remove a cor de sua caixa de ferramentas, as formas se tornam ainda mais importantes como parte da história que ele conta. Não há cor para tornar uma imagem mais familiar (ou mais abstrata, se esse for seu objetivo). Portanto, suas formas são especialmente importantes; são uma das principais maneiras de um espectador fazer sentido e ser seduzido por sua imagem. As texturas que ela capta têm o poder de dar emoção a uma foto.

Kira sempre enfatiza o contraste nas fotos que fotografa. Quando ela toma uma perspectiva, ela pensa em como ela ficará em preto e branco. Uma bailarina vai parecer interessante quando contrastada com um objeto escuro. Um homem com um físico musculoso e tatuado será mostrado como perfeito para o corpo. Uma mulher nua, capturada com sua anatomia traseira, ficará sutilmente bonita.

Em sua ação, a silhueta de uma pessoa feminina de cabelos loiros sobre um fundo claro cria um contraste marcante.  Lottersberger lida com a figura do nu com grande proficiência. Ele domina a fisiologia dos corpos que fotografa, a qual, plenamente desenvolvida, a generosa anatomia que ele projeta a partir deles está perfeitamente acabada. Fundamental no trabalho de Kira é a pincelada sensual, onde cada figura é borrifada com erotismo. Atrai, enamora. Acontece com a ilustração de uma mulher sentada com um "gatinho Disney". Os olhos são habilmente capturados, como se fossem dois lagos de água cristalina que chamam, molham, inundam e afogam. O erotismo em suas gravuras dá um vislumbre de uma mulher deitada geometricamente no chão. Vestida com um body de uma só peça, ela é vista sem hesitação com suas roupas e pele nua por dentro.     

Kira presta atenção especial à interação de luz e sombra ao fazer retratos monocromáticos. A iluminação cuidadosa para esculpir a forma do rosto de um sujeito ou chamar a atenção para certas características é surpreendente, como o olhar nos olhos ou a textura de suas mãos e a masculinidade dos crachás. Os resultados dizem tudo.

 

By Julio Ríos

ELEGANT AND VERY LOW-CUT KIRA DRESSES IN A BRA-LESS OUTFIT WITH A NAKED BODY UNDERNEATH.

The artist follows a personal path that sustains his own way of assuming photography as an art as well as a technique. The photographic concept —the idea that sustains the image, the message it expresses —is perhaps the most profound interpretation of the fact of the image as an artistic concept. The ability to express the content of an image, to conceptualise the world around Kira Lottersberger, are recognisable personal and sensory symbols.

Her art, as a subjective code and symbol, seems to be constructed from the perception of the image not only as a technical product —which it can be—  but also as a genuine reflection on her own opinion, private metaphors and ideas. An essential structure that aims not only to capture reality —although it can— but also to reflect on the subjective from an essential perspective, is Kira Lottersberger's aim.

Romina Kira Román Lotterberger looks with new eyes at what the rest of us observe with tired eyes in the anguish of overexistence. She is madly in love with the shutter of her camera, which allows her to control the time that is always exposed to the sensor and the action of light. While the diaphragm controls the intensity of the light, the shutter controls the time of exposure. 

Kira the artist illustrates this chronicle by means of a photograph of herself in which she appears very elegant through a singular openwork skirt and a very low-cut black outfit without a bra that subtly dresses her naked body underneath is a photographer and plastic artist with a great talent that makes her works reach perfection. Born under the zodiac sign of Virgo, Kira is a mutable being of the earth; her critical spirit, precision, reserve, patience and conventionality characterise her. She is logical, methodical and applied, likes to learn and is able to analyse the most complex situations with astonishing clarity.

Her photography depends on an eminently artistic tool that she uses, but it is undoubtedly something more than the technology that supports her camera. Each of Kira's photographs is a profound combination of ideas and perceptions of reality, which build a coherent and, above all, transcendent visual code. It is the image that is transformed into an idea.

The sensitivity of this artist makes it easier to capture the image and its processing as a technical element, she actually sustains the visual power of any creation that depends on Lottersberger's artistic and intellectual decisions. The play of her camera and how she holds it, interweaves a series of intuitive analyses upon which she creates. 

Romina Kira Román Lotterberger, looks with new eyes at what the rest of us observe with tired eyes or stunned by the survival of overexistence; she is hopelessly in love with the obtainer.

The image not only illuminates her world but also sustains it and gives it meaning. It is Kira's way of embracing beauty, of nurturing the way it is understood and assumed as part of her creative representation. She is a photographer by passion and devotion.

She forms a personal world that has an allegorical meaning; moreover, she resists about a certain perception of her identity. Her photography, beyond beauty, constructs slow images that oppose the aesthetics of the snapshot. It becomes the medium where the author expresses her discourse and the object of respect for its shades of grey and other skilful or compositional scopes.

On the other hand, we find images by Lottersberger that are so perfect that they become art in themselves, because of their beauty and their perfect execution at the time of taking the picture. When he shoots in black and white, he conveys the essence of the protagonist or the protagonist photographed.

The treatment of shadows in Lottersberger's black and white photography is masterful. Her shadows are subtle and detailed, making her photography pleasing, entertaining and inviting to contemplate. She peers into an extraordinary, full figure of deep shadows and sharp highlights that makes for an optimal black and white photo.

Contrast also includes a component of proximity. His photos contain a high difference that conveys a sense of dynamic intensity, due to the dark shadows. That's why he likes to add disparity to monochrome photos. It helps his iconography stand out.

Tones are the cornerstone of all black and white photography. Even small variations in the tones you capture can change the emotions of a photo significantly. Personally, I like the look of Kira's dark photographs, both monochrome and colour. But the specific tones that work best appear from the scene she is photographing with a lighter version.

The inflections in her work, whether dark or bright, harmonise with the character of the protagonist herself. She deliberately uses it to tell the story she has in mind. Each of Lottersberger's photographs is a collection of forms, simple or complex. When he removes colour from his toolbox, the shapes become even more important as part of the story he tells. There is no colour to make an image more familiar (or more abstract, if that is his goal). Therefore, your shapes are especially important; they are one of the main ways for a viewer to make sense of and be seduced by your image. The textures she captures have the power to give emotion to a photo.

Kira always emphasises contrast in the photos she shoots. When she takes a perspective, she thinks about how it will look in black and white. A ballerina will look interesting when contrasted with a dark object. A man with a muscular, tattooed physique will be shown as bodily perfect. A naked woman captured with her rear anatomy will look subtly beautiful.

In his action, the silhouette of a female person with blonde hair against a light background creates a striking contrast. Lottersberger handles the figure of the nude with great proficiency. He masters the physiology of the bodies he photographs, which, fully developed, the generous anatomy he projects from them is perfectly finished. Fundamental in Kira's work is the sensual brushstroke, where each figure is sprinkled with eroticism. It attracts, enamours. It happens with the illustration of a seated woman with a "Disney kitten". The eyes are skillfully captured, as if they were two lakes of crystalline water that calls, wets, floods and drowns. The eroticism in his prints gives a glimpse of a woman lying geometrically on the floor. Dressed in a one-piece bodysuit, she is unhesitatingly seen with her clothes and skin bare inside.      

Kira pays special attention to the interplay of light and shadow when making monochrome portraits. Careful lighting to sculpt the shape of a subject's face or draw attention to certain features is astonishing, such as the look in the eyes or the texture of her hands and the masculinity of the badges. The results say it all.

Tones are the cornerstone of all black and white photography. Even small variations in the tones you capture can change the emotions of a photo significantly. Personally, I like the look of Kira's dark photographs, both monochrome and colour. But the specific tones that work best appear from the scene she is photographing with a lighter version.

The inflections in her work, whether dark or bright, harmonise with the character of the protagonist herself. She deliberately uses it to tell the story she has in mind. Each of Lottersberger's photographs is a collection of forms, simple or complex. When he removes colour from his toolbox, the shapes become even more important as part of the story he tells. There is no colour to make an image more familiar (or more abstract, if that is his goal).

Therefore, your shapes are especially important; they are one of the main ways for a viewer to make sense of and be seduced by your image. The textures she captures have the power to give emotion to a photo.

Kira always emphasises contrast in the photos she shoots. When she takes a perspective, she thinks about how it will look in black and white. A ballerina will look interesting when contrasted with a dark object. A man with a muscular, tattooed physique will be shown as bodily perfect. A naked woman captured with her rear anatomy will look subtly beautiful.

In his action, the silhouette of a female person with blonde hair against a light background creates a striking contrast.  Lottersberger handles the figure of the nude with great proficiency. He masters the physiology of the bodies he photographs, which, fully developed, the generous anatomy he projects from them is perfectly finished. Fundamental in Kira's work is the sensual brushstroke, where each figure is sprinkled with eroticism. It attracts, enamours. It happens with the illustration of a seated woman with a "Disney kitten". The eyes are skillfully captured, as if they were two lakes of crystalline water that calls, wets, floods and drowns. The eroticism in his prints gives a glimpse of a woman lying geometrically on the floor. Dressed in a one-piece bodysuit, she is unhesitatingly seen with her clothes and skin bare inside.     

Kira pays special attention to the interplay of light and shadow when making monochrome portraits. Careful lighting to sculpt the shape of a subject's face or draw attention to certain features is astonishing, such as the look in the eyes or the texture of her hands and the masculinity of the badges. The results say it all.




Julio Ríos, licenciado en Ciencias de la Comunicación UCB y diplomado en investigación periodística por la Universidad de la Jolla, San Dieggo California USA, es escritor y crítico de arte. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).

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Kira Lottersberger



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