lunes, 31 de enero de 2022

TIERRA DE AMOR Y DE CARNAVAL


ORURO


 HOMENAJE EN TIEMPOS DE

LA COVID – 19 

 TIERRA DE AMOR Y DE CARNAVAL

 EL GRAN PUEBLO DE

Los Urus

La diversidad de paisaje y clima que ofrece Bolivia a los turistas del mundo tiene en el departamento de Oruro atractivos singulares, no obstante, de la altitud en que se encuentra su capital (3.706 metros sobre el nivel del mar) pues, precisamente por esa circunstancia, el panorama que resalta a la vista de todo viajero que llega a la zona del altiplano motiva sensaciones inusuales.

Un grito rebelde contra la dominación española llevó al bronce de la perpetuidad el reconocimiento a la figura histórica de Sebastián Pagador, caudillo de un movimiento que dio frutos de libertad y esperanza a un pueblo sometido a la esclavitud.

Evocación y homenajes a la histórica gesta patriótica pusieron tinte a la celebración orureña el pasado 10 de febrero, llevando a los círculos sociales el perfil de una tierra apasionada por el trabajo y la fraternidad. Todo diálogo acercó la imagen de un pasado que aún vibra en el recuerdo humedecido de nostalgias de cada orureño, cuando ya los años vencieron dificultades y dejaron en su balance la sonrisa del haber cumplido la misión que le signó el destino.

Una es la perspectiva citadina y otra la característica de cada una de sus provincias: pueblos levantados en plena pampa, sujetos a ciertas circunstancias de vida adaptadas a una tierra hostil. Sin embargo, ellas ofrecen atractivos y productos de alto contenido alimenticio contribuyendo, así, a la economía de la región, además de despertar interés ilustrativo en quienes las visitan.

Pero no sólo esos productos de la tierra dan a Oruro una fisonomía muy particular, pues como región rica en minerales los productos no renovables han sido el sustento del país; las históricas minas de estaño y de otros minerales fueron por años razón de la existencia de una población ubicada entre las más selectas de la nación, llevando a la ciudad a ubicarse entre las más importantes del país.

La ciudad de hoy descansa en sus tradiciones y en la calidez de sus habitantes. Ciudad de temperaturas muy bajas, compensa el frío con el calor que irradian sus pobladores. La amistad se vuelca sobre cada uno de los turistas haciendo más llevadera su presencia en la capital del departamento.

Oruro, una tierra conservadora y amante de sus costumbres, ofrece al visitante, como entre sus atracciones, una gastronomía no fácil de ser encontrada en otras ciudades.

Los platos criollos conocidos como Rostro Asado, Intendente, Cola, Nudos, Charquecan (valgan las mayúsculas de patentes para la creación doméstica orureña) van complementados por la Cerveza Huari, bebida infaltable en las recepciones de mantel largo y en todos los bares y restaurantes más selectos de la ciudad.

La repostería, es otra de las especialidades de expertos, sumándose la variedad de productos agrícolas a disposición del cliente en los diferentes mercados de abasto. En este sentido, la producción del altiplano orureño se complementa con los productos llegados del valle y del trópico boliviano. Oruro, ubicado en el centro de la geografía boliviana, ofrece los frutos más variados que la generosa tierra produce en su extensión cultivada.

Si bien la alimentación es fundamental en todo centro urbano, lo son también la historia, los mitos y aquellos personajes que le dieron prestigio en el tiempo.

Si es evidente que en sus calles no están de pie todos los históricos edificios que se levantaron hace dos centurias, no dejan de ser atracción particular algunos de ellos, como el “Palais Concert” (Palacio de los Conciertos) y el Hotel Edén, ambos ubicados en la Plaza 10 de Febrero. El edifico del Correo Central y lo que resta de la estación del ferrocarril.

En la construcción de esos monumentos arquitectónicos se puede apreciar, por una parte, lo artístico de las fachadas, los frescos que encierran los muros del “Palais Concert” y la construcción de otros edificios. No deja de llamar la atención el material empleado y muy bien tratado por expertos, particularmente en el edificio del correo y la estación del ferrocarril (aunque sin el movimiento de principios del siglo XX).

Se suman algunos jardines, estoicos sobrevivientes de inviernos rigurosos. Por sus calles transita un pueblo laborioso y amable, dispuesto a guiar a los visitantes y brindarles, dentro de las posibilidades actuales, momentos de satisfacción durante su estancia en la ciudad.

Como toda ciudad, Oruro tiene sus otras historias. Lo mítico ilumina las tertulias y sus personajes encienden admiración. Por sus avenidas y recovecos asoman las sombras de aquellas imágenes indelebles en el tiempo, como la de aquel aguatero surgido desde el anonimato ubicándose en una sociedad, por entonces selecta y excluyente. De nombre Alberto, cumplía la noble misión de calmar la sed de los pobladores de barrios aledaños, hasta donde no llegaban las cañerías públicas.

Un dipsómano que asomaba a las ventanillas del correo, no para pedir su correspondencia, sino una copa de vino, era la figura pintoresca en las horas ociosas de la ciudad.

Un microcéfalo, generalmente visto en la calle Camacho, motivaba muchas burlas y miradas curiosas y, sin embargo, era un ser que llevaba en su alma a un niño adormecido y siempre sonriente a todos lo que veía pasar por las aceras. También se recuerda a la viuda de la calle Presidente Montes, dotada de facultades curativas y a los fantasmas de la calle Soria Galvarro.

Si aquellos personajes de leyenda fueron los que animaron las horas cotidianas de los orureños, en los primeros cincuenta años del siglo XX, los otros, los surgidos en la otra tradición del pueblo, son los que aún perduran en la literatura, el diálogo y las reuniones de intelectuales.

Allí está el Chiru Chiru. No hay duda que en los socavones mineros se tejieron las historias más fantásticas y apasionantes de Oruro. La creencia en seres superiores, como el Tío de las minas, es algo que pervive en la gente del subsuelo y en la festividad del carnaval. Pero también está el misticismo llevado a la devoción por la Virgen del Socavón, la joven Candelaria, así denominada por un franciscano.

Entre el bien y el mal, constante en la vida de todos los pueblos, el cielo y el infierno mantienen distancia en medio de creencias arraigadas, supersticiones y fe religiosa.

 CANTATA DE CARNAVAL

(Lo que la COVID no permitió)

YA VENDRAN DÍAS MEJORES 

Durante veinte horas danzaron las comparsas del carnaval de Oruro, en una sucesión de actitudes construidas de acuerdo al código folclórico, sujeto a tradiciones y costumbres que datan de tiempos risueños en lo que fue territorio de los Urus. Representaciones de cada departamento de Bolivia estuvieron allí, bajo intensa lluvia y rugido de viento en la extendida ciudad de arena y mineral, donde aún brota fugitivo el grano nacido en el surco abierto a las osamentas mineras, como un ofertorio de angustia y soledad. 

Pañuelo tendido al sol que no cicatriza las heridas de la roca, por donde asomó un día el endemoniado rostro del personaje del carnaval, mensajero de costumbres enlazadas en la extensión de todo el territorio.

¿Cómo elegir a la mejor comparsa del carnaval si cada conjunto acariciaba las calles con la coreografía propia de cada rincón del país? No bastó la música impulsada desde instrumentos de viento y percusión, ni el baile con su lenguaje rítmico para llegar al éxito. A ello se sumó la vestimenta de cada bailarín en la otra simbología tradicional de los pueblos. Danzaron los demonios con dientes afilados, con orejas colosales y narices de lagartos. Bailaron y saltaron los diablos del averno, con un mortificante ruido de espuelas, como un picoteo de cuervos sobre la piel de los santos.

Después todo fue leyenda cuando el dios de los abismos, soberano de tinieblas, llevó consigo el séquito infernal cargando serpientes en los brazos y alimañas en el pecho. Sus máscaras de espanto con ojos brillantes ardiendo en llamas, fueron aterradora visión de pesadilla sin fin.

Lucifer y China Supay, imponentes y rítmicos en el cortejo diabólico, iban  brincando en arrogante danza rumbo al Calvario. El templo de fe iluminado acogió los rostros de los pecadores, porque allí, de hinojos, perdón pidieron a la Candelaria llamada Virgen del Socavón. Todo se inundó de oración y lágrimas en la agonía de la tarde con plenitud de espíritu y alma redimida hasta que, de pronto, el llanto volvió a ser risa, la quietud danza, el silencio bullicio y la aflicción alegría.

Sin llegar a una competencia, cada conjunto supo valorar su danza y entregarla a un público delirante; su preparación y su impulso para demostrar que en cada rincón de nuestra extensión territorial, siempre habrá quien deje ver el rostro descubierto en tiempo ordinario o cubierto por carcajadas en los días de carnestolendas.

Así pasó la imponente Entrada de Carnaval. Cánticos de aleluya alumbraron las estrellas, cuando ya el sábado en domingo entraba. Lo pagano quedó en el recuerdo; lo divino perdurando en cada espíritu creyente. El martes de challa y al domingo de tentación cierran la fiesta del dios momo.

Volvió el silencio a los corredores mineros, y, en una amalgama de ácidos nocivos, las apocalípticas entrañas de milenario granito dejaron escuchar los angustiosos latidos de mineros en las oscuras galerías de estaño donde el miedo impera, la tos no cesa y el diablo duerme hasta la vuelta del carnaval orureño.

Allí el polen de la rosa encarnada, se anidó en las vetas metálicas y un mítico soplo de amor y de fe, alumbró la serenidad del rostro de la Madre de Dios.


Julio Ríos

En tu día, Oruro de habitantes amigables, donde más de un visitante extranjero sintió agitado el corazón, y no por la altitud, sino por alguna muchacha de ojos oscuros.

Oruro fue la primera ciudad que tuvo teléfonos automáticos, la primera en ser asfaltada en su totalidad, la primera en transporte ferroviario. Fue la primera en contar con un equipo de bomberos eslavos. FUE LA PRIMERA. Su espectacular Carnaval, fue declarado por la UNESCO “Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad”.

Aún sopla el “fulgor de la aurora” por las grietas milenarias de la ciudad minera. Una historia bordada en la plenitud arenosa del altiplano boliviano dejó escrita las estampas de un recorrido que enmarcó su ejemplar desarrollo, tras el flamear de la Tricolor Nacional en lo alto de la colina de Conchupata, donde fue levantado el histórico faro de la libertad.

Evocación y homenajes a la histórica gesta patriótica pusieron tinte a la celebración orureña el pasado 10 de febrero, llevando a los círculos sociales el perfil de una tierra apasionada por el trabajo y la fraternidad. Todo diálogo acercó la imagen de un pasado que aún vibra en el recuerdo humedecido de nostalgias de cada orureño, cuando ya los años vencieron dificultades y dejaron en su balance la sonrisa del haber cumplido la misión que le signó el destino.

Una es la perspectiva citadina y otra la característica de cada una de sus provincias: pueblos levantados en plena pampa, sujetos a ciertas circunstancias de vida adaptadas a una tierra hostil. Sin embargo, ellas ofrecen atractivos y productos de alto contenido alimenticio contribuyendo, así, a la economía de la región, además de despertar interés ilustrativo en quienes las visitan.

Pero no sólo esos productos de la tierra dan a Oruro una fisonomía muy particular, pues como región rica en minerales los productos no renovables han sido el sustento del país; las históricas minas de estaño y de otros minerales fueron por años razón de la existencia de una población ubicada entre las más selectas de la nación, llevando a la ciudad a ubicarse entre las más importantes del país.

La ciudad de hoy descansa en sus tradiciones y en la calidez de sus habitantes. Ciudad de temperaturas muy bajas, compensa el frío con el calor que irradian sus pobladores. La amistad se vuelca sobre cada uno de los turistas haciendo más llevadera su presencia en la capital del departamento.

El Carnaval de Oruro, afectado por la pandemia que tiene vigente a la mortal Covid 19, puso en cuarentena a la festividad folclórica y cultural. Diablos morenos y bailarinas —una hermosa exponente ilustra esta crónica; muy escotada y con la indumentario vestida con el cuerpo desnudo por debajo—, que en los últimos años engalanaron de elegancia la fiesta carnavalera. Dos años estuvo interrumpido; empero este año volverá la máxima representación de los carnavales en Bolivia, “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” por la UNESCO. 

Oruro, una tierra conservadora y amante de sus costumbres, ofrece al visitante, como entre sus atracciones, una gastronomía no fácil de ser encontrada en otras ciudades. Los platos criollos conocidos como Rostro Asado, Intendente, Cola, Nudos, Charquecan (valgan las mayúsculas de patentes para la creación doméstica orureña) van complementados por la Cerveza Huari, bebida infaltable en las recepciones de mantel largo y en todos los bares y restaurantes más selectos de la ciudad.

¡Oruro hermosa! con sus plazas y parques florecidos. Lugares embellecidos por aves del paraíso, cisnes y otros plumíferos que asoman en el Parque Castro de Padilla. La Plaza 10 de febrero, tan singular, con su fuente y sus fieras. 

Oruro destaca una generación que podría ser la tercera, de mujeres que desde intelectuales, artistas y profesionales, hasta las pasarelas de la moda y la belleza, hoy en homenaje a esta tierra bendita, pongo de relieve los rostros de esta mujer que trabaja, representa y hace evidente lo grande que es Oruro.

La educación, desde las aulas del Colegio Anglo, el Colegio Saracho, el Colegio Bolívar, la Universidad Técnica de Oruro, y por otro lado el deporte, con su gran equipo San José, pone en alto a esta tierra enaltecida que vio nacer a mi Padre, que, con sus 90 años de vida, jamás olvida sus años primaverales. 

By Julio Ríos

BEAUTIFUL AND VERY LOW-CUT DANCER OF THE CARNIVAL OF ORURO THROUGH HER SENSUAL ATTIRE DRESSED WITH HER NAKED BODY UNDERNEATH

On your day, Oruro of friendly inhabitants, where more than one foreign visitor felt his heart stirred, and not because of the altitude, but because of some dark-eyed girl.

Oruro was the first city to have automatic telephones, the first to be paved in its entirety, the first to have rail transport. It was the first to have a Slavic fire brigade. Its spectacular Carnival was declared by UNESCO "Natural and Cultural Heritage of Humanity".

The "glow of dawn" still blows through the millenary cracks of the mining town. A history embroidered in the sandy fullness of the Bolivian altiplano has left written the images of a journey that framed its exemplary development, after the fluttering of the National Tricolour at the top of the Conchupata hill, where the historic lighthouse of freedom was erected.

Evocation and tributes to the historic patriotic deed put a touch of colour to the Orurean celebration on 10 February, bringing to social circles the profile of a land passionate about work and fraternity. All dialogue brought closer the image of a past that still vibrates in the memory moistened with nostalgia of each orureño, when the years overcame difficulties and left in their balance the smile of having fulfilled the mission that destiny marked.

One is the city perspective and the other the characteristic of each of its provinces: towns built in the middle of the pampa, subject to certain circumstances of life adapted to a hostile land. Nevertheless, they offer attractions and products with a high food content, thus contributing to the region's economy, as well as arousing the interest of those who visit them.

But it is not only these products of the earth that give Oruro a very particular physiognomy, because as a region rich in minerals, non-renewable products have been the country's sustenance; the historical tin mines and other minerals were for years the reason for the existence of a population located among the most select in the nation, leading the city to be among the most important in the country.

Today's city is based on its traditions and the warmth of its inhabitants. A city of very low temperatures, it compensates for the cold with the warmth radiated by its inhabitants. Friendship is poured over each and every one of the tourists, making their presence in the capital of the department more bearable.

The Carnival of Oruro, affected by the pandemic that has the deadly Covid 19, put the folkloric and cultural festivity in quarantine. Brown devils and dancers a beautiful exponent illustrates this chronicle; very low-cut and with the costume dressed with the naked body underneath, that in the last years adorned of elegance the carnival celebration. It was interrupted for two years, but this year the maximum representation of the carnivals in Bolivia, "Masterpiece of the Oral and Intangible Heritage of Humanity" by UNESCO, will return. 

Oruro, a conservative land and lover of its customs, offers the visitor, as one of its attractions, a gastronomy not easily found in other cities. The Creole dishes known as Rostro Asado, Intendente, Cola, Nudos, Charquecan (the capital letters of patents for the domestic creation of Oruro) are complemented by the Huari Beer, a drink that is a must at the long tablecloth receptions and in all the most select bars and restaurants of the city.

Oruro beautiful! with its squares and parks in bloom. Places embellished by birds of paradise, swans and other feathered creatures that show up in the Castro de Padilla Park. The Plaza 10 de febrero, so unique, with its fountain and its wild beasts.

Oruro highlights a generation that could be the third, of women from intellectuals, artists and professionals, to the catwalks of fashion and beauty, today in homage to this blessed land, I highlight the faces of these women who work, represent and make evident how great Oruro is.

Education, from the classrooms of the Anglo School, the Saracho School, the Bolivar School, the Technical University of Oruro, and on the other hand sport, with its great San José team, puts this exalted land that saw the birth of my father, who, with his 90 years of life, never forgets his spring years.

 

MARCELA RENJEL, PERIODISTA


VANIA MIRANDA, MÚSICO


AMANDA URQUIETA, PSICÓLOGA


KATHIA GONZÁLES, ARTE EN MANUALIDADES


Denise Pamela Félix / Periodista


Mercedes Urquidi Páez
ESCRITORA


Silvia Camacho Pacheco


IVANNA TORRICO, PERIODISTA


Ana María Arévalo Weichert INGENIERO INDUSTRIAL 


PAOLA MEDINA, PERIODISTA


Silvia Torrico
NEGOCIOS INTERNACIONALES


Claudia Dávila Baradi / Gerente de Aeropuerto


CLAUDIA BAYA, PERIODISTA


Jasney Semperteguí Alves  / Ingeniero Comercial e Industrial


Janette Varyu 
EMP. INSUMOS MÉDICOS

Drushva Gutiérrez Arce ABOGADA, NUTRICIONISTA Y DIETISTA E HIPNOTERAPEUTA


Wendy Medina PERIODISTA Y MODELO


Adriana Romano / Modelo / Agente Inmobiliario Coordinadora de Conade


Karen Almaraz COMUNICADORA SOCIAL


Peggy Campuzano 
ADMINISTRADORA


Dakota Robles Arauco MODELO 
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE ORURO 
CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN 


 YOSELIN MELGAR, EX - MISS ORURO


Vig Zeballos Castelú
CONTADORA PÚBLICA


TATIANA PARDO, INGENIERO DE MINAS


ARACELI ALANES, 
PSICÓLOGA


CLAUDIA AYALA ROCABADO / Médico Neurocirujano 


Erica Biachi 


Vanessa Bozo Vacaflor Analista CREDITICIO  VIVA


Particia Paputsakis ABOGADA


Lucero Yaksic
FISIOTERAPEUTA


Patricia García NUTRICIONISTA


Claudia Saracho Montaño EMPRESARIA


MARÍA EUGENIA ORTEGA, PSICÓLOGA


RILDA PACO, ARTISTA PLÁSTICA


FABIOLA CÉSPEDES, EX SEÑORITA ORURO


ALEXANDRA CÁRDENAS, MISS ORURO 2019  


TANIA AYALA, ABOGADA


Shirley Severich AUDITORÍA Y FINANZAS


CAROLINA REVILLA, PERIODISTA


MARÍA RENÉE CIVERA, ADMINISTRADORA DE TURISMO


YOLANDA TELLEZ, ESCRITORA


María Verónica Pereyra Soliz
ABOGADA


MÓNICA ESTRADA, CONTADORA PÚBLICA


ROSARIO ARCE, CANTANTE
EMBAJADORA DE LA MÚSICA BOLIVIANA EN EL CANADÁ


SASHA MEDINA, EX  MISS TOURISM INTERNATIONAL


Jhael Ustsrez Valda
ABOGADA


Natilena Blanco Savtchenkova ABOGADO


Patricia Nicolls ABOGADA 


Liz Gio Vargas
ADMINISTRADORA DE EMPRESAS


Katerin Cossío Paredes ABOGADA


Leonela Peñafiel Zubieta FISIOTERAPEUTA


Julia Méndez EX MISS ORURO


Grace Terán Vergar MISS ORURO

Oruro
Villa de San Felipe de Austria de Oruro
Ciudad
Oruro, Bolivia-0.jpg

Flag of Oruro.svg
Bandera
Escudo Oruro.jpg
Escudo

Otros nombres«La capital minera de Bolivia»
«La capital del folklore boliviano»
Lema: "Donde nace la luz hacia el futuro"
"La muy noble y leal Villa Real de San Felipe de Austria de Oruro"
Oruro ubicada en Oruro
Oruro
Oruro
Localización de Oruro en Oruro
Oruro ubicada en Bolivia
Oruro
Oruro
Localización de Oruro en Bolivia

Idioma oficialEspañol LatinoamericanoquechuaUru1​.2
EntidadCiudad
 • PaísBandera de Bolivia Bolivia
 • ProvinciaCercado
AlcaldeDavid Freddy Choque Condori3
SubdivisionesDistritos
Eventos históricos 
 • Fundación1 de noviembre de 1606 (415 años) (Manuel de Castro del Castillo y Padilla)
 • NombreVilla de San Felipe de Austria
Superficie 
 • Total293 km²4
Altitud 
 • Media37355​ m s. n. m.
ClimaSemiárido estepario frío BSk
Árido templado y frío BWk
Población (2012)Puesto 5 de 340
 • Total302,643 hab.
 • Densidad903,35 hab/km²
GentilicioOrureño(a)
 • MonedaBoliviano
Patrono(a)Virgen del Socavón
Sitio web oficial

Oruro es una ciudad y municipio boliviano, capital del departamento de Oruro y de la Provincia de Cercado. El municipio tiene una población de 264 683 habitantes (según el último Censo boliviano de 2012), convirtiéndose de esa manera en la quinta ciudad más poblada de Bolivia. El Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que la población de Oruro llegará el año 2020 a los 302 643 habitantes, aproximadamente.​ Oruro se encuentra ubicada a una altitud de 3735 m s. n. m.,​ siendo también considerada entre las ciudades más altas del mundo.

La ciudad fue fundada el 1 de noviembre de 1606 por el oidor de la Real Audiencia charquina el español Manuel de Castro Padilla con el nombre de "Villa San Felipe de Austria" en homenaje al Rey de España de ese entonces Felipe III. La palabra "Oruro" deriva del dialecto Uru Uru (ururu).​

El año 2001, la Unesco declaró al Carnaval de Oruro, que en sí, es la fiesta de la Virgen del Socavón"Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad"; reconociendo así el valor religioso y cultural que expresa.

Fuente de la actual Plaza 10 de Febrero, con que la ciudad recuerda y rinde homenaje a la rebelión libertaria de 1781.


Julio Ríos, escritor y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).

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Qué daría por verte, hoy por tu plaza pasear. Arriba de aquel faro, con mi niñez soñar. Cómo poder decir que te olvidé, cómo poder matar este mi amor, cómo poder decir te quiero más, Oruro te quiero más.

Las manos al bolsillo, vamos a caminar por la calle Bolívar, a buscar amistad. Algunos que se encuentran, no importa el motivo, iban a festejar, un negro apurado siempre hay, que quiere guitarrear.

Aquellos mis hermanos, que saben saludar, no olvidan nunca el arte, tampoco enamorar. Quirquincho raíz ancestral, amanecer andino será. La juventud te canta así, defiende a tu ciudad.

Reuniones en la radio, serenatas a dar, son muchos entusiastas y pocos al cantar, y ya de madrugada quién no fue un rostro a saborear, con llajwa muy picante que te hace reaccionar. Se escucha muy suavito, instrumento solar y una linda morena, que anuncia el carnaval. (LLAJTAYMANTA).


TIERRA DE AMOR Y DE CARNAVAL