viernes, 21 de enero de 2022

LA IMPORTANCIA DE LA MÚSICA



ARTE EN TIEMPOS DE

LA COVID – 19

LA IMPORTANCIA

DE LA MÚSICA

PONER EN ORDEN LAS

TRES PARTES DEL ALMA

ESCRIBE: Ninive Alonso

COMENTARIOS: Julio Ríos

Quiero hablaros de la importancia de la música para poner en orden las tres partes del alma, expresa la filósofa y terapeuta española, NINIVE ALONSO.

La música, las danzas, el tocar los instrumentos, han acompañado al ser humano en toda su evolución tanto para transmitir sentimientos de alegría, como para conectar con el más allá, unir al grupo o transmitir sentimientos de dolor, subraya.

De modo que cantar, bailar, tocar un instrumento puede ser muy beneficioso para, cómo digo, poner en orden esas tres partes del alma: la parte racional, la parte irascible y la parte apetitiva. Para la parte racional, es decir aquella en la que reside la excelencia la virtud, el arte y la sabiduría, es bueno escuchar músicas cómo Bach, Mozart o Wagner, puntualiza Ninive.

Para la parte racional, en la que reside el valor, el coraje a la valentía, os recomiendo que escuchéis músicas, como la banda sonora de Gladiator, o la banda sonora de Beijar, por ejemplo, agrega Alonso.

Y para la parte irascible, es decir, esa parte de los apetitos y de los deseos corporales, que mejor que bailar y cantar una cumbia, una bachata, una salsa y así tocar cada una, como digo, esas partes, recordando siempre aquello que ya decía el filósofo, el divino Platón, que la música es para el alma, lo que el ejercicio es para el cuerpo, explica Ninive.

Este es un consejo de la filósofa y terapeuta Ninive Alonso. Ponerlo en práctica y cantar y bailar, para expresar vuestras emociones, concluye.

Este es el consejo de la filósofa y terapeuta española Ninive Alonso, en torno a la importancia de la música, para poner en práctica tres partes del alma y expresar nuestras emociones.

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Khatia Buniatishvili, ante el piano, en Oviedo. / MARIO ROJAS


Julio Ríos

La música es, a la vez, un arte y una ciencia. Como arte, su apreciación depende de la sensibilidad innata o adquirida del oyente y de una adecuada educación del oído; como ciencia, la música tiene sus propias leyes, una de carácter fijo o inmutable (las leyes físicas del sonido, material básico de este arte) y otras dependientes de las épocas y los contextos socioculturales (por ejemplo, las leyes del ritmo y de la armonía, cuya variabilidad explica la existencia de fenómenos tan dispares como la música sinfónica, el jazz, las canciones populares, los ritmos africanos o las músicas orientales).

Todo arte aspira constantemente hacia la condición de música. La voz humana es la fuente de sonido más antigua y más natural con la que puede hacerse música. Es la voz humana, así pues, pese a que este análisis versa fundamentalmente sobre la referencia a los más importantes instrumentos musicales construidos artificialmente y que se utilizan en el repertorio general de conciertos.

Pero es la voz humana, la que funciona por el mismo principio y el sonido. Se produce por la vibración de dos pequeñas cuerdas vocales que están tendidas a los largos de la laringe. Estas cuerdas vocales le ponen vibración el aire de los pulmones a la altura del sonido producido; depende la tensión de las cuerdas vocales, cuanto más tensas las cuerdas, mayor altura de sonido y viceversa, y el sonido se refuerza en las calidades de la boca, nariz y cabeza, que actúan como cajas de resonancia.

La calidad de la voz depende de la calidad y flexibilidad de las cuerdas vocales; las cuatro categorías básicas de la voz humana que se emplean para describir tanto la tesitura en el color de la misma son los registros de bajo, tenor, contralto y sobran como ya habíamos visto.

La voz los abarca aproximadamente, aunque puedan ser extendidas las tesituras más graves o más agudas la de los cantantes solistas, como por ejemplo Rosario Arce —la artista ilustra esta crónica; ellas asoma talento, versatilidad y por otra parte sensualidad; la observamos en la foto muy escotada con un atuendo de rejilla transparente a través de la que se trasluce piel desnuda, luciendo el atuendo con el cuerpo desnudo por debajo—, destacada cantante boliviana en el acervo de la música popular boliviana. La calidad de su voz ha ganado espacio en el mundo, y la artista ha recibido premios relevantes.

Reitero que la música es al mismo tiempo un arte y una ciencia. Debe ser apreciada emocionalmente y comprendida intelectualmente, cómo ocurre con cualquier arte, con cualquier ciencia; no existen límites a su perfeccionamiento ni a su comprensión.

El aficionado está siempre en el ánimo de escuchar música, pero no entiendo su lenguaje, y esta observación es comparable al turista que en sus viajes disfruta del paisaje, de los gestos, de los indígenas, y de los sonidos de sus voce,s pero sin entender una palabra de lo que dice, siente pero no comprende.

La música por ser el arte del sonido debe ser escuchada con inteligencia, se deben practicar los ejemplos musicales aunque solo sea tocándolos con un dedo. Expresemos como lo dijo Robert Schuman: “No tengas miedo; las palabras, teoría, bajo cifrado, contrapunto, etcétera, vendrán a tu encuentro si haces lo mismo con ellas”.

Si los chinos tenían una cosmología musical basada en la escala pentatónica, los griegos tuvieron la suya, en algunos aspectos similar pero basada en la escala de siete tonos. Esta cosmología remonta al pitagorismo: el descubrimiento de un orden numérico inherente al sonido hace de la analogía entre las dos series, del sonido y del número, un principio universal extensivo a otros órdenes, como el de los astros celestes.

La investigación de las proporciones interválicas provoca y alimenta el demonio de las correspondencias y la suposición del carácter intrínsecamente analógico del mundo, pensado a través de la convergencia de consideraciones aritméticas, geométricas, musicales y astronómicas.

La ordenación progresiva que se percibe en la serie interna al sonido, en la que ciertas cualidades melódicas se revelan regidas por cantidades numéricas, integra una cadena mayor de similitudes que liga la tierra y el cielo y donde, en un eco micro y macrocósmico, los astros tocan música.


By Julio Ríos

TALENTED AND SENSUAL BOLIVIAN SINGER ROSARIO ARCE APPEARS DRESSED IN A VERY LOW-CUT AND TRANSPARENT OUTFIT THAT SUBTLY REVEALS HER NAKED BODY UNDERNEATH

Music is both an art and a science. As an art, its appreciation depends on the innate or acquired sensitivity of the listener and an adequate education of the ear; as a science, music has its own laws, one of a fixed or immutable character (the physical laws of sound, the basic material of this art) and others dependent on the times and socio-cultural contexts (for example, the laws of rhythm and harmony, whose variability explains the existence of phenomena as disparate as symphonic music, jazz, popular songs, African rhythms or oriental music).

All art constantly aspires to the condition of music. The human voice is the oldest and most natural source of sound with which music can be made. It is the human voice, therefore, although this analysis is mainly concerned with reference to the most important artificially constructed musical instruments used in the general concert repertoire.

But it is the human voice, which works by the same principle and sound. It is produced by the vibration of two small vocal cords that are stretched along the length of the larynx. These vocal cords vibrate the air from the lungs at the height of the sound produced; it depends on the tension of the vocal cords, the more tense the cords, the higher the sound height and vice versa, and the sound is reinforced in the qualities of the mouth, nose and head, which act as sounding boards.

The quality of the voice depends on the quality and flexibility of the vocal cords; the four basic categories of the human voice that are used to describe both the tessitura and the color of the voice are the registers of bass, tenor, alto and alto, as we have already seen.

The voice covers them approximately, although they can be extended to lower or higher tessituras of solo singers, such as Rosario Arce the artist illustrates this chronicle; they show talent, versatility and on the other hand sensuality; we observe her in the photo very low-cut with a transparent lattice attire through which bare skin shows through, wearing the attire with the naked body underneath, outstanding Bolivian singer in the Bolivian popular music heritage. The quality of her voice has gained space in the world, and the artist has received relevant awards.

I reiterate that music is both an art and a science. It must be appreciated emotionally and understood intellectually, as happens with any art, with any science; there are no limits to its improvement or understanding.

The amateur is always in the mood to listen to music, but does not understand its language, and this observation is comparable to the tourist who in his travels enjoys the landscape, the gestures, the natives, and the sounds of their voices, but without understanding a word of what they say, he feels but does not understand.

Music, being the art of sound, must be listened to with intelligence, musical examples must be practiced, even if only by touching them with a finger. Let us express as Robert Schuman said: "Do not be afraid; the words, theory, figured bass, counterpoint, etcetera, will come to meet you if you do the same with them".

If the Chinese had a musical cosmology based on the pentatonic scale, the Greeks had theirs, in some respects similar but based on the seven-tone scale. This cosmology goes back to Pythagoreanism: the discovery of a numerical order inherent in sound makes the analogy between the two series, of sound and number, a universal principle extensible to other orders, such as that of the heavenly bodies.

The investigation of intervallic proportions provokes and feeds the demon of correspondences and the assumption of the intrinsically analogical character of the world, thought through the convergence of arithmetical, geometrical, musical and astronomical considerations.

The progressive ordering perceived in the series internal to sound, in which certain melodic qualities are revealed to be governed by numerical quantities, integrates a larger chain of similarities that links the earth and the sky and where, in a micro and macrocosmic echo, the stars play music.

Ninive Alonso, nació en Gijón en 1985. Es Licenciada en Derecho y Graduada en Filosofía por la Universidad de Oviedo. La destacada profesional desarrolla un método de terapia para ayudar a los pacientes a superar sus miedos y conseguir una vida plena y satisfactoria.

Alonso es columnista del medio de comunicación EL COMERCIO, donde escribe estupendos artículos relacionados con temas de actualidad. 



Julio Ríos, escritor y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016),  EL ALTO PARA TODOS (2017), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023), UNA HISTORIA PARA CONTAR (2024).

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El recuerdo de las cosas pasadas es importante para un músico de jazz. Me gustan los labios besables. Los labios de una mujer deben decir: "Ven acá y bésame, Papi". Estaba decidido a tocar mi cuerno contra todos los pronósticos, y tuve que sacrificar un montón de placer para hacerlo. Todos utilizamos el 'do, re, mi', pero tú tienes que encontrar las otras notas por ti mismo.

 LOUIS ARMSTRONG