FERIAS EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
Alasita o ¡cómprame!
Alasita, sin vacilación alguna, se ha constituido en una
feria singular que a lo largo de su existencia conquistó el interés de la
población. Celebrada en la ciudad de La Paz, los objetos exhibidos en
diferentes sectores muestran todo lo material que existe en el mundo, trabajado
a escala.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (Unesco) asomó la declaratoria de la Feria de la Alasita
como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La fe particular de hombres y mujeres, hace en la compra
"de las miniaturas" un acto de fe para que algún día se hagan
realidad en su verdadero tamaño y proporción. Se compran los buscados
"billetitos", para considerar que nunca nos falte dinero, que da lugar
a adquirir nuestras primeras necesidades, y con el tiempo, hacer realidad
nuestros sueños materiales.
Los visitantes obtienen objetos en miniatura
que representan lo que desean, como casas, alimentos, títulos profesionales y
demás. Estos objetos se conocen como alasitas y en su mayoría son realizados
por artesanos. La palabra alasita viene del aymara y significa cómprame.
Muchos dicen que compraron una casita de estuco, que luego
de proceder a la bendición de la misma, un día tuvieron casa propia. Es el
resultado de la fe en esta feria de las miniaturas. Algún conductor de los
vehículos de transporte conocidos con el nombre de "micro" o
"colectivo", depositaron sus esperanzas al comprar en la Alasita uno
en miniatura. Hoy lo tienen de verdad.
Por otra parte, es el Ekeko que ingresa en los predios de
los aristócratas y se mete en las buhardillas de los pobres y atraviesa salones
de la clase media y fija su temporal residencia en los hogares de la clase
privilegiada. Ricos y pobres aspiran el aroma del incienso con el fin de
"santificar" las compras y llevarlas al "altar" del Dios
andino para que él devuelva esas ofrendas en un lapso no mayor a doce meses.
Miles de creyentes del legendario diosito se vuelcan a la
feria principal de Alasita, tendida en extensos espacios donde los puestos de
venta ofrecen todo lo que el consumidor busca, para que allí, sus esperanzas
sean envueltas en un papel de ilusiones y esperanzas.
Esta fiesta popular era hace muchos años, una gran feria
instalada en un solo lugar determinado por la Alcaldía. Ahora el Ekeko se pasea
por toda la ciudad y extiende su poder hasta otras latitudes. Casi en todos los
barrios de La Paz, el bonachón mestizo sonríe al comprador.
La costumbre se arrima a ciertas reglas impuestas por la
experiencia, pues se dice que, para lograr resultados en las peticiones al
Ekeko, los objetos deben ser comprados a las doce del día 24. El tiempo que
transcurre después, no resta el poder del Dios autóctono, aunque puede
disminuir el efecto en algunos casos, sin embargo, entre la picardía del
vendedor y la ingenuidad del comprador, a mayor consumo mayor posibilidad de
materializar ilusiones.
Los sueños más lejanos parecen cobrar realidad en la
búsqueda de la felicidad. Se concretan amores increíbles, se levantan
inmuebles, se realizan viajes, se abren cuentas bancarias y las despensas se
surten con todo aquello que es primordial para la existencia de cada familia.
Doña Mercedes Ergueta
Vda. de Nardín, conocida por sus familiares más allegados como “Bulún” fue una
personalidad que la ciudad de La Paz recuerda con especial cariño. Persona
interesada en la tradición de la Alasita, logró poseer una asombrosa colección
de miniaturas que las exhibía en un museo instalado en su propia residencia.
Alasita, without any hesitation whatsoever, has become a
singular fair that has conquered the interest of the population throughout its
existence. Held in the city of La Paz, the objects exhibited in different
sectors show all the material that exists in the world, worked to scale.
The United Nations Educational, Scientific and Cultural
Organisation (Unesco) declared the Alasita Fair an Intangible Cultural Heritage
of Humanity.
The particular faith of men and women makes the purchase of
"miniatures" an act of faith that one day they will become real in
their true size and proportion. The sought-after "billetitos" are
bought, to consider that we will never be short of money, which gives us the
means to acquire our first necessities, and in time, to make our material
dreams come true.
Visitors get miniature objects that represent what they
want, such as houses, food, professional titles and so on. These objects are
known as alasitas and are mostly made by artisans. The word alasita comes from
the Aymara language and means buy me.
Many say that they bought a little stucco house, and after
blessing it, one day they had a house of their own. This is the result of faith
in this miniature fair. Some drivers of the transport vehicles known as
"micro" or "colectivo" pinned their hopes on buying a
miniature one at Alasita. Today they have a real one.
On the other hand, it is the Ekeko that enters the estates
of the aristocrats and enters the garrets of the poor and crosses the halls of
the middle class and takes up temporary residence in the homes of the
privileged class. Rich and poor alike inhale the scent of incense in order to
"sanctify" purchases and bring them to the "altar" of the
Andean God so that he will return these offerings within a period of no more
than twelve months.
Thousands of believers of the legendary god turn to the
main fair of Alasita, spread out in vast spaces where the stalls offer
everything the consumer is looking for, so that there, their hopes are wrapped
in a paper of illusions and hopes.
Many years ago, this popular festival used to be a large
fair set up in a single place determined by the Mayor's Office. Nowadays, the
Ekeko walks all over the city and spreads its power to other latitudes. Almost
in every neighbourhood of La Paz, the mestizo bonachón smiles at the buyer.
The custom follows certain rules imposed by experience, for
it is said that, in order to achieve results in the petitions to the Ekeko, the
objects must be bought at twelve o'clock on the 24th. The time that elapses
after this does not detract from the power of the native God, although it may
diminish the effect in some cases. However, between the naivety of the seller
and the naivety of the buyer, the greater the consumption, the greater the
possibility of materialising illusions.
The most distant dreams seem to come true in the search for
happiness. Incredible loves are realised, real estate is built, trips are made,
bank accounts are opened and pantries are stocked with everything that is
essential for the existence of each family.
Doña Mercedes Ergueta Vda. de Nardín, known by her closest relatives as "Bulún" was a personality that the city of La Paz remembers with special affection. A person interested in the Alasita tradition, she managed to possess an amazing collection of miniatures which she exhibited in a museum installed in her own residence.
ecorridos rituales en la ciudad de La Paz durante la Alasita | ||
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Patrimonio cultural inmaterial de la Unesco | ||
Vista de Las Alasitas desde el teleférico de La Paz | ||
Localización | ||
País | Bolivia | |
Datos generales | ||
Tipo | Cultural inmaterial | |
Identificación | 01182 | |
Región | América Latina y el Caribe | |
Inscripción | 2017 (XII sesión) | |
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