viernes, 3 de diciembre de 2021



PELÍCULAS DVD 007 EN TIEMPOS DE

LA COVID – 19


 SEAN CONNERY  

IAN FLEMING JAMES BOND 007

      NUNCA DIGAS         NUNCA JAMAS  

 Never Say Never Again

Nunca digas nunca jamás (título en inglés: Never Say Never Again) es una película de 1983, versión cinematográfica de la novela publicada en 1961 Operación Trueno (Thunderball), que previamente había sido adaptada en 1965 bajo el mismo nombre.

A diferencia de la mayoría de las películas de James Bond, Nunca digas nunca jamás no fue producida por Eon Productions, sino por una productora independiente, uno de cuyos miembros fue Kevin McClory, uno de los escritores originales de la historia de Operación Trueno con Ian Fleming y Jack Whittingham. McClory retuvo los derechos de adaptación cinematográfica de la novela tras una larga batalla legal que data de la década de 1960.

La película fue dirigida por Irvin Kershner y, como Operación Trueno, está protagonizada por Sean Connery como el agente del servicio secreto británico James Bond, marcando su regreso al papel 12 años después de Diamonds Are Forever.

El título de la película hace referencia a cómo Connery dijo en 1971 que "nunca más" interpretaría a James Bond. Como Connery tenía 52 años al rodarse la película, la historia presenta a un envejecido Bond que es traído de vuelta a la acción para investigar el robo de dos armas nucleares por SPECTRE. Las localizaciones del rodaje incluyeron Francia, España, Bahamas y los Elstree Studios en Inglaterra.

Nunca digas nunca jamás contó con un presupuesto de 36 millones de dólares y fue estrenada por Warner Bros. en octubre de 1983, recibiendo positivos comentarios de la crítica y siendo, además, un éxito comercial, recaudando 160 millones de dólares en taquilla, aunque estas cifras fueron inferiores a las de la película Bond Octopussy, producida por EON y estrenada en junio del mismo año.

En 1997 los derechos de distribución de Nunca digas nunca jamás fueron comprados por Metro-Goldwyn-Mayer, que distribuía las películas Bond de EON, y la compañía ha controlado las posteriores ediciones de la película en vídeo.

Después de que el agente del MI6 James Bond, 007, falla un ejercicio de entrenamiento de rutina, su superior, M, ordena a Bond ir a una clínica de salud a las afueras de Londres para volver en forma. Una vez allí, Bond observa a una misteriosa enfermera llamada Fátima Blush dando una sádica paliza a un paciente en una sala cercana.

La cara del hombre está vendada y después de que Blush termina su paliza, Bond ve al paciente usando una máquina que escanea su ojo. Bond es visto por Blush y posteriormente un asesino trata de matarlo en el gimnasio de la clínica, pero Bond logra derrotar al asesino.

Blush y su paciente, un piloto de la fuerza aérea de los Estados Unidos llamado Jack Petachi, son agentes de SPECTRE (Sociedad de Poder Ejecutivo para Contraespionaje, Terrorismo, Rebelión y Extorsión), una organización criminal dirigida por Ernst Stavro Blofeld. 

Petachi se ha sometido una operación en su ojo derecho para que coincida con el patrón de retiniano del Presidente de Estados Unidos, que utiliza para burlar la seguridad del reconocimiento de iris en una base militar estadounidense en Gran Bretaña.

Al hacerlo, reemplazan las ojivas de dos misiles de crucero con ojivas nucleares vivas; SPECTRE entonces obtiene las ojivas para extorsionar por miles de millones de dólares de los gobiernos de la OTAN. Posteriormente Blush asesina a Petachi.

Bajo las órdenes del Primer ministro, M a regañadientes reactiva la sección doble cero y Bond es asignado la tarea de rastrear las armas desaparecidas. Conoce a Domino Petachi, hermana del piloto y a su amante adinerado, Maximillian Largo, un agente de SPECTRE. Bond sigue a Largo y su yate a las Bahamas, donde también encuentra a Blush. 

Es la primera oportunidad coordinada con miembros de la organización SPECTRE, eliminar a Bond. Fátima lo detecta en la playa de Naso, y en medio de una tramoya logra acaparar el interés por 007. Con ánimo libertino, Blush seduce a Bond, besándolo fogosamente para luego acostarse en el compartimiento del barca y hacer el amor.


Bond es informado por Nigel Small-Fawcett del consulado británico que el yate de Largo ahora se dirige a Niza, Francia. Allí, Bond une fuerzas con su homólogo de la CIA, Felix Leiter. Bond va a un salón de belleza donde se hace pasar como empleado y mientras le está dando a Domino un masaje, es informado por ella que Largo es anfitrión de un evento en un casino esa noche.

En el evento de caridad, Largo y Bond juegan un videojuego en 3D llamado Dominación, que finalmente gana Bond; Bond luego informa a Domino de la muerte de su hermano. Bond regresa a su villa para encontrar a Nicole, su contacto francés, muerta, habiendo sido asesinado por Blush.

Después de una persecución en vehículo en su motocicleta, Blush captura a Bond. Obligado a escribir sus memorias poniéndola como su pareja sexual "número uno", Bond utiliza su pluma fuente dada por Q para disparar a Blush, haciéndola explotar.

Bond y Felix luego intentan abordar el yate a motor de Largo, el Platillo Volador, en busca de las desaparecidas ojivas nucleares. Bond es atrapado y es llevado, con Domino, a Palmyra, la base de operaciones de Largo en el norte de África. Largo castiga a Domino por haberlo traicionarlo subastándola a algunos árabes que se hallaban de paso. Bond posteriormente escapa y rescata a Domino.

Después de su rescate, Domino y Bond se reúnen con Felix en un submarino de la Armada de los Estados Unidos y siguen a Largo a un lugar conocido como las Lágrimas de Alá, debajo de un oasis en el desierto.

Bond y Leiter se infiltran en las instalaciones subterráneas y un tiroteo erupciona entre el grupo de Felix y los hombres de Largo en el templo. En la confusión Largo escapa con una ojiva. Bond captura y combate a Largo debajo del agua. Justo cuando Largo trata de detonar la última bomba, es asesinado por Domino, tomando venganza por la muerte de su hermano. Bond entonces vuelve a las Bahamas con Domino.




Julio Ríos

En 1983 se cruzaron dos películas de James Bond de diferentes prorductores. Primero llegó una nueva entrega de la etapa Moore —el ter James Bond de la historia—, curiosamente una de las más entretenidas, ‘Octopussy’, dirigida por John Glen el año 1983. A finales de 1983, se estrenó ‘Nunca digas nunca jamás’ (‘Never Say Never Again’, dirigida por Irvin Kershner), emprendimiento James Bond que que asomó merced a la idea de Kevin McClory, que conservaba los derechos desde los años sesenta de la novela ‘Thunderball’, y el propio Sean Connery, que tras el estreno de ‘Diamantes para la eternidad’ (‘Diamonds Are Forever’, Guy Hamilton, 1971) declaró que nunca jamás volvería a ser Bond. De ahí el título.

La trama varía notablemente sin perderse la esencia de Operación Trueno y sus personajes. Thunderball, fue filmada en 1965. En efecto todo está adaptado a los últimos 10 años de los ochenta, década en que el director McClory, que junto a Ian Fleming y Jack Wittingham, es autor de la historia.  

Michel Legrand es el autor de la composición. La interesante secuencia inicial, en la que aparece Bond concluyendo un entrenamiento para evaluarse su estado físico. Un pequeño chiste hacia la edad de Connery, que sí, está maduro, pero sigue poseyendo innegable elegancia y capacidad de seducción. Mayor estaba Moore, que tenía tres años más que el actor escocés.

Algunos de los protagonistas entreveran evidentes cambios. Edward Fox es un “M” imposible, más preocupado por asuntos políticos que por la seguridad de sus agentes. Moneypenny está más enamorada que nunca —atención a la forma que tiene Kershener de mostrarla por primera vez, en un plano en el que ella destaca sobre Bond—, y a “Q” le han puesto nombre. Sutiles diferencias con respecto a la saga “oficial”, a modo de parodia, y también como ejercicio de reinvención. Bond, es obligado por por M, a asistir a una clínica en la que se recuperará de los agentes tóxicos de su cuerpo, adquiridos por los vicios preferidos de James.  

La película, por otra parte, tiene en algunas escenas un toque erótico. Fatima Blush (Bárbara Carrera), encarna el rol de una enfermizamente siniestra y muy sexual mujer (la primera vez que se encuentra, en el compartimiento del barco, previa su salida a bucear con Bond, ella lleva un traje de baño de una pieza con tanga; el momento en que 007 se quita la camisa para colocarse la indumentaria para ingresar al mar, Fátima lo observa con deseo: Bond se despoja de una camisa celeste, sin camiseta interior, lo que permite entrever su torso velludo y desnudo, al que se abalanza y besa, pasando su boca por el cuello y los labios de Bond. Hacen el amor fogosamente en la cabina secundaria del gran bote).

Fátima es la Número 12 de SPECTRO, y ha sido elegida por Maximillian Largo para dar los más tiernos cuidados de amor al Capitán Jack Petachi. Fatima se disfraza como enfermera de la clínica de salud para entrenar a Jack en su traición a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos aprovechándose de su adicción a la heroína. Cuando Jack termina su trabajo, Blush lo asesina lanzándole su serpiente al coche, lo que le provoca que tenga un accidente mortal. Fátima luego hace explotar el coche accidentado, no sin antes llevarse a su serpiente.

Otra característica peculiar del personaje es que desea dominar y controlar a todos los hombres de su vida, especialmente a James Bond, cuya habitación de hotel hace volar por los aires tras su primer encuentro, atentado del que 007 se libra por estar sentimentalmente haciendo el amor a otra mujer en su habitación del hotel. Mientras se besan apasionadamente, Fátima oprime el detonador y explota la referida habitación donde no estaba Bond. También intenta matar a Bond cuando éste está buceando, colocando un transmisor en su equipo de submarinismo que atrae a los tiburones. En su encuentro final, le amenaza con una pistola para que escriba una nota que diga que ella ha sido la mejor amante que ha tenido. Bond intenta distraerla hablando sobre otra posible candidata a la mejor amante y entonces le dispara con un cohete granada de explosión retardada escondido en su pluma. Blush tiene la distinción de ser la primera mujer que Bond mata cara a cara.

En esta película aparece la extraordinaria secuencia del baile de un tango entre Connery y una aún no conocida Kim Basinger —quien no conocía absolutamente nada de las películas del famoso agente—. De maravillosa y concisa planificación, la secuencia supone un punto y aparte en una película que, a partir de ese instante, se vuelve frenética y emocionante, intentando superar lo visto en el 65 que, entre otras cosas, aprovechaba de las secuencias submarinas. Para ello, Kershner, nos ofrece varias set pieces deslumbrantes, a partir de ese alegórico tango.

Una persecución en moto, filmada de forma muy enérgica, precede al clímax, largo y bien medido en tempo, del film. Mezcla de secuencias submarinas —esta vez con más pulso, filmadas por el mismo Ricou Browning— con un enfrentamiento sobre tierra, en el interior de una especie de templo, que hereda ciertas formas de la saga Indiana Jones —recordemos, un personaje surgido a partir del universo Bond—; no en vano, el director de fotografía es Douglas Slocombe —aún vivo, con 102 años de edad—, el mismo que utilizó Spielberg para las tres primeras aventuras del arqueólogo. ‘Nunca digas nunca jamás’ no sólo es un homenaje y una imitación al propio personaje en sí, sino que devuelve el saludo a sus imitadores más aventajados.

Connery se rodeó de las bellezas de Basinger y Barbara Carrera —Bárbara ilustra esta crónica con una fotografía en la que se la observa con la misma sensualidad de siempre; usa una camisa a cuadros clásica muy escotada hasta la cintura y sin sujetador a través de la piel desnuda de Bárbara, vistiendo ella la prenda con el cuerpo desnudo por debajo y exento de prendas interiores; es Bárbara a pecho desnudo—, en un personaje demasiado excesivo, perdiendo en comparación con las bellezas de los años sesenta.

Para los villanos de turno, Max Von Sydow, controlando sus tics como alma máter de la organización Spectre, y un Klaus Maria Brandauer que no escatima en gestos histriónicos. Atención al muy interesante enfrentamiento entre Bond y Largo en una especie de videojuego —Bond poniéndose al día— con descargas eléctricas como castigo por perder. Los gestos de Brandauer sobrepasan lo soportable.

"Nunca digas nunca fue un éxito, y a la par de ‘Octopussy". Dos James Bond, estuvieron en acción. Connery fue el actor que mejor trató al personaje, el único que, aun tomándoselo en serio, poseía el humor necesario para reírse de él. Por intermedio de una seguridad abrumadora, un guiño final al espectador como toda una declaración de intenciones, a la par de ser un agradecimiento a quienes ocupan la taquilla, despidiéndose Connery definitivamente del personaje que encara al espía británico: Bond, James Bond.


By Julio Ríos

VERY LOW-CUT THROUGH A CLASSIC PLAID SHIRT STANDS OUT BÁRBARA WEARING IT WITH A NAKED BODY UNDERNEATH

In 1983 two James Bond films from different producers crossed paths. First came a new instalment of the Moore phase - the third James Bond in history - curiously one of the most entertaining, 'Octopussy', directed by John Glen in 1983. At the end of 1983, 'Never Say Never Again', directed by Irvin Kershner, was released, a James Bond venture that came about thanks to the idea of Kevin McClory, who had the rights to the novel 'Thunderball' since the 1960s, and Sean Connery himself, who after the premiere of 'Diamonds Are Forever' (Guy Hamilton, 1971) declared that he would never ever be Bond again. Hence the title.

The plot varies significantly without losing the essence of Operation Thunderball and its characters. Thunderball was filmed in 1965. In effect everything is adapted to the last 10 years of the 1980s, the decade in which director McClory, who along with Ian Fleming and Jack Wittingham, is the author of the story. 

Michel Legrand is the author of the composition. The interesting opening sequence, in which Bond concludes a training session to assess his physical condition. A little joke on Connery's age, who, yes, is mature, but still possesses undeniable elegance and seductiveness. Older was Moore, who was three years older than the Scottish actor.

Some of the main characters are clearly changed. Edward Fox is an impossible "M", more concerned with political matters than the safety of his agents. Moneypenny is more in love than ever - note Kershener's way of showing her for the first time, in a shot in which she towers over Bond - and "Q" has been given a name. Subtle differences with respect to the "official" saga, by way of parody, and also as an exercise in reinvention. Bond is forced by M to attend a clinic where he will recover from the toxic agents in his body, acquired by James' favourite vices. 

The film, on the other hand, has a touch of eroticism in some scenes. Fatima Blush (Bárbara Carrera), plays the role of a sickly sinister and very sexual woman (the first time he meets her, in the compartment of the boat, prior to his diving trip with Bond, she wears a one-piece swimming costume with a thong; the moment 007 takes off his shirt to put on his clothes to enter the sea, Fatima watches him with desire: Bond strips down to a light blue shirt, with no vest, giving a glimpse of his naked hairy torso, which he pounces upon and kisses, running his mouth over Bond's neck and lips. They make fiery love in the secondary cabin of the big boat).

Fatima is SPECTRO Number 12, and has been chosen by Maximillian Largo to give the most tender loving care to Captain Jack Petachi. Fatima disguises herself as a nurse at the health clinic to coach Jack in his betrayal of the US Air Force by taking advantage of his heroin addiction. When Jack finishes his work, Blush murders him by throwing his snake at his car, causing him to have a fatal accident. Fatima then blows up the wrecked car, but not before taking her snake with her.

Another peculiar characteristic of the character is her desire to dominate and control all the men in her life, especially James Bond, whose hotel room she blows up after their first meeting, an attack that 007 escapes because he is making love to another woman in his hotel room. As they kiss passionately, Fatima presses the detonator and blows up the room where Bond was not present. She also attempts to kill Bond while he is diving by attaching a transmitter to his scuba gear that attracts sharks. In their final meeting, she threatens him with a gun to write a note saying that she has been the best lover he has ever had. Bond tries to distract her by talking about another possible candidate for best mistress and then shoots her with a time-delayed rocket grenade hidden in his pen. Blush has the distinction of being the first woman Bond kills face to face.

This film features the extraordinary tango dance sequence between Connery and an as yet unknown Kim Basinger - who knew absolutely nothing of the famous agent's films. Beautifully and concisely planned, the sequence marks a turning point in a film which, from that moment onwards, becomes frenetic and exciting, trying to surpass what was seen in 65, which, among other things, took advantage of the underwater sequences. To this end, Kershner offers us several dazzling set pieces, starting with that allegorical tango.

An energetically filmed motorbike chase precedes the film's long and well timed climax. A mixture of underwater sequences - this time with more pulse, filmed by Ricou Browning himself - with a confrontation on land, inside a kind of temple, which inherits certain forms from the Indiana Jones saga - remember, a character that arose from the Bond universe -; not in vain, the director of photography is Douglas Slocombe - still alive at 102 years of age - the same one used by Spielberg for the first three adventures of the archaeologist. Never Say Never Again' is not only a tribute to and imitation of the character himself, but also returns the salute to his most advanced imitators.

 Connery surrounded himself with the beauties of Basinger and Barbara Carrera -Barbara illustrates this chronicle with a photograph of her looking as sensual as ever; she wears a classic plaid shirt, low-cut to the waist and no bra through Barbara's bare skin, wearing the garment with her naked body underneath and no undergarments; she is bare-chested Barbara- in a character too excessive, losing out in comparison to the beauties of the sixties.

For the villains on duty, Max Von Sydow, controlling his tics as the alma mater of the Spectre organisation, and a Klaus Maria Brandauer who doesn't skimp on histrionic gestures. Watch out for the very interesting confrontation between Bond and Largo in a sort of video game - Bond catching up - with electric shocks as punishment for losing. Brandauer's gestures are beyond bearable.

Never Say Never was a hit, and on a par with Octopussy. Two James Bonds were in action. Connery was the actor who treated the character best, the only one who, while taking him seriously, possessed the humour to laugh at him. Through an overwhelming assurance, a final wink to the viewer as a statement of intent, as well as a thank you to those who occupy the box office, Connery said goodbye definitively to the character who plays the British spy: Bond, James Bond.


 


Julio Ríos, escritor y crítico de arte, licenciado en ciencias de la comunicación, es asesor en proyectos de redacción. Escribió el libro DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017). En la fecha trabaja una novela basada en la vida y obra de W.A.Mozart. Estudió en la Universidad Mayor Real y Pontifica de San Francisco Xavier de Sucre y en la Universidad Católica de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de La Jolla en San Diego, California.


UN ANTES. UN DESPUÉS. Dos artistas se destacan en la película: Bárbara Carrera, a quien observamos en la primera foto. Sensual y bella, su interpretación más popular fue como la Chica Bond (Bond Girl) Fatima Blush en esta película Nunca digas nunca jamás, de 1983, compartiendo reparto con Sean Connery, Kim Basinger, Max von Sydow y Klaus Maria Brandauer. Su presencia, sin duda, es la de una mujer muy hermosa y sexy: la apreciamos con un atuendo anaranjado muy escotado, a través de los pechos desnudo de Bárbara. La toma es en una playa.

En la segunda foto, Bárbara asoma de infarto. Sólo un vestido negro muy escotado (escotadísimo) cubre su generosa anatomía desnuda por debajo. El nacimiento sutil de sus pechos al desnudo, destaca la foto-modelo que la acompaña llevando de la mano una chaqueta roja.

En la tercera foto, Carreras se muestra en UN DESPUÉS, junto a CHUCK NORRIS en "Lone Wolf McQuade. Vestida con una camisa a cuadras abierta hasta la cintura sin sujetador, la renueva en su sensualidad y belleza.

En la cuarta foto, Kim Basinger, es la “Bond Girl”, opuesta a Bárbara; vale decir Basinger es la ternura, la mujer buena atrapada en una mentira, mientras que Carrera es la villana malvada en la película.

La quinta foto destaca la elegancia de Basinger, arropada con un muy escotado atuendo ceñido a su desnuda anatomía. Fue una época previa que la llevó a la fama.

La sexta foto, mi encuentro con la película DVD de la película de James Bond, que en una época de pandemia, avasallada por la Covid 19, permitió olvidar un instante la aciaga realidad golpeada en el actuar del virus, conocido como la temible Covid 19 que continúa vigente en la redondez del globo.  


A BEFORE. A AFTER. Two performers stand out in the film: Barbara Carrera, seen in the first photo. Sensual and beautiful, her most popular performance was as Bond Girl Fatima Blush in the 1983 film Never Say Never Again, sharing the cast with Sean Connery, Kim Basinger, Max von Sydow and Klaus Maria Brandauer. Her presence, without a doubt, is that of a very beautiful and sexy woman: we can see her in a very low-cut orange outfit, through Barbara's naked breasts. The shot is on a beach.

In the second photo, Bárbara looks stunning. Only a very low-cut (very low-cut) black dress covers her generous naked anatomy underneath. The subtle birth of her naked breasts, highlights the photo-model who accompanies her, holding a red jacket in her hand.

In the third photo, Carreras is shown in A LATER, next to CHUCK NORRIS in "Lone Wolf McQuade. Dressed in a square shirt open to the waist without a bra, she renews her sensuality and beauty.

In the fourth photo, Kim Basinger is the "Bond Girl", opposite Barbara; in other words, Basinger is the tenderness, the good woman caught in a lie, while Carrera is the evil villain in the film.

The fifth photo emphasises Basinger's elegance, wrapped in a very low-cut gown tight to her naked anatomy. It was a previous era that brought her to fame.

The sixth photo, my encounter with the DVD of the James Bond film, which in a time of pandemic, overwhelmed by Covid 19, allowed us to forget for a moment the fateful reality hit by the virus, known as the dreaded Covid 19, which continues to exist in the roundness of the globe. 


 

  JAMES BOND

Sean Connery es 007