jueves, 2 de diciembre de 2021

 

 

De Lechín a Huarachi

Julio Ríos Calderón

Página Siete jueves 2 de diciembre de 2021

 


Este año se cumplen 20 años del fallecimiento de Juan Lechín Oquendo, destacado líder sindical y secretario general de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia desde 1944 a 1987 y de la Central Obrera Boliviana desde 1952 a 1987.  

En un antes, que corresponde a la obra de Lechín, y un después que refiere, hoy, al trabajador minero Juan Carlos Huarachi, de quien se recuerda el atentado contra la salud pública, entre otros, a raíz de los bloqueos instalados en distintas carreteras del país que impidieron el paso de oxígeno y otros insumos durante la emergencia de la Covid 19, aciaga circunstancia que provocó el fallecimiento de más de 40 pacientes contagiados por la falta de oxígeno.

Los últimos acontecimientos, emergentes del paro cívico cruceño y la protesta a las leyes arbitrarias del Poder Ejecutivo, entreveran la amenaza del Secretario Ejecutivo de la COB –el dirigente expresó que se tergiversaron sus declaraciones–, al Departamento Cruceño con palabras provocativas revestidas de odio e impotencia, al concluir una fracasada marcha sin otra trascendencia que más amenazas y expresiones de provocación.

¿Dijo algo del conflicto por el que atraviesa AASANA, donde se relocalizó a un sinnúmero de trabajadores? ¿Trabaja en la defensa de empleados que son despedidos, discriminándolos porque pertenecen a la tercera edad? ¿Conoce de sujetos que cual mercenararios de nacionalidad extranjera trabajan en el despido sin límites a personas que se desempeñan en la empresa privada? ¿Conoce que con pretexto de la pandemia, se están cerrando oficinas, obligando a sus trabajadores a una responsabilidad “free-lance”, para que se desempeñen e inviertan en el teletrabajo con la necia explicación de una nueva cultura?

Sin vacilación que hace oídos sordos, habida cuenta que está ocupado en servir al MAS y seguir los dictados del Presidente de ese partido político que con miopía y procacidad con viento de ignorancia y autoritarismo, sus expresiones hoy gotean sin parar como una baba caníbal. 

Qué lejos de Lechín está Huarachi. Hay un abismo con quien se forjó en un sindicalismo combativo, unido y sobre todo pluralista e independiente. Lechín participó por medio siglo en las luchas proletarias. Su sello principal fue mantener la independencia de clase de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, y de la COB, sin inclinarse ante el Poder Ejecutivo, ni siquiera después de la  Revolución de Abril en 1952. Fomentó el libre pensamiento de cada dirigente y la unidad de la COB.

Huarachi, al contrario, se ofrece de subalterno al MAS, para juntos operar a su manera, con mentiras y en medio de medidas abyectas y la obsesiva repetición de “fue golpe”, “no hubo fraude”. Si sus falsedades fueran realidad, la actual situación de la elección de Arce Catacora, debería referir a la primera autoridad como el Presidente ilegítimo de Bolivia, a quien presidieron resoluciones de la Asamblea Plurinacional, como los dos tercios de los votos.

¿Qué ejemplo, que herencia legará Huarachi a las futuras generaciones? ¿Conoce que a Lechín lo recuerdan mujeres y hombres, que a lo largo de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio, han ocasionado que la Bolivia, de un modo u otro prospere?

Conocido como “el Maestro Lechín”, tras un período de estancia en Argentina, volvió a Bolivia y, tras el golpe militar del 17 de julio de 1980, fue encarcelado y se especuló sobre su muerte. Una vez liberado, provocó la vuelta a la democracia y fue uno de los mayores opositores al régimen de Siles Suazo. Huarachi, es uno de los mayores aliados al Gobierno de Arce.

Huarachi, Morales y Arce, como va el país, se verán llevados hacia posiciones cada vez más radicales, hasta que se abra para ellos, la vía sin retorno que hoy recorre. Viven de un discurso repetitivo, abusivo y antidemocrático y no advierten los riesgos del mismo. Más que los hechos, les importa lo que hizo el Gobierno de Añez. Por eso  es posible hablar, decir de un modo y obrar de otro, porque, arrebatada la audiencia por sus ficciones, prestará más atención a los hechos sobrios, rotundos, descarnados, que ocurren al margen de ella.

Pero el riesgo del verbalismo tiene doble filo. De un lado, implica la tentación que sufre el MAS cuando escucha al otro Presidente, sus majaderas tiradas. Muchos problemas rematan poco a poco en la conciencia de Huarachi, Arce y Morales con su definición desesperada en términos ideales, verbalmente infantiles, sin que le importes cómo se han de encarar sobre la realidad que es más arisca que el micrófono y el papel.

Pero el otro borde de su escalpelo aparatoso, es que aún el dirigente Huarachi que se sabe cercado hoy por los cruceños, sólo quiere persuadir mientras coopera, en los hechos, en dirección contraria, y terminará prisionero de lo que dijo, víctima de lo que anunció.

De Lechín a Guarachi, hay no sólo una diferencia, distancia y valores, hay una ignorancia intolerable, una extrañeza que no conozcan cuánto esfuerzo significó la Tesis de Pulacayo. Fue un resultado del trabajo de agudeza y organización del Partido Obrero Revolucionario (POR) en el seno del proletariado minero. La Tesis de Pulacayo es uno de los documentos políticos más relevantes del país.

JULIO RÍOS CALDERÓN, ES ESCRITOR Y CONSULTOR