PELÍCULAS DVD 007 EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
TIMOTHY DALTON
IAN FLEMING JAMES BOND 007
LICENCE TO KILL
Licencia para matar
Licencia para matar (en inglés Licence to Kill) es una película británica de 1989, decimosexta entrega correspondiente a la saga de James Bond dirigida por John Glen, producida por Albert R. Broccoli y segunda y última protagonizada por Timothy Dalton.
Es la primera película que no posee el título de alguna novela o historia corta de Ian Fleming, aunque parte de su trama es basada en el cuento corto "El extraño Hilebrand" del libro Solo para tus ojos y parte de la novela Vive y deja morir.
En la película, Bond es suspendido del MI6 mientras él persigue al narcotraficante colombiano Franz Sánchez, quien ha atacado a su amigo de la CIA Felix Leiter y asesinado a la esposa de Felix durante su luna de miel. Originalmente titulada Licence Revoked (Licencia revocada) en consonancia con la trama, el nombre fue cambiado durante la posproducción.
En la secuencia pre-créditos, James Bond (Timothy Dalton) viaja a Florida para presenciar la boda de Felix Leiter (David Hedison), agente de la CIA y de la DEA (Departamento Antidroga) que es su mejor amigo. De camino la ceremonia, oficiales de la DEA le dicen a Leiter que tienen una oportunidad excelente de capturar a Franz Sánchez (Robert Davi), criminal acusado de 396 asesinatos y zar de la droga, pues éste entró en jurisdicción de las islas Bahamas, cuyo gobierno autoriza la captura.
Bond se suma a Leiter para el operativo "sólo como observador", y así se dirigen a una isla donde Sánchez previamente había llegado para matar al amante de su novia Lupe Lamora (Talisa Soto) y golpearla a la misma como castigo. Durante el operativo, Sánchez intenta huir en una avioneta, pero Bond, desde el helicóptero de la DEA y ayudado por Leiter engancha la avioneta al helicóptero, capturándolo. Finalmente, como aún estaba esperando en la Iglesia la novia de Leiter, este último y Bond llegan en paracaídas a la boda.
Sánchez soborna con dos millones de dólares a un agente de la DEA llamado Ed Killifer (Everett McGill) y consigue escapar ayudado por sus secuaces en los Cayos de Florida cuando era trasladado a la cárcel de Quantico. Durante la fiesta de la boda, Bond, siendo el padrino de los novios, recibe como regalo de ellos un encendedor con una llama enorme.
Acto seguido en la noche, el criminal asesina a Della (Priscilla Barnes), la esposa de Felix, y a él lo arroja a un tiburón, donde pierde una pierna. Al enterarse Bond de la noticia de que Sánchez escapó cuando tomaba un avión a Estambul en una misión, acude a ver a Felix y a Della.
Sólo encuentra a Della violada y muerta y a Felix grave. Al llevar a su amigo al hospital, los oficiales de la DEA le indican que ellos se encargarían del asunto. Pero un Bond resentido y con deseo de venganza comienza junto con su compañero Sharkey a investigar lo que sucedió.
La primera pista fue ir a un almacén en donde tenían resguardados a raros especímenes de tiburones, cuyo propietario es uno de los cómplices de Sánchez, Milton Krest (Anthony Zerbe) donde Bond usando su fachada de Universal Exports pide ver el establecimiento sin encontrar nada debido a que Krest lo mantiene alejado.
Posteriormente en la noche ahí en plena lucha contra varios vigilantes y luego contra Killifer, el oficial traidor que fue sobornado, y con ayuda de Sharkey, Bond lo cuelga de la misma pecera donde arrojaron a Felix y este muere devorado por un tiburón y a la vez arrojándole el dinero con el que fue sobornado.
James y Sharkey planean ir tras Krest, pero en el camino agentes del MI6 llevan a Bond a la antigua casa de Ernest Hemingway a que se reportara con M (Robert Brown), quien muy enojado le ordena a Bond que no se meta en el asunto por no ser un tema del MI6, pero el agente lo desobedece, por lo que M se molesta y le exige que entregue su licencia para matar y su arma. Bond simula entregarse pero termina escapando con su arma; y M sin remordimientos, lo deja ir en paz. A partir de ahí inicia un viaje de venganza contra Sánchez.
Al entrar al WaveKrest, yate de Milton Krest, Bond descubre en el cabaret a Lupe, a quien había visto en la isla cuando capturaron a Sánchez. La chica Lupe le pide que no se meta, pero Bond lo rechaza. Al descubrir que su amigo Sharkey fue capturado y muerto, Bond se desespera y da muerte al asesino de su amigo y huye en una avioneta que transportaba todo el dinero, fruto de la droga que traficaban.
Al escapar, Bond regresa a la casa de Felix para hallar alguna pista y obtiene un contacto con una de sus compañeras de la DEA, Pam Bovier (Carey Lowell), con quien se reúne en un bar para intercambiar información. En esos momentos llega uno de los cómplices de Sánchez, Darío (Benicio del Toro), quien comienza a provocar a la chica, Bond reacciona y termina desencadenándose toda una riña en el bar.
Luego de escapar de las manos de Darío y sus hombres, Pam y Bond inician un viaje hacia la ficticia ciudad de Ithmus donde Franz Sánchez tiene su imperio. Mientras tanto, en el MI6, M reclama a Moneypenny (Caroline Bliss) sobre un reporte de 007, con el fin de perdonarlo. M al estar consciente de lo que está ocurriendo, decide llamar a su contacto en Ithmus para traer a Bond. Asustada y angustiada, Moneypenny llama a Q (Desmond Llewelyn) para pedirle ayuda.
Mientras tanto en Ithmus, Bond llega al Banco depositando el dinero robado y vanamente trata de pedirle a Pam no involucrarse en el asunto. Luego Bond le permite quedarse posando como su secretaria. Posteriormente ambos acuden al casino de Sánchez y Bond comienza a gastar y ganar todo su dinero en apuestas. Al enterarse de lo que sucedía, Sánchez ordena a uno de sus sicarios a que lo traiga frente a él en persona.
A partir de allí comienza a llevarse muy bien con Bond sin saber que él es amigo de Leiter y argumentándole ser exagente británico y asesino a sueldo.
Al volver al hotel, Bond recibe la inesperada visita de Q, quien viene a ayudarle en su venganza, proporcionándole armas; despertador bomba, explosivo plástico ciclonita escondido en dentífrico, cámara láser, detonador escondido en cajetilla de cigarrillos y una cámara rifle. Bond le agradece y le pide no intervenir.
Al preparar su ataque contra el NarcoZar usando la ciclonita, el detonador (para destruir la ventana blindada de su oficina) y la cámara rifle, agentes del servicio secreto japonés liderados por Kwang (Cary-Hiroyuki Tagawa) (que se había infiltrado como narcotraficante chino) y Fallon (Christopher Neame), corrupto agente británico que tenía que traer a Bond de vuelta a Londres, atacan a James y lo raptan en una bodega, pero allí es rescatado por Sánchez y su jefe de seguridad el Coronel Heller (Don Stroud), Sánchez lo lleva a su lujosa mansión y le da hospedaje. Kwang se suicida y Fallon y los dos agentes que acompañaban a Kwang son asesinados.
Bond recibe varias atenciones por parte de Sánchez en su casa y le advierte de alguien que había tratado de matarlo, motivo del interrogatorio de Kwang (sin decirle que había sido el mismo Bond autor del atentado) y luego logra huir ayudado por Lupe. Al regresar al hotel en donde se encontraban Q y Pam, Bond entra enfurecido y arroja a la dama a la cama.
Este sin querer oír razones, se dispone a matarla, ya que el la vio con Heller y otros maleantes en la oficina. Ella le explica que fue a obtener algo de información; el gobierno americano le garantizaba al Coronel Heller inmunidad y amnistía si entregaba a las autoridades misiles comprados por Sánchez para derribar aviones de la DEA si lo volvían a intentar arrestar.
Al darle una oportunidad más, Q y Pam toman un bote para ayudar a James a devolver parte del dinero que le robo a Krest. Bond y Pam se infiltran en el yate de Krest, una vez ahí justo después de que arrojaran todo el dinero a la cámara de presión, los cómplices de Sánchez lo encuentran y le informan a su jefe que el dinero lo tenía oculto en esa cámara mientras que Krest le contaba a Sánchez lo sucedido cuando Bond secretamente se infiltró en el barco. Enojado, Sánchez arroja a Krest a la cámara y termina matándolo con una súbita descompresión.
Después de asesinar a su socio, Sánchez regresa a la mansión con Bond, le obsequia una cantidad de dinero por su lealtad y le pide acompañarlo a una fábrica de cocaína, escondida debajo de un templo Tolteca, Tula, Hidalgo. Lupe, preocupada por Bond, pasa la noche con él y al día siguiente le pide a Pam y a Q ayudarlo ya que Sánchez aún lo pone a prueba, Pam celosa duda en ayudarlo pero Q la convence de hacerlo.
Pam toma una avioneta para reunirse con Bond en el lugar, mientras que en la fábrica, Bond provoca un incendio en el laboratorio al arrojar un mechero a la droga luego de que Darío lo miraba con sospecha. Darío reconoce a Bond rápidamente, y Sánchez le ordena a sus matones a que lo coloquen sobre una trituradora usada para esconder la droga en camiones cisterna.
La fábrica estaba por colapsar, Sánchez escapa junto con sus socios y deja solo a Darío a que se encargue de eliminar a Bond, quien se logra sujetar de un gancho con la soga atada en sus muñecas aunque ganando tiempo diciéndole a Sánchez sobre la traición de Heller con los misiles y el supuesto robo de dinero por parte de su contador Truman-Lodge, justo cuando Darío estaba por cortar la soga, Pam llega y dispara al delincuente, Bond logra zafarse y sujeta el pie de Darío y lo hace caer a la trituradora, muriéndose en su lugar.
Bond y Pam intentan huir, y en su camino encuentran el cuerpo de Heller muerto empalado en una máquina. Sánchez escapa en un coche junto a dos camiones cisterna que transportaban combustible con cocaína camuflada en el mismo. Pero eso no era imposible para Bond, ya que con ayuda de Pam logra alcanzarlos en la avioneta y toma uno de los camiones.
Durante el curso de una persecución a través del desierto, los hombres de Sánchez intentan eliminarlo en el camino, pero todos son vencidos por la astucia de Bond y a la vez destruye uno de los cargamentos de droga. Truman-Lodge (Anthony Starke), contador del dinero de Sánchez, le reclama los cargamentos destruidos y Sánchez perdiendo la paciencia lo mata.
Sánchez ataca a Bond con un machete a bordo del camión cisterna aun sin destruir, que pierde el control y se estrella en un lado de una colina. Ambos empapados por el combustible de este, Sánchez intenta matar a Bond con su machete. Pero Bond, con sus últimas fuerzas, saca el encendedor que Felix y Della le obsequiaron durante la boda y con él enciende a Sánchez y corre lo más lejos que pudo llegar para evitar ser alcanzado por las llamas. Finalmente, Sánchez muere en la explosión.
Una vez terminado todo, Bond habla con Felix por teléfono, quien se encontraba recuperado luego de aquella tragedia. Bond se alegra de que su amigo se encontrara fuera de peligro y este le dice que M le está ofreciendo su trabajo de vuelta. Lupe está muy agradecida con James, mientras ella besaba a Bond en la fiesta, Pam se retira muy decepcionada y triste.
Pero al ver que aún se encontraba en la mansión, Bond se disculpa con Lupe ya que el no se sentía atraído a ella y le dice que ella y el presidente hacían una feliz pareja, y luego cae a la piscina para estar junto a Pam. Pam se emociona y cae a la piscina también, Lupe, el presidente López y Q dejan solos a los dos pasar un momento romántico.
Julio Ríos
Segunda y última entrega protagonizada por Timothy Dalton y también última dirigida por John Glen (quien dirigió cinco, siendo el director que más películas de 007 haya realizado), '007: Licencia para matar' no tiene nada que ver con la anterior interpretada por Dalton, '007: Alta tensión' aunque evidencia, como ella, un cambio en el personaje.
Los productores entendieron ya en la anterior que Bond debía dirigirse por nuevos derroteros y en '007: Licencia para matar' se adentran en un 007 mucho más cercano al personaje de las primeras novelas de Fleming, esto es, a un agente secreto más ambiguo (anticipo claro del Bond de Daniel Craig), movido por la venganza y francamente oscuro. No gustó, evidentemente, tras un Roger Moore dócil y divertido. El Bond de '007: Licencia para matar' parece una consecuencia del anterior en '007: Alta tensión': aquí el humanismo viene dado por un romance que no acaba desarrollándose mientras que en '007: Licencia para matar', la situación de Bond (expulsado de la agencia y en busca de venganza) ocasiona que se transforme en un hombre más violento (sí, más aún) y sin reparar en nada para vengar a su compañero muerto.
Glen se despidió de la serie tras dejar su impronta en todas y cada una de las películas (con mayor o menor fortuna dependiendo de cada una), pero sin duda, en esta última, quiso entregar una película diferente a todas las anteriores y mostrar que Bond podía tomar otros caminos. A favor: La oscuridad y ambigüedad del personaje, muy diferente a otras películas de Bond.
Camino a la boda de Felix Leiter, el cortejo se ve interrumpido cuando llega la noticia del aterrizaje en suelo americano del lord de la droga Franz Sanchez. Bond, como padrino de la boda, decide acompañar a Leiter y consiguen capturar a Sanchez. Pero éste escapa, y jura venganza, primero asesinando a la nueva esposa de Leiter, y despues mutilando salvajemente al agente de la CIA. Cuando Bond se entera, comenzará un camino de venganza y destrucción en revancha de su amigo, involucrándose con Sanchez en el pequeño país de Isthmus como un agente renegado, y sembrando una red de discordia entre los aliados del poderoso criminal.
Ciertamente Dalton es un actor capaz, aunque le falta algo de brillo. No tiene el humor de Moore ni el carisma de Connery, y sus capacidades interpretativas son ampliamente superiores a Lazenby, aunque carece –al igual del australiano– de una fuerte presencia en pantalla. Y si en The Living Daylights encontrábamos a un Bond híbrido, con Dalton jugando un perfil onda Moore pero más light, acá se encuentra con un papel más ajustado a su personalidad y capacidad. Incuestionablemente se puede afirmar que, de la era Dalton, es en este film donde realmente brilla con luz propia como Bond. No posee encanto, es cierto, pero es un 007 frío y despiadado, una interpretación que no habíamos visto del personaje quizás desde Dr. No.
Es un film salvaje. Ningún film Bond hasta la fecha –incluyendo a Doctor No, que en su momento fue considerada violenta– es tan sangriento como éste. La muerte del amante de Lupe Lamora quien es sorprendido durmiendo desnudo con ella también desnuda después de una noche de fogosa entrega sexual –arrancándole el corazón–, la violación y asesinato de la esposa de Leiter, la mutilación del agente de la CIA por tiburones (en realidad, la escena es tomada del original literario de Live and Let Die –en otras novelas, Leiter aparecerá cojeando y con un gancho en lugar de su mano), la muerte de Krest en la cámara de descompresión, y el final de Darío –el esbirro de Sanchez– son realmente estremecedoras.
Es un nivel de violencia inusual para una película Bond; quizás lo hayamos visto en otros films –después de todo, el guión quiere retratar la crueldad de un capo criminal y en ese sentido sigue la misma línea de violencia gráfica de The Godfather que es el ejemplo típico. Comparemos el descubrimiento del mutilado Leiter por parte de Bond en su casa con cualquier escena tonta de Moonraker, y vean que tan shockeante es para el público fan Bond– enfrentarse con esta película.
Se puede decir que Licence to Kill es un film Bond diferente. Poco tiene que ver con el resto de la serie: no hay gadgets (unos pocos), tampoco hay planes de dominación mundial, ni personajes propios de comic. Por el contrario, y salvando escasas licencias, intenta mantenerse tan realista como es posible (al menos para un film Bond). 007 pelea con una mafia que existe en el mundo real, y que usa métodos mafiosos extremadamente violentos.
Pero en el otro extremo, está la falta de gadgets y de humor. Es realmente muy acotado, precisamente porque se hace hincapié en lo oscuro de la trama. La poca comedia que hay suena fuera de lugar. Y a falta de maravillosos artefactos (limitados a unos pocos), se reemplaza con un infrecuente protagonismo de Q como apoyo extra oficial al agente británico.
En el plano sensual, la película muestra a Lupe (Talisa Soto), decepcionada de su vida y no quiere ser más la amante de Sánchez y aprovechando que éste fue falseado por Bond, ingresa en la habitación de 007 encontrándolo sin camisa con el torso desnudo –a Talisa que ilustra esta crónica la apreciamos con un diminuto short de jeans a pecho desnudo. Su piel totalmente desnuda en su busto es arropada con una cadena dorada que viste el cuerpo desnudo de Lupe por debajo. No usa ninguna indumentaria. Esta pelada y no aparece un sujetador. No usa, tampoco una camiseta. No usa. Es el cuerpo desnudo de ella a través de una cadena que la entrevera desabrigada–, oportunidad en la que Lupe lo seduce a besos y ambos unen sus labios a través de caricias húmedas y tiernas. Ambos se acuestan desnudos y pasan una noche de pasión.
En los aspectos técnicos, Glen muestra su magistral dirección. Siempre brilló en las persecuciones y efectos especiales. La captura del avión de Sanchez en el teaser es entretenida, el escape del yate de Krest tampoco es brillante, y el final con los camiones super tanque cargados de combustible resulta impactante. Ver a una mole de 18 ruedas volcado de costado es impresionante, pero el resto de la persecución es impresionante y con demasiado nervio.
Un Bond demasiado serio y excesivamente violento. Carece de originalidad y es un 007 atípico, operando fuera del sistema. No fué un gran éxito, pero es injusto cargarle a sus espaldas la culpa de que la serie entrara en hibernación 6 años (hasta Goldeneye en 1995) (en realidad, Eon tenía problemas judiciales con los derechos televisivos, seguía peleando en tribunales con Kevin Mc Clory, y United Artists entraba en quiebra). Comparado con otros triunfos que ha conquistado la serie en el pasado, esta película no deja de dar la sensación de ser un Bond seductor.
By Julio Ríos
NUDE THROUGH
A CHAIN AND JEANS SHORTS TALISA BARE-CHESTED WITHOUT A BRA
Second and last installment starring Timothy Dalton and also last directed by John Glen (who directed five, being the director who has made more 007 films), '007: License to Kill' has nothing to do with the previous one starring Dalton, '007: High Tension' although it shows, like it, a change in the character.
The producers already understood in the previous film that Bond had to take a new direction, and in '007: Licence to Kill' they delve into a 007 much closer to the character of Fleming's first novels, that is, a more ambiguous secret agent (a clear foretaste of Daniel Craig's Bond), driven by revenge and frankly dark. It was not liked, evidently, after a docile and amusing Roger Moore. The Bond of '007: Licence to Kill' seems a consequence of the previous '007: High Tension': here the humanism is given by a romance that doesn't end up developing while in '007: Licence to Kill', Bond's situation (expelled from the agency and in search of revenge) causes him to become a more violent man (yes, even more so) and to spare nothing to avenge his dead partner.
Glen said goodbye to the series after leaving his mark on each and every one of the films (with greater or lesser fortune depending on each one), but undoubtedly, in this last one, he wanted to deliver a film different from all the previous ones and show that Bond could take other paths. In favour: The darkness and ambiguity of the character, very different from other Bond films.
On the way to Felix Leiter's wedding, the courtship is interrupted when news arrives of drug lord Franz Sanchez landing on American soil. Bond, as best man at the wedding, decides to accompany Leiter and they manage to capture Sanchez. But Sanchez escapes, and vows revenge, first by murdering Leiter's new wife, and then by savagely mutilating the CIA agent. When Bond learns of this, he sets out on a path of revenge and destruction to avenge his friend, engaging with Sanchez in the small country of Isthmus as a rogue agent, and sowing a web of discord among the powerful criminal's allies.
Dalton is certainly a capable actor, though he lacks some sparkle. He lacks Moore's humour and Connery's charisma, and his acting skills are vastly superior to Lazenby's, though he lacks - like the Australian - a strong screen presence. And if in The Living Daylights we found a hybrid Bond, with Dalton playing a lighter Moore profile, here he finds himself in a role more in keeping with his personality and ability. Unquestionably, of the Dalton era, it is in this film that he really shines as Bond. He lacks charm, it's true, but he is a cold and ruthless 007, a performance we haven't seen from the character perhaps since Dr No.
It's a savage film. No Bond film to date - including Doctor No, which was considered violent at the time - is as gory as this one. The death of Lupe Lamora's lover who is caught sleeping naked with her naked after a night of fiery sexual surrender - ripping out her heart - the rape and murder of Leiter's wife, the mutilation of the CIA agent by sharks (in fact, the scene is taken from the literary original, the scene is taken from the literary original of Live and Let Die - in other novels, Leiter will appear limping and with a hook in place of his hand), Krest's death in the decompression chamber, and the end of Dario - Sanchez's henchman - are truly shocking.
It's an unusual level of violence for a Bond film; perhaps we've seen it in other films - after all, the script wants to portray the ruthlessness of a criminal kingpin, and in that sense it follows the same line of graphic violence as The Godfather, which is the typical example. Compare Bond's discovery of the mutilated Leiter in his house with any silly scene from Moonraker, and see how shocking it is for the Bond-fan audience to be confronted with this film.
Licence to Kill is arguably a Bond film with a difference. It has little to do with the rest of the series: no gadgets (a few), no plans for world domination, no comic book characters. On the contrary, it tries to remain as realistic as possible (at least for a Bond film): 007 fights a mafia that exists in the real world, and uses extremely violent mafia methods.
But at the other extreme, there is a lack of gadgets and humour. It's really very restrained, precisely because the emphasis is on the dark side of the plot. What little comedy there is sounds out of place. And in the absence of wonderful gadgetry (limited to a few), it is replaced with an infrequent starring Q as an unofficial support to the British agent.
On the sensual level, the film shows Lupe (Talisa Soto), disappointed with her life and no longer wanting to be Sanchez's mistress, taking advantage of the fact that he was faked by Bond, enters 007's room to find him shirtless and bare-chested - Talisa, who illustrates this feature, is seen in a tiny pair of bare-chested denim shorts. Her totally bare skin on her bust is tucked in with a golden chain that dresses Lupe's naked body underneath. She wears no clothing. She is bare-chested and there is no bra. She is not wearing, nor is she wearing a T-shirt. Lupe is very low-cut. She is not wearing. It's her naked body through a chain that wraps around her unclothed-, an opportunity in which Lupe seduces him with kisses and both join their lips through wet and tender caresses. They both go to bed naked and spend a night of passion.
On the technical aspects, Glen shows his masterful direction. He always shines in the chases and special effects. The capture of Sanchez's plane in the teaser is entertaining, the escape from Krest's yacht is not brilliant either, and the finale with the super tank trucks loaded with fuel is shocking. Seeing an 18-wheeler flipped on its side is impressive, but the rest of the chase is impressive and too nerve-wracking.
Bond is too serious and too violent. It lacks originality and is an atypical 007, operating outside the system. It was not a great success, but it is unfair to blame him for the series going into hibernation for 6 years (until Goldeneye in 1995) (in reality, Eon had legal problems with the TV rights, was still fighting in court with Kevin McClory, and United Artists went bankrupt). Compared to other triumphs the series has achieved in the past, this film still feels like a seductive Bond.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, licenciado en ciencias de la comunicación, es asesor en proyectos de redacción. Escribió el libro DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017). En la fecha trabaja una novela basada en la vida y obra de W.A.Mozart. Estudió en la Universidad Mayor Real y Pontifica de San Francisco Xavier de Sucre y en la Universidad Católica de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de La Jolla en San Diego, California.
UN ANTES. UN DESPUÉS. Miriam Talisa Soto (Brooklyn, Nueva York; 27 de marzo de 1967) conocida como Talisa Soto, es una modelo y actriz estadounidense de origen puertorriqueño. En 1989, fue elegida como Lupe Lamora en la película de James Bond titulada Licence to Kill, protagonizada por Timothy Dalton.
En una primera foto, Talisa asoma con una bata elegante y muy escotada color verde agua y solapas celestes, a través de toda su piel desnuda que se arropa con la prenda que usa con el cuerpo desnudo por debajo. La fotografía se publicó en la revista PEOPLE y entrevera la belleza y sensualidad, junto a la abundante y muy hermosa cabellera.
Una segunda foto, publicada en otra revista famosa, Talisa se muestra de falda negra junto a una camisa ancha a rayas celestes. Elegante y muy distinguida, la prenda entrevera piel desnuda debajo a través del atuendo que lo usa con el cuerpo desnudo por debajo.
Una tercera foto, durante una premiación a artistas de cine, aparece con su esposo, el actor Benjamin Bratt. Talisa, sin vacilación es una mujer sumamente atractiva y elegante. El viste el clásico smoking y ella un muy escotado vestido negro que permite entrever el nacimiento sutil de sus pechos desnudos a través de la prenda que la muestra con el cuerpo muy desnudo por debajo.
La cuarta foto (sin duda una metáfora), es una representación de una pandemia anunciada, cuando Talisa participó de la película “Mortal Combat”. Ella aparece con un barbijo, sin distinción a los que el mundo usa hoy en día, a consecuencia de la terrible Covid 19. Sus ojos brillan a través del tapabocas que Soto lo usa muy elegante.
A BEFORE. A AFTER. Miriam Talisa Soto (Brooklyn, New York; March 27, 1967), known as Talisa Soto, is an American model and actress of Puerto Rican descent. In 1989, she was cast as Lupe Lamora in the James Bond film Licence to Kill, starring Timothy Dalton.
In a first photo, Talisa appears in an elegant, very low-cut aqua green gown with light blue lapels, through all her bare skin that is tucked into the garment she wears with her naked body underneath. The photograph was published in PEOPLE magazine, and it shows off the beauty and sensuality, along with the abundant and very beautiful hair.
A second photo, published in another famous magazine, shows Talisa in a black skirt with a wide light blue striped shirt. Elegant and very distinguished, the garment shows bare skin underneath through the outfit that she wears it with her naked body underneath.
A third photo, during an award ceremony for film artists, she appears with her husband, the actor Benjamin Bratt. Talisa, without hesitation, is an extremely attractive and elegant woman. He wears a classic dinner jacket and she wears a very low-cut black dress that allows a glimpse of her naked breasts through the garment that shows her very naked body underneath.
The fourth photo (no doubt a metaphor), is a representation of a pandemic foretold when Talisa participated in the film "Mortal Combat". She appears with a chinstrap, indistinguishable from the ones the world wears today, as a consequence of the terrible Covid 19. Her eyes shine through the mask, which Soto wears very elegantly.
BOND, JAMES BOND
Timothy Dalton es 007