ARTES PLÁSTICAS EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
DUALIDAD
PINTURA
ESCULTURA
Las claridades definen la obra de María José Moreno –escribe Francisco Bautista Toledo–, pintora de gran dinamismo creativo. Almería es definida en el trabajo plástico de la artista a través de espacios de luminosidad intensa, reflejados mediante trazos veteados de colores suaves, entre los cuales inserta el azul, el claro manchado de sus cielos, o el intenso de los mares, cuando no verdoso.
Aparece el conjunto cromático como un destello poderoso, cuan espejismo pasajero, como fugaz halo presentido de lo extraordinario. Incorpora, mediante líneas discontinuas, trazos esquemáticos, y figuras someras de personas sometidas al vaivén rítmico de los vientos, transmitiendo movimiento, mediante un caos organizado para significar las rachas caprichosas de brisas, y remolinos, que a veces se convierten en furias arrasadoras.
Como compañero inseparable de sus campos, aparecen los vientos con sus silbos, junto a un brillo cegador, luz poderosa que rompe la serenidad del ambiente, ocultando una realidad imaginada, intuida, en los parajes presos de la insolencia solar, claridades espesas, que junto al roce del aire, los presenta desnudos y amplios, preludio de espacios mágicos que sugieren visiones extraordinarias. El yo, en estos campos de luz, reflexiona sobre su existencia, se aísla y disuelve con el entorno.
María José Moreno describe muy bien estas ideas en su producción plástica, perfectamente expresada en cada una de sus composiciones, aparte de estar bien organizadas para desarrollar las historias, o cuentos como propone esta autora, en esta instalación.
En ella exhibe un amplio dominio técnico, así como la oportunidad de la puesta en escena del trazo definitorio de la acción, en un espacio de figuración contenida, impreso con economía de líneas y colores, conciso y centrado en los elementos imprescindibles que refleja el paisaje mágico de la tierra almeriense. Es un relato de intenso contenido poético, pero de hábil descripción plástica, e inteligentemente concebido.
Transforma su visión del entorno natural en un relato pintado, mostrado mediante una simbología icónica, acompañada por un lenguaje tenue de colores, muy sencillo y esquemático en apariencia, pero rico en historias múltiples, donde los espectadores coinciden en las sensaciones ante el paisaje definido, pero donde cada cual añade fantasías propias, perdiendo su mirada tras el rastro de lo invisible.
María J.Moreno (Almería, 1989) licenciada en Bellas Artes. El dibujo, es para ella el lenguaje más sincero con el que crear narraciones y secretos historias de texturas y colores velados que nacen del lugar que habito e inspiradas por la lírica de José Ángel Valente, la pintura de Twombly y Milton Avery o las formas minimalistas de Jürgen Partenheimer.
Un espacio siempre simbólico y figuras que se mueven con los vientos del sur, son la propuesta para desvelar un imaginario personal que a través de la representación de tierra yerma, cal, luz y aire, narran un momento vital.”
Lo llaman “silencio sísmico”. La energía que se desprende del suelo que pisamos, de la Tierra, va liberándose de forma progresiva. Si durante un periodo de tiempo muy prolongado hay una ausencia de estos “ruidos” provocados por los movimientos telúricos esto puede indicar que un sismo de mayor violencia está a punto de suceder.
Recuerdo una clase de dibujo en la que mi profesora Lola Valls nos contaba cómo el arte era la única terapia posible para ella, el único modo de no perder los cabales. A pesar de que no entendí exactamente la motivación de aquellas palabras, esa frase ha permanecido conmigo durante los últimos 15 años.
No soy nada buena guardando secretos propios: cuando una noche distinta me interrumpe la rutina y la desidia semanal; si estoy deprimida o dichosa; cuando conozco a alguien que hace que tiemble el piso; si algo me perturba o me ofende solo puedo compartirlo.
A veces llamo a mis hermanas para contarles, o tal vez a una amiga. Pero cuando sucede algo que me remueve tanto por dentro que ni las palabras son capaces de contener su efecto en mí entonces lo dibujo, lo escribo, lo bailo. O en otras palabras: lo transformo de modo tal que esa emoción se libere del pecho, para que vaya de dentro a fuera despacio y sin violencia.
En un pequeño pueblo del norte durante sus fiestas populares, la gente golpea el suelo con sus bastones a modo de ritual para dejar escapar a la tierra de su letargo. Para despertar yo pinto. Mi amigo Marco emprende un viaje, Sandra usa la meditación yPaula cuenta historias. Para una madre la energía del amor se libera poniendo un plato de comida caliente sobre la mesa.
Hay personas que se encierran en ellas mismas y se callan la emoción. Los que nos dedicamos al arte no tenemos por que pertenecer a una categoría moral distinta, ni ser místicos o intelectuales.
La diferencia fundamental es que nuestra necesidad expresiva es más fuerte que cualquier otro impulso vital. Algunos utilizan formas de expresión sutiles o insinuantes; hay quienes gritan a los cuatro vientos. Pero en cualquier caso el artista no se plantea verdaderamente la razón de ser del acto creativo. La obra es tan solo un canal a través del cual pasa la vida.
El otro día Huecas me enseñaba algunos de los últimos paisajes que había pintado este verano en la sierra. Mientras tanto me contaba anécdotas e impresiones de una vida dedicada por completo a la pintura, al dibujo y la escultura:
“Yo soy como un manzano, mi deber es dar frutos. Pinto a pesar de cualquier circunstancia y más allá de la repercusión que pueda obtener mi obra. El árbol frutal también sabe qué es lo que tiene que hacer, cuál es su función en el mundo, subraya María Moreno.
En geología se dice que los fenómenos acaecidos son cíclicos. Y creo que sucede lo mismo con las personas. Un duelo p.e. se supera, pero siempre queda algo de este proceso con nosotros.
Tal vez puedas contener o reprimir una y otra vez ese anhelo, esa ira o esa pasión que procesas por algo o alguien, pero si permaneces en esa suerte de silencio sísmico durante demasiado tiempo ten por seguro que estás sentenciado a explotar tarde o temprano.
El arte en cualquiera de sus formas es un catalizador perfecto para drenar toda esa energía, para que vaya de dentro a fuera despacio y sin violencia.
Oportunidad francamente extraordinaria, en tiempos de la Covid 19, conocer de una exposición importante de la artista: “El blanco, el viento y el vacío” muestra la reciente obra de María José Moreno (o La Marimoreno, como también firma la autora), con obras cuya base es la pintura, el dibujo y la ilustración (acompañados de instalación, vídeo y poemas) concretados en 20 abstractos y 16 ilustraciones sobre diversos soportes y distintos formatos, todo trabajado en técnicas mixtas, pintura, grafito, acrílicos y ceras, con las que experimenta en la mayoría de las ocasiones, añadiendo o quitando, raspando, esgrafiando, y trabajando en capas donde va imprimando diversos estratos o registros de pintura blanca fundamentalmente aunque estos blancos, con los que ella juega, y donde busca y busca (amante de la teoría del blanco, los blancos) van atenuándose a lo largo de su narrativa visual en este caso,como iré explicando a lo largo de este post.
El título, pues, nos da pistas de lo que quiere contarnos, y nos señala los tres elementos principales de su exposición, el color Blanco, como nexo total a nivel pictórico o plástico; el Viento, como vínculo a nivel profundo, de la idea y los sentimientos que provocan en la artista este fenómeno en Almería; y el Vacío, que da unidad al conjunto global, y paradójicamente, como sentimiento de lo encontrado en el desierto almeriense también, como elemento y protagonista de la experiencia vital que la ha llevado a estas obras.
Como veis, hay que ir desgranando las también distintas capas que coexisten en esta puesta en escena, todo en esta exposición, desde sus ideas primigenias (como textos en los que se basa, o los sentimientos y situaciones vivenciales de la artista que dieron origen a su necesidad de expresión plástica) hasta la forma en la que está colocada la obra y el total de la exposición.
Desde el primer momento que comenzamos a entrar en la sala, ser nos prepara para un rico panorama visual, incluyendo el pequeño audiovisual en la antesala, y ya van dando ganas de quedarse allá abajo (la sala está en sótano, lo que ayuda al montaje de la expo, pues desde los primero escalones de descenso vas encontrando detalles de lo que se presentará después y no desvelaré aquí) para desmenuzar lo que nos susurra la artista, como hizo la intérprete Paula Palomo Carmona del cuento del marinero, y luego, al oído de muchos de quienes fuimos a la inauguración.
Y así es, esos susurros, nos van guiando por un viaje lleno de caminos que se bifurcan en distintas historias, desde un pequeño cuento en capítulos que se va desentramando hasta su desenlace, a su vez con distintos estratos y varias lecturas, sentidos u orientaciones (según sopla el viento).
Para escribir como se debe, de una exposición, siempre hay que volver al lugar de los hechos…y gracias a ello he podido hablar in situ con ella, con la Artista (con mayúsculas, porque así estamos viendo madurar a María José, al menos durante el año que la conozco) y charlar tranquilas y ella me va desvelando parte de lo que aflora, y no siempre se ve del todo. Pero mejor, porque va bien dejar que quien explora una exposición disfrute de su propia mirada en un principio.
Todo empieza desde la pared derecha de la sala, pero leyendo,primero, el cuaderno/catálogo de mano, el cuento donde comienza nuestro viaje y aventura, con esta narración de la propia María José:
“Decía que tenía los ojos azules de tanto mirar al mar./ Había aprendido a protegerse de la tierra que duele/ y de las palabras que cortan, enhebrando el viento/ entre las velas de su barco; orientándose con las gaviotas/ y con las estrellas./ Sol de invierno, nido de carne, alegría del juego en el agua/ El mar era como una enorme mano y él solía esconderse en el cuenco de su palma./ Hasta que de repente, la misma brisa que le empujaba a navegar/ le hizo perderse en el desierto./ No sabía cómo había llegado a ese lugar./ Allí solo había blanco, viento y vacío./ Caminó durante días por entre aquel paisaje pardo y desnudo./ Los labios secos, los pasos cansados, la piel ardiendo./ Y siguió caminando.”
A lo largo de este hilo expositivo, sentimos que todo fluye y va cambiando levemente, todo va in crescendo moderato (y cantábile), evoluciona conforme contemplamos las obras que están posicionadas de forma que se aprecie una gradación, de más “sencillez” en las técnicas y procesos artísticos a más densidad, y de más sencillez en cuanto a la comunicación verbal, a más complejidad, porque el cuerpo de lo escrito en la selección de textos se haya en el tramo final de la lectura de la exposición.
Así pues, al comienzo apreciamos gran riqueza o capas de acción procesual en técnicas, donde los blancos son los protagonistas,…y donde laabstracción nos llena y guía, con algún pequeño y casi invisible elemento figurativo y grafías; aquí hay más imagen que lectura, más preguntas que respuestas. Y conforme avanzamos por la sala, en su sentido lineal, encontramos más lecturas de textos, y obras más complejas anivel narrativo, más figuración (en ilustración) y menos blanco, hacia el Color, pero un color sin estridencias de gamas pastel, rosáceos y malvas corales y azules marinos.
El detalle, el trabajo, la gran riqueza de Texturas (en mayúsculas, porque es así, debéis acercaros física y mentalmente a las obras para comprobarlo y disfrutarlo) que María José contiene y encierra en estas obras es enorme, una gozada para quienes disfrutamos de lo sutil y complejo a la vez, de los hallazgos, de descubrir aquí y allá una tonalidad, una pequeña pieza de collage, un color debajo del blanco, una frase que a primera vista no entendemos.
Encontramos un conjunto de obras genuino y bello en la primera ojeada a la sala…pero es un concentrado de ideas, historias, personaje(s) y temas. La capacidad estética, técnica y narrativa de esta joven artista nacida en Níjar, licenciada en BBAA por la Universidad de Granada y formada luego, entre otros lugares, en Génova es profunda y crece a pasos agigantados.
Y ahí está tan serena, realizando su “faena” poco a poco, sin pausa, con corazón y mucho tesón, imaginación o pasión pero también con precisión, y, también, con un alto grado de realismo (sobre el entorno circundante del mundo del arte) para compensar.
La obra de María José me sabe a odas, cuentos, mitos y lecturas de la infancia (no por ello poco profundas, sino llenas de imágenes, viajes y aventuras, como dije al comienzo) se ancla y basa en la poesía, en textos de muy variada índole y estilo, desde Unamuno o José Ángel Valente, al poeta y repentizador Alexis Días Pimienta o el autor de Moby Dick, H. Melville, y además, elemental!: sus propios escritos, poéticos y reflexivos, escuchando y alzando su propia voz.
Del nihilismo o lo zen, a lo concreto, lo táctil, los olores, el viento, de lo elevado y sutil a la tierra que se mastica y vuelve a las manos, María José se abre en canal para mostrarse, como ella misma comenta.
Una persona sencilla (casi tímida en la distancia) que piensa y sueña en blancos, los blanco de la porcelana (uno de los orígenes de su búsqueda del Blanco), o los blancos de la cal, de los muros limpios pero gruesos de tanta capa y capa blanca con que las gentes del mediterráneo recubren sus casas y protegen su hogar.
“Añadir blanco nuevamente./ Rayar ese color para volver a obtener el rastro de abajo./ Buscar la huella. Añadir el grafismo para hacer que algo se mueva./ Difuminar ese rastro, para no concederle demasiado protagonismo/ Seguir hacia adelante./ Manchar, borrar, rayar, dibujar, pegar un papel sobre otro./ Perderse en las texturas./ Soltarse y disfrutar,/ y de repente morirse del miedo y parar./ Sentirse satisfecha y frustrada./ Volver al principio. Cubrirlo todo con otra capa de pintura./ Ponerse frente al blanco una vez más/ Y quedarse tan a gusto”. (María José Moreno).
Aunque María José ahora hace todo lo contrario de la blanca cal, se expone, se descubre y se arroja a hablar de rupturas, de pérdidas, de sentimientos encontrados, del dolor de sentirse sola y a la deriva,…de vacíos, pero vacíos llenos, llenos de viento, agua, sal, y de los cientos de variaciones del blanco que pueden darse hasta estallar en el color del fondo del mar.
Porque es una artista aguerrida, curtida y con buenas armas, herramientas y bases prácticas y teóricas, donde se reivindica dibujante e ilustradora a la par que pintora, volviendo, desde experiencias del campo de la gestión cultural, por ejemplo, al mundo del arte en su línea más activa como ella cuenta: “El dibujo es para mí el lenguaje más sincero con el que crear narraciones y contar secretos”.
Este deambular marinero es un cuento narrado para quien lo quiera escuchar, ver y sentir. Una experiencia introspectiva en forma de bitácora o cuaderno de capitán de navío que ahora emerge a la superficie para izarse en el exterior, es la historia ilustrada de abstracción con matices figurativos, de blancos, vacíos y pigmentos que se mueven con el viento, de pequeños personajes etéreos y semitransparentes, que flotan y se agitan en la nada, en un vacío rico de nadas, donde flotan, nadan y nadan.
Es la verdadera historia de una artista que surcó aguas amargas y profundas, se perdió y volvió a una tierra firme llena de sequedad, tierra y viento, cálido y áspero a la vez, pero y sobre todo ahora, también es la historia de cómo supo arribar con la barca entera y más experta, para seguramente, dentro de algún tiempo, quizás, volver a zarpar hacia otras costas, paisajes o lugares que habitan el alma humana.
“Tus figuras –tus palabras– han llegado finalmente y han traído consigo al color. Espero, amiga, que se queden un rato más, y que nos vuelvan a llevar a sitios lejanos, no importa si áridos, acuáticos o tempestuosos, pero sitios que te vacíen por dentro, que te dejen ligera, para que el viento –o lo que venga– pueda empujarnos más fácilmente.” (Fragmento del texto en sala de Julia Martos para María José Moreno).
“El Blanco, El Viento y El Vacío” recoge más de una treintena de obras de María José Moreno. Se trata de una veintena de cuadros abstractos y 16 ilustraciones. Los trabajos están realizados en técnicas mixtas, con el empleo de grafito, acrílicos y ceras. La exposición se completa con una instalación artística y la lectura de diferentes poemas seleccionados por la autora.
María José Moreno ha explicado que “la exposición recoge una serie de obras, todas ellas relacionadas entre sí y que siguen el hilo conductor de un relato propio”. La autora ha señalado que “este trabajo habla sobre mi propia experiencia vital y a la vez también sobre el entorno en el que esta se desarrolla, donde el desierto o el viento tienen un papel muy destacado, de ahí el nombre de la propia muestra”.
Julio Ríos
Talentosa, guerrera, perseverante y hermosa mujer –María José Moreno es Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Granada y Técnico Superior en Cerámica Artística por la Escuela de Artes de Almería–, ha participado en diferentes exposiciones colectivas y ha completado su formación en centros extranjeros, como la Accademia Ligustica di Belle Arti de Génova, en Italia.
Almería –la tierra que la vio nacer–, es una provincia española de la comunidad autónoma de Andalucía; situada en el sureste de la península ibérica. Con temperaturas suaves todo el año, Almería es la única ciudad europea continental que nunca ha registrado heladas. Su temperatura media del año de 20º C y sus 3.000 horas de sol es un paraíso para vivir todo el año. Las lluvias son muy escasas, no más de 20 días al año, y en muy poca cantidad.
Ilustro esta crónica con una última fotografía publicada en noviembre del año que cursa 2021. Con ojos diáfanos expresivos, voz segura seductora, la artista de 32 años, conocida como La Marimoreno ha participado en diversas exposiciones colectivas en Andalucía y fuera de las fronteras nacionales como por ejemplo en Italia, país en el que estuvo residiendo dos años. Y donde trabajó también para un reconocido ceramista italiano. Es representada por una galería madrileña y una galería local, aunque participa en distintos proyectos expositivos independientes.
En la fotografía la apreciamos en su belleza natural, vistiendo un atuendo floreado muy escotado a través de la piel desnuda, donde Marimoreno luce la prenda con el cuerpo desnudo debajo. Marimoreno repite su exposición individual en la provincia en menos de seis meses –el pasado mes de noviembre llevó a cabo la muestra El Blanco, el Viento y el Vacío en el Instituto Andaluz de la Juventud– y continua itinerante por diferentes escenarios.
Además, es cofundadora de Espacio Campingás, una propuesta asociativa que une a varios artistas con el fin de poner en valor la escena cultural alternativa de la ciudad a través de campos como el de la obra gráfica y la educación.
Su obra se mueve en torno a la ilustración y a la pintura o el dibujo abstracto, en una experimentación pictórica con un lenguaje personal, y que toma siempre como referencia el lugar del que procede.
Abstracción de la vida hecha color blanco. Aislamiento físico y espiritual. Nada perturba sus horas de inspiración. Las ideas alinean y los ojos toman mirada arquitectónica para construir las nuevas figuras –de pronto convertidas en habitantes de bóvedas azules–, en un segundo vuelo de imaginación y arte aparentemente ingenuo, como aquellas tonalidades rojas junto a la coexistencia de hermosos colores pincelados sobre el blanco en la superficie.
Ya los colores surgen de la atmósfera. No existe analogía con figuras coloniales. No hay similitud con sonrientes querubines de místicos artistas, todo es docilidad cromática sin influencia alguna, por eso se menciona la palabra artista. Marimoerno Artista.
Moreno, hace evidente que cuando parece que la vida imita al arte, es porque el arte ha logrado anunciar la vida. El arte de Andrea anuncia la vida. En consecuencia, se pone de relieve en el ideario íntimo de su sensibilidad, el examen sagaz de la conciencia creadora de la artista que ella lleva en lo más recóndito del alma.
Ser humano y artista coexisten armoniosamente en María. Una mujer talentosa que sabe reír y hacer de sus momentos de esparcimiento un mundo de alegría junto a su entorno. Pasaran las horas y una nueva aurora, trasladará a María a su estudio, para que sus manos tomen, otra vez, el pincel, la espátula, las pinturas, la paleta, y otra vez comience a crear lo que ahora para ella es un camino al infinito.
By Julio Ríos
MARIA'S FLOWERED BLOUSE THROUGH THE NAKED BODY UNDERNEATH COMBINES WITH THE COLOURS PAINTED IN WHITE SPACES
Talented, warrior, persevering and beautiful woman -María José Moreno has a degree in Fine Arts from the University of Granada and a Higher Technician in Artistic Ceramics from the School of Arts of Almería-, she has participated in different collective exhibitions and has completed her training in foreign centres, such as the Accademia Ligustica di Belle Arti in Genoa, Italy.
Almeria, the land of her birth, is a Spanish province in the autonomous community of Andalusia, located in the southeast of the Iberian Peninsula. With mild temperatures all year round, Almeria is the only continental European city that has never recorded frost. Its average year-round temperature of 20ºC and 3,000 hours of sunshine make it a paradise to live in all year round. Rainfall is very scarce, no more than 20 days a year, and in very small quantities.
I illustrate this chronicle with a last photograph published in November of the year 2021. With diaphanous expressive eyes and a confident seductive voice, the 32 year old artist, known as La Marimoreno, has participated in various group exhibitions in Andalusia and beyond the national borders, for example in Italy, where she lived for two years. She also worked for a well-known Italian ceramist. She is represented by a gallery in Madrid and a local gallery, although she participates in various independent exhibition projects.
In the photograph we can see her in her natural beauty, wearing a very low-cut flowered garment through bare skin, where Marimoreno wears the garment with her naked body underneath. Marimoreno repeats her solo exhibition in the province in less than six months -last November she held the show El Blanco, el Viento y el Vacío at the Instituto Andaluz de la Juventud- and continues to travel to different venues.
She is also co-founder of Espacio Campingás, an associative proposal that brings together various artists with the aim of promoting the city's alternative cultural scene through fields such as graphic art and education.
His work revolves around illustration and abstract painting or drawing, in a pictorial experimentation with a personal language that always takes as a reference the place it comes from.
Abstraction of life in white. Physical and spiritual isolation. Nothing disturbs his hours of inspiration. The ideas align and the eyes take on an architectural gaze to construct the new figures -suddenly converted into inhabitants of blue vaults- in a second flight of imagination and apparently naïve art, like those red tonalities together with the coexistence of beautiful colours brushed on the white on the surface.
Already the colours emerge from the atmosphere. There is no analogy with colonial figures. There is no similarity with smiling cherubs of mystic artists, everything is chromatic docility without any influence, that is why the word artist is mentioned. Marimoerno Artist.
Moreno, makes it evident that when it seems that life imitates art, it is because art has managed to announce life. Andrea's art announces life. Consequently, it is highlighted in the intimate ideology of her sensitivity, the shrewd examination of the creative conscience of the artist that she carries in the deepest recesses of her soul.
Human being and artist coexist harmoniously in Maria. A talented woman who knows how to laugh and make her moments of relaxation a world of joy with her environment. The hours will pass and a new dawn will move Maria to her studio, so that her hands will take up, once again, the brush, the palette knife, the paints, the palette, and once again she will begin to create what is now for her a path to infinity.
Julio Ríos
LA CAMICETTA A FIORI DI MARIA ATTRAVERSO IL CORPO NUDO SOTTOSTANTE SI COMBINA CON I COLORI DIPINTI NEGLI SPAZI BIANCHI
Talentuosa, guerriera, perseverante e bella donna -María José Moreno è laureata in Belle Arti all'Università di Granada e Tecnico Superiore in Ceramica Artistica alla Scuola d'Arte di Almería-, ha partecipato a diverse mostre collettive e ha completato la sua formazione in centri stranieri, come l'Accademia Ligustica di Belle Arti di Genova, Italia.
Almeria, la sua terra natale, è una provincia spagnola della comunità autonoma dell'Andalusia, situata nel sud-est della penisola iberica. Con temperature miti tutto l'anno, Almeria è l'unica città dell'Europa continentale che non ha mai registrato il gelo. La sua temperatura media di 20ºC durante tutto l'anno e 3.000 ore di sole ne fanno un paradiso in cui vivere tutto l'anno. Le piogge sono molto scarse, non più di 20 giorni all'anno, e in quantità molto piccole.
Illustro questa cronaca con un'ultima fotografia pubblicata nel novembre dell'anno 2021. Con occhi espressivi diafani e una voce sicura e seducente, l'artista 32enne, conosciuta come La Marimoreno, ha partecipato a varie mostre collettive in Andalusia e oltre i confini nazionali, per esempio in Italia, dove ha vissuto per due anni. Ha anche lavorato per un noto ceramista italiano. È rappresentata da una galleria di Madrid e da una galleria locale, anche se partecipa a vari progetti espositivi indipendenti.
Nella fotografia possiamo vederla nella sua bellezza naturale, indossando un abito a fiori molto scollato attraverso la pelle nuda, dove Marimoreno indossa l'abito con il suo corpo nudo sotto. Marimoreno ripete la sua personale in provincia in meno di sei mesi - lo scorso novembre ha tenuto la mostra El Blanco, el Viento y el Vacío all'Instituto Andaluz de la Juventud- e continua a viaggiare in diverse sedi.
È anche co-fondatrice di Espacio Campingás, una proposta associativa che riunisce vari artisti con l'obiettivo di promuovere la scena culturale alternativa della città attraverso campi come l'arte grafica e l'educazione.
Il suo lavoro ruota intorno all'illustrazione e alla pittura o al disegno astratto, in una sperimentazione pittorica con un linguaggio personale che prende sempre come riferimento il luogo da cui proviene.
Astrazione della vita in bianco. Isolamento fisico e spirituale. Niente disturba le sue ore di ispirazione. Le idee si allineano e gli occhi assumono uno sguardo architettonico per costruire le nuove figure -improvvisamente convertite in abitanti di volte blu- in un secondo volo di immaginazione e di arte apparentemente ingenua, come quelle tonalità rosse insieme alla coesistenza di bei colori spazzolati sul bianco della superficie.
Già i colori emergono dall'atmosfera. Non c'è analogia con le figure coloniali. Non c'è alcuna somiglianza con i cherubini sorridenti degli artisti mistici, tutto è docilità cromatica senza alcuna influenza, ecco perché si parla di artista. Artista Marimoerno.
Moreno, rende evidente che quando sembra che la vita imiti l'arte, è perché l'arte è riuscita ad annunciare la vita. L'arte di Andrea annuncia la vita. Di conseguenza, si evidenzia nell'intima ideologia della sua sensibilità, l'esame sagace della coscienza creativa dell'artista che porta nei recessi più profondi della sua anima.
L'essere umano e l'artista coesistono armoniosamente in Maria. Una donna di talento che sa ridere e rendere i suoi momenti di relax un mondo di gioia con il suo ambiente. Le ore passeranno e una nuova alba sposterà Maria nel suo studio, così che le sue mani riprenderanno, ancora una volta, il pennello, la spatola, i colori, la tavolozza, e ancora una volta inizierà a creare quello che ora è per lei un percorso verso l'infinito.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, licenciado en ciencias de la comunicación, es asesor en proyectos de redacción. Escribió el libro DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO (1986), la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), EL ALTO PARA TODOS (2017), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023), UNA HISTORIA PARA CONTAR (2024).
En la fecha trabaja una novela basada en la vida y obra de W.A.Mozart. Estudió en la Universidad Mayor Real y Pontifica de San Francisco Xavier de Sucre y en la Universidad Católica de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de La Jolla en San Diego California.
Maria J. Moreno, oriunda de Armería, Andalucía, a cuerpo desnudo en la cintura, en un espacio de arte vestida de negro, asomando sus ojos diáfanos de rictus picaresco, nos permite entrever a una mujer que habla con los ojos que son como rotondas de agua detenida; agua que llama, agua que moja, agua que ahoga, agua que inunda, agua que ahoga. Talentosa y poseedora de un estilo singular único y reconocible en cualquier exposición colectiva de varios artistas o en las pinacotecas de coleccionistas amantes del arte plástico.
Como compañero inseparable de sus campos, aparecen los vientos con sus silbos, junto a un brillo cegador, luz poderosa que rompe la serenidad del ambiente, ocultando una realidad imaginada, intuida, en los parajes presos de la insolencia solar, claridades espesas, que junto al roce del aire, los presenta desnudos y amplios, preludio de espacios mágicos que sugieren visiones extraordinarias. El yo, en estos campos de luz, reflexiona sobre su existencia, se aísla y disuelve con el entorno.
María José Moreno describe muy bien estas ideas en su producción plástica, perfectamente expresada en cada una de sus composiciones, aparte de estar bien organizadas para desarrollar las historias, o cuentos como propone esta artista plástica.
Maria J. Moreno, a native of Armería, Andalusia, naked at the waist, in an art space dressed in black, with her diaphanous eyes showing a picaresque rictus, allows us to glimpse a woman who speaks with eyes that are like roundabouts of stopped water; water that calls, water that wets, water that drowns, water that floods, water that drowns. Talented and possessor of a unique and recognisable singular style in any collective exhibition of various artists or in the art collectors' art galleries of art lovers.
As an inseparable companion of her fields, the winds appear with their whistles, together with a blinding brightness, powerful light that breaks the serenity of the environment, hiding an imagined reality, intuited, in the places imprisoned by the solar insolence, thick clarities, that together with the touch of the air, presents them naked and wide, prelude of magical spaces that suggest extraordinary visions. The self, in these fields of light, reflects on its existence, isolates itself and dissolves with its surroundings.
María José Moreno describes these ideas very well in her plastic production, perfectly expressed in each of her compositions, apart from being well organised to develop the stories, or tales as this plastic artist proposes.
Maria J. Moreno, nativa di Armería, Andalusia, nuda in vita, in uno spazio d'arte vestito di nero, con i suoi occhi diafani che mostrano un rictus picaresco, ci lascia intravedere una donna che parla con occhi che sono come rotonde d'acqua ferma; acqua che chiama, acqua che bagna, acqua che annega, acqua che inonda, acqua che annega. Talentuoso e possessore di uno stile singolare unico e riconoscibile in qualsiasi mostra collettiva di vari artisti o nelle gallerie di collezionisti d'arte degli amanti dell'arte.
Come un compagno inseparabile dei suoi campi, i venti appaiono con i loro fischi, insieme ad una luminosità accecante, una luce potente che rompe la serenità dell'ambiente, nascondendo una realtà immaginata, intuita, nei luoghi imprigionati dall'insolenza solare, spessi chiari, che insieme al tocco dell'aria, li presenta nudi e larghi, preludio di spazi magici che suggeriscono visioni straordinarie. L'io, in questi campi di luce, riflette sulla sua esistenza, si isola e si dissolve con l'ambiente circostante.
María José Moreno descrive molto bene queste idee nella sua produzione plastica, perfettamente espressa in ogni sua composizione, oltre ad essere ben organizzata per sviluppare le storie, o racconti come propone questa artista plastica.