FESTIVIDADES EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
Día de Acción de Gracias
DAR GRACIAS DE DIOS
Desde que despertamos
Los días festivos serían reemplazados por días especialmente llamados de ayuno o días de acción de gracias, en respuesta a eventos que los puritanos consideraban como actos de divina providencia. Los desastres inesperados o las amenazas de un juicio divino exigían días de ayuno.
Las bendiciones especiales, vistas como provenientes de Dios, requerían de días de dar gracias. Por ejemplo, los días de ayuno fueron llamados así por la sequía en 1611, las inundaciones en 1613 y las plagas de 1604 y 1622.
Los días de dar gracias fueron llamados así después de la victoria sobre la armada española en 1588 y después de la liberación de la reina Ana en 1705. Un inusual día de acción de gracias anual comenzó en 1606, después del fracaso de la conspiración de la pólvora en 1605, y que se convirtió en la noche de Guy Fawkes (5 de noviembre).
Durante su último viaje a estas regiones en 1509, Frobisher llevó a cabo una ceremonia formal en la actual bahía de Frobisher, isla de Baffin (actualmente Nunavut) para dar las gracias a Dios; más tarde, celebraron la comunión en un servicio llevado a cabo por el ministro Robert Wolfall, el primer servicio religioso de ese tipo en la región.4 Años después, la tradición de la fiesta continuó a medida que fueron llegando más habitantes a las colonias en Canadá.
Los orígenes del día de Acción de Gracias en Canadá también pueden remontarse a principios del siglo XVII, cuando los franceses llegaron a Nueva Francia con el explorador Samuel de Champlain y celebraron sus cosechas exitosas.
Los franceses de la zona solían tener fiestas al final de la temporada de cosechas y continuaban celebrando durante el invierno, e incluso compartían sus alimentos con los aborígenes de la región.
A medida que fueron llegando más inmigrantes europeos a Canadá, las celebraciones después de una buena cosecha se fueron volviendo tradición. Los irlandeses, escoceses y alemanes también añadirían sus costumbres a las fiestas.
La mayoría de las costumbres estadounidenses relacionadas con el día de Acción de Gracias (como el pavo o las gallinas de Guinea, provenientes de Madagascar), se incorporaron cuando los lealistas comenzaron a escapar de los Estados Unidos durante la Revolución de las Trece Colonias y se establecieron en Canadá.
En los Estados Unidos, la tradición moderna del día de Acción de Gracias tiene sus orígenes en el año 1623 en una celebración en Plymouth, en el actual estado de Massachusetts. También existen evidencias de que los colonos españoles en Texas realizaron celebraciones en el continente con anterioridad en 1598, y fiestas de agradecimiento en la colonia de Virginia.
La fiesta en 1621 se celebró en agradecimiento por una buena cosecha. En los años posteriores, la tradición continuó con los líderes civiles tales como el gobernador William Bradford, quien planeó celebrar el día y ayudar en 1623. Dado que al principio la colonia de Plymouth no tenía suficiente comida para alimentar a la mitad de los 102 colonos, los nativos de la tribu Wampanoag ayudaron a los peregrinos dándoles semillas y enseñándoles a pescar.
La práctica de llevar a cabo un festival de la cosecha como este no se volvió una tradición habitual en Nueva Inglaterra hasta finales de la década de 1660.
Según el historiador Jeremy Bangs, director del Leiden American Pilgrim Museum, los peregrinos pudieron haberse inspirado en los servicios anuales de Acción de Gracias por el alivio del asedio de Leiden en 1574, cuando vivían en Leiden.
El sitio donde se llevó a cabo el primer día de Acción de Gracias en los Estados Unidos, e incluso en el continente, es un objeto de debate constante. Los escritores y profesores Robyn Gioia y Michael Gannon de la Universidad de la Florida han señalado que la primera celebración de este día en lo que actualmente son los Estados Unidos fue llevada a cabo por los colonos españoles el 8 de septiembre de 1565, en lo que hoy es San Agustín, Florida.
En Brasil, el entonces presidente Gaspar Dutra instituyó el Día Nacional de Acción de Gracias, a través de la ley 781, del 17 de agosto de 1949, por sugerencia del embajador Joaquim Nabuco. En 1966, la ley estableció que la celebración de Acción de Gracias se daría el cuarto jueves de noviembre. Pero esta celebración no es muy popular.
La mayoría de las personas en los Estados Unidos celebran esta fiesta con reuniones familiares en sus hogares donde preparan un banquete, en muchas casas es común ofrecer una oración de gracias a Dios por las bendiciones recibidas durante el año.
El plato principal tradicional para la cena es un gran pavo asado u horneado, este pavo tradicionalmente va acompañado con un relleno hecho de pan de maíz y salvia.
Se sirve tradicionalmente con una jalea o salsa de arándanos rojos, además suelen servirse platos de verduras como las judías verdes, la papa dulce (boniato, camote) y el puré de patata con gravy, que es una salsa hecha del jugo del pavo; también suele servirse una gran variedad de postres, siendo el pastel de calabaza el más popular.
Las comidas se sirven con sidra de manzana caliente con especias (spiced hot apple cider) o espumoso de sidra de manzana, tradicionalmente fermentado (sparkling apple cider o hard cider). También es común preparar el pastel de nuez pacana y el de manzana.
Anualmente la cadena de tiendas departamentales Macy's realiza un gran desfile por las calles de Manhattan, Nueva York, que atrae a millones de personas a la avenida Broadway para ver los enormes globos gigantes y presenciar las actuaciones de artistas musicales invitados, turistas y habitantes locales de la ciudad, disfrutan del desfile financiado por el Municipio y empresas privadas.
La mayoría de negocios y oficinas están cerrados en este día. Algunos almacenes, centros comerciales, restaurantes y bares permanecen abiertos. El viernes siguiente a la fiesta es tradicional la apertura de la temporada de compras navideñas. Este día se conoce como «viernes negro». Almacenes y tiendas todos ofrecen precios de rebaja y mucha gente acude desde las primeras horas del día a los centros comerciales.
Julio Ríos
AL DESPERTAR NUESTRAS PRIMERAS PALABRAS DEBEN EXCLARMAR ¡GRACIAS DIOS MÍO POR UN DÍA MÁS DE VIDA!
Cada día es un milagro. En tiempos de una aciaga pandemia a consecuencia de la vigencia del temible Covid 19 –cuando despertamos (foto), abrazamos y besamos con ternura a nuestra esposa, esposo y lo primero que expresamos, juntos, es gracias Dios mío, por un día más de vida–, el propósito principal del Día de Acción de Gracias es el de expresar nuestra gratitud al Padre Celestial por sus muchos favores. Empero en el momento crítico, donde la vida está siempre en peligró la principal acción de gracias es por una jornada de existencia el momento de abrir nuestros ojos en las primeras horas de la mañana.
Sin embargo, esta temporada del año también nos da la oportunidad de decirle gracias a las personas. Podemos expresar nuestra gratitud a aquellos que forman parte de nuestras vidas con quienes estamos agradecidos y quienes a veces no lo escuchan por nuestra parte.
A poco de celebrar las fiestas de fin de año, asoma el espiritual pedido que hacemos a Dios es de irradiar a los gobernantes para que se acostumbren a sopesar sus decisiones antes de liberarlas. El país y el mundo, necesitan acciones que unan, que sean para el bien común, que no dejen aristas o sean motivo de pelea o enfrentamientos.
Para celebrar el Día de Acción de Gracias, es preciso preguntarnos, ¿cómo esta hermosa fecha no asoma la misma facilidad que la de Halloween?
Es verdad que se rememora una hermosa parte de la historia norteamericana –la podemos hacer nuestra–, que es muy significativa a todo nivel porque da la oportunidad de hacer un alto en el camino para tomarnos de las manos y agradecer a Dios por la familia, por el amor, la salud, la prosperidad y todos los dones y bienes recibidos. La gratitud, nos predispone a ver cuán bendecidos somos ante las necesidades de otros hermanos que sufren y comprender ese sufrimiento. Nos lleva a mirar más allá de las diferencias de pensamiento y credo, para sólo ver lo humano que nos hace uno solo. Agradecer por lo bueno que nos alegra y lo malo que nos enseña. A ver la vida con optimismo, reflexionando que el mundo lo hacemos todos, cada uno desde su particular espacio; que la felicidad, no depende de las circunstancias o de quienes rodean sino de cómo vamos campeando los temporales y los problemas.
En un país pluricultural como el nuestro, hace falta un día como éste. Dejar de lado la rabia, la hipocresía, los dedos y comentarios acusadores y crueles contra quienes se equivocan sin mirar siquiera los propios pecados. Hacer a un lado todo lo que separa y abrir los brazos a lo que nos une.
Entre las buenas costumbre que aprendemos de los Estados Unidos está la reunirnos con la familia la noche de este Jueves para dar gracias a Dios por todos los favores recibidos durante el año, ocasión que aprovechamos para degustar con simbolismo un pavo y servirnos un pastel de zapallo, siguiendo la tradición de los primero “Pilgrims” o peregrinos que llegaron a vivir en nuestro Continente desde tierras europeas.
Adoptemos este día como propio, aprovechándolo para asomar nuestras virtudes y quejarnos menos. Para abrir la puerta al amor y a la positividad. Para que la esperanza crezca en nuestros corazones y estemos preparados para celebrar una Navidad plena sin que poco importen los regalos sino la alegría de estar rodeados de familiares y amigos.
Doy gracias a Dios por ustedes, los lectores de mi BLOG, que hacen posible escribir mis artículos. ¡Gracias amigas, amigos; que Dios los bendiga.
By Julio Ríos
WHEN WE WAKE UP OUR FIRST WORDS SHOULD EXCLAIM "THANK YOU MY GOD FOR ONE MORE DAY OF LIFE!
Every day is a miracle. In times of a fateful pandemic as a result of the dreaded Covid 19 –when we wake up (photo), tenderly hug and kiss our wife, husband and the first thing we express, together, is thank you, my God, for one more day of life– the main purpose of Thanksgiving Day is to express our gratitude to the Heavenly Father for his many favours. However, at the critical time, when life is always in danger, the main thanksgiving is for a day of existence when we open our eyes in the early hours of the morning.
However, this season of the year also gives us the opportunity to say thank you to people. We can express our gratitude to those in our lives to whom we are grateful and who sometimes don't hear it from us.
As we celebrate the end of the year festivities, the spiritual request we make to God is to radiate to the rulers so that they get used to weighing their decisions before releasing them. The country, and the world, need actions that unite, that are for the common good, that do not leave edges or cause quarrels or confrontations.
As we celebrate Thanksgiving, we must ask ourselves, how can this beautiful date not be as easily celebrated as Halloween?
It is true that it commemorates a beautiful part of American history –we can make it our own– which is very significant on every level because it gives us the opportunity to stop and hold hands and thank God for family, love, health, prosperity and all the gifts and goods we have received.
Gratitude predisposes us to see how blessed we are in the face of the needs of other suffering brothers and sisters and to understand that suffering. It leads us to look beyond differences of thought and creed, to see only the human that makes us one. To be grateful for the good that brings us joy and the bad that teaches us. To see life with optimism, reflecting that the world is made by all of us, each one of us from our own particular space; that happiness does not depend on circumstances or those around us, but on how we deal with the storms and problems.
In a multicultural country like ours, a day like this is needed. To put aside anger, hypocrisy, accusing and cruel fingers and comments against those who make mistakes without even looking at their own sins. To put aside all that separates and open our arms to what unites us.
Among the good customs we learn from the United States is to gather with the family on Thursday night to give thanks to God for all the favours received during the year, an occasion to symbolically enjoy a turkey and serve ourselves a pumpkin pie, following the tradition of the first "Pilgrims" or pilgrims who came to live in our continent from European lands.
Let us make this day our own, using it as an opportunity to show our virtues and complain less. To open the door to love and positivity. So that hope grows in our hearts and we are ready to celebrate a full Christmas with little regard for gifts but the joy of being surrounded by family and friends.
I thank God for you, the readers of my BLOG, who make it possible for me to write my articles. Thank you friends; God bless you all.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, licenciado en ciencias de la comunicación, es asesor en proyectos de redacción. Escribió el libro DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017). En la fecha trabaja una novela basada en la vida y obra de W.A.Mozart. Estudió en la Universidad Mayor Real y Pontifica de San Francisco Xavier de Sucre y en la Universidad Católica de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de La Jolla en San Diego, California.
Vemos ejemplos de esto en las cartas de San Pablo. En varias ocasiones, él no solo da gracias a Dios por sus iglesias, pero también les dice de ello. Consideren la carta de San Pablo a los cristianos Tesalonicenses, por ejemplo. Aquí leemos: En todo momento damos gracias a Dios por ustedes, constantemente. (1 Tesalonicenses 1, 2)
¿Cómo podríamos dar suficientemente gracias a Dios por ustedes y por la gran alegría que nos hacen sentir ante Dios? (1 Tesalonicenses 3, 9)
Imagínense cómo se sentirían al escuchar esto, de alguien importante en su vida. Supongo que se sentiría honrada, feliz, tal vez un poco avergonzada, hasta agradecida. Es maravilloso escuchar que alguien realmente está agradecido por uno. Es uno de los mejores sentimientos del mundo.
El Día de Acción de Gracias brinda una ocasión valiosa para decir gracias, tanto al Dios de quien fluyen todas las bendiciones como a aquellos que son vías de bendiciones divinas en nuestras vidas. Es el momento de detener lo que estamos haciendo y decir “Gracias” a las personas en nuestras vidas quienes merecen escucharlo de nosotras.
Decirle a las personas que está agradecida por ellos enriquecerá su vida, a lo igual que las vidas de aquellos por quienes está agradecida.