ARTES PLASTICAS EN TIEMPOS DE
LA
COVID – 19
EL ARTE ABSTRACTO DE
Victoria Vera Collada
TALENTOSA
RUBIA Y
BELLA
Conocemos a Victoria Vera Collada, la ganadora del sorteo de promoción de artistas para enero de 2020, con una obra indiscutiblemente brillante. El certamen se realizó en la arurora de la aciaga pandemia a consecuencia de la vigencia del Covid 19.
Comenzó febrero, mes de la desoladora noticia que daba por oficial la vigencia de una pandemia que en marzo obligó a la medida extrema de una cuarentena rígida, bajo la expresión de "quédate en casa, no salgas".
Realidad insoslayable que abrió otros caminos de estudio y teletrabajo, con la posibilidad de investigar y encontrar, de pronto, artístas plásticos como Victoria Vera: Una mujer de nacionalidad española, talentosa, rubia y bella.
La ganadora del sorteo realizado durante el pasado mes de diciembre para promocionar un artista durante este mes, fue Victoria Vera Collada. Una pintora que nos ha dejado asombrados y que gracias a esta iniciativa, hemos tenido el placer de conocer.
La artista actualmente con la edad de 47 años, ha retomado este arte. Victoria Vera Collada es una artista plástica cuya pasión por la pintura se remonta a una edad muy temprana. Observando a su padre que además de pintor, era ebanista y restaurador, Victoria aprendió todo sobre materiales y técnicas.
Estuvo formándose durante dos años en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde estudió diseño de interiores, dibujo artístico y artes mixtas. Tras un largo período sin tratar la pintura por motivos personales, la artista actualmente con la edad de 46 años, ha retomado este arte.
Su regreso le ha reportado grandes sorpresas, pues está experimentando una gran acogida en su vida diaria y en redes sociales tales como Instagram, con un total de 5.299 seguidores.
Victoria disfruta con cada pincelada, embriagándose de los colores, formas y texturas. Se podría decir, que utiliza este arte de forma terapéutica, abstrayéndose absolutamente de todo y centrándose únicamente en lo que pinta.
Se sirve de temáticas muy distintas, según el momento representa lo que siente. Y, para hacerlo, emplea todo lo que tiene a su alcance. Desde brochas, paletas, espátulas, pasando por trapos, acrílicos, óleos, barnices, masillas, entre otros. Su soporte favorito es la tabla, aunque también utiliza las láminas.
Victoria después de un sueño reparador, se alista para una nueva jornada. Está maquillándose y lleva puesta una bata blanca suave que cubre su cuerpo desnudo. Más adelante asomará vestida, sin duda elegante.
Y vemos a Victoria con unos botines de cierre, un pantalón jean color blanco y una delicada camisa de seda negra que destaca la expresión muy escotada de Victoria, que usa la prenda con piel desnuda debajo.
Victoria, hoy en día es en su trabajo, la fusión de arte abstracto y moda. De ahí la sencillez en su vestir combinado de elegancia y sutil sensualidad. De cabello rubio y crespo, su atractivo se pone de relieve.
La artista es heredera de un ejemplo de dignidad vocacional. Su padre ebanista y restaurador, le dejó como legado la pasión por el arte.
Un arte abstracto en que el color, la textura y la improvisación, que salen del examen sagaz de la conciencia creadora de Victoria, dan vida, anuncian la vida, y en medio de símbolos, trazos, el lienzo de alimenta de la riqueza espiritual plasmada en cada cuadro.
Formada en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, en diseño de interiores, dibujo artístico y artes mixtas, Victoria desarrollo una carrera exitosa con un itinerario concatenado de éxitos.
Sólo aquellos seres dotados de sentimiento y vitalidad pueden recoger en significativa obra plástica toda la pasión desprendida de los seres humanos que, en el caso de Victoria, no significa sólo candor de niñez, sino dibujo figurativo de trazos y símbolos, a los que pinta con sentimiento amoroso y primoroso, y los podemos apreciar en tonos celestes, azules que dan forma a una imagen que nos reserva instantes de meditación para interpretar y descifrar sus códigos.
Victoria pinta concentrada. Sus ojos fijos, turquesas, asoman como dos lagos de agua cristalina. Agua que recrea, agua que moja, agua que inunda, agua que ahoga de arte abstracto.
El arte abstracto es el contrario del figurativo (es decir, la representación de objetos identificables mediante imágenes reconocibles). Por tanto la abstracción no representa “cosas” concretas de la naturaleza sino que propone una nueva realidad. El arte abstracto existe, en Victoria, independientemente de la realidad, pues ésta la aleja.
Se llama arte abstracto o arte concreto a aquellas expresiones artísticas basadas en elementos como la línea, el punto, el color y el material como lenguaje autosuficiente e independiente de la reproducción de objetos reconocibles, es decir, del figurativismo.
El arte abstracto es un estilo moderno que se opone al realismo y a la fotografía, de esta manera, es necesaria la utilización de la imaginación y la comprensión más allá de lo que la lógica nos entrega para admirar una pintura u obra abstracta.
Dentro de las artes visuales, el arte abstracto es más conocido por sus expresiones en el campo de la plástica (pintura, escultura), pero existen otras vertientes del arte que han desarrollado también tendencias abstraccionistas como, por ejemplo, en la arquitectura, en las artes escénicas (danza, música) y en la literatura.
El arte abstracto, como tal, ya existía desde la prehistoria si tomamos las formas de arte de civilizaciones perdidas como el arte rupestre.
Como tendencia artística se origina a principios del siglo XX, tomando fuerza en 1910 con las obras Wassily Kandinsky (1866-1944) en Munich.
Siguiendo y tomando como inspiración los movimientos de vanguardia o vanguardismo como el expresionismo, el cubismo y el fauvismo, también se opone al arte figurativo realzando las emociones, conceptos e inconsciente.
El arte abstracto se caracteriza por emplear las formas esenciales del lenguaje plástico, como las figuras, las líneas y los colores, como medio de expresión artística.
En este sentido, el arte abstracto se distingue por trascender la representación de la apariencia externa de las cosas, y por plantear búsquedas plásticas que apuntan más bien hacia los aspectos formales, cromáticos y estructurales.
De allí que la abstracción se valga de los recursos más esenciales del lenguaje plástico para procurar crear un lenguaje autónomo que evoque sus propios sentidos.
No obstante, el grado de abstracción de sus obras puede variar e ir desde un nivel de abstracción parcial, donde los rasgos figurativos aún son evidentes, hasta una abstracción total y absoluta.
El arte abstracto se alimentó de las experiencias vanguardistas del momento y según sus características formales surgen otros tipos de arte abstracto, siendo los más conocidos: el arte abstracto orgánico, lírico, geométrico y el expresionismo abstracto.
Conocido también como abstraccionismo orgánico, este tipo de arte busca representar formas orgánicas, como rocas, plantas y organismos unicelulares que sugieren otros tipos de figuras u objetos. Una de sus mayores exponentes es la artista estadounidense Georgia O’Keeffe (1887-1986).
Abstracción lírica, también llamada abstracción expresiva, es una vertiente que fue influenciada por el fauvismo y el expresionismo.
Sus principales características los tratamientos del color, el sentimentalismo, la intuición y una mayor libertad artística. El mayor representante de esta vertiente fue el artista ruso Wassily Kandinsky (1866-1944).
Abstracción geométrica o neoplasticismo como el padre de esta tendencia, el pintor neerlandés Piet Mondrian (1872-1944) lo llamaba, tiene influencias del cubismo y luego del futurismo.
Como su nombre lo indica, su forma de expresión se relaciona con la geometría de las formas y con el racionalismo.
El expresionismo abstracto se caracteriza por utilizar, tal como sugiere su nombre, la exteriorización de emociones y sentimientos sin formas ni objetos figurativos de la realidad.
El exponente más famoso de esta vertiente de arte abstracta es el pintor estadounidense Jackson Pollock (1912-1956).
Por
Julio Ríos
Nacida en Madrid, España, hace 46 años, las creaciones de Victoria Vera Collada, se multiplican. Su pintura seduce con la suavidad de las cosas bellas hechas símbolos, líneas, geometría. Es la efervescencia de las ideas para saltar de un cuadro a una pared, y de ahí a pequeñas cajas. Sí, son esas cajitas llenas de misterio, como todo lo que está celosamente cerrado.
Entre la belleza de la luz y el enigma de la sombra, surgen ideas que dan paso a la creatividad del arte en expresiones aleatorias —exquisitamente elaboradas—, en medio de un sentimiento para hacer de "lo bello" de "lo amoroso", un detalle. Pero un detalle abstracto que hay que descifrar.
Basta observar la maestría de Vera Collada, resaltada con el manejo más cuidadoso y el sentimiento de dar vida a la geometría a través de una pintura en la que aparece —sin tapujos—, la ternura de la mujer creadora con rayas, trazos, manchas de arte. La fertilidad es la bendición original dada por Dios al hombre y a la mujer. Es un don divino. Los regalos están destinados a ser dados y recibidos libremente; nunca rechazados por una parte, y nunca reclamados por otra. Así es el espíritu de la metafísica artística de Victoria Vera.
Cada uno de los cuadros de la artista, se aproxima al papel central de la geometría sagrada, como fuente de vida y refugio para la criatura humana en su proceso de desarrollo. La fertilidad es un don, pero también lo es la naturaleza abstracta, consecuencia directa de la apertura a la vida.
Victoria es una mujer muy hermosa y joven. Destaca una fotografía que ilustra este comentario, donde observamos a la artista asomando su generosa anatomía, a través de la muy escotada camisa negra de seda sin sujetador que la artista viste con el cuerpo desnudo debajo. Un pantalón blanco de tela de jeans se combina en perfecta armonía, completando el conjunto con el uso de botines del color de la elegante de la blusa.
Desde muy joven, Victoria Vera reveló su aptitud para la pintura, determinando sus estudios en el arte, como una actividad afín a sus primeros trazos plásticos orientados al esplendor de las creaciones cromáticas, inquietudes apoyadas en texturas esotéricas.
Victoria Verá, es una referencia de un intelecto donde golpea las bases de un estilo, cuyo uso de imágenes sutilmente alteradas, se aplican en pinceladas silenciosas. Su creación no está lejos de la pureza de su amor rociado de un sentimiento que la artista quiere expresar. Hay de todo en el lienzo de las obras de Victoria, y cada acercamiento a ellas, entrevera la provocación de nuevas imágenes y trazos sorprendentes en las miradas que la inspiran a producir con la espátula y el pincel, resultados francamente extraordinarios.
La artista nos permite adentrarnos en esa apelación a la luz y a la sombra que ella admira. La sensibilidad al color ha caracterizado su pintura, donde la penumbra les da la motivación de la existencia dirigida al arte. En este sentido, se encuentra la luminosidad reflejada en el colorido de cada cuadro sobre el lienzo. Hay algunas imágenes abstractas entre otras, que dan lugar a pinceladas fuertes o delicadas, en una reverberación de matices que destellan en un espacio común.
En el encuentro con las sombras, vuelven las tonalidades. Un primer plano con poco color revela los rostros de personajes que querrían nacer pero que se encuentran en la nebulosa mágica de lo abstracto. La belleza que imprime en sus cuadros su Victoria Vera Collada no es una sustancia en sí misma, sino un juego de claroscuros que forma el sutil juego de las modulaciones de la sombra.
Si hablamos del color, es frecuente en la plástica de Victoria Vera, la combinación armoniosa, dadas las visiones cambiantes que vienen a matizar con el blanco al paso de la afonía, paréntesis de reflexión para todo virtuoso. El blanco utilizado por esta artista que domina el color, alude a sus delicadas pinturas con trazos que parecen observarnos. Allí, el blanco es decoro en el movimiento; ritmo en el humor de sus personajes retratados para la escena.
By Julio Ríos
ELEGANT IN BLACK VICTORIA THROUGH THE BLACK SHIRT THAT THE ARTIST OF SACRED GEOMETRY WEARS WITH BARE SKIN UNDERNEATH
Born in Madrid, Spain, 46 years ago, Victoria Vera Collada's creations are multiplying. Her painting seduces with the softness of beautiful things made symbols, lines, geometry. It is the effervescence of ideas to jump from a painting to a wall, and from there to little boxes. Yes, they are those little boxes full of mystery, like everything that is jealously closed.
Between the beauty of light and the enigma of shadow, ideas emerge that give way to the creativity of art in random expressions —exquisitely elaborated—, in the midst of a feeling to make "the beautiful" of "the loving", a detail. But an abstract detail to be deciphered.
It is enough to observe the mastery of Vera Collada, highlighted with the most careful handling and the feeling of giving life to geometry through a painting in which appears —without concealment—, the tenderness of the creative woman with stripes, strokes, stains of art. Fertility is the original blessing given by God to man and woman. It is a divine gift. Gifts are meant to be freely given and freely received; never rejected by one party, and never claimed by another. Such is the spirit of Victoria Vera's artistic metaphysics.
Each of the artist's paintings approaches the central role of sacred geometry as a source of life and refuge for the human creature in its process of development. Fertility is a gift, but so is abstract nature, a direct consequence of openness to life.
From a very young age, Victoria Vera revealed her aptitude for painting, determining her studies in art, as an activity related to her first plastic strokes oriented to the splendour of chromatic creations, concerns supported by esoteric textures.
Victoria is a very beautiful and young woman. A photograph stands out that illustrates this comment, where we observe the artist showing her generous anatomy, through the very low-cut black silk shirt without a bra that the artist wears with her naked body underneath it. White jeans pants are combined in perfect harmony, completing the set with the use of ankle boots in the color of the elegant blouse.
Victoria Verá, is a reference of an intellect where she strikes the bases of a style, whose use of subtly altered images, are applied in silent brushstrokes. Her creation is not far from the purity of her love sprinkled with a feeling that the artist wants to express. There is everything on the canvas of Victoria's works, and each approach to them brings the provocation of new images and surprising strokes in the looks that inspire her to produce with the palette knife and the brush, frankly extraordinary results.
The artist allows us to enter into that appeal to light and shadow that she admires. Sensitivity to colour has characterised her painting, where the penumbra gives them the motivation of existence directed towards art. In this sense, we find the luminosity reflected in the colourfulness of each painting on the canvas. There are some abstract images among others, which give rise to strong or delicate brushstrokes, in a reverberation of shades that sparkle in a common space.
In the encounter with the shadows, the tonalities return. A close-up with little colour reveals the faces of characters who would like to be born but are in the magical nebula of the abstract. The beauty that her Victoria Vera Collada imprints on her paintings is not a substance in itself, but a play of chiaroscuro that forms the subtle play of shadow modulations.
Victoria is a very beautiful and young woman. A photograph illustrating this commentary stands out, where we observe the artist showing her generous anatomy, through the very low-cut black silk shirt that the artist wears with her naked body underneath. A pair of white trousers made of denim fabric is combined in perfect harmony, completing the ensemble with the use of ankle boots in the same colour as the elegant blouse.
If we talk about colour, it is frequent in Victoria Vera's plastic art, the harmonious combination, given the changing visions that come to shade with white in the passage of aphonia, a parenthesis of reflection for every virtuoso. The white used by this artist who dominates colour, alludes to her delicate paintings with strokes that seem to observe us. There, white is decorum in movement; rhythm in the mood of her characters portrayed for the scene.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, licenciado en ciencias de la comunicación, en la actualidad se desempeña como asesor en proyectos de redacción. Escribió el libro DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), EL ALTO PARA TODOS (2017), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2024), UNA HISTORIA PARA CONTAR (2024).
En la fecha trabaja en una novela basada en la vida y obra del compositor Wolfgang Amadeus Mozart. Ríos estudió en la Universidad Mayor Real y Pontifica de San Francisco Xavier de Sucre y en la Universidad Católica de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de La Jolla en San Diego California.
UN ANTES, UN DESPUÉS. Victoria Vera Collada, en un antes que se mantiene, no obstante, vigente en un ahora. La artista luce su rubia cabellera enrulada mientras baila delante de sus cuadros. Una segunda foto destaca a Vera sentada en posición hindú con camisa escotada y pantalón, ambos de jeans. Una tercera foto la muestra pintando con los colores ya magistrales en su textura anatómica, el negro y el blanco a cuadros.
La cuarta foto muestra a Victoria Vera con el mejor color que viste su generosa anatomía: el negro a través de su figura pintando con el atuendo vestido con el cuerpo desnudo debajo, combinado de un pantalón de jeans.
Vera Collada en tiempos de la Covid 19, una feroz pandemia que azota al mundo que clama como ella días mejores. Portadora del inevitable barbijo se muestra optimista y con fe inquebrantable, dentro del supermercado, abrasando al gigante muñeco de peluche.
A BEFORE, AN AFTER. Victoria Vera Collada, in a before that remains, nevertheless, valid in a now. The artist shows off her blonde curly hair as she dances in front of her paintings. A second photo shows Vera seated in a Hindu position wearing a low-cut shirt and trousers, both made of jeans. A third photo shows her painting in the already masterful colours of her anatomical texture, black and white plaid.
The fourth photo shows Victoria Vera with the best colour that dresses her generous anatomy: black across her figure painting with the attire dressed with the naked body underneath (free of undergarments) combined with a pair of jeans.
Vera Collada in times of the Covid 19, a ferocious pandemic that is ravaging the world, which, like her, is crying out for better days. Wearing the inevitable chinstrap, she appears optimistic and with unshakeable faith, inside the supermarket, hugging the giant stuffed toy.