VIOLIN EN PANDEMIA
LA COVID – 19
Akiko Suwanai
CONCERTISTA DE PIANO
Red YouTuve
CONCIERTO PARA VIOLIN Y ORQUESTA DE P. I. TCHAIKOVSKI
Akiko Suwanai (en japonés 諏訪内晶子 Suwanai Akiko), nació en Tokio, Japón, el 7 de febrero de 1972. Tiene 49 años. Es la violinista más joven en ganar el Concurso Internacional Tchaikovski en 1990. Además ganó el segundo premio en el Concurso Internacional de Música Reina Isabel de Bélgica en 1989, tras Vadim Repin y es muy reconocida en el entorno musical japonés y occidental.
Inició sus estudios musicales en la escuela Toho Gakuen de Japón, continuándolos en la Escuela Juilliard, la Universidad de Columbia y la Hochscule der Künste en Alemania.
Toca con un violín Stradivarius de 1714, llamado Delfín, el cual es un préstamo de la Fundación Japonesa de Música.
En mayo de 2009 tocó en el Auditori de Barcelona el concierto para violín y orquesta en re mayor de Igor Stravinsky, bajo la dirección de Eiji Oue. En diciembre de 2014, Suwanai interpretó el concierto para violín de Karol Beffa en Yokohama con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen, bajo la dirección de Paavo Järvi.
Elogiada por The Times por su "noble interpretación”, la violinista japonesa Akiko Suwanai fue la ganadora más joven del Concurso Internacional Chaikovski.
La violinista japonesa Akiko Suwanai ha sido la más joven en ganar el Concurso Internacional Chaikovski en toda la historia del certamen. Además, ganó el Concurso Internacional Paganini y el Queen Elisabeth International. Su última grabación para Sony recoge obras de Toru Takemitsu con la NHK Symphony Orchestra y Paavo Järvi.
El año 2020, está marcado por un número significativo de proyectos incluyendo su debut con la Slovak Philharmonic, con la que celebrará el 100 Aniversario de las relaciones entre la República Eslovaca y Japón.
Se unió a la Hamburger Symphoniker como Artista en Residencia tocando el concierto para violín de Lampson en la Elbphilharmonie dirigida por Cambreling, así como con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen/Järvi y la Rotterdam Philharmonic Orchestra y Lava Shani realizando una gira por Japón.
Otros compromisos incluyen su actuación con la Hong Kong Philharmonic/van Zweden, Orquesta Sinfónica de Castilla y León y Joanna Carneiro y Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Tocará el concierto de Mendelssohn con los Solistas de Luxemburgo y Christoph Koenig y el concierto de Ligeti junto a la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y Nuno Coelho.
En música de cámara realizó una gira en Japón junto a Nicholas Angelich con un programa Beethoven en conmemoración al 250 Aniversario del compositor. Recientemente tocó en el Festival de Hamburgo invitada por Martha Argerich y en el Festival Rosendal, Noruega invitada por Leif Ove Andsnes.
Esta temporada tocará en el Festival Internacional de Miyazaki en Japón, y ofrecerá reciales en Taiwancon Ilya Rashkovsky.
En 2007 interpretó el concierto para violín Seven de Peter Eötvös en el Festival de Lucerna junto a Pierre Boulez, y tocó en los BBC Proms con Susanna Mälkki y la Philharmonia Orchestra. Ofreció la premiere de los conciertos de James MacMillan y Esa-Pekka Salonen.
Ha sido Jurado en el prestigioso concurso Queen Elisabeth en Bruselas y el Concurso Internacional Tchaikovsky en Moscú.
Akiko Suwanai, que debía haber acompañado a la NSO en gira (una gira que fue cancelada debido al COVID-19), subió al escenario para ofrecer una memorable interpretación del Concierto para violín de Tchaikovski. La violinista japonesa, que ganó el Tchaikovski a la tierna edad de 18 años, en 1990, no había actuado en Washington desde hacía mucho tiempo.
Suwanai extrae un apabullante sonido del Delfino Stradivarius de 1714, un instrumento que combinaba maravillosamente con su atrevido estilo melódico. Tuvo como solista a una oriental muy joven, Akiko Suwanai, que clavó una interpretación magistral, por su técnica y su sensibilidad. Fue muy aplaudida, tanto que forzó un bis: el Largo número 3, de Juan Sebastián Bach.
La violinista japonesa Akiko Suwanai y la Malasyan Philharmonic Orchestra ofrecieron una noche de música dulce en su concierto temático titulado "The Romantic Violin".
Cuando Suwanai, con un vestido negro brillante, entró en la sala para interpretar el Concierto de Johannes Brahms fue evidente que se derribaron las barreras demográficas, dejando a la audiencia asombrada, con los ojos brillantes y alegres por eso que suele provocar la música de calidad.
¿Cuál era el nombre completo de Tchaikovsky? Su nombre completo era Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
Tchaikovsky nació en la ciudad de Vótkinsk, Rusia el 7 de Mayo de 1840. Mientras desarrollaba su estilo, Chaikovski escribió música en varios géneros y formas, incluyendo la sinfonía, ópera, ballet, música instrumental, de cámara y para la canción.
El padre de Tchaikovsky se llamaba Ilya y su madre Alexandra. Tuvo seis hermanos, aunque se llevaba mejor con su hermana Alexandra y sus hermanos gemelos Anatoly y Modest.
¿A qué edad aprendió música? El pequeño Tchaikovsky siempre estuvo interesado por la música. A los 4 años tuvo su primer intento de componer una obra, una canción compuesta conjuntamente con una de sus hermanas.
Fue un niño prodigio, sin duda. A los 5 años inicia clases de piano y aprendió a tocar música de Chopin, por ejemplo.
Aunque no se lo crea, era común enviar a los hijos a un internado a estudiar, si se lo podía permitir, claro.
Así que Ilya y Alexandra envían a su pequeño Pyotr, de 10 años, a un prestigioso internado a más de 1,300 kms de distancia. Ahí estudia unos años antes de ingresar a la Escuela Imperial de Jurisprudencia en San Petersburgo para graduarse de derecho.
Pobre, debió haber sido muy duro para él, y más cuando su madre muere de cólera cuando él tenía 14 años.
A pesar de ser popular en todo el mundo, Tchaikovski recibió a veces duras críticas por parte de críticos y compositores.
Sin embargo, su reputación como compositor es hoy en día segura, y ha desaparecido por completo el desdén con el que los críticos occidentales a principios y mediados del siglo XX catalogaban su música como vulgar y falta de pensamiento.
De hecho, Tchaikovski está considerado actualmente como el más destacado músico de Rusia y una de las figuras más importantes de la cultura de ese país a lo largo de su historia.
Julio Ríos
La ejecución del Concierto para Violín, op. 35 la he escuchado en la red YouTube. Akiko, es una de mis favoritas, y en especial me gusta de ella, como después del final del primer movimiento dan ganas de aplaudir.
La intensidad del violín de Akiko es extraordinaria, y el acompañamiento de la orquesta que parece que le da una mano, permite revelar una sensación de catarsis, catarsis que me deja después de escuchar este concierto que es magnífico, y que queda indeleble en mi memoria.
Akiko Suwanai, ingresa al escenario tomando de la mano su hermoso violín “Stradivarius”, Previo a la entrada de la artista, la esperan el Maestro Dmitri Kitaenko, acompañado de la Moscow Philharmonic Orchesta. Akiko viste un hermoso y elegante y delgado traje de seda color azúl que la destaca, cual cuerpo desnudo a través del muy escotado atuendo que la violinista lo lleva puesto con piel desnuda debajo. El público la aplaude, y después de unos breves minutos, se inicia el Concierto para violín en Re Mayor (D Major), Op. 35.
Akiko en principio revela una breve contextualización de las circunstancias históricas y musicales que rodearon la creación de este concierto. Luego realiza una aproximación analítica y descriptiva de los movimientos que lo componen en cuanto a su estructura, armonía, y elementos generales que lo conforman, encontrando en ellos una gran unidad musical y expresiva en medio de una riqueza y variedad temática, puesta de relieve por la violinista.
Como se trata de una propuesta interpretativa, Akiko, del autor, intenta hacer nuevos aportes violinísticos en lo que respecta a la digitación, articulación y expresión. En cada uno de los movimientos del concierto, la violinista orienta desde una perspectiva de la escuela rusa de violín, con una metodología comparativa tomando como fuente su propia versión, ejecutada, como una de las grandes maestras del violín.
Akiko encuentra en el primer movimiento de Tchaikovsky, la cabeza cerebral, y ella defiende un poco el primer movimiento. Por supuesto que alberga, como todas las piezas que sirven a propósitos virtuosos, y ella es un talento rociado de virtuosismo. Mucho que apela principalmente a la mente. El plan de este movimiento surge repentinamente en su mente, y rápidamente se topa con su molde.
El último movimiento, que es de melodías arrolladoras, asoman por Akiko, decoradas con florituras virtuosas de gran brillantez técnica que cubren toda la gama de su instrumento. La cadencia es la propia de Tchaikovsky, y esta violinista con la misma, nos deja embelesados.
El corazón del concierto, es la Canzonetta. Akiko le proporciona el encanto del segundo movimiento, dulcemente inflexionado. Esta Canzonetta, se rompe, para dar paso a un final que la transporta a la magistral conclusión, donde su técnica y su prolija digitación hacen gala de una seguridad absoluta.
By Julio Ríos
MASTERFUL VIOLIN PERFORMANCE BY AKIKO QUIEN WHO SHOWS UP DRESSED IN A VERY STRICT ATTIRE WITH BARE SKIN UNDERNEATH
I have listened to the performance of the Violin Concerto, op. 35 on YouTube. Akiko is one of my favourites, and I especially like how after the end of the first movement it makes you want to applaud.
The intensity of Akiko's violin is extraordinary, and the accompaniment of the orchestra, which seems to lend her a hand, reveals a sense of catharsis, a catharsis that leaves me after listening to this magnificent concerto, and which remains indelible in my memory.
Akiko Suwanai enters the stage holding her beautiful "Stradivarius" violin in her hand. Prior to her entrance, Maestro Dmitri Kitaenko, accompanied by the Moscow Philharmonic Orchestra, awaits her. Akiko wears a beautiful, elegant and slim blue silk suit which makes her stand out as a naked body through the very low-cut attire which the violinist wears with bare skin underneath. The audience applauds her, and after a few brief minutes, the Violin Concerto in D Major (D Major), Op. 35 begins.
Akiko first reveals a brief contextualisation of the historical and musical circumstances surrounding the creation of this concerto. She then takes an analytical and descriptive approach to the movements that comprise it in terms of their structure, harmony and general elements, finding in them a great musical and expressive unity amidst a richness and variety of themes, highlighted by the violinist.
As this is an interpretative proposal, Akiko, the author, tries to make new violinistic contributions in terms of fingering, articulation and expression. In each of the movements of the concerto, the violinist orientates from the perspective of the Russian violin school, with a comparative methodology taking as a source her own version, performed as one of the great masters of the violin.
Akiko finds in Tchaikovsky's first movement, the cerebral head, and she defends the first movement a little. Of course it harbours, as do all pieces that serve virtuosic purposes, and she is a talent sprinkled with virtuosity. Much that appeals primarily to the mind. The plan for this movement suddenly springs into her mind, and quickly meets its mould.
The last movement, which is one of sweeping melodies, peeks through Akiko, decorated with virtuosic flourishes of great technical brilliance that cover the full range of her instrument. The cadenza is Tchaikovsky's own, and this violinist leaves us spellbound with it.
The heart of the concerto is the Canzonetta. Akiko gives it the charm of the sweetly inflected second movement. This Canzonetta breaks off to give way to a finale that transports her to the masterly conclusion, where her technique and neat fingering display absolute assurance.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor, asesor de seguros y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).