FILOSOFIA EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
NÍNIVE ALONSO
La filosofía tiene que ayudar a las personas:
Es su compromiso y su deber
UNA ABOGADA QUE EN LA
TERAPIA QUE BUSCA LA VERDAD
Revista Fusión Asturias (Por Mariló Hidalgo) “La filosofía tiene que ayudar a las personas. Es su compromiso y su deber”, expresa Nínive Alonso Terapeuta filosófica.
La filosofía no es teoría, sino práctica. Sobre esa base Nínive Alonso (Gijón, 1985. Licenciada en Derecho y Graduada en Filosofía por la Universidad de Oviedo) desarrolla un método de terapia para ayudar a los pacientes "a superar sus miedos y conseguir una vida plena y satisfactoria".
Lo llama Terapia de Alta Costura porque “Se confecciona sobre el cuerpo del paciente y se ajusta a sus necesidades concretas, como una prenda”.
En realidad, la terapia filosófica nace en Alemania de la mano de Gerd Achenbach en los años 80 del siglo XX, y ganó popularidad con la aparición del libro “Más Platón y menos Prozac”, de Lou Marinoff.
En España aún está dando los primeros pasos, pero ya es posible encontrar algunos (pocos) terapeutas que utilicen esta disciplina. Basándose en el diálogo de ecos socráticos, el filósofo “ayuda a pensar” al paciente que plantea un problema de cualquier tipo, y le ayuda a desenredar la madeja de sus conflictos emocionales.
-¿En qué consiste la terapia filosófica?
-Yo tengo una máxima que recuerdo siempre, y es que los médicos curan los cuerpos y los filósofos curamos las almas. Decía Epicuro que la filosofía es una medicina para la mente.
Date cuenta de que el término psicología no aparece hasta finales del siglo XVI, por tanto antes de eso, todo lo que tenía que ver con qué es el amor, la tristeza o la melancolía, lo asumíamos los filósofos.
Podríamos decir que la terapia filosófica es una parte de la filosofia práctica que se encarga del individuo, que tiene relación con las terapias psicológicas, pero que se diferencia de ellas en varios aspectos.
-¿Cuáles?
-La principal es que la psicología, al igual que la psiquiatría, ha tenido esquemas sumamente rígidos y patologizantes para trabajar sobre los pacientes. Eso quiere decir que cuando llega un paciente se le pone una etiqueta.
Con esa rigidez de códigos deontológicos y de patrones, lo que hacen es encasillar al paciente, que para ellos es un elemento pasivo.
El filósofo lo que hace es adecuarse al paciente, que se convierte en un elemento activo, dialogante, consultante. El filósofo es ante todo un organizador de ideas, deshecha aquellas no beneficiosas, como patrones negativos o de autocompasión, inserta nuevas ideas para fortalecer las debilidades y marca un objetivo.
Esto es la terapia filosófica grosso modo, basada en el diálogo, mucho más beneficioso que una pastilla.
“El filósofo es ante todo un organizador de ideas, deshecha aquellas que no benefician al paciente, inserta nuevas ideas para fortalecer las debilidades y marca un objetivo”
-¿Y cómo es una terapia de este tipo, qué herramientas utiliza?
-En líneas generales seguimos la tradición del diálogo socrático, es decir, charlar tratando de abrir eso que yo denomino “la mazmorra emocional”.
Los conflictos internos que uno tiene, en el diálogo van saliendo. Para eso es necesario crear un clima de confort y confianza. Mi despacho por ejemplo no tiene una gran mesa en el medio, ni trabajo con los títulos expuestos detrás de mi cabeza.
El paciente y yo nos sentamos en un par de sofás y antes de empezar nos tomamos un café; como decía Platón en El Banquete, hay que compartir primero comida y bebida para que luego todo vaya fluyendo relajadamente. Vamos, bastante distinto de lo que es ir a contarle tus intimidades a un señor de bata blanca.
-¿Y a partir de ahí?
-A partir de ahí se trata de conocer al paciente mediante el diálogo directo y con lo que yo denomino “herramientas oblicuas”. A veces uno mismo no sabe exactamente qué es lo que le ocurre.
Yo asumo el psicoanálisis -revisado- y a través de dibujos vamos analizando determinados patrones de conducta, imágenes que tiene que interpretar o fragmentos de películas, que actúan como catarsis y son una vía de reflexión para la propia vida.
De esa manera, lo que estaba anudado lo vamos desanudando, vamos viendo cuáles son las cosas que tenemos que fomentar, o qué tenemos que deshechar y las nuevas ideas que tenemos que introducir, para luego ponernos manos a la obra.
-Entonces viene la parte práctica, ¿no? ¿Cómo se aborda?
-Yo acompaño a los pacientes, que es una cosa que llama mucho la atención pero que para mí es llevar a la práctica el espíritu griego de la filosofía en el Ágora, de ir paseando y reflexionando.
Me explico: cuando una persona tiene una fobia, un psicólogo le dice lo que tiene que hacer y cómo, pero luego el paciente en cuanto sale del portal está solo en la calle. Conmigo no ocurre eso.
El paciente y yo vamos juntos a superar esa fobia, al menos los primeros contactos, o vamos juntos a una galería de arte para ver una imagen y reflexionar sobre nuestra vida, a modo de catarsis también, o vamos juntos a pasar por un lugar donde no había pasado por algún motivo que lo dejó marcado. Así que trabajamos por un lado teóricamente y por otro de manera práctica.
“Durante estas décadas atrás, la filosofía se ha vendido a la ciencia. Tiene que recuperar ese espíritu griego de obligación y compromiso moral, al igual que tiene un compromiso político. Y siempre es con el hombre de carne y hueso, con lo social, con la calle”
-¿A qué necesidades sociales responde este nuevo tipo de terapia?
-Me encanta esa pregunta porque tiene que ver con las terapias clásicas, que yo considero trasnochadas. El filósofo debe tener un poder de adaptación al medio. Ese es su deber y su compromiso, y si no que se retire.
Hoy por ejemplo no tenemos tenemos una sola identidad, sino varias: la identidad familiar, la identidad laboral; y además tenemos la identidad del twitter, la del facebook, la del instagram y en general todas las redes sociales.
Una persona antes tenía que poner en equilibrio su vida personal y su vida laboral, pero ahora tiene que poner en equilibrio muchas más identidades. Ya no somos uno. Todo esa nueva realidad, que además es muy rápida, requiere un pensamiento creador de ideas, y los creadores de ideas y conceptos son los filósofos, con lo cual en esta época los filósofos somos absolutamente necesarios.
-Eso contrasta con la idea de que la filosofía es una disciplina académica que trata sobre conceptos muy elevados. Estamos hablando de filosofía en la vida.
-Es la diferencia que yo quiero marcar entre el filósofo de la calle y el filósofo académico, que para mí es el filósofo cobarde. No, la filosofía tiene que ayudar a las personas.
Es su compromiso y su deber. Otro tema es que todo filósofo tiene un pensamiento general sobre las cosas grandes: qué es el mundo, qué es Dios, qué son las ideas, qué es la muerte. Es lo que podemos tildar como académico.
Pero desde el maestro Sócrates, el filósofo tiene la obligación de deberse a los congéneres que tiene al lado.
Si no, no sirve para nada. Es lo que ha ocurrido durante estas décadas atrás, que la filosofía se ha vendido a la ciencia y sirve a cuatro. La filosofía tiene que recuperar ese espíritu griego de obligación y compromiso moral, al igual que tiene un compromiso político. Y siempre es con el hombre de carne y hueso, con lo social, con la calle.
-Tampoco los planes educativos lo están poniendo fácil. Ahora mismo ahora mismo la filosofía está quedando relegada en los planes de estudio…
-Yo ahí tengo el corazón dividido. Por un lado, creo que es bueno darle herramientas a los chavales, pero también creo que habría que hacerlo manteniendo una separación para que no te dominen, si no es muy complicado. Por eso digo que un filósofo no puede ser docente porque se debe al estado.
Un filósofo es ante todo un tipo libre, y un tipo libre nunca puede ser un “funcionario”, porque entonces callará ante la mano que le da de comer y la filosofía no puede callar más que ante las ideas y la evidencia de la verdad.
“Un filósofo es ante todo un tipo libre, y un tipo libre nunca puede ser un ‘funcionario’, porque entonces callará ante la mano que le da de comer y la filosofía no puede callar más que ante las ideas y la evidencia de la verdad”
-A nivel personal ¿cuándo se encontró con la filosofía?
-A los 25 años yo iba para fiscal. Me enamoré de la filosofía cuando estaba estudiando la carrera, en quinto curso, y me cambió la vida. Es mi pasión. Como dice Eugenio Trías, yo no descubrí la filosofía, sino que la filosofía me descubrió a mí. Creo en esto, creo que ayuda de verdad, a mí me cambió la vida.
-¿Algún proyecto a la vista?
-Quiero escribir un libro que se llamará Tu fortaleza, que haga un paralelismo entre la vida de una persona y distintos aspectos de una fortaleza. Por ejemplo, cuando en tu vida domina otra persona, significa que te han izado la bandera extraños y enemigos, porque no hemos tenido a los “arqueros emocionales” con sus flechas vigilando los peligros.
Cada uno tiene que estar dominando su fortaleza, y oteando desde su “torre del homenaje” su propia muralla. No será un libro de autoayuda, que es un concepto que me parece terrorífico. No existe la autoayuda, simplemente porque siempre tiene que haber un diálogo y para eso se necesita un mínimo de dos. Creo de verdad que es así, porque si no interiorizar las pautas es muy difícil.
-Desde luego, se ve que lo vive con apasionamiento.
-Sí, sí, es que estoy absolutamente convencida. El filósofo nunca puede perder la ilusión. Recuerdo a un profesor que me dijo en primero de carrera, “Nínive, no hay que ser una chispa, hay que ser una llama”, porque la chispa explota y se acaba, mientras que la llama va optimizando sus fuerzas. Procuro ser racional porque lo que yo quiero es ser corredora de fondo. Ojo, sin domarme. Siempre diciendo lo que pienso.
Julio Ríos
La entrevista me embelesó. Destacada personalidad española, sin vacilación, es Nínive Alonso, quien estudió licenciatura en Derecho y Grado Filosófico en la Universidad de Oviedo, España. Ella radica en Gijón, España y es columnista de EL COMERCIO, diario de Asturias. Sus crónicas son reflexivas, mas su contenido terapéutico y filosófico, nos posibilita el gran ejercicio espiritual de encontrarnos con la verdad.
Nínive Alonso, es una mujer muy hermosa, atractiva y carismática. La observo en una interesante fotografía, cual cuerpo desnudo a través de un elegante y muy escotado traje negro que ella usa con piel desnuda debajo. Piel desnuda, por otra parte se destaca cuando ella asoma vestida con una blusa de gasa muy transparente con la piel desarropada debajo. Donaire, distinción y sutileza, coexisten en el donaire y gusto exquisito con que viste Nínive, y que muestran la presencia de una mujer inteligente y bella.
La filosofía de hoy, intempestivamente se desprende de la exclación, “al mal tiempo buena cara, y al mal tiempo un buen barbijo”.
Nínive Alonso, explica que las distintas maneras de amar marcadas por la filosofía griega, bien entendidas, pueden ayudar a explicar problemas más modernos como la dependencia emocional, la manipulación entre parejas y el desazón de aquellos que sienten que su vida no tiene un sentido definido. Ella desgrana su "arquitectura emocional", una teoría del amor que aboga por "deconstruir" los distintos modelos del querer para identificar cuándo una relación comienza a ser tóxica.
La definición, a su juicio "terrorífica", de la Real Academia Española explica que el enamorado "parte de su propia insuficiencia" al sentirse "atraído" por alguien. "Aquí es donde todo empieza a fallar; si definimos así el amor ya estamos avalando la dependencia emocional, eso de que tú, como no eres bastante, tienes que buscarte a tu media naranja para ser la naranja entera. El amor no debe anular nuestra identidad, sino protegerla", lamenta Alonso. "Lo de la atracción también lleva a errores, porque no valora el amor a la familia o a tu trabajo, que también son importantes", añadió.
Su citada teoría de la "arquitectura emocional" parte del símbolo tradicional del corazón (cuyo origen, según sus estudios, se remontan a la tradición griega y no al cristianismo, como defienden otros teóricos) para crear una metáfora de las distintas maneras de amar y cómo la maniobra de ciertos amantes o las frustraciones personales pueden amputar un puzzle que, incompleto, provoca problemas de autoestima.
En ese corazón de Alonso, la parte central la ocupa la familia, que está flanqueada por la amistad y el amor erótico. Son los tres tipos de querer que ella define como "básicos", y que están acompañados de otros dos amores, la tolerancia al diferente (que tilda de "complementario") y el sentido de la vida (definido por ella como "direccional"). La parte tóxica viene cuando uno de estos cinco factores anula a los demás. "Pasa cuando tu pareja te aísla de tu familia porque se queja de que quieras más a tu madre que a él o cuando parece que lo tienes todo, pero no encuentras un sentido real a tu vida", subraya.
Nínive puntualiza un concepto digno de estremecimiento: “El pasado día el Papa Francisco le decía vía skype a Jordi Évole en su especial sobre el coronavirus: “Dios perdona siempre, los hombres a veces, la naturaleza nunca”. Tan magna estética: el sumo pontífice, bajo su sotana blanca y su muceta, su solideo y anillo del pescador en plata por austeridad, prestaba a la naturaleza una entidad tal, que parecía disponerse por encima de Dios, esto me hizo pensar de nuevo en el desgarrador panorama de nuestros días, muertes por cientos. ¿Acaso era la Naturaleza capaz de castigarnos de esa manera?
By Julio Ríos
THE DOCTOR HEALS THE BODY EXPRESSES NÍNIVE THE PHYLOSOPHIST CURES THE SOUL
I was spellbound by the interview. Outstanding Spanish personality, without hesitation, is Nínive Alonso, who studied a degree in Law and a degree in Philosophy at the University of Oviedo, Spain. She lives in Gijón, Spain and is a columnist for the Asturian newspaper EL COMERCIO. Her chronicles are reflective, but their therapeutic and philosophical content allows us the great spiritual exercise of encountering the truth.
Nínive Alonso is a very beautiful, attractive and charismatic woman. I observe her in an interesting photograph, as a naked body through an elegant and very low-cut black suit that she wears with bare skin underneath. Bare skin, on the other hand, stands out when she appears dressed in a very transparent chiffon blouse with bare skin underneath. Donaire, distinction and subtlety coexist in the exquisite grace and taste with which Nineveh dresses, and which show the presence of an intelligent and beautiful woman.
Today's philosophy, untimely comes from the exclamation, "to bad weather a good face, and to bad weather a good chinstrap".
Nínive Alonso explains that the different ways of loving marked by Greek philosophy, properly understood, can help to explain more modern problems such as emotional dependence, manipulation between partners and the discomfort of those who feel that their life has no defined meaning. She unpacks her "emotional architecture", a theory of love that advocates "deconstructing" the different models of wanting in order to identify when a relationship is becoming toxic.
The definition, in her opinion "terrifying", of the Royal Spanish Academy explains that the person in love "starts from his or her own insufficiency" when feeling "attracted" to someone. "This is where it all starts to go wrong; if we define love in this way, we are already endorsing emotional dependence, the idea that since you are not enough, you have to look for your better half in order to be the whole orange. Love should not annul our identity, but protect it", laments Alonso. "The attraction thing also leads to mistakes, because it doesn't value love for your family or your work, which are also important," he added.
His aforementioned theory of "emotional architecture" is based on the traditional symbol of the heart (whose origin, according to his studies, goes back to Greek tradition and not to Christianity, as other theorists argue) to create a metaphor of the different ways of loving and how the manoeuvring of certain lovers or personal frustrations can amputate a puzzle that, incomplete, causes problems of self-esteem.
In Alonso's heart, the central part is occupied by family, flanked by friendship and erotic love. These are the three types of love that she defines as "basic", and which are accompanied by two other loves, tolerance of those who are different (which she calls "complementary") and the meaning of life (defined by her as "directional"). The toxic part comes when one of these five factors overrides the others. "It happens when your partner isolates you from your family because he complains that you love your mother more than him or when you seem to have it all, but you can't find a real meaning to your life," she stresses.
Nínive points out a concept worthy of shuddering: "Last day Pope Francis said via Skype to Jordi Évole in his special on the coronavirus: "God always forgives, men sometimes, nature never". Such great aesthetics: the supreme pontiff, under his white cassock and muceta, his solideo and silver fisherman's ring for austerity, lent nature such an entity that he seemed to set himself above God, this made me think again of the heartbreaking panorama of our days, deaths by the hundreds. Was Nature capable of punishing us in such a way?
"Yo tengo una máxima que recuerdo siempre, y es que los médicos curan los cuerpos y los filósofos curamos las almas. Decía Epicuro que la filosofía es una medicina para la mente."