viernes, 21 de mayo de 2021

Esperanza Spalding CONTRABAJO – VOCALISTA

 

JAZZ EN PANDEMIA

LA COVID – 19


Esperanza Spalding

CONTRABAJO – VOCALISTA


JAZZ / SOUL /  BLUES


LA PRIMERA ARTISTA CON UN

Premio Grammy en 2011

Esperanza Emily Spalding (Portland, 18 de octubre de 1984), es una cantante, contrabajista y bajista estadounidense de jazz.

En el 2011, ganó el Premio Grammy a la Artista Revelación, y fue la primera artista de jazz que recibió dicho reconocimiento.

Nacida en Portland, Oregon, Spalding comenzó a tocar música profesionalmente en su infancia, actuando como violinista en la Sociedad de Música de Cámara de Oregon a los cinco años.

Más tarde fue autodidacta y se entrenó en varios instrumentos, incluida la guitarra y el bajo. Su talento le valió becas académicas para la Universidad Estatal de Portland y el Berklee College of Music, a los cuales asistió estudiando música.

Spalding lanzó su primer álbum, Junjo, en 2006 en el sello español Avya Musica, después de lo cual firmó con el sello independiente estadounidense Heads Up, que lanzó su álbum homónimo en 2007.

Su tercer álbum de estudio, Chamber Music Society (2010), fue un éxito comercial, ubicándose en el número 34 en el Billboard 200, y derivó en que Spalding ganara su primer premio Grammy como Mejor Artista Nuevo; Spalding fue el primer artista de jazz en ganar en esta categoría.

Recibió más aclamaciones por su cuarto lanzamiento, Radio Music Society (2012), que ganó el Grammy al Mejor Álbum Vocal de Jazz, así como la pista "City of Roses" ganadora de Mejor Arreglo, Instrumento y Voz.

Después de pasar los siguientes años actuando como intérprete de una banda de apoyo, Spalding lanzó su quinto álbum de estudio, un álbum conceptual inspirado en el funk rock titulado Emily's D + Evolution, coproducido por Tony Visconti, en Concord Records. Al año siguiente, lanzó el álbum Exposure, que se limitó a 7.777 copias.

Su siguiente sexto disco de estudio, 12 Little Spells, fue lanzado en 2019 y alcanzó el número uno en los mejores álbumes de jazz de Billboard. El álbum también sirvió a Spalding para ser nominada a dos premios Grammy, ganando en la categoría de Mejor Álbum Vocal de Jazz.

Además de escribir e interpretar música, Spalding también ha trabajado como instructora, primero en Berklee College of Music, a partir de los 20 años. En 2017, Spalding fue nombrada profesora de Práctica de la Música en la Universidad de Harvard.

En 2018, Spalding recibió un doctorado honorario en música de su alma mater, Berklee College of Music, y se desempeñó como oradora de graduación en la ceremonia.

 





Fue el año de las sorpresas. Arcade Fire ganó el Grammy a Mejor Álbum. Y una contrabajista, entonces desconocida, hoy famosa, Esperanza Spalding, arrebató el galardón al Artista Revelación al mismísimo Justin Bieber. 2011 marcó el triunfo de la alternativa y la derrota del fenómeno de masas. 

Esperanza Spalding era una jazzista; Bieber, una estrella con más de 20 millones de amigos en Facebook y siete millones de seguidores en Twitter. Aquel espaldarazo ha colado a la estadounidense en la radio, en festivales, en revistas de tendencias, en campañas de publicidad (Uniqlo y Banana Republic) y en millones de hogares. 

Es la primera artista de jazz en ganar un Grammy en esa categoría.Va por su cuarto álbum (Radio Music Society, marzo de 2012). Algunos lo tienen claro: Esperanza Spalding es lo que el mundo estaba esperando.Su imagen encandila. De hecho, ha sido su talismán, su carta de visita. «Vivimos en un mundo visual. Existe una dictadura de la atracción. Si algo seduce, gusta. Varios aspectos de mi look encajan en el canon. 

Mi música entra por los ojos. Lo que no significa que mis composiciones traicionen el género; son auténticas y son jazz. Me siento orgullosa de ellas». Y añade: «Mi intención es crear arte. Pero mi imagen ayuda. Me gustaría creer que si fuera un hombre, sería igual de famosa. Porque mis discos son sinceros, hay integridad en ellos. Mi celebridad se debe a la música, no a mis pintas», insiste justo después de la sesión de fotos con S Moda.

El público y la crítica la adoran: una búsqueda en Google lo confirma, es difícil encontrar una reseña negativa sobre los directos de Spalding. Sus improvisaciones hacen que los espectadores entren en éxtasis. También su apariencia: 

«La gente acude a un concierto para oír y para ver. El espectáculo es importante; por eso me esfuerzo en presentar un estilismo trabajado; la imagen es poderosa». Una prueba: su pelo afro. «No lo peino de una manera especial; es su estado natural», explica.





Tiene la sartén por el mango. Cuenta con una discográfica y una promotora, pero actúa como su agente. Spalding marca el ritmo. Para la sesión con esta revista solicitó posar con prendas sostenibles. «Me han encantado los collares de Marni, son magníficos. Demuestran que lo ecológico y lo bonito no están reñidos», afirma sobre varios accesorios de la producción.

Sabe cómo aprovechar la fama, cómo usarla para defender causas. «Siempre me ha interesado el reciclaje. En Estados Unidos hay pocos diseñadores comprometidos con el medio ambiente. Una de mis mejores amigas es estilista. Le pedí que trabajara conmigo hace unos meses. Desde febrero, todo lo que he llevado sobre el escenario y en los eventos ha sido sostenible. Es útil, los medios lo acreditan y las marcas consiguen publicidad», razona. «Soy consciente del mundo en el que vivimos. Sé cómo funciona. Y cómo aprovecharlo», apostilla.

También se interesa por lo local. «No soy diseñadora y no mantengo una relación estrecha con la moda. Pero me gusta. Me sucede como con la música o el arte. Las cosas me atraen, sin motivo aparente y de manera visceral. No se trata de la simetría ni de los colores… Me ha sucedido en esta sesión con diseñadores españoles como Ana Locking y Nacho Aguayo. No los conocía, pero ahora me encantan», confiesa.

Lleva el compromiso escrito en las letras. Por ejemplo, el tema Land of the Free habla sobre Cornelius Dupree Jr. Este estadounidense pasó 30 años en la cárcel por un delito que no había cometido. Lo soltaron en 2010. Su padre también estuvo –o tal vez siga– en prisión. Spalding prefiere no hablar del tema.

Escasean los relatos de perseverancia y trabajo duro con final feliz. Este es uno de ellos. Spalding nació hace 27 años en Portland, Oregón. Entonces, no era la ciudad verde, serpenteada por carriles bici, que es hoy. Tampoco, la población cool retratada en Portlandia (la serie de Independent Film Channel). Spalding se crió en King, un gueto. 






«La mía es una historia común. Muchos se crían en ambientes humildes», opina. Un día, una bala perdida se coló en la casa de un vecino y mató a un niño. Su familia decidió empezar a dormir en el suelo.

No hay resentimiento en sus palabras. Sabe ver la belleza en la escasez. «No todo es dinero. Mi madre nos mimó, nos educó; mi hogar estaba lleno de amor». Cuando cumplió 11 años, su progenitora, soltera y con dos hijos, decidió sacarla del colegio y educarla en casa. ¿Experiencia positiva? «Sucedió hace mucho tiempo, no lo recuerdo bien. Solo fueron los últimos años.

Sé que me marcaron, me determinaron, me convirtieron en quien soy. Algunos capítulos de nuestra infancia son duros y nos pasamos la vida intentando superarlos. Otros, en cambio, nos construyen y nos hacen fuertes».

La música fue la luz al final del túnel. «La radio siempre estaba puesta, en casa y en el coche», rememora. Spalding la usaba como inspiración y enseñanza. Con siete años transcribía temas de las emisoras, los modificaba y se los tocaba a su madre. Ella también les cantaba. «Si nos caíamos, nos consolaba con una canción; si nos hacíamos daño, nos consolaba con otra».

Su biografía se escribe con hechos fortuitos. Un día escuchó al violonchelista Yo-Yo Ma tocar en el show televisivo de Mister Rogers y algo hizo clic en su interior. Tenía cinco años. Su madre supo ver el diamante en bruto que era su hija. La inscribió en un programa de música comunitario y gratuito. Spalding aprendió a tocar el violín y el piano.

También le dio tiempo para dominar el oboe y el clarinete. «De niña, la música empezaba con un sentimiento, con unas ganas irrefrenables de escribir y compartir. Como con el lenguaje, cada vez aprendes más sonidos, colores y términos. Componer implica materializar algo intangible, un pensamiento para que otro lo experimente. Todavía no soy un maestro. Me queda mucho por limar. Practico todos los días».

Es una artista precoz. Con 15 años, consiguió una beca para estudiar en una escuela privada de arte, la North West Academy. Allí encontró su media naranja: el contrabajo. «Funciona mejor conmigo, es mi instrumento». El instituto se le quedó corto y, después de superar el examen de ingreso, accedió con una segunda beca a la Universidad de Portland.

Tenía 16 años. El siguiente paso: el prestigioso Berklee College of Music, cerca de Boston, donde también se formaron John Mayer, Diana Krall o Quincy Jones. Al terminar, la contrataron como profesora en el mismo centro.






«Estudiar música estructura la mente y enseña valores como la responsabilidad y el sacrificio», opina. No todo fue trabajo duro, encontró tiempo para divertirse. «En el instituto, mis amigos y yo queríamos ser diferentes. Vestíamos de manera alternativa. Me uní a una banda de rock [Noise For Pretend]. Fue increíble; conseguí que un grupo de adultos tocara mis temas», relata.

Su mánager, Daniel Florestano, la descubrió de chiripa. «Un amigo me trajo un CD con varios artistas noveles. Al mes y medio estábamos trabajando juntos. Esperanza es un genio, empezamos en clubes enanos y mira donde hemos terminado», confiesa Florestano. Le tocó la lotería. Spalding da unos 110 conciertos al año. Una hazaña en plena crisis.

Es una caja de sorpresas. Y su agenda está trufada de nombres rimbombantes, como Bill Cosby, de quien fue telonera al inicio de su carrera, o Barack Obama. «Toqué en un homenaje para Stevie Wonder, entre el público estaba el presidente.

Pero también Tony Bennett y otros músicos. Me sentí más abrumada por la presencia de esos artistas que por la del presidente», confiesa. Repitió ante Obama en la entrega del premio Nobel de la Paz, a petición de la Casa Blanca.

«Siempre ha sido muy dulce conmigo», afirma. Al parecer, el presidente estadounidense llena el iPod con discos de Esperanza Spalding. Otro contacto poderoso: Prince. «Lo conocí en 2006, le envié unas maquetas.

Me pidió tocar con él en Las Vegas». Desde entonces han actuado juntos varias veces. «Me encanta. Es muy creativo con la moda y no le importa el qué dirán. Incluso en su casa viste como Prince. No puedes describir su estilo. Es él y punto». Y añade: «Yo también busco ser yo misma. Aunque hay días en los que me miro al espejo y me veo bonita y otros, en los que no».

Su lema es el consejo de la abuela de un amigo: «Escoge la ropa que vas a llevar un día antes, así te levantarás expectante, deseosa de empezar el día»






Esperanza Spalding
Esperanza Spalding on North Sea Jazz 2012.JPG
Esperanza Spalding en 2012.
Información personal
Nacimiento18 de octubre de 1984, (36 años)
Bandera de Estados Unidos Estados UnidosPortland
NacionalidadEstadounidense
Educación
Educada en
Información profesional
OcupaciónContrabajistabajistacantante
Años activadesde 2000
Empleador
Génerojazz
Instrumentocontrabajo
Discográficas
Artistas relacionadosTony Bennett
Distinciones
Web
Sitio web


Julio Ríos

Talentosa, mujer de color, de gran dominio en la ejecución del contrabajo, al que imprime una técnica de alto nivel, y una digitación pasmosa en las cuerdas del instrumento, Esperanza Spalding, es hoy en día una de las artistas más famosas del jazz-fusión. Hermosa, imponente con su cabellera afro y su natural belleza, luce en la fotografía un vestido elegante y muy escotado, combinando los colores blanco y negro, cual cuerpo desnudo a través del sensual atuendo que Esperanza lo luce en la tendencia braless, exento de prendas interiores. La prenda la muestra con piel desnuda debajo. Se repite en la fotografía de la portada de esta crónica, cuando admiramos a la contrabajista y cantante de jazz, vestida de negro y muy escotada sobre la misma piel desnuda. No usa ninguna camiseta interior, tampoco un top. No usa brasier. Es el cuerpo desnudo por intermedio de un arropado traje ceñido a la piel de Esperanza.

Spalding creció en un hogar multiétnico multilingüe (su madre era de ascendencia galesa, hispana y nativa americana, y su padre era afroamericano). Inspirada en el violonchelista Yo-Yo Maa  quien vio actuar en el programa de televisión infantil Mister “Rogers Neighborhood”, LE enseñó a tocar el violín a una edad temprana. Cuando tenía cinco años, se había ganado un lugar en la orquesta comunitaria local, la Sociedad de Música de Cámara de Oregón. Spalding actuó con el grupo durante los siguientes 10 años, en el camino aprendiendo a tocar el bajo vertical, que pronto se convirtió en su instrumento favorito, y ramificando en otras formas de música, incluyendo blues, hip-hopy funk.

Después de abandonar la escuela secundaria a los 16 años, recibió un GED y asistió a la Universidad Estatal de Portland antes de transferirse al Berklee College of Music en Boston. Allí obtuvo una licenciatura en música en 2005, y a partir de entonces se convirtió, a la edad de 20 años, en la maestra más joven de la escuela. Ese mismo año ganó una beca de la Boston Jazz Society, por su destacada música.

El primer álbum de Spalding, Junjo (2006), mostró tanto su talento instrumental como su talento vocal. Esperanza, estrenada en 2008, demostró su capacidad para fusionar el jazz con música mundial como la música folclórica brasileña y argentina y presentó letras en inglés, español y portugués.

El disco no sólo fue aclamado por la crítica, sino que también disparó la lista billboard de álbumes de jazz, en el que permaneció por más de 70 semanas. Este éxito le trajo una mayor exposición, y apareció en varios programas de entrevistas de televisión. Spalding jugó para el pres. Mientras tanto, ella regularmente hacía una gira con su propia banda y actuaba con músicos de jazz como el saxofonista Joe Lovano y los pianistas McCoy Tyner y Herbie Hancock, así como con las estrellas del pop Prince y Stevie Wonder.

En 2010 Spalding lanzó Chamber Music Society,en la que combinó componentes de jazz, folk y música mundial con tradiciones de música de cámara clásica. El álbum contó con una aparición invitada del famoso cantante y guitarrista brasileño Milton Nascimento. A principios del año siguiente Spalding fue honrado con el Premio Grammy al mejor artista nuevo. (El premio fue en gran parte inesperado; entre los otros nominados estaba el cantante pop de ídolo adolescente Justin Bieber.)

Fue la primera artista de jazz en ganar ese premio. Más tarde en 2011 Spalding actuó en el Montreux Jazz Festival en Suiza, así como en los festivales de jazz de larga duración en Montreal y Newport, Rhode Island. También cantó en la ceremonia de los Premios de la Academia de 2012.

Para su cuarto álbum, Radio Music Society (2012), Spalding se movió en una dirección más amigable con el pop. El disco, que mezclaba canciones de amor (incluyendo una portada de Michael Jackson) con material socialmente cargado, debutó en el top 10 de la lista billboard de álbumes de todo género y ganó un Premio Grammy al mejor álbum vocal de jazz. Sus discos posteriores incluyeron Devolution de Emily (2016), un álbum conceptual centrado en su alter ego, y 12 Little Spells (2018), que ganó otro grammy al mejor álbum vocal de jazz. En 2017 Spalding se convirtió en profesor de la práctica en la Universidad de Harvard.


 By Julio Ríos

 TALENTED AND BEAUTIFUL WITH AFRO HAIR AND NAKED BODY THROUGH THE VERY LOW-CUT DRESS WITH BARE SKIN UNDERNEATH.

Talented, woman of color, of great mastery in the execution of the double bass, to which she prints a high level technique, and a stunning fingering on the strings of the instrument, Esperanza Spalding, is today one of the most famous artists of jazz-fusion. Beautiful, imposing with her afro hair and her natural beauty, she wears in the photograph an elegant and very low-cut dress, combining the colors black and white, like a naked body through the sensual outfit that Esperanza wears in the braless trend, free of undergarments. The garment shows her with bare skin underneath. It is repeated in the photograph on the cover of this chronicle, when we admire the double bass player and jazz singer, dressed in black and very low-cut on the same bare skin. She wears no undershirt, no top. She wears no bra. It's Esperanza's naked body through a skin-tight, skin-tight suit.

Spalding grew up in a multi-ethnic, multi-lingual household (her mother was of Welsh, Hispanic and Native American descent, and her father was African American). Inspired by cellist Yo-Yo Maa whom she saw perform on the children's television show Mister "Rogers Neighborhood," LE taught herself to play the violin at an early age. By the time he was five, he had earned a place in the local community orchestra, the Oregon Chamber Music Society. Spalding performed with the group for the next 10 years, along the way learning to play the upright bass, which soon became his favorite instrument, and branching out into other forms of music, including bluesy, hip-hoppy funk.

After dropping out of high school at 16, he received a GED and attended Portland State University before transferring to Berklee College of Music in Boston. There she earned a bachelor's degree in music in 2005, and thereafter became, at the age of 20, the youngest teacher at the school. That same year she won a scholarship from the Boston Jazz Society for her outstanding musicianship.

Spalding's first album, Junjo (2006), showcased both her instrumental and vocal talents. Esperanza, released in 2008, demonstrated her ability to fuse jazz with world music such as Brazilian and Argentine folk music and featured lyrics in English, Spanish and Portuguese.

The album was not only critically acclaimed, but also shot up the Billboard jazz albums chart, where it remained for over 70 weeks. This success brought him further exposure, and he appeared on several television talk shows. Spalding played for the pres. Meanwhile, she regularly toured with her own band and performed with jazz musicians such as saxophonist Joe Lovano and pianists McCoy Tyner and Herbie Hancock, as well as pop stars Prince and Stevie Wonder.

In 2010 Spalding released Chamber Music Society,in which he combined jazz, folk and world music components with classical chamber music traditions. The album featured a guest appearance by famed Brazilian singer and guitarist Milton Nascimento. Early the following year Spalding was honored with the Grammy Award for Best New Artist. (The award was largely unexpected; among the other nominees was teen idol pop singer Justin Bieber).

She was the first jazz artist to win that award. Later in 2011 Spalding performed at the Montreux Jazz Festival in Switzerland, as well as at long-running jazz festivals in Montreal and Newport, Rhode Island. She also sang at the 2012 Academy Awards ceremony.

For her fourth album, Radio Music Society (2012), Spalding moved in a more pop-friendly direction. The album, which mixed love songs (including a Michael Jackson cover) with socially charged material, debuted in the top 10 on the Billboard all-genre albums chart and won a Grammy Award for Best Jazz Vocal Album. Her subsequent albums included Emily's Devolution (2016), a concept album centered on her alter ego, and 12 Little Spells (2018), which won another Grammy for Best Jazz Vocal Album. In 2017 Spalding became a professor of the practice at Harvard University.




 




 



Julio Ríos, escritor y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor, asesor de seguros y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).

Fue el año de las sorpresas. Arcade Fire ganó el Grammy a Mejor Álbum. Y una contrabajista, entonces desconocida, hoy famosa, Esperanza Spalding, arrebató el galardón al Artista Revelación al mismísimo Justin Bieber. 2011 marcó el triunfo de la alternativa y la derrota del fenómeno de masas.