EL DÍA DE LA MADRE
EN TIEMPOS DE LA COVID - 19
MAMÁ
No existen palabras lo suficientemente hermosas ni elocuentes para expresar nuestros sentimientos para una madre. Jamás entenderemos con exactitud todo lo que significa ser madre, menos lo que implica ser portadora de la vida y guardián de la auténtica naturaleza humana.
Ser madre no significa solo cambiar pañales, calentar biberones o pelearte con los purés. Ese solo es el comienzo, el momento en el que una madre se da cuenta de que es capaz de hacer cualquier cosa por un mundo al que ha dado la vida. Ese mundo es ese hijo en el que hay millones de ilusiones.
Ser madre significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por tus hijos. Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacar a tus hijos adelante y enseñarles a vivir.
Significa tener una razón de ser para el resto de tu vida. Querer aprovechar y exprimir cada momento al máximo. Tener sentimientos encontrados al ver cómo tus hijos crecen, sintiendo dicha y nostalgia cuando avanzan dando pasos de gigante por la vida.
Si hay un amor que podamos llamar verdadero es el amor sincero de una madre, un amor que a su vez es eterno e infinito. En realidad, ser madre implica seguir los pasos de unos pequeños maestros, los hijos, hasta que se hacen grandes. Con solo existir y sin saberlo los hijos les enseñan a amar de manera incondicional. Ser madre significa nunca más estar sola en el pensamiento, pues una madre siempre piensa doble: por sus hijos y por ella.
Una madre se siente tremendamente afortunada porque sabe que sus hijos son el mayor tesoro que podría tener. La maternidad no significa sonreír siempre, sino también llorar a mares. Requiere muchas noches de insomnio fundiendo a la almohada en un asfixiante abrazo. Significa un sinfín de preocupaciones; horas de correr tras sus hijos; días, meses y años inventando cientos de maneras para camuflar las verduras y el pescado; aguantar peleas y tolerar con toda la paciencia del mundo la infinidad de sinsentidos que tiene la vida.
“Ningún idioma puede expresar el poder, belleza y heroísmo del amor de una madre”. -Edwin Chapin A una madre le duele más que a nadie decir NO a sus hijos, retarles, medir sus fuerzas, verlos caer, abandonar sus sueños o desaprovechar sus capacidades. Pero conoce la importancia de los límites y pretende que sus hijos los aprendan. Una madre no puede vivir por sus hijos pero sí procura compartir lo máximo con ellos. Por eso, una madre intenta cada día coser unas alas enormes y ligeras que permitan a sus hijos volar muy muy alto.
Una madre quiere que a sus hijos les vaya todo bien en la vida, pero también quiere que haya tormentas y aprendan a navegar en alta mar. Sabe que sus hijos tienen que pasear de la mano de sus demonios, liberarse de las cargas y tropezar mil veces con la misma piedra. Ven mejor que nadie los defectos en sus hijos, sin embargo, los aceptan y nunca los esconden.
Saben si sus hijos no están bien con solo mirarlos, puesto que las madres son las más expertas detectoras de emociones. Las madres también viven sus culpas con el mayor terror conocido. Sentirse culpable y responsable de los problemas de la persona a la que más amas en este mundo es tremendamente doloroso. Por eso una madre carga sobre su espalda demasiado equipaje.
Quizás esto es un acto heroico, pero sobre todo es generoso. Probablemente sacrificar sus metas, sus aspiraciones o su vida por sus hijos no hace de una madre un ser valiente, pero sí la persona más tenaz y generosa del mundo. Las noches en las que sus hijos despiertan con fiebre, enfrentarse al mundo y superar todos los miedos, sacar a sus hijos adelante y protegerlos ante todo eso es lo que hace a las madres el mejor ejemplo de valentía y amor.
Porque las madres son las personas más fuertes del mundo. Su debilidad es su punto fuerte y este siempre será el amor hacia los que cada día encienden su corazón y sus ganas de vivir. “Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo, en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino enseñado”. -Madre Teresa de Calcuta.
Julio
Ríos
EL DÍA DE
LA MAMÁS
No hay
amor en el mundo, como el de Mamá. Asombroso; increíble. El más grande del
universo: único, verdadero, sincero, sin final. Sin condiciones, sin peros ni
intereses.
El único
que sobrevive al tiempo, a la distancia y que no lo mata ni el olvido. Así de
grande, es el amor de Mamá. No hay otro y nunca lo habrá. Quiere a sus hijos
más que a ella misma.
Piensa en
nosotros las 24 horas. Se preocupa sin tregua. No es feliz si sus hijos no lo
son, y si estamos tristes, ella sufre más.
Si
tuviera que dar su vida, lo haría, sin pensarlo, sin dudarlo. Así de grande es
su amor. Grandioso; incomparable.
Detrás de
una pelea o un regaño, se esconde el sentimiento más grande del mundo, un amor
ciego; incondicional.
Mi Mamá hoy no está aquí conmigo, asoma en otro lugar; lejos; en el Cielo. Pero sé que desde allí, aún me sigue queriendo con todas sus fuerzas y con todo su amor: único, verdadero, sincero, sin final.
There is no love in the world, like Mom's love. Amazing; unbelievable. The greatest in the universe: unique, true, sincere, without end. Without conditions, without ifs or buts or interests.
The only one that survives time, distance and that cannot be killed even by oblivion. That's how great Mom's love is. There is no other and there never will be. She loves her children more than herself.
She thinks of us 24 hours a day. She worries without respite. She is not happy if her children are not happy, and if we are sad, she suffers more.
If she had to give her life, she would do it, without thinking, without hesitation. That is how great her love is. Great; incomparable.
Behind a fight or a scolding, hides the greatest feeling in the world, a blind love; unconditional.
My Mom is not here with me today, she is somewhere else; far away; in Heaven. But I know that from there, she still loves me with all her strength and with all her love: unique, true, sincere, without end.
Beyoncé con sus mellizos
¡Lo volvió a hacer! Beyoncé está dando de qué hablar debido al último álbum fotográfico publicado en su página oficial beyonce.com, donde compartió con sus millones de seguidores detalles del viaje que hizo con su familia por Europa y entre esas memorias está la foto de la que todos hablan: ¡sus mellizos Rumi y Sir sonriéndole al mundo!
Ellos nacen del segundo matrimonio de Luis Miguel con la también actriz y cantante, Aracely Arámbula. Se trata de Miguel (14 años) y Daniel (12 años) y con ellos el cantante compartió bastante, al menos
durante los primeros años.