lunes, 8 de febrero de 2021

MARÍA DANIEL BALCÁZAR

 

FOTOGRAFÍA / ARTE EN PANDEMIA

COVID – 19

MARÍA DANIEL BALCÁZAR

HEREDA EL ALBA DE ORURO

Los sentimientos más profundos de la artista plástico y fotógrafa, María Danel Balcázar, suelen transformarse en una pasión ilimitada. Mira con ojos nuevos al Carnaval de Oruro, por intermedio de una vistazo moderno, colorido y extensivo al arte del negro y blanco. Es precisamente ahí donde radica el valor de las obras concretadas, sean ellas de característica utilitaria o artística. La pasión, por tanto, es una fuerza incontenible, a veces convertida en idea transformadora dirigida a materializar las figuras detrás del carnaval, en la esquina de una calle, en la vivienda de un folklorista o la improvisada fábrica de variada indumentaria.

Desde la Banda Mejillones, músicos que dan vida a uno de los instrumentos de viento que destacan en los conjuntos del Carnaval de Oruro, pasando por el Santuario de la Virgen del Socavón, son admirados por María Daniel, como su lente enfocado a un centenar de participantes. Hace énfasis en el que toca la tuba, con su gran tamaño y sonido grave.

De Chuquisaca visita el Pujllay que levanta la pukara como ofrenda a la Pachamama y María Daniel transmite el itinerario espiritual e íntimo y juega con el color. La admiración por algo que estimuló la llama del ingenio suyo, llega a transformar lo paródico en tangible, a riesgo de mantenerse en los límites de la utopía.

De esa manera, la mente de la artista crea sus fantasías e ilumina su inteligencia hasta dar forma a imágenes incorpóreas, situándolas en un escenario real, lugar en el que cobran vida, al sólo disparo de su cámara manejada por hábiles manos, como una certificación de los alcances del arte.

Nadie que no sea admirador de Oruro, puede imaginar una participación de figuras enigmáticas por un ídolo de una ciudad en la que nació. Esa es la gran posibilidad del libro de hacer del detalle un relato fantástico, amalgamando la posibilidad que concentró la atención y el talento de la artista boliviana María Daniel, en una manifestación de carga emocional destinada a la imagen de el “Cabeza captada por ella, como alguna de las diabladas de Oruro en los escenarios de la gran avenida rumbo a la Virgan, sin otra perspectiva que la ilusión de sentirse cerca de dos imágenes hechas sentimiento: la humana y la telúrica.

Es así como la producción fotográfica de Balcázar, fue dedicada íntegramente a evocar la figura conjunta de la Banda Nueva Alianza de Oruro y complementar los antecedentes previos en los talleres, donde las hábiles manos del mascarero transforman latas y envases reciclados de latón en verdaderas obras de arte. Balcázar entró, sin duda alguna, en un trance sin límites. En ella, lo extraordinario surge de la ilimitada admiración por lo genial, es decir, por aquella monumental obra que describe cada bailarín, desde la Anata Andina, hasta la Ñusta o princesa.

En un recorrido visual, seguimos la presencia de Suri sicuris. Diversos personajes son representados en esta danza, siendo común el uso de tocados elevados y bordeados de plumas. María Daniel a partir de su llegada a la tierra de los mineros y su recorrido por la inmensidad de una pampa dorada por los pajonales de brillantes matices, inspiraron al ojo en el lente, al paso de la Morenada, una de las danzas que dan vida al Carnaval de Oruro.









Balcázar capta aquella figura de ardiente mirada y la sitúa cercana a la majestuosidad del Sajama. Después va al encuentro de los mineros. La mina San José, su gente y sus costumbres invitan al artista, sea bailarín, o integrante que se sume en el tundiqui y perfecciona su ritmo sofisticándolo para recordar a las bailarinas de flamenco, aludiendo a las patronas de las haciendas coloniales. Transmisión de ideas sintetizada en la grandeza de espíritu, triplicada por la fotógrafa visitante, que se compenetra del trabajador del subsuelo y el artista que baila. Silencio en medio de un escenario destinado a labores a disfrutar de manjares criollos. Su mudo diálogo con un minero, logra una sesión especial con personajes envueltos en multicolores vestimentas.

La fuerza del barroco mestizo, una especialidad reconocida en Oruro, deslumbra en formato y contenido de las fotos de Daniela, donde la alegoría al carnaval orureño muestra la conciliación de fe religiosa con el desborde indescriptible del paganismo, sensaciones a las que Balcázar no es ajena, pues con un delicado giro de cámara y cambio de lente, la artista incorpora su equipo que capta con el lente una danza sensual al arquetipo de su admiración, representada en los festivos sonidos de un dorado instrumento de viento ejecutado, nada menos, que por uno de los tantos conjuntos, quienes se suman a las insinuaciones de lujuriosas bailarinas, a los compases de pesados disfraces y a las muecas perpetuadas en las máscaras. Alucinantes imágenes para una simbología de la mayor fiesta folclórica de Bolivia, desplegada en un gráfico enriquecido por las ideas de la fotógrafa.

Balcázar logra su cometido. Con su cámara, capta el vestido del   imponente disfraz de moreno, saca la foto al rostro de un bailarín mientras fija la vista en la muchacha danzarina de las alegres comparsas, en la manifestación más pura de la fiesta nacional. La luminosidad de un azul dominante contrasta con la delicadeza de los ocres, destinados al cuerpo lujurioso de una bailarina cubierta por sedas y tules, transmisores de sentimientos eróticos dirigidos al hombre de la pipa.

Así como el bullicio y el movimiento festivo motivan una meditación frente a las tomas de la cámara de María Daniel, el silencio y la quietud despiertan un especial razonamiento capaz de encender la llama viva de la imaginación dirigida a otro horizonte, tal vez distante a la primigenia inspiración de Balcázar pues el tenue colorido de la imagen nos entrega a una toba o un saltarín inmerso en la obra a ser captada por el lente. Frente a la máquina de trabajo está la idea ya materializada. Está la atmósfera del universo del arte, vale decir, la realidad de la foto acabada y la quimera de un modelo evocado en alas de la admiración personal.

Los pasajes de la vida de cada protagonista del carnaval, las inquietudes artísticas de Balcázar y el gran escenario donde transcurre la visita real, se multiplican en las fotos, en una secuencia testimonial de trayectoria extraordinaria, no ajena al drama de la existencia. La locura de un hombre que no conoció el halago. La perturbación mental que lo llevó a extremos, y la visión de un mundo irreal jamás alcanzado, renacen en los negativos, fotos a ser mejoradas o perfeccionadas con el uso de color adicional. En su conjunto, es una regresión artística, una lectura al pasado y una inusual manera de evocación.

El realismo surgido de la ilusión y de la admiración, en una gama de visiones oníricas perpetuadas en cuadros, se mantendrá indeleble, como el caminar en Oruro de Balcázar sobre la que descansa su cámara, los trípodes y otros instrumentos de trabajo de la talentosa artista gráfica. Quedará en la memoria de todos los que vieron la muestra, fotos de un par de zapatos en el piso. También el espejo que refleja rostros abrumados y el entusiasmo que no logra jamás cercenarse.

La fuerza de la creación artística se hace contagiosa. El libro HEREDEROS DEL ALBA, donde se editó cada fotografía de la obra de Balcázar, con características inusuales, también nos impulsa hacia la ilusión de haber logrado que el sueño sea la transfiguración de imágenes admiradas. Metamorfosis alimentada por las ideas y el fervor del trabajo, pues pertenecemos a un escenario de realidades tormentosas. A veces preferimos sumarnos a los sueños de los artistas, cualquiera sea la especialidad, así todo repose en la imposibilidad de testimoniar las fantasías artísticas que sólo la fotografía de Balcázar lo puede.

El libro se adimenta con la participación de historiadores de prestigio, como María Luisa Soux, Carlos Ostermann y el aporte literario de Balcázar. Artes Gáfricas Sagitario de la mano gerencial de Juan Carlos Zamorano, posibilita la idea, el sueño y realización de María Daniel Balcázar, hasta concebir HEREDEROS DEL ALBA y aspirar el aroma de tinta fresca, resultado de un trabajo arduo y completo de la fotógrafa artística, que no deja ningún detalle y que magnifica en el trabajo de post producción a la fotografía hecho cuadro, perfeccionada con el toque de artista plástica y el acabado de una obra elaborada con talento y connotaciones que se hacen de la obra un libro de contenidos, fotografías novedosas y diferentes a los tradicionales.

Hablar de la importancia del trabajo de María Daniela Balcázar, sus colaboraciones, sus retratos e inspiraciones requiere de un trabajo detallado y especializado, aquí podemos resaltar algunos de los momentos más importantes de su carrera, sin embargo, es importante reconocer que se encuentra entre las mejores fotógrafas de nuestros tiempos

Maria Daniel Balcázar estudió artes plásticas, comunicación social, idiomas y fotografía. Su trabajo fotográfico ha sido exhibido en galerias, universidades y museos en Bolivia, Brasil, Argentina, Chile, Perú y EE.UU..Como miembro de "Women in Photography International" (WIPI), sus fotografías se encuentran en los archivos de la biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale, el Museo Smithsonian, el Museo Nacional de Historia de la Mujer y otras instituciones educativas y culturales en los Estados Unidos. La "Sociedad Americana de Fotógrafos de Medios" (ASMP) expuso su trabajo en el NationalGeographicMuseum y FotoGeorgetown en Washington, DC.













 

Julio Ríos 

A Daniela Balcázar Gutiérrez, conocí en 1974. Asomaba una personalidad revestida de talento y destacada sensibilidad. Hoy su nombre de autora intelectual y artista plástico María Daniel Balcázar, pone de relieve a una fotógrafa documentalista y artística con la especialización en ensayos fotográficos. Sus proyectos se centran en la vitalidad de tradiciones, su universalidad y sus particularidades, su utilidad como fuente de fortaleza para resistir y trascender adversidades, para sobrevivir y florecer.

HEREDEROS DEL ALBA, es su nuevo libro. Una obra fotográfica pormenorizada, que desde su lente levanta un minucioso inventario de extraordinarios y prolijos gráficos artísticos de gran calidad, inspirados con aptitud talentosa en negro y blanco y a todo color. Fueron trabajados con microscópica meticulosidad, que sin vacilación, son un anticipo y un obsequio espiritual al Carnaval de Oruro, hoy trunco por la aciaga vigencia del Covid.

La obra fue presentada el pasado miércoles 10 de febrero a horas 19:00, día del Departamento de Oruro, el referido libro HEREDEROS DEL ALBA, durante una emisión digital por intermedio de la red social FACEBOOK, desde el MUSEO NACIONAL DE ARTE de La Paz, Bolivia.

Eloísa Paz Prada, co – Directora de Arte y Producción, me sorprendió ayer con el envío de una edición de Balcázar, que permite entrever elegancia y lujo en su impresión editorial.

María Daniel Balcázar, nos permite conocer la esencia de la fiesta mayor del folclore boliviano, con este libro que entrevera en una extraordinaria fotografía, el carnaval orureño.

En los días actuales, y a consecuencia de la pandemia, ya no se escuchan los parlantes amplificados a todo el país y enriquecidos con la presencia de la entrada del Carnaval más espectacular del mundo.

Pero Balcázar nos consuela con el arte de la fotografía, una entrega espiritual que permite apreciar en el fino papel de su libro, las comparsas de todos los departamentos de Bolivia, las carnestolendas de los Andes, en sus albores una manifestación de fe y de regocijo, por entonces sólo reservada a cultores de la tradición nacional, es decir, a la esencia misma de lo folclórico, hoy en el lente de María Daniel.

El tiempo y lo espectacular de las danzas, nos revela Balcázar en sus fotos, fueron cediendo paso a instituciones organizadas, a grupos juveniles de la sociedad y a una multitud de gente que sólo quería danzar, o en el mejor de los casos, difundir la coreografía de otras regiones del país.

Y así, sus fotos suman miles de bailarines agrupados en comparsas llamativas por vestimentas y bailes. Son portadores de una nacionalidad que se encumbra en la danza, entre la reiteración de lo religioso y lo pagano.

Y así, sus fotos allí, en medio de ese fervor beato fervor y del sentimiento impío, resalta la Diablada, portadora de la más extraordinaria muestra de fe hacia la imagen de la Virgen del Socavón.

Y así, sus fotos asoman toto lo infernal de su aspecto, lo maravilloso de su danza y lo extraordinario de su atuendo, reflejan el alto nivel de creación artesanal.

Y así, sus fotos nos enseñan las máscaras, los bordados, la música y la sincronización de cientos de bailarines que dan al carnaval de Oruro el mayor espectáculo del mundo, razón por la que se le otorga a Oruro el título de Capital del Folclore Boliviano y, a nivel internacional, el de Patrimonio Intangible de la Humanidad.

Visitar Oruro, para María Daniel, en los mejores días de esa festividad, fue vivir inmersa en un mundo de fantasías donde el realismo mágico y lo real maravilloso, danzan del brazo al compás de conjuntos musicales tradicionales.

 

 By Julio Ríos
MARIA DANIEL'S BOOK

I met Daniela Balcázar Gutiérrez in 1974. She was a talented personality with an outstanding sensitivity. Today her name of intellectual author and plastic artist María Daniel Balcázar, highlights a documentary and artistic photographer with a specialization in photographic essays. Her projects focus on the vitality of traditions, their universality and their particularities, their usefulness as a source of strength to resist and transcend adversities, to survive and flourish.

HEREDEROS DEL ALBA, is his new book. A detailed photographic work, that from his lens raises a meticulous inventory of extraordinary and meticulous artistic graphics of great quality, inspired with talented aptitude in black and white and full color. They were worked with microscopic meticulousness, which without hesitation, are a foretaste and a spiritual gift to the Carnival of Oruro, now truncated by the fateful validity of Covid.

The work was presented last Wednesday, February 10 at 19:00 hours, day of the Department of Oruro, the referred book HEREDEROS DEL ALBA, during a digital emission through the social network FACEBOOK, from the NATIONAL MUSEUM OF ART of La Paz, Bolivia.

Eloísa Paz Prada, co - Director of Art and Production, surprised me yesterday with the sending of an edition of Balcázar, which allows us to glimpse elegance and luxury in its editorial printing.

María Daniel Balcázar, allows us to know the essence of the biggest celebration of Bolivian folklore, with this book that interweaves in an extraordinary photography, the Orureño carnival.

Nowadays, and as a consequence of the pandemic, we can no longer hear the speakers amplified to the whole country and enriched with the presence of the entrance of the most spectacular Carnival in the world.

But Balcázar consoles us with the art of photography, a spiritual delivery that allows us to appreciate in the fine paper of his book, the comparsas of all the departments of Bolivia, the carnestolendas of the Andes, in its beginnings a manifestation of faith and rejoicing, then only reserved for the culturists of the national tradition, that is, the very essence of folklore, today in the lens of Maria Daniel.

Time and the spectacular nature of the dances, Balcázar reveals in his photos, gave way to organized institutions, youth groups of society and a multitude of people who only wanted to dance, or in the best of cases, to spread the choreography of other regions of the country.

And so, their photos add up to thousands of dancers grouped in comparsas (groups of dancers) whose costumes and dances are striking. They are bearers of a nationality that rises in the dance, between the reiteration of the religious and the pagan.

And so, their photos there, in the midst of that beato fervor and ungodly feeling, highlights the Diablada, bearer of the most extraordinary display of faith towards the image of the Virgin of Socavón.

And so, their photos show all the infernal aspect of their appearance, the marvelous of their dance and the extraordinary of their attire, reflecting the high level of artisan creation.

And so, her photos show us the masks, the embroidery, the music and the synchronization of hundreds of dancers that give the Oruro carnival the greatest show in the world, reason why Oruro is awarded the title of Capital of Bolivian Folklore and, at the international level, the Intangible Heritage of Humanity.

Visiting Oruro, for María Daniel, during the best days of this festivity, was to live immersed in a world of fantasies where magical realism and the marvelous real, dance hand in hand to the beat of traditional musical ensembles.
 









PUNTERO BIOGRÁFICO

MARÍA DANIEL BALCÁZAR

María Daniel Balcázar es una fotógrafa documentalista y  artística con la especialización en ensayos fotográficos. Sus proyectos se centran en la vitalidad de tradiciones, su universalidad y sus particularidades, su utilidad como fuente de fortaleza para resistir y trascender adversidades, para sobrevivir y florecer.  

“Kilombo”, su primer libro publicado por Burn Magazine, es un tributo a la vitalidad del legado africano en Brasil. Este trabajo fue expuesto en el Centro Cultural de Justicia Federal en Río de Janeiro, Centro Cultura Nhô-Quim Drummond en Minas Gerais, Miami Photo Fest (EE. UU.), Paraty em Foco (Brasil), Centro Cultural Borges (Argentina), y en Art Basel Miami con Iris Photo Collective (EEUU).

En enero 2021 se publicará su libro “Herederos del Alba”, que celebra el entramado de historia y leyendas, entre deidades andinas y europeas y el recuerdo de esclavos africanos, que se proyecta como el legado del Carnaval de Oruro al mundo.

Parte de su proyecto documental “Custodios Invisibles” fue exhibida en Perú, Chile y Bolivia. Se prevé para el año 2022 la publicación completa del proyecto en un libro honrando valores y costumbres de siglos de antigüedad que conservan y preservan el patrimonio cultural y natural de dos continentes en diez comunidades indígenas chiquitanas y moxeñas.

Actualmente, está trabajando en la publicación de un libro sobre la vida y obra de la poeta y defensora de los derechos humanos, la afrocaribeña Julia de Burgos.

Maria Daniel Balcazar estudió artes plásticas, comunicación social, idiomas y fotografía. Su trabajo fotográfico ha sido exhibido en galerias, universidades y museos en Bolivia, Brasil, Argentina, Chile, Perú y EE.UU. Como miembro de "Women in Photography International" (WIPI), sus fotografías se encuentran en los archivos de la biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale, el Museo Smithsonian, el Museo Nacional de Historia de la Mujer y otras instituciones educativas y culturales en los Estados Unidos. La "Sociedad Americana de Fotógrafos de Medios" (ASMP) expuso su trabajo en el National Geographic Museum y FotoGeorgetown en Washington, DC.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




Julio Ríos, escritor y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor, asesor de seguros y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).