viernes, 10 de mayo de 2024

DÍA DEL PERIODISTA / La Voz de Tarija / EL PRIMER DIARIO DIGITAL DEL SUR DE BOLIVIA

 

EL PRIMER DIARIO DIGITAL DEL SUR DE BOLIVIA 

 



Por Julio Ríos Calderón  

Escritor y periodista paceño



Los periodistas bolivianos celebran, su día, el 10 de mayo. Testimonio al porvenir de una profesión sacrificada, que paga un precio muy alto por su celosa defensa de las libertades. Se lo hace desde hace más de 80 años, cuando el ExPresidente Germán Busch, resolvió consagrar la fecha a destacar a los trabajadores de la prensa. 

Bolivia afronta las críticas de sus adversarios con la severidad con que lo hicieron dictadores como Melgarejo, y otro, cuyo nombre no es dable acordarse. Ni los comunicadores sociales, tampoco las empresas periodísticas, están exentas de las presiones de quienes persiguen a través del poder. Pretenden actuar lejos de la mirada vigilante de los escritores de noticias, y también de la sociedad. Esta realidad impone preservar los elevados principios de la libre información, tan distante de la tentación.

Hombres de la comunicación imparcial, enemigos de la palabra miedo los hay, y perseveran en la responsabilidad sin tregua, que enclavada asoma en su estirpe. Día de distinción, para los que perdieron la vida, trabajando en tiempos de la Covid. Ellos pusieron en alto la oblación de inmolar su existencia a cambio de mantener informado al país.

Fortalecer la prensa nacional, constituye verdadera caución para poner límites al abusivo brazo del poder. Son los propios medios que, actuando en completa libertad, optan por mecanismos autorreguladores y se organizan en defensa de una profesión. Trabajan en el notable ejercicio del libérrimo día a día. El comunicador bizarro jamás se transforma en caja de resonancia del poder, ni abdica su sentido crítico. No olvida que la prensa se debe a las demandas plurales de la sociedad.

Por más de 19 años, Bolivia conoció una prensa violentada por el poder. Se defendió inquebrantablemente contra quienes enlodaron honras y alabaron al dictador y su entorno. Hoy perseverantes no son condescendientes con la muerte de la democracia.

Es relevante recordar aquel truculento 10 de mayo de 1865, en que el tirano Mariano Melgarejo, mandó ejecutar al periodista Cirilo Barragán por un artículo que molestó a su dictadura. Similares sucesos preexisten en el vigente gobierno, salpicado de mentiras.

Pero firmes caminan los periodistas escrupulosos, en el derecho a decir la verdad aunque cause irritación al poder y origine sus sórdidas represalias. Concibiéndolo así esgrimen al país y se adiestran en la acción de la crítica, sustento de toda humanidad que quiera ser grande, libre y justa. 

Es frecuente la tentación de intimidar al periodismo independiente, sospechoso por el hecho de presentar ambientes nada gratos al poder. Y no por incurable afán opositor o espíritu denigratorio: simplemente por obligación con la verdad, que exige desconfiar de fuentes oficiales, contrastarlas con otras y profundizar en la realidad, sin recelo de llamar a las cosas por su nombre.

El deber en la búsqueda de la verdad es un imperativo. No perder la capacidad de asombro, de escucha, de pregunta, de duda e irreverencia, hablar con todos los que hay que hablar, diversificar su agenda, fiscalizar el poder político y otros estatuidos, mediar entre las gentes, potenciar las voces diversas de las comunidades, profundizar e innovar la presentación de hechos y situaciones, forman parte del largo listado de recomendaciones que acompañan la reflexión sobre el quehacer del periodista.

Tarea nada fácil en un país permeado por una crisis política. Lo que los periodistas desean va más allá de las simples dádivas, necesitan respeto, ganado no sólo con su capacidad de trabajo e independencia, también con la dignidad en las empresas, ante las catervas de poder. “Actualmente las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores” (Gabriel García Márquez). 

10 de mayo del año 2024






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