LITERATURA EN TIEMPOS
DE
LA COVID – 19
Novela
SIN FECHA DE EXPIRACIÓN
DE
Carolina Virreira Centellas
PRÓLOGO: Homero Carvalho Oliva
COMENTARIO: Julio Ríos
La
novela es el género donde los escritores indagan sobre la condición humana, es
una mediación textual de reflexión y de crítica social y al mismo tiempo sirve
para expresar rupturas respecto a temas que a la autora le interesa plasmar en
su obra.
En el caso de Sin Fecha de Expiración, novela de Carolina Virreira Centellas, trata de historias entrelazadas de la sociedad-burguesa, en sentido de contemporaneidad y no necesariamente económico, que en algún momento pueden llegar a sorprender a lectores acostumbrados a descripciones muy conservadoras de la realidad o de la relación entre personas; va más allá de la sociedad del espectáculo.
Carolina nos muestra, en su obra, cómo se ha transformado nuestra
manera de concebir el mundo, la verdad y la vida misma.
La novela está muy bien escrita y en el tiempo que se tarda en leerla, uno vive las vidas alternas de los personajes propuestos por la autora. El lector encontrará una y muchas ciudades, además de personajes urbanos que son y no son parte de estas, algo diferente a lo que existe literariamente en nuestro medio. Una radiografía de las almas humanas en sociedades diferentes. HOMERO CARVALHO OLIVA.
La
novela es el género donde los escritores indagan sobre la condición humana, es
una mediación textual de reflexión y de crítica social y al mismo tiempo sirve
para expresar rupturas respecto a temas que a la autora le interesa plamar en
su obra.
En
el caso de Sin Fecha de Expiración, novela de Carolina Virreira Centellas,
trata de historias entrelazadas de la sociedad-burguesa, en sentido de
contemporaneidad y no necesariamente económico, que en algún momento pueden
llegar a sorprender a lectores acostumbrados a descripciones muy conservadoras de
la realidad o de la relación entre personas; va más allá de la sociedad del
espectáculo. Carolína (en la técnica del multiplano), que no obedece a la estructura clásica de la novela), nos muestra, en su obra, cómo se ha transformado nuestra
manera de concebir el mundo, la verdad y la vida misma.
La novela está muy bien escrita y en el tiempo que se tarda en leerla, uno vive las vidas alternas de los personajes que propuestos por la autora. El lector encontrará una y muchas ciudades, además de personajes urbanos que son y no son parte de estas, algo diferente a lo que existe literariamente en nuestro medio. Una radiografía de las almas humanas en sociedades diferentes.
Solo
el amor holístico podría redimir a los hombres, si todo encerrase la belleza,
como un haiku sintetizador de las virtudes humanas, quizá no habría una fecha
de expiración.
Conducida
esta novela por la escritora, periodista y artista plástica paceña, Carolina
Virreira Centellas, la vida trasciende entre el conocimiento y la ignorancia.
La falta de ética y los asuntos escatológicos; sin embargo, la sabiduría, proveniente
de la experiencia capitalizada, no tiene fecha de expiración a lo largo de la
historia y el devenir de los tiempos.
La
novela ofrece una variedad de escenarios en los que personajes luchan por un
mundo mejor, advirtiendo que la tecnología, en sentido descabellado, es capaz
de bloquear un pensamiento crítico y una conducta buena, sobre todo en
escenarios políticos propios del populismo del siglo XXI y de una humanidad
despiadada con el medioambiente, los animales y la naturaleza. No obstante, hay
cosas que nunca perecerán como el sentimiento del amor.
Encuentros
y desencuentros entre los personajes, subsisten a lo largo del escrito, en
diversos escenarios del mundo. Qué hace que personas de distintas
nacionalidades se encuentren y se desencuentran en una vida donde no hay
casualidades. JULIO RÍOS CALDERÓN
Por Julio Ríos
La obra de Carolina Virreira –presentada en la Fundación Patiño–, se encuentra acogida al privilegio de la extraterritorialidad (el saber y la sensibilidad de su autora se hallan unidos por mil lazos con la cultura del todos los países y épocas), un plebiscito casi universal la ha proclamado –por encima de diferentes idiomáticas, posiciones ideológicas o doctrinarismos de escuela– como una de las escasas empresas literarias de nuestro siglo que ha inventado nuevas realidades y explorado territorios ignorados.
Carolina ha inaugurado un género, en el que ha puesto de relieve, un vidrio que transparenta espíritus bienhechores en humanidades disímiles. La era digital, incluyendo en uno de los capítulos de la novela, al inevitable barbijo impuesto por la vigencia de una pandemia que tiene como mortal enemigo a la covid/19. El mundo es otro y los resultados también.
La narrativa demuestra como los resultados en vez de reflexiones de las consecuencias adversas del Coronavirus amenazante, se aprecian como un par de opuestos a la novela, “La peste” del escritor argelino-francés Albert Camus. Publicada en el 10 de junio de 1947, cuenta la historia de unos doctores que descubren el sentido de la solidaridad en su labor humanitaria en la ciudad argelina de Orán. En cambio “La Covid/19”, entrevera un país bestializado por el recurso digital y una dirección política salpicada de mentiras y corrupción.
Aldo Ventura y Laura (personajes de la novela de Carolina), alternan la fantasía que inventa laberintos inéditos, con la crónica de sucesos aparentemente triviales; el particularismo criollo, con la universalidad histórica que abarca tanto la simbología oriental como la cultura europea y el costumbrismo boliviano.
Diversas realidades culturales y geográficas para transmutarlas, por obra de una voluntad alegórica y una expresión barroca, en sustancia propiamente literaria, aparecen en el libro de Carolina. Notas, glosas y poemas coexisten con la trama en diferentes capítulos, cada uno con su propio título, hacen su contenido, en la que brilla la asombrosa cultura que marca las fronteras del espacio literario ocupado por esta talentosa escritora.
Todos los capítulos aceptan las conformidades del género realista y Carolina no hace sino resaltar las ambigüedades y simetrías características de las ficciones, presididas siempre por los arquetipos de la memoria, el tiempo y la eternidad.
De otra parte, los nombres moterosos o las expresiones en idioma aymara, destacan diálogos curiosos de personas, por ejemplo en la ciudad de El Alto. Su forma de narrar es sorprendente habida cuenta que cumple la misión narrativa con la máxima economía de medios para transmitir en cada capítulo su trama argumental. Pone al desnudo lo real a través de una irónica fantasía avasallando al lector y hacerle perder todo posible contacto con la desvaída realidad que le rodea. El examen sagaz de la conciencia de la escritora, inscribe versos, como “Florecer por debajo de la flor,/ dejar que surja la visión que toda mirada sofoca/ hablar con el otro lado de la palabra/ abrir las manos como valles anónimos para que fluyan por cauces/ las fuentes abandonadas por los ríos.”
La novela está plasmada en pleno siglo XX, adelantándose al XXI. Aparecen conversaciones de sus personajes creados que hablan por el teléfono celular, tipean en una computadora, chatean en medios de las redes sociales, y aman en encuentros o se decepcionan en desencuentros. Hay animales, con especial énfasis el perro, a quien Virreira defiendo, como lo hace también con el medio ambiente.
Es pues la obra, avasallada de sutil versatilidad, donde la autora levanta referencias en todo ámbito para que al lector no se olvide ningún dato, ninguna ciudad, fecha, vestuario, música, clima y más. Fino erotismo. Buena parte de los capítulos está dedicada a las relaciones entre espacio y tiempo, la definición metafísica de naturaleza, la previsión del futuro, la eternidad, la cosmogonía de las redenciones, el contraste entre las mentalidades, la lucha entre el realismo y nominalismo, la lectura cabalística de la escritura, el sabor de lo heroico y la refutación del tiempo.
Gran detalle de la novela, es el sentido del humor que nos jala sin darnos cuenta una carcajada. Ingeniosa, por tanto distrae, Carolina, con su narrativa hechos que resultan muy naturales. Inscribe finalmente otro poema sugerente, incisivo y escribe: “Nadie es todo para alguien/ Nadie es sino un alguien flotando un tiempo alrededor de otro./ Un transeúnte que mira mi camino, se demora para todos./ A la deriva de todos, aún los más cercanos./ No es infidelidad, es vida”.
¿Qué es un hombre? ¿Para qué sirve? ¿Qué le hace falta? ¿Cuánto dura su vida? A lo más cien años, una gota en el mar, un grano de arena. Así es su vida frente a la sabiduría, que, dolorosa, no tiene réplica ni FECHA DE EXPIRACIÓN.
By Julio Ríos Calderón
The work of Carolina Virreira -presented
at the Patiño Foundation- has the privilege of extraterritoriality (the
knowledge and sensitivity of its author are linked by a thousand ties to the
culture of all countries and periods), an almost universal plebiscite has
proclaimed it -over and above different languages, ideological positions or
school doctrinaires- as one of the few literary enterprises of our century that
has invented new realities and explored ignored territories.
Virreira has inaugurated a genre, in
which he has brought to the fore, a glass that reveals beneficent spirits in
dissimilar humanities. The digital era, including in one of the novel's
chapters, the inevitable chinstrap imposed by a pandemic whose mortal enemy is
covid/19. The world is different and so are the results.
The narrative shows how the results
instead of reflections of the adverse consequences of the threatening
Coronavirus, are seen as a pair of opposites to the novel, "The
Plague" by the Algerian-French writer Albert Camus. Published on 10 June
1947, it tells the story of doctors who discover the meaning of solidarity in
their humanitarian work in the Algerian city of Oran. La Covid/19", on the
other hand, depicts a country bestialised by the digital resource and a
political leadership that is full of lies and corruption.
Aldo Ventura and Laura (characters in
Carolinas's novel) alternate the fantasy that invents unprecedented labyrinths
with the chronicle of apparently trivial events; Creole particularism with the
historical universality that encompasses oriental symbolism as well as European
culture and Bolivian costumbrismo.
Diverse cultural and geographical
realities are transmuted, through allegorical will and baroque expression, into
properly literary substance in Carolina's book. Notes, glosses and poems
coexist with the plot in different chapters, each with its own title, make
their content, in which the astonishing culture that marks the frontiers of the
literary space occupied by this talented writer shines through.
All the chapters accept the conformities
of the realist genre and Carolina does nothing but highlight the ambiguities
and symmetries characteristic of fiction, always presided over by the
archetypes of memory, time and eternity.
On the other hand, the biker names or
expressions in the Aymara language highlight curious dialogues between people,
for example in the city of El Alto. His way of narrating is surprising, given
that he fulfils his narrative mission with the maximum economy of means in
order to transmit his plot in each chapter. He lays bare the real by means of
an ironic fantasy that overwhelms the reader and makes him lose all possible
contact with the dull reality that surrounds him. The writer's shrewd
examination of conscience inscribes verses, such as "To bloom beneath the
flower,/ to let the vision emerge that every gaze stifles/ to speak to the
other side of the word/ to open hands like anonymous valleys so that they flow
through channels/ the fountains abandoned by the rivers."
The novel is set in the 20th century,
ahead of the 21st. There are conversations of his created characters who talk
on mobile phones, type on a computer, chat on social networks, and love in
encounters or are disappointed in disappointments. There are animals, with
special emphasis on the dog, whom Virreira defends, as he also does with the
environment.
It is a work, full of subtle
versatility, where the author raises references in every field so that the
reader does not forget any fact, any city, date, costume, music, climate and
more. Fine eroticism. A good part of the chapters is devoted to the
relationship between space and time, the metaphysical definition of nature, the
foresight of the future, eternity, the cosmogony of redemptions, the contrast
between mentalities, the struggle between realism and nominalism, the
cabalistic reading of writing, the taste of the heroic and the refutation of
time.
A great detail of the novel is the sense
of humour that unwittingly pulls us into a fit of laughter. Carolina's
narrative is witty and distracts us with facts that seem very natural. Finally,
she inserts another suggestive, incisive poem and writes: "No one is
everything to someone/ No one is but a someone floating for a while around
another/ A passer-by who looks my way, lingers for everyone/ Adrift of
everyone, even the closest/ It's not infidelity, it's life".
What is a man, what is he good for, what
does he need, how long does his life last? At most a hundred years, a drop in
the sea, a grain of sand. Such is his life in the face of wisdom, which,
painful, has no replica or EXPIRATION DATE.
CAROLINA DE PERFIL
35
Preguntas a la manera
de
MARCEL PROUST
1. ¿Principal rasgo de su carácter?
Dinámico
2. ¿Qué cualidad aprecia más en un hombre?
Sincero y respetuoso
3. ¿Y en una mujer?
Dignidad
4. ¿Qué espera de sus amigos?
Reciprocidad
5. ¿Su principal defecto?
Impulsiva
6. ¿Su ocupación favorita?
Escribir y hacer deporte
7. ¿Su ideal de felicidad?
Viajar todo el tiempo. Viajar a Europa
8. ¿Cuál sería su mayor desgracia?
Perder seres queridos
9. ¿Qué le gustaría ser?
Nada más de lo que soy
10. ¿En qué país desearía vivir?
En España
11. ¿Su color favorito?
Azúl
12. ¿La flor que más le gusta?
Lirios
13. ¿El pájaro que prefiere?
Colibrí
14. ¿Sus autores favoritos en prosa?
Murakami, García Márquez, Pérez Reverte
15. ¿Sus poetas?
Roberto Juarroz, Jorge Luis Borges
16. ¿Un héroe de ficción?
Mauricio Babilonia
17. ¿Una heroína?
Mi Madres
18. ¿Su compositor favorito?
Johannes Brahms
19. ¿Su pintor preferido?
Gustav Klimt
20. ¿Su héroe de la vida real?
Ricardo Darín
21. ¿Su nombre favorito?
Novak
22. ¿Qué hábito ajeno no soporta?
Impuntualidad. Informalidad
23. ¿Qué es lo que más detesta?
La mala índole
24. ¿Una figura histórica que le ponga mal
cuerpo?
Evo Morales y los Masistas
25. ¿Un hecho de armas que admire?
La guerra de las Malvinas. La revolución francesa
26. ¿Qué don de la naturaleza desearía poseer?
La unicidad
27. ¿Cómo le gustaría morir?
Sin darme cuenta
28. ¿Cuál es el estado más típico de su ánimo?
La creatividad
29. ¿Qué defectos le inspiran más indulgencia?
La desorientación
30. ¿Tiene un lema?
Aléjate de personas indeseables
31. Signo del Zodiaco
Escorpio
32. Cuál es su familia más íntima
Mis hermanos
33. ¿Qué día nació?
El 2 de noviembre
34. ¿Cuál es su ropa favorita?
Informal y cómoda
35. ¿Qué usa para dormir?
Pijama
Julio Ríos, licenciado en Ciencias de la Comunicación UCB y diplomado en investigación periodística por la Universidad de la Jolla, San Diego California USA, es escritor y crítico de arte. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017).
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