ARTISTAS DE LA MÚSICA EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
Piano boliviano en las prodigiosas manos
de
MARIANELA APARICIO YUJRA
TALENTO Y BELLEZA
EN MAGISTRALES INTERPRETACIONES
Del concierto para piano de Tchaikovski
Al Sombrero de Sao de Pedro Shimose
Marianela Iveliz
Aparicio Yujra, nació en Cochabamba, Bolivia en 1976. Concertista de piano.
Estudió en el Instituto LAREDO de Cochabamba. Fue becada por el gobierno
francés para participar de dos festivales en las ciudades de Niza y París.
Siguió con su formación
en el Instituto Superior de Arte de La Habana, Cuba. También tomó clases con el
maestro Antonio de Rocca, en Argentina, y con Emilio Aliss en Cochabamba.
Trabaja, desde el año 2001, como coordinadora de cultura de la Universidad
Privada Boliviana (UPB).
Ha dado conciertos
con la Orquesta Sinfónica Nacional. El periodista Mario D. Ríos Gastelú, tras
escuchar uno de los discos grabado por la concertista, destacó: “Una buena
grabación digna de coleccionistas. El nombre de Marianela se suma a otras
figuras nuestras, muy queridas y muy respetadas: Javier Sanjinés y Ana María
Vera”.
Primer Premio en el
Concursos de Piano “Jaime Paz Zamora” (Tarija, 1991 y 1992); Primer Premio del
Concurso de Piano “Eduardo Caba” (La Paz, 1991).
La convencional figura del músico no ensambla con Marianela
Aparicio. Sus dedos hablan de larga carrera. Y también de juventud. Con buena
estrella y 28 años de talento, la pianista estrenó recientemente una obra del
compositor boliviano Oldrich Halas en el Centro Sinfónico Nacional y brindó
conciertos en Buenos Aires. Con esa sonrisa nadie diría que le dedica su vida
al piano; los estereotipos hacen que uno se confunda. ¿Acaso las pianistas no
son de esa belleza etérea y aire intelectual? Pero su amor por su carrera
artística es genuina, como se descubre en esta conversación.
¿Cómo
se define el arte, la música de Marianela Aparicio?
Apasionado, temperamental y romántico. Es mi forma de
ser. Soy muy apasionada en todo lo que hago. La música es un lenguaje y uno
transmite a través de su música lo que es; claro, respetando la época, el
compositor y el estilo. Pero uno expresa lo que es. Por eso es que nadie toca igual.
Cada quien le pone su sello de identidad.
¿Cómo
empezó la relación entre la pianista y el piano?
Desde muy chiquita. Mi padre, Jaime Aparicio, cantaba
zarzuelas con Gastón Paz. Mi mamá toca piano y acordeón. Me crié en un ambiente
musical. Las reuniones navideñas se iban tocando y cantando villancicos a
varias voces. El piano era una obsesión que tenía desde muy niña. En Navidad, a
los cinco años, le pedí a Papá Noel que me lo traiga. Y me llegó uno chiquitito
de cola que hasta el día de hoy conservo. Ha sido el mejor regalo que he tenido
en muchísimo tiempo. En él, mi papá me enseñó música al oído, despertando una
pasión enorme. Y a los ocho años fui invitada al Instituto Laredo.
¿Cómo
creció en el medio nacional?
Es muy difícil en nuestro país, que tiene muchas
prioridades antes que la cultura. Es complicado seguir una carrera en serio y
mucho más arduo tratar de ser competitivo profesionalmente. Pero cuando uno
quiere y se lo propone, la pasión y el amor a lo que hace le lleva a lograr sus
objetivos y no desmoronarse bajo ninguna circunstancia. Según mi vivencia, el
arte es difícil, competitivo y requiere de mucho esfuerzo y sacrificio
personal, sea en Bolivia o en cualquier sitio. Pero la prioridad es lo que uno
lleva dentro y termina imponiéndose.
En sus recientes presentaciones tocó a Rachmaninoff.
¿Representó un reto profesional?, ¿cómo se preparó para enfrentarlo?
Cuando David Händel me dijo hace dos años que toque a
Rachmaninoff, respondí: “Lo voy a intentar”. Existe la idea de que este autor
es para manos y cuerpos muy grandes, pero es tanta la pasión que siento por su
música que cuando la empecé a ensayar no me costó nada. Había momentos en que
se me hacía la piel de gallina, empezaba a latir mi corazón a mil y llegaba al
punto de llorar; tenía que parar. Era una carga emotiva muy, muy grande. Podría
hablar una hora más y no podría expresar con cuánta intensidad lo sentí.
Los artistas suelen
sufrir momentos de crisis. ¿Le ocurrió a usted? ¿Alguna vez le pasó por la
cabeza la idea de dejar la música?
Jamás. Si hay algo que no voy a dejar —si depende de mí—
es el piano. Es mi vida y bajo ninguna circunstancia voy a dejar de tocar. Es
como una droga para mí. Cuando vibro al interpretar un concierto y siento que
de mí está brotando tanta música... es una emoción indescriptible que no he
sentido con ninguna otra cosa en mi vida. Definitivamente, no podría dejarlo.
En algún momento digo: “Qué difícil es aquí en Bolivia, no se puede, es luchar
contra la corriente”. Pero los de bajón siempre son períodos muy cortos y
empiezo a sentir una nueva emoción.
¿Ha
sentido alguna duda sobre su elección de carrera?
Creo que tengo muy buena estrella. Todos los recuerdos
que tengo de la música siempre han sido muy gratificantes y emotivos. Realmente
le agradezco a Dios por el talento que me ha dado, la familia y el esposo que
tengo. Jamás he sentido que escogí mal. Siempre he estado en el lugar ideal, en
el momento adecuado. He tenido experiencias que jamás soñé.
¿Cómo
se equilibra la vida de un músico con la de su familia?
Para tener por pareja a un músico hay que ser muy
paciente. Mi esposo no tiene ninguna relación con la música, es administrador
de empresas. En algún momento eso ha provocado crisis, pero el amor lo supera
todo. A veces su gran competencia es el piano, al que le dedico muchas horas,
como los fines de semana y los feriados. Es que los músicos somos un poco como
los deportistas. Si uno deja de tocar un día, pierde cosas. Quizá la gente no
lo nota, pero uno sí. Yo aprovecho los feriados y fines de semana para estudiar
más. Al principio es difícil, pero cuando uno quiere, todo se puede.
Dedicarse a la música
puede tener consecuencias en la socialización, sobre todo en la adolescencia.
¿Cree que perdió momentos importantes por dedicarse al arte?
Eso es verdad. Incluso de niña, mientras mis compañeros o
amigos de otros colegios estaban con que “en la tarde vamos a jugar fútbol”, yo
iba a estudiar piano. Pero es tu opción y lo haces de mil amores. Muchas veces
te cuestionas: “Yo aquí encerrada el domingo y todo el mundo de paseo”. Pero lo
que te da la música es incomparable. Pierdes cosas, pero ganas más.
¿Cómo
se puede vivir como músico en un medio tan pequeño?
Siempre he tenido a alguien que me ayude. Una empresa me
becó a Cuba y a Argentina para estudiar piano. Y una universidad privada me
permite trabajar de coordinadora de Cultura; desde ese cargo estoy aportando a
que crezca el movimiento en mi ciudad, Cochabamba. La universidad también me
permite realizar viajes.
¿Cómo
le pagó el arte en Bolivia?
El arte no paga mucho. Sin el apoyo de empresas
patrocinadoras y el apoyo de personas e instituciones comprometidas con el
arte, estoy convencida de que no podríamos llegar muy lejos.
¿Cómo
es el ambiente entre colegas en el mundo de la música?
A veces hay muchas rencillas entre músicos. Somos medio
excéntricos y a veces no existen muy buenas relaciones. Yo creo que más bien,
en un medio tan chiquito, tendríamos que unirnos para tratar de llevar adelante
nuestras actividades. La cultura es la mayor riqueza que puede tener un país. A
veces escuchamos que hay prioridades, que la cultura va después de la salud y
es cierto. Pero también hay que entender que la cultura es algo vital, no un
pasatiempo.
¿Alguna
vez sintió prejuicios por dedicarte a la cultura?
Sí. Hay gente que dice: “¿Tocas piano?, ¿es tu hobby?,
tocate alguito, cómo te diviertes”. No saben que son horas de horas que estás
dándole a los ejercicios, que estás preparando tus dedos y que no es tan fácil
como algunos suelen pensar. Otros te miran y dicen: “Ella tiene tiempo para
hacer algo que le gusta y le sale bonito. ¡Hay, qué divertido!, cómo se
distrae”. La verdad es que es lindísimo, pero es un trabajo muy serio. Te lo
tienes que tomar muy, muy en serio, porque, si no, no llegas a ninguna parte.
Igualmente, hay personas que piensan que un artista es un bohemio y que no
tiene nada más que hacer con su tiempo. Pero lo bueno es que al crecer el
ambiente artístico, cambia también la forma de pensar de las personas. Si
tienes a un músico cerca, te das cuenta de que no es ningún juego.
¿Cómo equilibrar el
ser mujer y ser pianista? ¿Hay prejuicios?
A veces hay preconceptos, como que tal concierto es para
hombre, pero está probado que no es así. El ejemplo es Marta Argerich, para mí,
la mejor pianista que hay; interpreta todo. Ahora bien, tal vez es un poco
complicado viendo a futuro, pensar en ser madre, por ejemplo. Sé, por
referencias, que eso te cambia totalmente la vida. Por eso he estado retrasando
este aspecto tan importante para mí.
¿Cuál
consideras que es tu mayor virtud como pianista?
Creo que una de mis mayores virtudes es la tenacidad, la
positividad y la expresividad. Soy una persona muy intensa en todo lo que hago
y creo que eso se traduce en mi música. Soy una persona muy expresiva. De hecho
cuando estuve en Polonia como solista invitada de la Orquesta que dirige el
maestro Rubén Silva, él me comentó que la vida de un pianista ahora es muy
competitiva, hay pianistas que tocan realmente perfecto, como si fuera unas
máquinas. Sin embargo, algo que podía marcar una diferencia era la pasión e
intensidad expresiva con la que toco.
Honestamente no tengo una cábala. Trato en realidad de
repasar en la mente el repertorio que voy a hacer, hacer algunos ejercicios de
respiración para conservar la calma y la concentración y salir al escenario con
paso firme y decidido y con todo el objetivo y las ganas de transmitir lo más
posible al público lo que yo siento y cómo oigo.
Has tenido
presentaciones en muchísimos países ¿Alguna de estas ha marcado más que las
otras por cuestiones como la misma puesta en escena o el escenario en sí, por
ejemplo?
Uno de los momentos más hermosos de mi carrera ha sido la
oportunidad de tocar como solista de grandes orquestas sinfónicas. La primera
vez ha sido en nuestro país cuando por primera vez toqué como solista de la
Sinfónica Nacional el concierto n. 1 de Chopin bajo la dirección de David
Handel. Esa primera experiencia ha sido el inicio de muchas que me han
emocionado hasta las lágrimas, que me han emocionado en cada concierto al punto
de erizarme la piel. Creo que es un verdadero privilegio poder tocar como
solista de una orquesta sinfónica y puedo decirte que cada vez con cada
orquesta ha sido tan especial y única que sería injusto quedarme con alguna. He
tocado muchas veces dirigida por el maestro Augusto Guzmán diferentes
repertorios. Podría mencionarte la oportunidad de tocar en Polonia, ese ha sido
también un momento muy importante para mí porque ha sido la primera vez que
tocaría como solista de una orquesta en Polonia y tenía que hacerlo en el año
de Chopin, interpretando su concierto. No pude hacerlo porque quedé embarazada
de mi segundo hijo, lo que me llevó a postergar el concierto y hacerlo un año
después interpretando Ravel bajo la dirección del maestro Rubén Silva.
¿Cómo se gestiona el
Festival Internacional de Piano denominado “Encuentros”?
El Festival de Piano es un proyecto que tenía hace algún
tiempo y que por la pandemia quedó postergado. Afortunadamente este año, a
pesar de las restricciones, se pudo hacer realidad con el apoyo del CCP, de APAC,
del consulado argentino en Santa Cruz y de la Utepsa. Consiste en un festival
que tiene como objetivo principal fomentar la pasión por el piano y promover
proporcionar diferentes actividades para su estudio del piano, mostrarlo en sus
múltiples facetas y posibilidades y crear una instancia de encuentro entre
pianistas nacionales e internacionales, esa la razón de su nombre. Romper un
poco con la soledad que conlleva tocar este instrumento tan independiente y
solitario y lograr un acercamiento entre colegas para aportar el crecimiento de
la escuela pianística de nuestro país.
¿Qué tan inmersa
estás en las presentaciones virtuales en esta pandémica época?
Hace algunos años me pareció que debía darle a mi carrera
un toque de actualidad e inicié una serie de videoclips titulada “En primera
fila”. Creo que esa fue mi primera incursión con mucho éxito en las redes donde
lancé mis tres primeros videos, dos con tangos brasileños y el famoso Claro de
Luna de Debussy, toda la producción realizada al aire libre y que puedes
encontrarla en Fan Page, por supuesto en youtube y con la productora El Viento
Bolar. Grabé también un intermezzo de Ponce y últimamente lancé mi primer
arreglo de música oriental sobre el famoso tema “Sombrero de Sao”, primero de
una serie titulada “Piano con Aire Oriental” que pretende no solo lanzar los
videos si no también crear un archivo de arreglos para piano de música
oriental.
Durante la pandemia, mi producción no se detuvo, hice un
homenaje especial a Beethoven por su 250 aniversario, un especial de música
para piano de compositores bolivianos y realizamos también el gran lanzamiento
de un videoclip con la pieza para violín y piano del “Cementerio de los
Elefantes” de Huáscar Bolívar. Esto con la participación del famoso violinista
colombiano radicado en Madrid Rubén Darío Reina. Es un videoclip que dura 9
minutos y contó con la participación de mi hija como bailarina; Paola Berlioz
como directora escénica, Juan Pablo Guardia en las cámaras y dirección general,
y Sergio Antonio Aparicio en el manejo de redes.
¿Cómo
se ve de aquí a 10 años?
Yo siempre veo mi vida relacionada con el piano. Me
imagino tocando, siempre tocando. Quizá en Europa, con una familia que me aplaude;
con mis papás, con mis hijos —que ojalá se dediquen a algo musical— y creciendo
profesionalmente cerca del piano.
Julio Ríos
Marianela Iveliz Aparicio Yujra tiene 46 años.
Empezó sus estudios musicales en el Instituto Laredo de Cochabamba, su ciudad
natal. Fue becada por el Gobierno francés para participar de dos festivales en
las ciudades de Niza y París. También ha realizado estudios en Cuba con la jefa
de cátedra del Instituto Superior de Arte de La Habana. Para su
perfeccionamiento, viaja frecuentemente a Argentina a fin de tomar clases con
el maestro Antonio de Racco, uno de los más célebres instructores de piano.
El resto de sus estudios los ha realizado en el
país. Ganó numerosos concursos. Actualmente trabaja como coordinadora de Cultura
en la Universidad Privada de Bolivia (UPB) desde hace tres años, tiempo en el
que ha conseguido consolidar un coro y talleres de danza jazz, folklore, teatro
y la Orquesta de Cámara. Está casada con Sergio Asbún, administrador de
empresas.
Se considera una artista polifacética, pues es
administrativa, pianista y también esposa. Marianela es una mujer totalmente
realizada, con una familia unida, dos hermosos hijos y una carrera de pianista
que le ha dado muchísimas alegrías y que por sobre todo es una profesión que
escogió por vocación. Es apasionada, luchadora, intrépida, de fuerte
personalidad y paso decidido y firme. Trabaja incansablemente por difundir la
música clásica en Bolivia y la música boliviana en las distintas regiones del
país y del mundo.
Es directora artística y gestora del Festival
Internacional de piano Encuentros que se realizó por primera vez en agosto de
este año donde el concierto de gala de cierre del Festival fue a dos pianos.
Se destacan también varios premios obtenidos en
concursos nacionales de piano, Premio TOYP 1996 (The Outstanding Young People),
mención logros culturales, participaciones en Festivales Nacionales e
Internacionales en Francia, Brasil, Venezuela y Argentina.
Proviene de una familia muy unida que aprecia mucho
el arte, la música. De hecho sus recuerdos de infancia siempre están enmarcados
con un entorno musical. La música era un elemento del día a día. Recuerda
resonar la guitarra, la armónica y el canto de su padre o el acordeón de su
madre. Muchas veces hacían reuniones musicales donde incluso su padre los
grababa a todos cantando. Recuerda escuchar constantemente la reproducción de
discos de Zarzuela (incluso me sabia las letras de muchas de ellas), del
concierto de Tchaikovsky y tantos otros, que además acompañaban muchas veces el
estudio de sus hermanos mayores. De hecho su padre que tiene una voz hermosa
fue parte de varias producciones de zarzuela realizadas en Bolivia antes de que
ella naciera. Las navidades eran únicas porque no faltaban los cantos entre
ellos. Y fue justamente en una de esas navidades que ella le pidió al niño
Jesús que me traiga de regalo un piano.
Marianela Aparicio –la pianista ilustra esta crónica en auténtica belleza, vestida
con un enterizo beige muy escotado sobre su piel desnuda y sin sujetador, a
través de la muy elegante prenda que la luce con el cuerpo desnudo por debajo–, dejó
indeleble su concurso en el concierto para piano y orquesta de Tchaikovski
junto a la orquesta sinfónica de Polonia que dirige el maestro boliviano Rubén
Silva. Asimismo el arreglo magistral de Aparicio de la composición del poeta
beniano Pedro Shimose, el “Sombrero de Sao”.
Marianela, deslumbra, embelesa a
un público que aplaude a la talentosa y famosa pianista boliviana. Arranca el
Allegro non troppo e molto maestoso, Allegro con spirito. El movimiento,
inusualmente largo, que dura 20 minutos, lo abre toda la orquesta, luego entra
el tema principal llevado por las cuerdas acompañadas por los magníficos
acordes de Wang en su piano que ratifican como lo han hecho célebre al
concierto completo.
El movimiento, una especie de
duelo entre el piano y la orquesta, presenta considerables dificultades al
solista, pero no para a Aparicio, quien, con sorprendente dominio técnico,
excelente digitación, seguridad, sentimiento y talento, permite transmitir el
espíritu del compositor y sumergirse afanosa en la obra.
Ahora viene el Andantino
semplice, Prestissimo. Se inicia con un tema de gran delicadeza que expone
primero la flauta siendo recogido luego por el piano de Marianela. Una parte
central –prestissimo– sirve de contraste por su liviandad y su ritmo de tres
cuartos.
Finalmente el Allegro con fuoco.
Está construido sobre temas basados en danzas o ritmos populares rusos. El
primer tema, rítmicamente, muestra un marcado carácter ruso. En la coda final
vuelve a escucharse el primer tema, para conducir a un final fragoroso y de
enorme vigor, algo efectista tal vez, que exige Aparicio en el piano, la
realización del célebre "pasaje de octavas" que como gran virtuosa
logra abordarlo con éxito.
By Julio Ríos
THROUGH A VERY LOW-CUT, BRA-LESS BODYSUIT SUBTLY
POKING THROUGH MARIANELA'S BARE BREASTS THROUGH THE DRESS SHE WEARS WITH BARE
SKIN UNDERNEATH.
Marianela Iveliz Aparicio Yujra is 46 years old.
She began her musical studies at the Instituto Laredo in Cochabamba, her home
town. She received a scholarship from the French government to participate in
two festivals in the cities of Nice and Paris. She has also studied in Cuba
with the head teacher of the Instituto Superior de Arte in Havana. For further
studies, she frequently travels to Argentina to take lessons with Maestro
Antonio de Racco, one of the most famous piano instructors in the world.
The rest of his studies were carried out in the
country. She won numerous competitions. She has been working as Cultural
Coordinator at the Universidad Privada de Bolivia (UPB) for the last three
years, during which time she has managed to consolidate a choir and workshops
in jazz dance, folklore, theatre and the Chamber Orchestra. She is married to
Sergio Asbún, a business administrator.
She considers herself a multi-faceted artist, as
she is an administrator, pianist and also a wife. Marianela is a totally
fulfilled woman, with a united family, two beautiful children and a career as a
pianist that has given her many joys and that above all is a profession that
she chose by vocation. She is passionate, a fighter, intrepid, with a strong
personality and a firm and determined step. She works tirelessly to spread
classical music in Bolivia and Bolivian music in the different regions of the
country and the world.
She is the artistic director and manager of the
Encuentros International Piano Festival, which was held for the first time in
August this year, where the Festival's closing gala concert was for two pianos.
She has also won several prizes in national piano
competitions, the TOYP Prize 1996 (The Outstanding Young People), a mention for
cultural achievements, and has participated in national and international
festivals in France, Brazil, Venezuela and Argentina.
He comes from a very close-knit family that
appreciates art and music. In fact, his childhood memories are always framed in
a musical environment. Music was an element of everyday life. He remembers his
father's guitar, harmonica and singing, or his mother's accordion. They would
often have musical gatherings where even his father would record them all
singing. He remembers listening constantly to the playing of Zarzuela records
(he even knew the lyrics to many of them), the Tchaikovsky concerto and so many
others, which often accompanied the study of his older siblings. In fact her
father, who has a beautiful voice, was part of several zarzuela productions in
Bolivia before she was born. Christmas was unique because there was no lack of
singing between them. And it was precisely on one of those Christmases that she
asked the baby Jesus to bring me a piano as a gift.
Marianela Aparicio -the pianist illustrates this
chronicle in authentic beauty, dressed in a very low-cut beige bodysuit over
her bare skin and without a bra, through the very elegant garment that shows
her naked body underneath- left an indelible mark on her performance of
Tchaikovsky's concerto for piano and orchestra together with the Polish
symphony orchestra conducted by the Bolivian maestro Rubén Silva. Also
Aparicio's masterly arrangement of the composition by the Beniano poet Pedro
Shimose, the "Sombrero de Sao". He composed it, in taquirari rhythm,
a very famous name in our country, and Aparicio stylised it as a classical
bagatelle.
Marianela, dazzles, enraptures an audience that
applauds the talented and famous Bolivian pianist. The Allegro non troppo e
molto maestoso, Allegro con spirito, begins. The unusually long movement,
lasting 20 minutes, is opened by the full orchestra, then the main theme
enters, carried by the strings accompanied by Wang's magnificent chords on her
piano which ratify the whole concerto as they have made it famous.
The movement, a kind of duel between piano and
orchestra, presents considerable difficulties for the soloist, but not for
Aparicio, who, with surprising technical mastery, excellent fingering,
assurance, feeling and talent, allows the composer's spirit to be transmitted
and eagerly immerses herself in the work.
Now comes the Andantino semplice, Prestissimo. It
begins with a theme of great delicacy, which is first introduced by the flute
and then taken up by Marianela's piano. A central part - prestissimo - serves
as a contrast in its lightness and three-quarter rhythm.
Finally the Allegro con fuoco. It is built on themes based on Russian folk dances or rhythms. The first theme, rhythmically, shows a marked Russian character. In the final coda, the first theme is heard again, to lead to a final fragoroso and of enormous vigour, perhaps a little gimmicky, which requires Aparicio on the piano, the performance of the famous "passage of octaves" which, as a great virtuoso, she manages to tackle with success.
Por Julio Ríos
ATRAVÉS DE UM BODY MUITO DECOTADO, SEM SUTIÃ,
SUBTILMENTE ESPETANDO OS PEITOS NUS DA MARIANELA ATRAVÉS DO VESTIDO QUE ELA
VESTE COM A PELE NUA POR BAIXO
Marianela Iveliz Aparicio Yujra tem 46 anos de
idade. Ela começou seus estudos musicais no Instituto Laredo em Cochabamba, sua
cidade natal. Ela recebeu uma bolsa de estudos do governo francês para
participar de dois festivais nas cidades de Nice e Paris. Ela também estudou em
Cuba com o professor titular do Instituto Superior de Arte em Havana. Para mais
estudos, ela viaja frequentemente à Argentina para ter aulas com o Maestro
Antonio de Racco, um dos mais famosos instrutores de piano do mundo.
O resto de seus estudos foram realizados no país.
Ela venceu inúmeras competições. Ela tem trabalhado como Coordenadora Cultural
na Universidade Privada da Bolívia (UPB) nos últimos três anos, durante os
quais conseguiu consolidar um coro e oficinas de dança jazz, folclore, teatro e
a Orquestra de Câmara. Ela é casada com Sergio Asbún, um administrador de
empresas.
Ela se considera uma artista multifacetada, pois é
uma administradora, pianista e também uma esposa. Marianela é uma mulher
totalmente realizada, com uma família unida, duas lindas crianças e uma
carreira como pianista que lhe deu muitas alegrias e que, acima de tudo, é uma
profissão que ela escolheu por vocação. Ela é apaixonada, uma lutadora,
intrépida, com uma personalidade forte e um passo firme e determinado. Ela
trabalha incansavelmente para divulgar a música clássica na Bolívia e a música
boliviana nas diferentes regiões do país e do mundo.
Ela é a diretora artística e gerente do Festival
Internacional de Piano Encuentros, que foi realizado pela primeira vez em
agosto deste ano, onde o show de gala de encerramento do Festival foi para dois
pianos.
Ela também ganhou vários prêmios em concursos
nacionais de piano, o Prêmio TOYP 1996 (The Outstanding Young People), uma menção
honrosa por realizações culturais, e participou de festivais nacionais e
internacionais na França, Brasil, Venezuela e Argentina.
Ele vem de uma família muito unida, que aprecia
arte e música. Na verdade, suas memórias de infância são sempre enquadradas em
um ambiente musical. A música era um elemento da vida cotidiana. Ele se lembra
do violão, harmônica e canto de seu pai, ou do acordeão de sua mãe. Muitas
vezes eles teriam reuniões musicais onde até mesmo seu pai as gravaria todas
cantando. Ele se lembra de ouvir constantemente o tocar dos discos de Zarzuela
(ele até conhecia a letra de muitos deles), o concerto de Tchaikovsky e tantos
outros, que muitas vezes acompanhavam o estudo de seus irmãos mais velhos. De
fato, seu pai, que tem uma bela voz, fez parte de várias produções zarzuela na
Bolívia antes de ela nascer. O Natal era único porque não havia falta de
cantoria entre eles. E foi precisamente em um desses Natais que ela pediu ao
menino Jesus que me trouxesse um piano como presente.
Marianela Aparicio -a pianista ilustra esta
crônica em autêntica beleza, vestida com um body bege muito decotado sobre sua
pele nua e sem sutiã, através da roupa muito elegante que mostra seu corpo nu
por baixo- deixou uma marca indelével em sua apresentação do concerto de
Tchaikovsky para piano e orquestra junto com a orquestra sinfônica polonesa
dirigida pelo maestro boliviano Rubén Silva. Também o arranjo magistral da
composição do poeta Beniano Pedro Shimose, o "Sombrero de Sao", de
Aparicio. Ele o compôs, em ritmo taquirari, um nome muito famoso em nosso país,
e Aparicio o estilizou como uma bagatela clássica.
Marianela, deslumbra, encanta um público que
aplaude o talentoso e famoso pianista boliviano. O Allegro non troppo e molto
maestoso, Allegro con spirito, começa. O movimento excepcionalmente longo, com
duração de 20 minutos, é aberto pela orquestra completa, depois entra o tema
principal, carregado pelas cordas acompanhadas pelos magníficos acordes de Wang
em seu piano, que ratificam todo o concerto como eles o tornaram famoso.
O movimento, uma espécie de duelo entre piano e
orquestra, apresenta dificuldades consideráveis para o solista, mas não para
Aparício, que, com surpreendente domínio técnico, excelente dedilhação,
segurança, sentimento e talento, permite que o espírito do compositor seja
transmitido e se imerja avidamente na obra.
Agora vem o semplice Andantino, Prestissimo. Começa
com um tema de grande delicadeza, que é primeiro introduzido pela flauta e
depois retomado pelo piano de Marianela. Uma parte central - prestígio - serve
de contraste e
Finalmente, o Allegro con fuoco. Ela é construída sobre temas baseados em danças ou ritmos folclóricos russos. O primeiro tema, ritmicamente, mostra um marcado caráter russo. Na coda final, o primeiro tema é novamente ouvido, para levar a um fragoroso final e de enorme vigor, talvez um pouco de gimmicky, que requer Aparicio no piano, a apresentação da famosa "passagem de oitavas" que, como um grande virtuoso, ela consegue enfrentar com sucesso.
Przez Julio Ríos
PRZEZ BARDZO NISKO WYCIĘTE, POZBAWIONE STANIKA BODY
SUBTELNIE SZTURCHA GOŁE PIERSI MARIANELI PRZEZ SUKIENKĘ, KTÓRĄ NOSI Z GOŁĄ
SKÓRĄ POD SPODEM
Marianela Iveliz Aparicio Yujra ma 46 lat. Studia
muzyczne rozpoczęła w Instituto Laredo w Cochabambie, swoim rodzinnym mieście.
Otrzymała stypendium od rządu francuskiego na udział w dwóch festiwalach w
miastach Nicea i Paryż. Studiowała również na Kubie u głównego nauczyciela
Instituto Superior de Arte w Hawanie. W celu dalszej nauki często wyjeżdża do
Argentyny, gdzie pobiera lekcje u Maestro Antonio de Racco, jednego z
najbardziej znanych instruktorów fortepianu na świecie.
Resztę studiów odbył w kraju. Wygrała liczne
konkursy. Od trzech lat pracuje jako koordynator ds. kultury na Universidad
Privada de Bolivia (UPB), w tym czasie udało jej się skonsolidować chór i
warsztaty z tańca jazzowego, folkloru, teatru i orkiestry kameralnej. Jest żoną
Sergio Asbúna, administratora biznesowego.
Uważa się za artystkę o wielu twarzach, gdyż jest
administratorką, pianistką, a także żoną. Marianela jest w pełni spełnioną
kobietą, z połączoną rodziną, dwójką pięknych dzieci i karierą pianistki, która
dała jej wiele radości i która przede wszystkim jest zawodem, który wybrała z
powołania. Jest pasjonatką, wojowniczką, nieustraszoną, o silnej osobowości i
zdecydowanym, twardym kroku. Niestrudzenie pracuje nad rozpowszechnieniem
muzyki klasycznej w Boliwii i muzyki boliwijskiej w różnych regionach kraju i
świata.
Jest dyrektorem artystycznym i kierownikiem Międzynarodowego
Festiwalu Pianistycznego Encuentros, który po raz pierwszy odbył się w sierpniu
tego roku, gdzie koncert galowy kończący Festiwal był na dwa fortepiany.
Jest także laureatką kilku nagród w ogólnopolskich
konkursach pianistycznych, nagrody TOYP 1996 (The Outstanding Young People),
wyróżnienia za osiągnięcia w dziedzinie kultury, brała udział w krajowych i
międzynarodowych festiwalach we Francji, Brazylii, Wenezueli i Argentynie.
Pochodzi z bardzo bliskiej rodziny, która ceni
sobie sztukę i muzykę. W rzeczywistości jego wspomnienia z dzieciństwa zawsze
są oprawione w muzyczne środowisko. Muzyka była elementem życia codziennego.
Pamięta gitarę, harmonijkę i śpiew ojca, czy akordeon matki. Często urządzali
muzyczne spotkania, na których nawet jego ojciec nagrywał ich wszystkich
śpiewających. Pamięta, że nieustannie słuchał odtwarzania płyt Zarzueli (znał
nawet teksty do wielu z nich), koncertu Czajkowskiego i tylu innych, które
często towarzyszyły nauce jego starszego rodzeństwa. W rzeczywistości jej ojciec,
który ma piękny głos, był częścią kilku produkcji zarzueli w Boliwii, zanim się
urodziła. Święta były wyjątkowe, bo nie zabrakło między nimi śpiewu. I właśnie
podczas jednego z tych świąt poprosiła Dzieciątko Jezus, aby przyniosło mi w
prezencie fortepian.
Marianela Aparicio -pianistka ilustrująca tę
kronikę autentycznym pięknem, ubrana w bardzo nisko wycięte beżowe body nad
gołą skórą i bez stanika, poprzez bardzo eleganckie okrycie ukazujące pod
spodem jej nagie ciało- pozostawiła niezatarte piętno swoim wykonaniem
koncertu na fortepian i orkiestrę Czajkowskiego wraz z polską orkiestrą
symfoniczną pod dyrekcją boliwijskiego maestro Rubéna Silvy. Podobnie Aparicio
mistrzowsko aranżuje utwór poety z Beniano, Pedro Shimose, "Sombrero de
Sao". Skomponował ją, w rytmie taquirari, bardzo znanej u nas nazwy, a
Aparicio wystylizował ją na klasyczną bagatela.
Część ta, będąca swoistym pojedynkiem fortepianu z
orkiestrą, nastręcza solistce niemałych trudności, ale nie Aparicio, która z
zaskakującą biegłością techniczną, znakomitym palcowaniem, pewnością, wyczuciem
i talentem pozwala przekazać ducha kompozytora i chętnie zanurza się w utworze.
Teraz następuje Andantino semplice, Prestissimo.
Rozpoczyna go temat o wielkiej delikatności, wprowadzony najpierw przez flet, a
następnie podjęty przez fortepian Marianeli. Część środkowa - prestissimo -
służy jako kontrast ze swoją lekkością i rytmem trzech kwart.
Wreszcie Allegro con fuoco.
Zbudowany jest na motywach opartych na rosyjskich tańcach ludowych lub rytmach.
Pierwszy temat, rytmicznie, wykazuje wyraźny rosyjski charakter. W finałowej
kodzie ponownie pojawia się pierwszy temat, by doprowadzić do finałowego
fragoroso i ogromnego wigoru, może nieco efekciarskiego, wymagającego od
Aparicio na fortepianie wykonania słynnego "przejścia oktaw", z
którym, jako wielka wirtuozka, radzi sobie z powodzeniem.
P.I. Tchaikowsi
Pedro Shimose
Julio Ríos, es consultor, escritor y crítico de arte. Es autor de los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, (1986), LA TRIADA DE LA MOSCA (2008), segunda edición: 2017. Su última obra es EL ALTO PARA TODOS. Ha publicado un número importante de artículos sobre arte, cultura, política y turismo. En su BLOG, publica reseñas y comentarios sobre músicos, escritores, artistas, junto a reflexiones y crónicas de opinión.
Marianela es una
mujer totalmente realizada, con una familia unida, dos hermosos hijos y una
carrera de pianista que le ha dado muchísimas alegrías y que por sobre todo es
una profesión que escogió por vocación. Marianela es una mujer apasionada,
luchadora, intrépida, de fuerte personalidad y paso decidido y firme. Trabaja
incansablemente por difundir la música clásica en Bolivia y la música boliviana
en las distintas regiones del país y del mundo.
Realizó sus estudios
musicales en Bolivia, Cuba y Argentina destacándose siempre a nivel nacional e
internacional por su forma de tocar intensa y expresiva y por su carisma. Es
una mujer muy hermosa y se destaca por la sutil sensualidad con que viste, como
la foto que acompaña esta contratapa en la que asoma un atuendo color hueso muy
escotado y sin sujetador, a través del cuerpo desnudo de Marianela.
Su actividad musical
ha sido muy versátil desarrollada en Bolivia, Cuba, Chile, México, Venezuela,
Argentina, Brasil, Francia, España, Bélgica, Italia, Luxemburgo, Noruega y
Polonia, ofreciendo recitales de piano solo, en conjuntos de cámara y se ha
consolidado como solista en más de 60 conciertos con orquestas, como: Orquesta
Filarmónica Kozalinska (Polonia), Orquesta Filharmonia Báltica (Polonia),
Orquesta Sinfónica Nacional Boliviana, Orquesta Sinfónica de UNCuyo (Mendoza
Argentina), Orquesta Sinfónica de Mar del Plata (Mar del Plata Argentina),
Orquesta del Museo Nacional de Bellas Artes (Buenos Aires, Argentina) Orquesta
Filarmónica de Cochabamba, Orquesta Sinfónica de Cochabamba, Orquesta Sinfónica
Hombres Nuevos, Orquesta Filarmónica de Santa Cruz y Sinfónica Juvenil de Santa
Cruz, Orquesta Sinfónica del Alto (La Paz), Orquesta de Cámara Municipal, Camerata
Concertante, entre otras. En su repertorio como solista se cuentan conciertos
de distintos estilos musicales, desde Bach, Mozart, Chopin, Ravel,
Rachmaninoff, Halas, Tchaikovsky y Gershwin.
Es directora
artística y gestora del Festival Internacional de piano Encuentros que se
realizó por primera vez en agosto de este año donde el concierto de gala de
cierre del Festival fue a dos pianos.
Se destacan también
varios premios obtenidos en concursos nacionales de piano, Premio TOYP 1996
(The Outstanding Young People), mención logros culturales, participaciones en
Festivales Nacionales e Internacionales en Francia, Brasil, Venezuela y
Argentina.
Marianela is a
totally fulfilled woman, with a united family, two beautiful children and a
career as a pianist that has given her many joys and that above all is a
profession that she chose by vocation. Marianela is a passionate woman, a
fighter, intrepid, with a strong personality and a firm and determined step.
She works tirelessly to spread classical music in Bolivia and Bolivian music in
the different regions of the country and the world.
She studied music in Bolivia, Cuba and Argentina and has
always stood out nationally and internationally for her intense and expressive
playing and her charisma. She is a very beautiful woman and stands out for the
subtle sensuality with which she dresses, as in the photo that accompanies this
back cover in which a very low-cut, bra-less, bone-coloured dress peeps through
Marianela's naked body.
His musical activity has been very versatile, developed
in Bolivia, Cuba, Chile, Mexico, Venezuela, Argentina, Brazil, France, Spain,
Belgium, Italy, Luxembourg, Norway and Poland, offering solo piano recitals, in
chamber ensembles and has been consolidated as a soloist in more than 60 concerts
with orchestras, such as: Kozalinska Philharmonic Orchestra (Poland), Baltic
Philharmonic Orchestra (Poland), Bolivian National Symphony Orchestra, Symphony
Orchestra of UNCuyo (Mendoza Argentina), Symphony Orchestra of Mar del Plata
(Mar del Plata Argentina), Orchestra of the National Museum of Fine Arts
(Buenos Aires, Orquesta Filarmónica de Cochabamba, Orquesta Sinfónica de
Cochabamba, Orquesta Sinfónica Hombres Nuevos, Orquesta Filarmónica de Santa
Cruz y Sinfónica Juvenil de Santa Cruz, Orquesta Sinfónica del Alto (La Paz),
Orquesta de Cámara Municipal, Camerata Concertante, among others. Her
repertoire as a soloist includes concerts of different musical styles, from
Bach, Mozart, Chopin, Ravel, Rachmaninoff, Halas, Tchaikovsky and Gershwin.
She is the artistic director and manager of the
International Piano Festival Encuentros, which was held for the first time in
August this year, where the closing gala concert of the Festival was for two
pianos.
She has also won several prizes in national piano competitions,
TOYP Prize 1996 (The Outstanding Young People), mention of cultural
achievements, participations in National and International Festivals in France,
Brazil, Venezuela and Argentina.