miércoles, 20 de julio de 2022


ARTISTAS DE LA MÚSICA EN TIEMPOS DE

LA COVID  – 19

Piano boliviano en las prodigiosas manos de

MARIANELA APARICIO YUJRA

TALENTO Y BELLEZA  

  EN MAGISTRALES INTERPRETACIONES

Del concierto para piano de Tchaikovski

Al Sombrero de Sao de Pedro Shimose

Marianela Iveliz Aparicio Yujra, nació en Cochabamba, Bolivia en 1976. Concertista de piano. Estudió en el Instituto LAREDO de Cochabamba. Fue becada por el gobierno francés para participar de dos festivales en las ciudades de Niza y París.

Siguió con su formación en el Instituto Superior de Arte de La Habana, Cuba. También tomó clases con el maestro Antonio de Rocca, en Argentina, y con Emilio Aliss en Cochabamba. Trabaja, desde el año 2001, como coordinadora de cultura de la Universidad Privada Boliviana (UPB).

Ha dado conciertos con la Orquesta Sinfónica Nacional. El periodista Mario D. Ríos Gastelú, tras escuchar uno de los discos grabado por la concertista, destacó: “Una buena grabación digna de coleccionistas. El nombre de Marianela se suma a otras figuras nuestras, muy queridas y muy respetadas: Javier Sanjinés y Ana María Vera”.

Primer Premio en el Concursos de Piano “Jaime Paz Zamora” (Tarija, 1991 y 1992); Primer Premio del Concurso de Piano “Eduardo Caba” (La Paz, 1991).

La convencional figura del músico no ensambla con Marianela Aparicio. Sus dedos hablan de larga carrera. Y también de juventud. Con buena estrella y 28 años de talento, la pianista estrenó recientemente una obra del compositor boliviano Oldrich Halas en el Centro Sinfónico Nacional y brindó conciertos en Buenos Aires. Con esa sonrisa nadie diría que le dedica su vida al piano; los estereotipos hacen que uno se confunda. ¿Acaso las pianistas no son de esa belleza etérea y aire intelectual? Pero su amor por su carrera artística es genuina, como se descubre en esta conversación.

¿Cómo se define el arte, la música de Marianela Aparicio?

Apasionado, temperamental y romántico. Es mi forma de ser. Soy muy apasionada en todo lo que hago. La música es un lenguaje y uno transmite a través de su música lo que es; claro, respetando la época, el compositor y el estilo. Pero uno expresa lo que es. Por eso es que nadie toca igual. Cada quien le pone su sello de identidad.

¿Cómo empezó la relación entre la pianista y el piano?

Desde muy chiquita. Mi padre, Jaime Aparicio, cantaba zarzuelas con Gastón Paz. Mi mamá toca piano y acordeón. Me crié en un ambiente musical. Las reuniones navideñas se iban tocando y cantando villancicos a varias voces. El piano era una obsesión que tenía desde muy niña. En Navidad, a los cinco años, le pedí a Papá Noel que me lo traiga. Y me llegó uno chiquitito de cola que hasta el día de hoy conservo. Ha sido el mejor regalo que he tenido en muchísimo tiempo. En él, mi papá me enseñó música al oído, despertando una pasión enorme. Y a los ocho años fui invitada al Instituto Laredo.

¿Cómo creció en el medio nacional?

Es muy difícil en nuestro país, que tiene muchas prioridades antes que la cultura. Es complicado seguir una carrera en serio y mucho más arduo tratar de ser competitivo profesionalmente. Pero cuando uno quiere y se lo propone, la pasión y el amor a lo que hace le lleva a lograr sus objetivos y no desmoronarse bajo ninguna circunstancia. Según mi vivencia, el arte es difícil, competitivo y requiere de mucho esfuerzo y sacrificio personal, sea en Bolivia o en cualquier sitio. Pero la prioridad es lo que uno lleva dentro y termina imponiéndose.

En sus recientes presentaciones tocó a Rachmaninoff. ¿Representó un reto profesional?, ¿cómo se preparó para enfrentarlo?

Cuando David Händel me dijo hace dos años que toque a Rachmaninoff, respondí: “Lo voy a intentar”. Existe la idea de que este autor es para manos y cuerpos muy grandes, pero es tanta la pasión que siento por su música que cuando la empecé a ensayar no me costó nada. Había momentos en que se me hacía la piel de gallina, empezaba a latir mi corazón a mil y llegaba al punto de llorar; tenía que parar. Era una carga emotiva muy, muy grande. Podría hablar una hora más y no podría expresar con cuánta intensidad lo sentí.

Los artistas suelen sufrir momentos de crisis. ¿Le ocurrió a usted? ¿Alguna vez le pasó por la cabeza la idea de dejar la música?

Jamás. Si hay algo que no voy a dejar —si depende de mí— es el piano. Es mi vida y bajo ninguna circunstancia voy a dejar de tocar. Es como una droga para mí. Cuando vibro al interpretar un concierto y siento que de mí está brotando tanta música... es una emoción indescriptible que no he sentido con ninguna otra cosa en mi vida. Definitivamente, no podría dejarlo. En algún momento digo: “Qué difícil es aquí en Bolivia, no se puede, es luchar contra la corriente”. Pero los de bajón siempre son períodos muy cortos y empiezo a sentir una nueva emoción.

¿Ha sentido alguna duda sobre su elección de carrera?

Creo que tengo muy buena estrella. Todos los recuerdos que tengo de la música siempre han sido muy gratificantes y emotivos. Realmente le agradezco a Dios por el talento que me ha dado, la familia y el esposo que tengo. Jamás he sentido que escogí mal. Siempre he estado en el lugar ideal, en el momento adecuado. He tenido experiencias que jamás soñé.

¿Cómo se equilibra la vida de un músico con la de su familia?

Para tener por pareja a un músico hay que ser muy paciente. Mi esposo no tiene ninguna relación con la música, es administrador de empresas. En algún momento eso ha provocado crisis, pero el amor lo supera todo. A veces su gran competencia es el piano, al que le dedico muchas horas, como los fines de semana y los feriados. Es que los músicos somos un poco como los deportistas. Si uno deja de tocar un día, pierde cosas. Quizá la gente no lo nota, pero uno sí. Yo aprovecho los feriados y fines de semana para estudiar más. Al principio es difícil, pero cuando uno quiere, todo se puede.

Dedicarse a la música puede tener consecuencias en la socialización, sobre todo en la adolescencia. ¿Cree que perdió momentos importantes por dedicarse al arte?

Eso es verdad. Incluso de niña, mientras mis compañeros o amigos de otros colegios estaban con que “en la tarde vamos a jugar fútbol”, yo iba a estudiar piano. Pero es tu opción y lo haces de mil amores. Muchas veces te cuestionas: “Yo aquí encerrada el domingo y todo el mundo de paseo”. Pero lo que te da la música es incomparable. Pierdes cosas, pero ganas más.

¿Cómo se puede vivir como músico en un medio tan pequeño?

Siempre he tenido a alguien que me ayude. Una empresa me becó a Cuba y a Argentina para estudiar piano. Y una universidad privada me permite trabajar de coordinadora de Cultura; desde ese cargo estoy aportando a que crezca el movimiento en mi ciudad, Cochabamba. La universidad también me permite realizar viajes.

¿Cómo le pagó el arte en Bolivia?

El arte no paga mucho. Sin el apoyo de empresas patrocinadoras y el apoyo de personas e instituciones comprometidas con el arte, estoy convencida de que no podríamos llegar muy lejos.

¿Cómo es el ambiente entre colegas en el mundo de la música?

A veces hay muchas rencillas entre músicos. Somos medio excéntricos y a veces no existen muy buenas relaciones. Yo creo que más bien, en un medio tan chiquito, tendríamos que unirnos para tratar de llevar adelante nuestras actividades. La cultura es la mayor riqueza que puede tener un país. A veces escuchamos que hay prioridades, que la cultura va después de la salud y es cierto. Pero también hay que entender que la cultura es algo vital, no un pasatiempo.

¿Alguna vez sintió prejuicios por dedicarte a la cultura?

Sí. Hay gente que dice: “¿Tocas piano?, ¿es tu hobby?, tocate alguito, cómo te diviertes”. No saben que son horas de horas que estás dándole a los ejercicios, que estás preparando tus dedos y que no es tan fácil como algunos suelen pensar. Otros te miran y dicen: “Ella tiene tiempo para hacer algo que le gusta y le sale bonito. ¡Hay, qué divertido!, cómo se distrae”. La verdad es que es lindísimo, pero es un trabajo muy serio. Te lo tienes que tomar muy, muy en serio, porque, si no, no llegas a ninguna parte. Igualmente, hay personas que piensan que un artista es un bohemio y que no tiene nada más que hacer con su tiempo. Pero lo bueno es que al crecer el ambiente artístico, cambia también la forma de pensar de las personas. Si tienes a un músico cerca, te das cuenta de que no es ningún juego.

¿Cómo equilibrar el ser mujer y ser pianista? ¿Hay prejuicios?

A veces hay preconceptos, como que tal concierto es para hombre, pero está probado que no es así. El ejemplo es Marta Argerich, para mí, la mejor pianista que hay; interpreta todo. Ahora bien, tal vez es un poco complicado viendo a futuro, pensar en ser madre, por ejemplo. Sé, por referencias, que eso te cambia totalmente la vida. Por eso he estado retrasando este aspecto tan importante para mí.

¿Cuál consideras que es tu mayor virtud como pianista?

Creo que una de mis mayores virtudes es la tenacidad, la positividad y la expresividad. Soy una persona muy intensa en todo lo que hago y creo que eso se traduce en mi música. Soy una persona muy expresiva. De hecho cuando estuve en Polonia como solista invitada de la Orquesta que dirige el maestro Rubén Silva, él me comentó que la vida de un pianista ahora es muy competitiva, hay pianistas que tocan realmente perfecto, como si fuera unas máquinas. Sin embargo, algo que podía marcar una diferencia era la pasión e intensidad expresiva con la que toco.

Honestamente no tengo una cábala. Trato en realidad de repasar en la mente el repertorio que voy a hacer, hacer algunos ejercicios de respiración para conservar la calma y la concentración y salir al escenario con paso firme y decidido y con todo el objetivo y las ganas de transmitir lo más posible al público lo que yo siento y cómo oigo.

Has tenido presentaciones en muchísimos países ¿Alguna de estas ha marcado más que las otras por cuestiones como la misma puesta en escena o el escenario en sí, por ejemplo?

Uno de los momentos más hermosos de mi carrera ha sido la oportunidad de tocar como solista de grandes orquestas sinfónicas. La primera vez ha sido en nuestro país cuando por primera vez toqué como solista de la Sinfónica Nacional el concierto n. 1 de Chopin bajo la dirección de David Handel. Esa primera experiencia ha sido el inicio de muchas que me han emocionado hasta las lágrimas, que me han emocionado en cada concierto al punto de erizarme la piel. Creo que es un verdadero privilegio poder tocar como solista de una orquesta sinfónica y puedo decirte que cada vez con cada orquesta ha sido tan especial y única que sería injusto quedarme con alguna. He tocado muchas veces dirigida por el maestro Augusto Guzmán diferentes repertorios. Podría mencionarte la oportunidad de tocar en Polonia, ese ha sido también un momento muy importante para mí porque ha sido la primera vez que tocaría como solista de una orquesta en Polonia y tenía que hacerlo en el año de Chopin, interpretando su concierto. No pude hacerlo porque quedé embarazada de mi segundo hijo, lo que me llevó a postergar el concierto y hacerlo un año después interpretando Ravel bajo la dirección del maestro Rubén Silva.

¿Cómo se gestiona el Festival Internacional de Piano denominado “Encuentros”?

El Festival de Piano es un proyecto que tenía hace algún tiempo y que por la pandemia quedó postergado. Afortunadamente este año, a pesar de las restricciones, se pudo hacer realidad con el apoyo del CCP, de APAC, del consulado argentino en Santa Cruz y de la Utepsa. Consiste en un festival que tiene como objetivo principal fomentar la pasión por el piano y promover proporcionar diferentes actividades para su estudio del piano, mostrarlo en sus múltiples facetas y posibilidades y crear una instancia de encuentro entre pianistas nacionales e internacionales, esa la razón de su nombre. Romper un poco con la soledad que conlleva tocar este instrumento tan independiente y solitario y lograr un acercamiento entre colegas para aportar el crecimiento de la escuela pianística de nuestro país.

¿Qué tan inmersa estás en las presentaciones virtuales en esta pandémica época?

Hace algunos años me pareció que debía darle a mi carrera un toque de actualidad e inicié una serie de videoclips titulada “En primera fila”. Creo que esa fue mi primera incursión con mucho éxito en las redes donde lancé mis tres primeros videos, dos con tangos brasileños y el famoso Claro de Luna de Debussy, toda la producción realizada al aire libre y que puedes encontrarla en Fan Page, por supuesto en youtube y con la productora El Viento Bolar. Grabé también un intermezzo de Ponce y últimamente lancé mi primer arreglo de música oriental sobre el famoso tema “Sombrero de Sao”, primero de una serie titulada “Piano con Aire Oriental” que pretende no solo lanzar los videos si no también crear un archivo de arreglos para piano de música oriental.

Durante la pandemia, mi producción no se detuvo, hice un homenaje especial a Beethoven por su 250 aniversario, un especial de música para piano de compositores bolivianos y realizamos también el gran lanzamiento de un videoclip con la pieza para violín y piano del “Cementerio de los Elefantes” de Huáscar Bolívar. Esto con la participación del famoso violinista colombiano radicado en Madrid Rubén Darío Reina. Es un videoclip que dura 9 minutos y contó con la participación de mi hija como bailarina; Paola Berlioz como directora escénica, Juan Pablo Guardia en las cámaras y dirección general, y Sergio Antonio Aparicio en el manejo de redes.

¿Cómo se ve de aquí a 10 años?

Yo siempre veo mi vida relacionada con el piano. Me imagino tocando, siempre tocando. Quizá en Europa, con una familia que me aplaude; con mis papás, con mis hijos —que ojalá se dediquen a algo musical— y creciendo profesionalmente cerca del piano.

 Julio Ríos

Marianela Iveliz Aparicio Yujra tiene 46 años. Empezó sus estudios musicales en el Instituto Laredo de Cochabamba, su ciudad natal. Fue becada por el Gobierno francés para participar de dos festivales en las ciudades de Niza y París. También ha realizado estudios en Cuba con la jefa de cátedra del Instituto Superior de Arte de La Habana. Para su perfeccionamiento, viaja frecuentemente a Argentina a fin de tomar clases con el maestro Antonio de Racco, uno de los más célebres instructores de piano.

El resto de sus estudios los ha realizado en el país. Ganó numerosos concursos. Actualmente trabaja como coordinadora de Cultura en la Universidad Privada de Bolivia (UPB) desde hace tres años, tiempo en el que ha conseguido consolidar un coro y talleres de danza jazz, folklore, teatro y la Orquesta de Cámara. Está casada con Sergio Asbún, administrador de empresas.

Se considera una artista polifacética, pues es administrativa, pianista y también esposa. Marianela es una mujer totalmente realizada, con una familia unida, dos hermosos hijos y una carrera de pianista que le ha dado muchísimas alegrías y que por sobre todo es una profesión que escogió por vocación. Es apasionada, luchadora, intrépida, de fuerte personalidad y paso decidido y firme. Trabaja incansablemente por difundir la música clásica en Bolivia y la música boliviana en las distintas regiones del país y del mundo.

Es directora artística y gestora del Festival Internacional de piano Encuentros que se realizó por primera vez en agosto de este año donde el concierto de gala de cierre del Festival fue a dos pianos.

Se destacan también varios premios obtenidos en concursos nacionales de piano, Premio TOYP 1996 (The Outstanding Young People), mención logros culturales, participaciones en Festivales Nacionales e Internacionales en Francia, Brasil, Venezuela y Argentina.

Proviene de una familia muy unida que aprecia mucho el arte, la música. De hecho sus recuerdos de infancia siempre están enmarcados con un entorno musical. La música era un elemento del día a día. Recuerda resonar la guitarra, la armónica y el canto de su padre o el acordeón de su madre. Muchas veces hacían reuniones musicales donde incluso su padre los grababa a todos cantando. Recuerda escuchar constantemente la reproducción de discos de Zarzuela (incluso me sabia las letras de muchas de ellas), del concierto de Tchaikovsky y tantos otros, que además acompañaban muchas veces el estudio de sus hermanos mayores. De hecho su padre que tiene una voz hermosa fue parte de varias producciones de zarzuela realizadas en Bolivia antes de que ella naciera. Las navidades eran únicas porque no faltaban los cantos entre ellos. Y fue justamente en una de esas navidades que ella le pidió al niño Jesús que me traiga de regalo un piano.

Marianela Aparicio la pianista ilustra esta crónica en auténtica belleza, vestida con un enterizo beige muy escotado sobre su piel desnuda y sin sujetador, a través de la muy elegante prenda que la luce con el cuerpo desnudo por debajo–,  dejó indeleble su concurso en el concierto para piano y orquesta de Tchaikovski junto a la orquesta sinfónica de Polonia que dirige el maestro boliviano Rubén Silva. Asimismo el arreglo magistral de Aparicio de la composición del poeta beniano Pedro Shimose, el “Sombrero de Sao”. Lo compuso, en ritmo de taquirari, denominada, muy famoso en nuestro país, y Aparicio la estilizó como una bagatela clásica.

Marianela, deslumbra, embelesa a un público que aplaude a la talentosa y famosa pianista boliviana. Arranca el Allegro non troppo e molto maestoso, Allegro con spirito. El movimiento, inusualmente largo, que dura 20 minutos, lo abre toda la orquesta, luego entra el tema principal llevado por las cuerdas acompañadas por los magníficos acordes de Wang en su piano que ratifican como lo han hecho célebre al concierto completo.

El movimiento, una especie de duelo entre el piano y la orquesta, presenta considerables dificultades al solista, pero no para a Aparicio, quien, con sorprendente dominio técnico, excelente digitación, seguridad, sentimiento y talento, permite transmitir el espíritu del compositor y sumergirse afanosa en la obra.

Ahora viene el Andantino semplice, Prestissimo. Se inicia con un tema de gran delicadeza que expone primero la flauta siendo recogido luego por el piano de Marianela. Una parte central –prestissimo– sirve de contraste por su liviandad y su ritmo de tres cuartos.

Finalmente el Allegro con fuoco. Está construido sobre temas basados en danzas o ritmos populares rusos. El primer tema, rítmicamente, muestra un marcado carácter ruso. En la coda final vuelve a escucharse el primer tema, para conducir a un final fragoroso y de enorme vigor, algo efectista tal vez, que exige Aparicio en el piano, la realización del célebre "pasaje de octavas" que como gran virtuosa logra abordarlo con éxito.  


 By Julio Ríos

THROUGH A VERY LOW-CUT, BRA-LESS BODYSUIT SUBTLY POKING THROUGH MARIANELA'S BARE BREASTS THROUGH THE DRESS SHE WEARS WITH BARE SKIN UNDERNEATH.

Marianela Iveliz Aparicio Yujra is 46 years old. She began her musical studies at the Instituto Laredo in Cochabamba, her home town. She received a scholarship from the French government to participate in two festivals in the cities of Nice and Paris. She has also studied in Cuba with the head teacher of the Instituto Superior de Arte in Havana. For further studies, she frequently travels to Argentina to take lessons with Maestro Antonio de Racco, one of the most famous piano instructors in the world.

The rest of his studies were carried out in the country. She won numerous competitions. She has been working as Cultural Coordinator at the Universidad Privada de Bolivia (UPB) for the last three years, during which time she has managed to consolidate a choir and workshops in jazz dance, folklore, theatre and the Chamber Orchestra. She is married to Sergio Asbún, a business administrator.

She considers herself a multi-faceted artist, as she is an administrator, pianist and also a wife. Marianela is a totally fulfilled woman, with a united family, two beautiful children and a career as a pianist that has given her many joys and that above all is a profession that she chose by vocation. She is passionate, a fighter, intrepid, with a strong personality and a firm and determined step. She works tirelessly to spread classical music in Bolivia and Bolivian music in the different regions of the country and the world.

She is the artistic director and manager of the Encuentros International Piano Festival, which was held for the first time in August this year, where the Festival's closing gala concert was for two pianos.

She has also won several prizes in national piano competitions, the TOYP Prize 1996 (The Outstanding Young People), a mention for cultural achievements, and has participated in national and international festivals in France, Brazil, Venezuela and Argentina.

He comes from a very close-knit family that appreciates art and music. In fact, his childhood memories are always framed in a musical environment. Music was an element of everyday life. He remembers his father's guitar, harmonica and singing, or his mother's accordion. They would often have musical gatherings where even his father would record them all singing. He remembers listening constantly to the playing of Zarzuela records (he even knew the lyrics to many of them), the Tchaikovsky concerto and so many others, which often accompanied the study of his older siblings. In fact her father, who has a beautiful voice, was part of several zarzuela productions in Bolivia before she was born. Christmas was unique because there was no lack of singing between them. And it was precisely on one of those Christmases that she asked the baby Jesus to bring me a piano as a gift.

Marianela Aparicio -the pianist illustrates this chronicle in authentic beauty, dressed in a very low-cut beige bodysuit over her bare skin and without a bra, through the very elegant garment that shows her naked body underneath- left an indelible mark on her performance of Tchaikovsky's concerto for piano and orchestra together with the Polish symphony orchestra conducted by the Bolivian maestro Rubén Silva. Also Aparicio's masterly arrangement of the composition by the Beniano poet Pedro Shimose, the "Sombrero de Sao". He composed it, in taquirari rhythm, a very famous name in our country, and Aparicio stylised it as a classical bagatelle.

Marianela, dazzles, enraptures an audience that applauds the talented and famous Bolivian pianist. The Allegro non troppo e molto maestoso, Allegro con spirito, begins. The unusually long movement, lasting 20 minutes, is opened by the full orchestra, then the main theme enters, carried by the strings accompanied by Wang's magnificent chords on her piano which ratify the whole concerto as they have made it famous.

The movement, a kind of duel between piano and orchestra, presents considerable difficulties for the soloist, but not for Aparicio, who, with surprising technical mastery, excellent fingering, assurance, feeling and talent, allows the composer's spirit to be transmitted and eagerly immerses herself in the work.

Now comes the Andantino semplice, Prestissimo. It begins with a theme of great delicacy, which is first introduced by the flute and then taken up by Marianela's piano. A central part - prestissimo - serves as a contrast in its lightness and three-quarter rhythm.

Finally the Allegro con fuoco. It is built on themes based on Russian folk dances or rhythms. The first theme, rhythmically, shows a marked Russian character. In the final coda, the first theme is heard again, to lead to a final fragoroso and of enormous vigour, perhaps a little gimmicky, which requires Aparicio on the piano, the performance of the famous "passage of octaves" which, as a great virtuoso, she manages to tackle with success. 

Por Julio Ríos

ATRAVÉS DE UM BODY MUITO DECOTADO, SEM SUTIÃ, SUBTILMENTE ESPETANDO OS PEITOS NUS DA MARIANELA ATRAVÉS DO VESTIDO QUE ELA VESTE COM A PELE NUA POR BAIXO

Marianela Iveliz Aparicio Yujra tem 46 anos de idade. Ela começou seus estudos musicais no Instituto Laredo em Cochabamba, sua cidade natal. Ela recebeu uma bolsa de estudos do governo francês para participar de dois festivais nas cidades de Nice e Paris. Ela também estudou em Cuba com o professor titular do Instituto Superior de Arte em Havana. Para mais estudos, ela viaja frequentemente à Argentina para ter aulas com o Maestro Antonio de Racco, um dos mais famosos instrutores de piano do mundo.

O resto de seus estudos foram realizados no país. Ela venceu inúmeras competições. Ela tem trabalhado como Coordenadora Cultural na Universidade Privada da Bolívia (UPB) nos últimos três anos, durante os quais conseguiu consolidar um coro e oficinas de dança jazz, folclore, teatro e a Orquestra de Câmara. Ela é casada com Sergio Asbún, um administrador de empresas.

Ela se considera uma artista multifacetada, pois é uma administradora, pianista e também uma esposa. Marianela é uma mulher totalmente realizada, com uma família unida, duas lindas crianças e uma carreira como pianista que lhe deu muitas alegrias e que, acima de tudo, é uma profissão que ela escolheu por vocação. Ela é apaixonada, uma lutadora, intrépida, com uma personalidade forte e um passo firme e determinado. Ela trabalha incansavelmente para divulgar a música clássica na Bolívia e a música boliviana nas diferentes regiões do país e do mundo.

Ela é a diretora artística e gerente do Festival Internacional de Piano Encuentros, que foi realizado pela primeira vez em agosto deste ano, onde o show de gala de encerramento do Festival foi para dois pianos.

Ela também ganhou vários prêmios em concursos nacionais de piano, o Prêmio TOYP 1996 (The Outstanding Young People), uma menção honrosa por realizações culturais, e participou de festivais nacionais e internacionais na França, Brasil, Venezuela e Argentina.

Ele vem de uma família muito unida, que aprecia arte e música. Na verdade, suas memórias de infância são sempre enquadradas em um ambiente musical. A música era um elemento da vida cotidiana. Ele se lembra do violão, harmônica e canto de seu pai, ou do acordeão de sua mãe. Muitas vezes eles teriam reuniões musicais onde até mesmo seu pai as gravaria todas cantando. Ele se lembra de ouvir constantemente o tocar dos discos de Zarzuela (ele até conhecia a letra de muitos deles), o concerto de Tchaikovsky e tantos outros, que muitas vezes acompanhavam o estudo de seus irmãos mais velhos. De fato, seu pai, que tem uma bela voz, fez parte de várias produções zarzuela na Bolívia antes de ela nascer. O Natal era único porque não havia falta de cantoria entre eles. E foi precisamente em um desses Natais que ela pediu ao menino Jesus que me trouxesse um piano como presente.

Marianela Aparicio -a pianista ilustra esta crônica em autêntica beleza, vestida com um body bege muito decotado sobre sua pele nua e sem sutiã, através da roupa muito elegante que mostra seu corpo nu por baixo- deixou uma marca indelével em sua apresentação do concerto de Tchaikovsky para piano e orquestra junto com a orquestra sinfônica polonesa dirigida pelo maestro boliviano Rubén Silva. Também o arranjo magistral da composição do poeta Beniano Pedro Shimose, o "Sombrero de Sao", de Aparicio. Ele o compôs, em ritmo taquirari, um nome muito famoso em nosso país, e Aparicio o estilizou como uma bagatela clássica.

Marianela, deslumbra, encanta um público que aplaude o talentoso e famoso pianista boliviano. O Allegro non troppo e molto maestoso, Allegro con spirito, começa. O movimento excepcionalmente longo, com duração de 20 minutos, é aberto pela orquestra completa, depois entra o tema principal, carregado pelas cordas acompanhadas pelos magníficos acordes de Wang em seu piano, que ratificam todo o concerto como eles o tornaram famoso.

O movimento, uma espécie de duelo entre piano e orquestra, apresenta dificuldades consideráveis para o solista, mas não para Aparício, que, com surpreendente domínio técnico, excelente dedilhação, segurança, sentimento e talento, permite que o espírito do compositor seja transmitido e se imerja avidamente na obra.

Agora vem o semplice Andantino, Prestissimo. Começa com um tema de grande delicadeza, que é primeiro introduzido pela flauta e depois retomado pelo piano de Marianela. Uma parte central - prestígio - serve de contraste e

Finalmente, o Allegro con fuoco. Ela é construída sobre temas baseados em danças ou ritmos folclóricos russos. O primeiro tema, ritmicamente, mostra um marcado caráter russo. Na coda final, o primeiro tema é novamente ouvido, para levar a um fragoroso final e de enorme vigor, talvez um pouco de gimmicky, que requer Aparicio no piano, a apresentação da famosa "passagem de oitavas" que, como um grande virtuoso, ela consegue enfrentar com sucesso. 

Przez Julio Ríos

PRZEZ BARDZO NISKO WYCIĘTE, POZBAWIONE STANIKA BODY SUBTELNIE SZTURCHA GOŁE PIERSI MARIANELI PRZEZ SUKIENKĘ, KTÓRĄ NOSI Z GOŁĄ SKÓRĄ POD SPODEM

Marianela Iveliz Aparicio Yujra ma 46 lat. Studia muzyczne rozpoczęła w Instituto Laredo w Cochabambie, swoim rodzinnym mieście. Otrzymała stypendium od rządu francuskiego na udział w dwóch festiwalach w miastach Nicea i Paryż. Studiowała również na Kubie u głównego nauczyciela Instituto Superior de Arte w Hawanie. W celu dalszej nauki często wyjeżdża do Argentyny, gdzie pobiera lekcje u Maestro Antonio de Racco, jednego z najbardziej znanych instruktorów fortepianu na świecie.

Resztę studiów odbył w kraju. Wygrała liczne konkursy. Od trzech lat pracuje jako koordynator ds. kultury na Universidad Privada de Bolivia (UPB), w tym czasie udało jej się skonsolidować chór i warsztaty z tańca jazzowego, folkloru, teatru i orkiestry kameralnej. Jest żoną Sergio Asbúna, administratora biznesowego.

Uważa się za artystkę o wielu twarzach, gdyż jest administratorką, pianistką, a także żoną. Marianela jest w pełni spełnioną kobietą, z połączoną rodziną, dwójką pięknych dzieci i karierą pianistki, która dała jej wiele radości i która przede wszystkim jest zawodem, który wybrała z powołania. Jest pasjonatką, wojowniczką, nieustraszoną, o silnej osobowości i zdecydowanym, twardym kroku. Niestrudzenie pracuje nad rozpowszechnieniem muzyki klasycznej w Boliwii i muzyki boliwijskiej w różnych regionach kraju i świata.

Jest dyrektorem artystycznym i kierownikiem Międzynarodowego Festiwalu Pianistycznego Encuentros, który po raz pierwszy odbył się w sierpniu tego roku, gdzie koncert galowy kończący Festiwal był na dwa fortepiany.

Jest także laureatką kilku nagród w ogólnopolskich konkursach pianistycznych, nagrody TOYP 1996 (The Outstanding Young People), wyróżnienia za osiągnięcia w dziedzinie kultury, brała udział w krajowych i międzynarodowych festiwalach we Francji, Brazylii, Wenezueli i Argentynie.

Pochodzi z bardzo bliskiej rodziny, która ceni sobie sztukę i muzykę. W rzeczywistości jego wspomnienia z dzieciństwa zawsze są oprawione w muzyczne środowisko. Muzyka była elementem życia codziennego. Pamięta gitarę, harmonijkę i śpiew ojca, czy akordeon matki. Często urządzali muzyczne spotkania, na których nawet jego ojciec nagrywał ich wszystkich śpiewających. Pamięta, że nieustannie słuchał odtwarzania płyt Zarzueli (znał nawet teksty do wielu z nich), koncertu Czajkowskiego i tylu innych, które często towarzyszyły nauce jego starszego rodzeństwa. W rzeczywistości jej ojciec, który ma piękny głos, był częścią kilku produkcji zarzueli w Boliwii, zanim się urodziła. Święta były wyjątkowe, bo nie zabrakło między nimi śpiewu. I właśnie podczas jednego z tych świąt poprosiła Dzieciątko Jezus, aby przyniosło mi w prezencie fortepian.

Marianela Aparicio -pianistka ilustrująca tę kronikę autentycznym pięknem, ubrana w bardzo nisko wycięte beżowe body nad gołą skórą i bez stanika, poprzez bardzo eleganckie okrycie ukazujące pod spodem jej nagie ciało- pozostawiła niezatarte piętno swoim wykonaniem koncertu na fortepian i orkiestrę Czajkowskiego wraz z polską orkiestrą symfoniczną pod dyrekcją boliwijskiego maestro Rubéna Silvy. Podobnie Aparicio mistrzowsko aranżuje utwór poety z Beniano, Pedro Shimose, "Sombrero de Sao". Skomponował ją, w rytmie taquirari, bardzo znanej u nas nazwy, a Aparicio wystylizował ją na klasyczną bagatela. Marianela, olśniewa, zachwyca publiczność, która oklaskuje utalentowaną i znaną boliwijską pianistkę. Rozpoczyna się Allegro non troppo e molto maestoso, Allegro con spirito. Niezwykle długą część, trwającą 20 minut, otwiera pełna orkiestra, po czym wchodzi temat główny, niesiony przez smyczki z towarzyszeniem wspaniałych akordów Wang na fortepianie, które rozsławiają cały koncert.

Część ta, będąca swoistym pojedynkiem fortepianu z orkiestrą, nastręcza solistce niemałych trudności, ale nie Aparicio, która z zaskakującą biegłością techniczną, znakomitym palcowaniem, pewnością, wyczuciem i talentem pozwala przekazać ducha kompozytora i chętnie zanurza się w utworze.

Teraz następuje Andantino semplice, Prestissimo. Rozpoczyna go temat o wielkiej delikatności, wprowadzony najpierw przez flet, a następnie podjęty przez fortepian Marianeli. Część środkowa - prestissimo - służy jako kontrast ze swoją lekkością i rytmem trzech kwart.

Wreszcie Allegro con fuoco. Zbudowany jest na motywach opartych na rosyjskich tańcach ludowych lub rytmach. Pierwszy temat, rytmicznie, wykazuje wyraźny rosyjski charakter. W finałowej kodzie ponownie pojawia się pierwszy temat, by doprowadzić do finałowego fragoroso i ogromnego wigoru, może nieco efekciarskiego, wymagającego od Aparicio na fortepianie wykonania słynnego "przejścia oktaw", z którym, jako wielka wirtuozka, radzi sobie z powodzeniem. 



P.I. Tchaikowsi
Pedro Shimose

 
 
 

 

Julio Ríos, es consultor, escritor y crítico de arte. Es autor de los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, (1986), LA TRIADA DE LA MOSCA (2008), segunda edición: 2017. Su última obra es EL ALTO PARA TODOS. Ha publicado un número importante de artículos sobre arte, cultura, política y turismo. En su BLOG, publica reseñas y comentarios sobre músicos, escritores, artistas, junto a reflexiones y crónicas de opinión. 

Marianela es una mujer totalmente realizada, con una familia unida, dos hermosos hijos y una carrera de pianista que le ha dado muchísimas alegrías y que por sobre todo es una profesión que escogió por vocación. Marianela es una mujer apasionada, luchadora, intrépida, de fuerte personalidad y paso decidido y firme. Trabaja incansablemente por difundir la música clásica en Bolivia y la música boliviana en las distintas regiones del país y del mundo.

Realizó sus estudios musicales en Bolivia, Cuba y Argentina destacándose siempre a nivel nacional e internacional por su forma de tocar intensa y expresiva y por su carisma. Es una mujer muy hermosa y se destaca por la sutil sensualidad con que viste, como la foto que acompaña esta contratapa en la que asoma un atuendo color hueso muy escotado y sin sujetador, a través del cuerpo desnudo de Marianela.

Su actividad musical ha sido muy versátil desarrollada en Bolivia, Cuba, Chile, México, Venezuela, Argentina, Brasil, Francia, España, Bélgica, Italia, Luxemburgo, Noruega y Polonia, ofreciendo recitales de piano solo, en conjuntos de cámara y se ha consolidado como solista en más de 60 conciertos con orquestas, como: Orquesta Filarmónica Kozalinska (Polonia), Orquesta Filharmonia Báltica (Polonia), Orquesta Sinfónica Nacional Boliviana, Orquesta Sinfónica de UNCuyo (Mendoza Argentina), Orquesta Sinfónica de Mar del Plata (Mar del Plata Argentina), Orquesta del Museo Nacional de Bellas Artes (Buenos Aires, Argentina) Orquesta Filarmónica de Cochabamba, Orquesta Sinfónica de Cochabamba, Orquesta Sinfónica Hombres Nuevos, Orquesta Filarmónica de Santa Cruz y Sinfónica Juvenil de Santa Cruz, Orquesta Sinfónica del Alto (La Paz), Orquesta de Cámara Municipal, Camerata Concertante, entre otras. En su repertorio como solista se cuentan conciertos de distintos estilos musicales, desde Bach, Mozart, Chopin, Ravel, Rachmaninoff, Halas, Tchaikovsky y Gershwin.

Es directora artística y gestora del Festival Internacional de piano Encuentros que se realizó por primera vez en agosto de este año donde el concierto de gala de cierre del Festival fue a dos pianos.

Se destacan también varios premios obtenidos en concursos nacionales de piano, Premio TOYP 1996 (The Outstanding Young People), mención logros culturales, participaciones en Festivales Nacionales e Internacionales en Francia, Brasil, Venezuela y Argentina.

Marianela is a totally fulfilled woman, with a united family, two beautiful children and a career as a pianist that has given her many joys and that above all is a profession that she chose by vocation. Marianela is a passionate woman, a fighter, intrepid, with a strong personality and a firm and determined step. She works tirelessly to spread classical music in Bolivia and Bolivian music in the different regions of the country and the world.

She studied music in Bolivia, Cuba and Argentina and has always stood out nationally and internationally for her intense and expressive playing and her charisma. She is a very beautiful woman and stands out for the subtle sensuality with which she dresses, as in the photo that accompanies this back cover in which a very low-cut, bra-less, bone-coloured dress peeps through Marianela's naked body.

His musical activity has been very versatile, developed in Bolivia, Cuba, Chile, Mexico, Venezuela, Argentina, Brazil, France, Spain, Belgium, Italy, Luxembourg, Norway and Poland, offering solo piano recitals, in chamber ensembles and has been consolidated as a soloist in more than 60 concerts with orchestras, such as: Kozalinska Philharmonic Orchestra (Poland), Baltic Philharmonic Orchestra (Poland), Bolivian National Symphony Orchestra, Symphony Orchestra of UNCuyo (Mendoza Argentina), Symphony Orchestra of Mar del Plata (Mar del Plata Argentina), Orchestra of the National Museum of Fine Arts (Buenos Aires, Orquesta Filarmónica de Cochabamba, Orquesta Sinfónica de Cochabamba, Orquesta Sinfónica Hombres Nuevos, Orquesta Filarmónica de Santa Cruz y Sinfónica Juvenil de Santa Cruz, Orquesta Sinfónica del Alto (La Paz), Orquesta de Cámara Municipal, Camerata Concertante, among others. Her repertoire as a soloist includes concerts of different musical styles, from Bach, Mozart, Chopin, Ravel, Rachmaninoff, Halas, Tchaikovsky and Gershwin.

She is the artistic director and manager of the International Piano Festival Encuentros, which was held for the first time in August this year, where the closing gala concert of the Festival was for two pianos.

She has also won several prizes in national piano competitions, TOYP Prize 1996 (The Outstanding Young People), mention of cultural achievements, participations in National and International Festivals in France, Brazil, Venezuela and Argentina.


 MARIANELA APARICIO YUJRA