NOSTALGIA POR
MI PIANO
Quizá fue mi silencio
que lo desveló.
Sin espera ni dilación
nacen raudos los acordes
desde el fondo del viejo piano.
Impetuosos y decididos.
Con la vehemencia
de las cosas que están ahí desde siempre
y para siempre.
Dominándome al instante.
Invadiéndome.
¡Removiéndome el alma!
Nublándome los sentidos.
¡Poseyéndome sin tregua ni compromiso.
Triste, como es su costumbre,
un poco traicionero,
como queriéndome atrapar por sorpresa
y enrejarme eternamente tras sus teclas.
De sus cuerdas brota a chorros aquel viejo tema
que tantas veces yo toqué
Me lo quiere regalar hoy
este piano agradecido.
Momento sin tiempo
apenas un instante.
Olvido el mundo de la fanfarria,
del clamor.
Porque tu estás conmigo
y tú lo sabes.
Lo sabes bien
porque me ves y me oyes.
Me lees por dentro
miras si te miro
sientes lo que siento
¡ríes si río!
¡y lloras conmigo si lloro!
Este piano agradecido
que quiere acariciarme
y me brinda lo que
guarda con tanto celo
bien escondido
entre las fibras de sus viejas tablas.
¡Los compases mas profundos!
¡los mas sincopados!
¡los mas tortuosos los mas extraños!
los mas tristes
los mas bucólicos
los que apenas son un lamento
los compases mas dulces
que ahora puedo tocar.
Dejo que el viejo piano
triste y agradecido
me arroje sus notas eternas
me dé su consuelo.
Y me arrulle.