También Charcas la culta está en ti
JULIO RÍOS CALDERÓN
Revista ANDO, jueves 19 de mayo de 2022
Libertad, libertad es el grito que se escucha por doquier resonar de las grietas andinas al llano y del llano a las ondas del mar. Una de las frases más simbólicas de la independencia boliviana se encuentra incluida en el himno al departamento de Chuquisaca que el 25 de mayo festeja su efeméride. Indeleble el sueño de Bolívar, sagaz el pensamiento de Andrés de Santa Cruz, asombrosa la valentía de Sucre. Hombres de intelecto y patriotismo que hoy ya no existen.
Pueblo enarbolado de banderas revolucionarias que
aún asoman en su flamear, la faz de su heroína Juana Azurduy de Padilla,
cabalgando por polvorientos caminos tras rescatar la cercenada cabeza del
valiente esposo, Manuel Ascencio Padilla, en la más patética imagen de heroísmo
contemplada con los ojos de horror nebuloso de los yamparaes.
Las otoñales páginas de la historia refrescan
fechas y nombres: 1540, Pedro de Anzúres funda Chuquisaca. 1552 fundación del
Obispado de La Plata. 1560 se edita en Valladolid: Arte y Gramática de la
Lengua Quechua. 1809 rebelión armada contra el dominio español. 1825
proclamación de la independencia de Bolivia.
Más de doscientos años en pos del progreso. El
linaje de Sucre extendido por los caserones de blancas fachadas. Su cultura,
rememorando la cuna de libertad y sabiduría desde los muros de una de las
universidades más prestigiosas de Bolivia: Universidad Mayor Real y
Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, donde se escucharon las
primeras voces de rebeldía.
Sus calles y avenidas abren espacios hasta donde
convergen historia, fantasía, duendes y amoríos. Imponente el Churuquella, en
diálogo con el Sica Sica, velando por la ciudad. La capital del Estado
Plurinacional, asoma nuevos rincones que permiten palpar su historia
desde el silencio de sus viejas construcciones. Es penetrar en la penumbra de
sus colosales templos, en una gigantesca exposición plástica, reveladora del
talento de los pintores, arquitectos y escultores surgidos en el Virreinato, en
la Colonia y la República. Barroco, Manierismo, influencia flamenca, romanismo
y arte moderno, sin olvidar las creaciones indígenas, brillantes en su
artesanía.
Cargada de gloria está la Casa de la Libertad,
donde aún parece departir las figuras emblemáticas de los Padres de la
Patria. La Glorieta que tuvo príncipes, con sus fantasmas y sus oropeles
aristocráticos y un Prado con la Corte Suprema de Justicia. A todo ello se
suman edificios bancarios, históricos colegios, monumentos a próceres de la
independencia y un señorial teatro. Sumar a todo aquello plazas, parques y
lugares de paseo, es tener presente la visión de una ciudad encantadora,
declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Puna, valle y subtrópico, encierran en sus entrañas
la riqueza natural, sumándose la biodiversidad entre flora y fauna salvaje.
Los jalq´a, tarabucos y guaraníes, son testigos vivientes de un pasado que no
pierde sus raíces originarias. El carnaval de Tarabuco, destaca su espectacular
coreografía y la interpretación de la música del Pujllay. Yotala, ya es una
nueva zona residencial que por otra parte, llama al descanso.
Cajamarca, es otro lugar de ensueño con poéticas
aguas cristalinas limpiando los peñones y vigorizando los altos pinos,
cuyas sombras refrescan un bosque con orquestación de pájaros. Y los que llegan
hasta la capilla de Chataquila, podrán escuchar oraciones de piedra,
materia prima con la cual fue creado ese espacio elevado al Ser Supremo. En el
mismo lugar, el homenaje de admiración y agradecimiento a Tomás Katari,
traduciéndose en Ave Marías, como un ofertorio a su memoria. El
tiempo se detuvo en Pumamachay donde la pictografía certifica unos mil
quinientos años de antigüedad.
La culta Charcas, es un hospedaje en medio de
paisaje cautivante, pues muestra singulares prodigios de la naturaleza, en un
ámbito de silencio, sólo interrumpido por las voces que nacen en las arboledas.
Amorosos hoteles concebidos con visión restauradora y descubrimiento de tesoros
ocultos que Luis Rodríguez Calvo y Sandra Pascual, encontraron en Sucre. Si de
allí seguimos avanzando, nos encontramos con otra faz de la Chuquisaca
tradicional: Potolo, donde las formas zoomorfas de sus textiles son el
certificado de la creación artesanal conservada en los años. Cada una de esas
piezas tejidas al impulso de un lenguaje abstracto, nos habla de tiempos
remotos, de fe pagana y de creencias míticas propias de los jalq´a.
La lengua quechua endulzada en las frases de
bienvenida, pone un tinte especial, allí donde las serranías y el río que baña
sus sembradíos, ya son otro motivo de particular atracción. Treinta
kilómetros hacia el norte de Sucre, hay huellas que impresionan, al
transportarnos a mundos desconocidos. Son las huellas de dinosaurios,
vestigios de especímenes monstruosos que dominaron la Tierra, dejando a
su paso la identidad de su presencia solitaria en la región llamada Cal Ork´o,
imagen del farallón con huellas de 332 especies, origen del Parque Cretácico,
réplica paleontológica de abelisaurios, iguanodontes, tiranosaurios y reptiles
marinos.
Julio Ríos Calderón, es escritor y consultor
Libertad, libertad es el grito que se escucha por doquier resonar de las grietas andinas al llano y del llano a las ondas del mar. Una de las frases más simbólicas de la independencia boliviana se encuentra incluida en el himno al departamento de Chuquisaca que el 25 de mayo festeja su efeméride.