ARTISTAS DE LA FOTOGRAFÍA EN TIEMPOS DE
LA COVID - 19
LA OBRA DE
Kira Lottersberger
Como un gran volcán, esta pasión fue madurando cada vez más el deseo de entrar en erupción; con ideas que nunca durmieron y que crecían día a día en su interior, sedientas del deseo de materializarse, de crear.
LIMINAR: La característica más importante de la fotografía en blanco y negro es el contraste entre colores. Si bien es una limitante, los artistas encontraron maneras de expresarse a través de tonalidades grises. Los artistas dieron importancia a las formas y a los contrastes lumínicos.
La primera aparición de un procedimiento fotográfico fue en 1824 por Niépce. Cuando este muere, Daguerre continúa estudiando e investigando y en 1838 inventa el daguerrotipo: el primer procedimiento que tiene una etapa de revelado. Las investigaciones continuaron y la primera expresión fotográfica fue la fotografía en blanco y nego.
La fotografía analógica consiste en capturar sobre una superficie la luz que reflejan los objetos. Tras el revelado que descubrió Daguerre, y en un inicio, las fotografías solo se podían revelar en estos dos colores: blanco y negro.
La fotografía nace como una forma de documentar situaciones, no tenía ninguna intención artística. Poco a poco y con las mejoras tecnológicas de las cámaras y facilidad de impresión los fotógrafos tuvieron acceso y facilidad para explorar y jugar con la fotografía. Esto abrió un camino novedoso para el arte.
Hoy en día hay muchos artistas que siguen haciendo fotografía en blanco y negro. Es relevante que los fotógrafos elijan un tema o concepto para desarrollar su obra, así captaron imágenes que forman parte de una serie, es decir un número limitado de fotografías que comparten la misma intención artística.
Para valorar el proceso fotográfico y saber si es una buena fotografía hay que tener en cuenta muchos aspectos, entre ellos la composición. La composición debe tener: profundidad, equilibrio, perspectiva, orden o proporción. Es decir, la fotografía no es algo sencillo (al contrario) ya que cada una tiene su propio lenguaje y dominarlo es un arte.
La fotografía en blanco y negro es un género fotográfico. Se basa, en cambio, en tonalidades que van del blanco al negro pasando por los tonos medios (grises). Por ello también asoma, como fotografía monocroma o en escala de grises. Una fotografía en blanco y negro está, por lo tanto, desnuda de color, lo que la hace más profunda, directa a la esencia, basada en la luz y la forma. La fotografía en blanco y negro es instante, emoción y mensaje. Con poco (aquí entrevera su arte), sus artistas son capaces de decirlo todo. Un ejemplo es la escalera de luz y oscuridad.
Las imágenes en blanco y negro transmiten dramatismo y emoción, nos despojan del decorado y nos enseñan lo que hay bajo la superficie; el alma, la esencia. Una foto en blanco y negro nos impacta por el simple hecho de mostrarnos una realidad diferente a la que ven nuestros ojos. Hay que ir más allá de lo que interpretan los ojos habituados al color, hay que iluminar el cerebro a imaginar, a ver las líneas, las formas y el equilibrio. Ver las luces y sombras, la historia que desprende una escena, su atemporalidad y su belleza en el estado más crudo.
Las fotos que funcionan mejor en blanco y negro son aquellas que, para empezar, no basan su composición en el color. Es decir, no tiene mucho sentido pasar a monocromo una imagen que tiene el color como ingrediente principal de la composición, como por ejemplo esta: Las composiciones con líneas. Composiciones minimalistas. Imágenes con elevado contraste.
Texturas. Retratos. Formas abstractas. Espacio negativo. Días nublados. Clave alta y baja (dramatismo). Imágenes con marcada atemporalidad. Fotografía de calle. Arquitectura.
Cuando se despoja a una imagen de su color, la luz y la composición cobran un papel aún más relevante si cabe. La iluminación es el reto de cualquier fotógrafo, independientemente de la materia en la que quiera profundizar. Al dominas la luz, se conquista el 90% del trabajo hecho.
Los artistas de la calidad de Kira Lottersberger, evitan las zonas subexpuestas: ella prueba a derechear el histograma para evitar el ruido. Juega con las sombras. Con los contraluces.
Con imágenes de alto contraste. Busca situaciones de luz interesantes (días nublados, luces muy puntuales). Escoge un modo de medición adecuado para cada situación. Activa el histograma y se deja guiar por lo que aparece en él y no por lo que ves en pantalla.
Para trabajar en blanco y negro y obtener los mejores resultados, hay aspectos que configura la cámara en formato RAW: Este es el que conserva una mayor información con la que se trabaja en el revelado de la imagen. A diferencia del JPEG, el formato RAW no realiza ningún ajuste predeterminado en la cámara como sí lo hace el JPEG, que implica que la cámara en JPEG está tomando decisiones artísticas francamente extraordinarias.
El artista trabaja en modo manual: Le permite decidir cada uno de los aspectos de la toma. La composición forma parte del proceso de abstracción que hacen cuando fotografían en monocromo. Añaden a una buena dosis de intuición y de abstracción y, sobre todo, intentan pensar la imagen en blanco y negro antes de apretar el obturador.
Los artistas del negro y blanco, utilizan la regla de los tercios para situar a su protagonista dentro del encuadre. Buscan las líneas que son potentes elementos compositivos para dirigir la mirada del espectador. Encuadran en horizontal y vertical. Buscan patrones, juegan con el ritmo y rompen el ritmo. Juegan con las luces y sombras como un elemento compositivo. Ejemplo de composición fotográfica en blanco y negro: Parejas, hombre o mujer en un banco. Si hay un tema que le va perfectamente al blanco y negro son los retratos. Es, por si mismo, un tipo de fotografía llena de sentimiento, por lo que pone de máximo relieve al uso del blanco y negro, dando muy buenos resultados.
En esta realidad los artistas de la fotografía en negro y blanco, busca fondos lisos o con poca información para destacar a su protagonista. Utiliza la apertura de diafragma para desenfocar el fondo. Práctica con la clave alta y baja. Juegan con la iluminación.
Los paisajes en blanco y negro son auténticas oportunidades para conseguir imágenes impresionantes. Quizá no es el tema que a priori pensan para una foto en blanco y negro, pero lo cierto es que son grandes protagonistas de tus imágenes en escala de grises. Si bien requieren de una buena dosis de abstracción, consiguen resultados realmente asombrosos.
La fotografía analógica nunca se fue y nunca se irá, y mucho menos la fotografía analógica en blanco y negro. Si la digital tiene ventajas difíciles de superar por el carrete, lo cierto es que la emoción de revelar una imagen a la antigua usanza, su magia, nada la puede superar.
Las mejores fotos en blanco y negro han sido pensadas en escala de grises y llevan años de práctica y experiencia detrás. Son fotos en blanco y negro artísticas, sí, pero también son muchísimo más. Las mejores fotos en blanco y negro transmiten, evocan, cuentan una historia, nos conmueven. Ese es el objetivo detrás de cada una de las imágenes que producen. El blanco y negro no caducan; existen grandes fotógrafos de todas las épocas hasta la fecha, y aparecerán más.
Los artistas del negro y blanco más representativos son Sally Mann,Chema Madoz, Sebastião Salgado, Cristina García Rodero, Ansel Adams, Marc Riboud, Munem Wasif, Joana Biarnés, Garry Winogrand, Elliot Erwitt, Dorothea Lange, Robert Doisneau, Fan Ho, Vivian Maier, Irving Penn, Josef Koudelka, Diane Arbus, Robert Mapplethorpe, Richard Avedon.
DE PERFIL
Aquí presento a Kira Lottersberger (Romina Kira Román Lotterberger), nacida el 2 septiembre de 1971, en el estado de Mato Grosso do Sul, Capital del Pantanal, Campo Grande, una ciudad llena de misterios escondidos en la arquitectura de tendencias europeas mezcladas con el verde de la flora nativa y curvas de aguas grandes.
Estudió en el Instituto Luis de Albuquerque - ILA de su pequeña ciudad, dedicándose a la pintura y el diseño, mientras se dedicaba a formar a grupos de niños y adolescentes en estas áreas. Además, fue responsable durante 4 años consecutivos de la Galería de Artes del Órgano Cultural que llevaba el nombre de “Galería Xaraes”, dedicándose en sus tiempos libres a la comercialización de obras de grandes artistas de la época.
En el ILA ─que luego llegaría a denominarse Casa de la Cultura─, Kira también descubrió su gran pasión por la fotografía, trabajando paralelamente como fotógrafa asistente. Su desarrollo profesional en ese segundo hogar, más las fuerzas del destino y su experiencia con el paso del tiempo, hicieron que la artista empiece a crear raíces profundas en sus instintos artísticos. Como un gran volcán, esta pasión fue madurando cada vez más el deseo de entrar en erupción; con ideas que nunca durmieron y que crecían día a día en su interior, sedientas del deseo de materializarse, de crear.
Fue cuestión de tiempo para que ella decidiera que era el momento de pausar su relación con el diseño y la pintura, para involucrarse con la nueva pasión que había descubierto y necesitaba desarrollar: el trabajo cercano con el obturador.
La creación de imágenes antes soñadas, sumadas al deseo de producir y buscar formas asexuadas, dan lugar al encuentro con su YO personal, el mismo que empieza a compartir con muchos otros artistas, con sus experimentaciones y exposiciones visuales.
Así surge su incursión completa en el arte de fotografiar, la satisfacción en cada producción realizada, la seriedad de cada composición. El transcurrir del vivir es el crecer interminable en cada curva, en cada color, en cada cuerpo, cada composición elegida por Lottersberger como tema de expresión. Existe un sentir particular al elegir una figura, un espacio; es algo íntimo que se transmite al modelo elegido, para que éste se incluya como parte y complemento del equipo que se forma en cada producción fotográfica; es el punto donde la obra se complementa y consecuentemente se completa.
Su visita por un mes a Bolivia, con la finalidad de renovar sus ideas y conocer nuevos ambientes, se convirtieron en una estadía de más de 12 años, llegando a tener publicaciones en diferentes medios de comunicación, debido a que su trabajo despertó el interés y el respeto de algunos canales de televisión y revistas de prestigio, donde ejerció el oficio de la fotografía.
De la misma forma, son sus propios colegas de profesión los que también suelen destacarla por despertar las miradas y dirigir las incursiones hacia nuevas perspectivas en el mundo de la fotografía, así como en el tema de la moda, con producciones en gala, novias, tendencias de temporada y otros más.
Así es como la brasilera, hija de padre boliviano y madre argentina, hizo su historia en Bolivia, desempeñando un trabajo continuo y dedicado a su profesión, que continúa ─y con mucha mayor fuerza y dedicación─ hoy en día.
Kira es hija de Ruben Darío Román Añez, artista plástico boliviano, radicado en el Brasil y Deisy Lottesberger Vargas (+), de nacionalidad argentina. Tiene tres hijos: Felipe Román Lottersberger Ibrahim, Raquel Román Lottersberger Medeiros y Mateus Román Lottersberger Borges.
1. ¿Principal rasgo de su carácter?
La informalidad
2. ¿Qué cualidad aprecia más en un hombre?
La lealtad
3. ¿Y en una mujer?
La lealtad
4. ¿Qué espera de sus amigos?
Que estén siempre a mi lado
5. ¿Su principal defecto?
Soy muy perfeccionista
6. ¿Su ocupación favorita?
Sacar fotografías
7. ¿Su ideal de felicidad?
Realizarme en mi trabajo
No estar cerca de mis hijos
9. ¿Qué le gustaría ser?
Ser yo misma
10. ¿En qué país desearía vivir?
Me gustaría vivir en Ucrania
11. ¿Su color favorito?
El color negro
12. ¿La flor que más le gusta?
Gerbera
13. ¿Su ave preferida?
El pavo real
14. ¿Su escritor?
Joaquim Maria Machado de Assis
15 ¿Un héroe de ficción?
Super Hombre
16. ¿Una heroína?
La mujer Maravilla
17. ¿Su compositor favorito?
Vargas Villa
18. ¿Su pintor preferido?
Mi padre
19. ¿Su héroe de la vida real?
El Super Hombre
20. ¿Qué marca de pijama usa para dormir?
Lupo
Por Julio Ríos
VESTIDA DE NEGRO A TRAVÉS DE TOP MUY ESCOTADO SIN SOSTÉN CON LOS PECHOS Y EL TORSO DESNUDO POR DEBAJO DE LA ELEGANTE PRENDA
El artista recorre un camino personal que sostiene su propia manera de asumir la fotografía como arte, además de técnica. El concepto fotográfico —la idea que sostiene la imagen, lo sustenta el mensaje que expresa—, es quizás, la interpretación más profunda sobre el hecho de la imagen como concepto artístico. La capacidad para expresar el contenido de una imagen, conceptualizar el mundo que rodea a Kira Lottersberger, son símbolos personales y sensoriales reconocibles.
Su arte, como código y símbolo subjetivo, parece construirse a partir de la percepción de la imagen no sólo como producto técnico —que puede serlo—, sino también, un genuino reflejo sobre la opinión, metáforas privadas e ideas suyas. Una estructura esencial que tiene por objetivo no sólo captar la realidad —a pesar que puede hacerlo— sino también, reflexionar sobre lo subjetivo desde una perspectiva esencial, es el objetivo de Kira Lottersberger.
Romina Kira Román Lotterberger, mira con ojos nuevos lo que los demás observamos con vista cansada en la angustia de sobreexistir. Ella está perdidamente enamorada del obturador de su cámara fotográfica, que le permite controlar el tiempo que siempre está expuesto al sensor y a la acción de la luz. Mientras el diafragma controla la intensidad de la luminaria, el obturador controla el tiempo de la exposición.
Kira —la artista ilustra esta crónica por intermedio de una fotografía suya en la que asoma muy elegante a través de una singular falda calada y un atuendo color negro muy escotado sin sujetador que lo viste sutilmente con el cuerpo desnudo por debajo—, es una fotógrafa y artista plástica revestida de un gran talento que provoca que sus trabajos alcancen la perfección. Nacida bajo el signo zodiacal de Virgo, Kira es un ser mutable de la tierra; su espíritu crítico, precisión, reserva, paciencia y convencionalismo, le caracterizan. Ella es lógica, metódica y aplicada, le gusta aprender y es capaz de analizar las situaciones más complejas con una claridad pasmosa.
Su fotografía, depende de una herramienta eminentemente artística que lleva a efecto, pero sin duda es algo más que la tecnología que sustenta su cámara. Cada fotografía de Kira, es una combinación profunda de ideas y percepciones de la realidad, que construyen un código visual coherente y sobre todo, trascendente. Es la imagen que se transforma en idea.
La sensibilidad de esta artista, hace más sencilla la captura de la imagen y su procesamiento como elemento técnico, ella en realidad sostiene su poder visual de cualquier creación que depende de las decisiones artísticas e intelectuales de Lottersberger. El juego de su cámara y cómo la sostiene, entrevera una serie de análisis intuitivos sobre los que crea.
La imagen no solo alumbra su mundo sino que además lo sostiene y le brinda sentido. Es la manera en que Kira asume la belleza, de alimentar la forma en que se comprende y se asume como parte de su representación creativa. Es fotógrafa por pasión y por devoción.
Forma un mundo personal que tiene un significado alegórico; además, resiste sobre cierta percepción sobre su identidad. Su fotografía más allá de la belleza construye imágenes lentas que se oponen a la estética de la instantánea. Pasa a ser el soporte donde la autora expresa su discurso y el objeto de respeto por sus gamas de grises y otros alcances hábiles o compositivos.
Por otro lado nos encontramos con imágenes realizadas por Lottersberger que son de tal perfección que se convierten en arte por sí solas, por su hermosura y su perfecta realización a la hora de tomar la foto. Cuando dispara en blanco y negro, transmite la esencia del protagonista o la protagonista fotografiada.
El tratamiento de las sombras en la fotografía en blanco y negro de Lottersberger es magistral. Sus sombras son sutiles y detalladas, hace que su fotografía guste, entretenga, llame a contemplarla. Ella asoma una extrarodinaria y completa figura de sombras profundas y toques de luz nítidos que hace que una foto en blanco y negro sea óptimo.
El contraste también incluye un componente de proximidad. Sus fotos contienen una alta diferencia que transmite una sensación de intensidad dinámica, debido a las sombras oscuras. Por eso le gusta añadir disparidad a las fotos monocromáticas. Ayuda a que su iconografía se destaque.
Los tonos son la piedra angular de toda fotografía en blanco y negro. Incluso las pequeñas variaciones en los tonos que captura pueden cambiar las emociones de una foto de manera significativa. Personalmente, me gusta la apariencia de las fotografías oscuras de Kira, tanto monocromáticas como en color. Pero los tonos específicos que funcionan mejor aparecen de la escena que ella está fotografiando con una versión más clara.
Las inflexiones de su obra, ya sean oscuros o brillantes, se armonizan con el carácter propio del protagonista. Lo usa deliberadamente para contar la historia que tiene en mente. Cada foto de Lottersberger, es una colección de formas, simples o complejas. Cuando elimina el color de su caja de herramientas, las formas se vuelven aún más importantes como parte de la historia que cuenta. No hay color para hacer una imagen más familiar (o más abstracta, si ese es su objetivo). Por lo tanto, sus formas son especialmente importantes; son una de las principales maneras para que un espectador le de sentido y se vea seducido por su imagen. Las texturas que captura tienen el poder de dar emoción a una foto.
Kira siempre enfatiza el contraste en las fotos que dispara. Cuando toma una perspectiva, piensa en cómo se verá en blanco y negro. Una balerina se verá interesante cuando se contraste con un objeto oscuro. Un hombre de físico musculoso y tatuado se mostrará corporalmente perfecto. Una mujer desnuda captada con su anatomía trasera, se verá sutilmente preciosa.
En su acción, la silueta de una persona femenina con pelo rubio frente a un fondo claro crea un contraste asombroso. Lottersberger maneja con mucha prolijidad la figura del desnudo. Domina la fisiología de los cuerpos que fotografía, que completamente desarropados, la generosa anatomía que proyecta de ellos es de acabado perfecto. Es fundamental en el trabajo de Kira el pincelado sensual, donde cada figura se rocía de erotismo. Atrae, enamora. Sucede con la ilustración de una mujer sentada con un “enatito de Disney”. Los ojos son plasmados con destreza, como si estos fueran dos lagos de agua cristalina que llama, moja, inunda y ahoga. El erotismo en sus estampas permite entrever a una mujer tendida en el suelo geométricamente. Vestida con un enterizo, sin vacilación alguna se la aprecia con la ropa y la piel desnuda interiormente.
Kira presta especial atención a la interacción de la luz y las sombras cuando hace retratos monocromáticos. La iluminación cuidadosa para esculpir la forma de la cara de un sujeto o llamar la atención sobre ciertos rasgos es asombrosa, como la mirada en los ojos o la textura de sus manos y la masculinidad de los distintivos. Los resultados lo dicen todo.
Por Julio Rios
VESTIDA DE PRETO ATRAVÉS DE TOP BEM BAIXO SEM SUTIÃ COM PEITO E TORSO NU ABAIXO DA VESTUÁRIO ELEGANTE
O artista segue um caminho pessoal que sustenta sua própria maneira de assumir a fotografia como uma arte, assim como uma técnica. O conceito fotográfico -a idéia que sustenta a imagem, a mensagem que ela expressa -é talvez a interpretação mais profunda do fato da imagem como um conceito artístico. A capacidade de expressar o conteúdo de uma imagem, de conceituar o mundo ao redor de Kira Lottersberger, são símbolos pessoais e sensoriais reconhecíveis.
Sua arte, como código subjetivo e símbolo, parece ser construída a partir da percepção da imagem não apenas como um produto técnico - que pode ser - mas também como uma genuína reflexão sobre sua própria opinião, metáforas privadas e idéias. Uma estrutura essencial que visa não apenas capturar a realidade -embora possa- mas também refletir sobre o subjetivo a partir de uma perspectiva essencial, é o objetivo de Kira Lottersberger.
Romina Kira Román Lotterberger olha com novos olhos para o que o resto de nós observamos com olhos cansados na angústia da superexistência. Ela está loucamente apaixonada pelo obturador de sua câmera, o que lhe permite controlar o tempo que está sempre exposto ao sensor e a ação da luz. Enquanto o diafragma controla a intensidade da luz, o obturador controla o tempo de exposição.
Kira -a artista ilustra esta crônica através de uma fotografia de si mesma na qual ela aparece muito elegante através de uma singular saia de trabalho aberto e uma roupa preta muito decotada sem sutiã que veste sutilmente seu corpo nu por baixo- é uma fotógrafa e artista plástica com um grande talento que faz com que suas obras alcancem a perfeição. Nascida sob o signo zodiacal de Virgo, Kira é um ser mutável da terra; seu espírito crítico, precisão, reserva, paciência e convencionalidade a caracterizam. Ela é lógica, metódica e aplicada, gosta de aprender e é capaz de analisar as situações mais complexas com uma clareza espantosa.
Sua fotografia depende de uma ferramenta eminentemente artística que ela carrega em efeito, mas é sem dúvida mais do que apenas a tecnologia que suporta sua câmera. Cada uma das fotografias de Kira é uma profunda combinação de idéias e percepções da realidade, que constroem um código visual coerente e, acima de tudo, transcendente. É a imagem que se transforma em uma idéia.
A sensibilidade desta artista facilita a captura da imagem e seu processamento como elemento técnico, ela realmente sustenta o poder visual de qualquer criação que dependa das decisões artísticas e intelectuais da Lottersberger. O jogo de sua câmera e como ele a segura, entrelaça uma série de análises intuitivas sobre as quais ele cria.
A imagem não apenas ilumina seu mundo, mas também o sustenta e lhe dá sentido. É a maneira de Kira assumir a beleza, de nutrir a forma como ela é entendida e assumida como parte de sua representação criativa. Ela é uma fotógrafa por paixão e devoção.
Ela forma um mundo pessoal que tem um significado alegórico; além disso, ela resiste a uma certa percepção de sua identidade. Sua fotografia, além da beleza, constrói imagens lentas que se opõem à estética do instantâneo. Ela se torna o meio onde a autora expressa seu discurso e o objeto de respeito por seus tons de cinza e outros escopos habilidosos ou composicionais.
Por outro lado, encontramos imagens tiradas pela Lottersberger que são tão perfeitas que se tornam arte em si, por causa de sua beleza e sua perfeita execução no momento de tirar a fotografia. Quando ele dispara em preto e branco, ele transmite a essência do protagonista ou do protagonista fotografado.
O tratamento das sombras na fotografia em preto e branco da Lottersberger é magistral. Suas sombras são sutis e detalhadas, tornando sua fotografia agradável, divertida e convidativa à contemplação. Ela se assemelha a uma figura extraordinária, cheia de sombras profundas e destaques nítidos, que faz uma ótima foto em preto e branco.
O contraste também inclui um componente de proximidade. Suas fotos contêm uma alta diferença que transmite uma sensação de intensidade dinâmica, devido às sombras escuras. É por isso que ele gosta de acrescentar disparidade às fotos monocromáticas. Isso ajuda sua iconografia a se destacar.
Os tons são a pedra angular de toda fotografia em preto e branco. Mesmo pequenas variações nos tons que ele capta podem mudar significativamente as emoções de uma foto. Pessoalmente, gosto do visual das fotografias escuras de Kira, tanto monocromáticas como coloridas. Mas os tons específicos que funcionam melhor aparecem da cena que ela está fotografando com uma versão mais leve.
As inflexões de sua obra, seja ela escura ou brilhante, se harmonizam com o caráter do protagonista. Ele o usa deliberadamente para contar a história que tem em mente. Cada uma das fotografias da Lottersberger é uma coleção de formulários, simples ou complexos. Quando ele remove a cor de sua caixa de ferramentas, as formas se tornam ainda mais importantes como parte da história que ele conta. Não há cor para tornar uma imagem mais familiar (ou mais abstrata, se esse for seu objetivo). Portanto, suas formas são especialmente importantes; são uma das principais maneiras de um espectador fazer sentido e ser seduzido por sua imagem. As texturas que ela capta têm o poder de dar emoção a uma foto.
Kira sempre enfatiza o contraste nas fotos que fotografa. Quando ela toma uma perspectiva, ela pensa em como ela ficará em preto e branco. Uma bailarina vai parecer interessante quando contrastada com um objeto escuro. Um homem com um físico musculoso e tatuado será mostrado como perfeito para o corpo. Uma mulher nua, capturada com sua anatomia traseira, ficará sutilmente bonita.
Em sua ação, a silhueta de uma pessoa feminina de cabelos loiros sobre um fundo claro cria um contraste marcante. Lottersberger lida com a figura do nu de forma muito arrumada. Ele domina a fisiologia dos corpos que fotografa, a qual, plenamente desenvolvida, a generosa anatomia que ele projeta a partir deles está perfeitamente acabada. Fundamental no trabalho de Kira é a pincelada sensual, onde cada figura é borrifada com erotismo. Atrai, enamora. Acontece com a ilustração de uma mulher sentada com um "gatinho Disney". Os olhos são habilmente capturados, como se fossem dois lagos de água cristalina que chamam, molham, inundam e afogam. O erotismo em suas gravuras dá um vislumbre de uma mulher deitada geometricamente no chão. Vestida com um body de uma só peça, ela é vista sem hesitação com suas roupas e pele nua por dentro.
Kira presta atenção especial à interação de luz e sombra ao fazer retratos monocromáticos. A iluminação cuidadosa para esculpir a forma do rosto de um sujeito ou chamar a atenção para certas características é surpreendente, como o olhar nos olhos ou a textura de suas mãos e a masculinidade dos crachás. Os resultados dizem tudo.
By Julio Ríos
ELEGANT AND VERY LOW-CUT KIRA DRESSES IN A BRA-LESS OUTFIT WITH A NAKED BODY UNDERNEATH
The artist follows a personal path that supports his own way of assuming photography as an art as well as a technique. The photographic concept - the idea that underpins the image, the message it expresses - is perhaps the most profound interpretation of the fact of the image as an artistic concept. The ability to express the content of an image, to conceptualise the world around Kira Lottersberger, are recognisable personal and sensory symbols.
Her art, as a subjective code and symbol, seems to be built on the perception of the image not only as a technical product -which it can be- but also as a genuine reflection on her own opinion, private metaphors and ideas. An essential structure that aims not only to capture reality -although it can- but also to reflect on the subjective from an essential perspective, is Kira Lottersberger's goal.
Romina Kira Román Lotterberger looks with new eyes at what the rest of us observe with tired eyes in the anguish of super-existence. She is madly in love with the shutter of her camera, which allows her to control the time she is always exposed to the sensor and the action of the light. While the diaphragm controls the intensity of light, the shutter controls the exposure time.
Kira -the artist illustrates this chronicle through a photograph of herself in which she appears very elegant through a singular open work skirt and a very low-cut black outfit without a bra that subtly dresses her naked body underneath- is a photographer and visual artist with a great talent that makes her works reach perfection. Born under the zodiac sign of Virgo, Kira is a mutable being of the earth; her critical spirit, precision, reserve, patience and conventionality characterise her. She is logical, methodical and applied, enjoys learning and is able to analyse the most complex situations with astonishing clarity.
Her photography relies on an eminently artistic tool that she carries in effect, but it is undoubtedly more than just the technology that supports her camera. Each of Kira's photographs is a profound combination of ideas and perceptions of reality, which build a coherent and, above all, transcendent visual code. It is the image that becomes an idea.
The sensibility of this artist facilitates the capture of the image and its processing as a technical element, it really sustains the visual power of any creation that depends on Lottersberger's artistic and intellectual decisions. The play of his camera and how he holds it, interweaves a series of intuitive analyses upon which he creates.
The image not only illuminates his world, but also sustains it and gives it meaning. It is Kira's way of taking on beauty, of nurturing the way it is understood and taken on as part of her creative representation. She is a photographer by passion and devotion.
She forms a personal world that has allegorical significance; moreover, she resists a certain perception of her identity. Her photography, beyond beauty, constructs slow images that oppose the aesthetics of the instantaneous. It becomes the medium where the author expresses her discourse and the object of respect for its shades of grey and other skilful or compositional scopes.
On the other hand, we find images taken by Lottersberger that are so perfect that they become art in themselves because of their beauty and their perfect execution in the moment of taking the photograph. When he shoots in black and white, he conveys the essence of the protagonist or the protagonist being photographed.
The treatment of shadows in Lottersberger's black and white photography is masterful. Her shadows are subtle and detailed, making her photography pleasing, fun and inviting to contemplation. She resembles an extraordinary figure, full of deep shadows and crisp highlights, which makes for a great black and white photo.
Contrast also includes a component of proximity. His photos contain a high difference that conveys a sense of dynamic intensity, due to the dark shadows. This is why he likes to add disparity to monochrome photos. This helps his iconography to stand out.
Tones are the cornerstone of all black and white photography. Even small variations in the tones he captures can significantly change the emotions of a photo. Personally, I like the look of Kira's dark photographs, both monochrome and colour. But the specific tones that work best appear from the scene she is photographing with a lighter version.
The inflections of his work, whether dark or bright, harmonise with the character of the protagonist. He uses it deliberately to tell the story he has in mind. Each of Lottersberger's photographs is a collection of forms, simple or complex. When he removes colour from his toolbox, the forms become even more important as part of the story he is telling. There is no colour to make an image more familiar (or more abstract, if that is your goal). Therefore, its shapes are especially important; they are one of the main ways a viewer can make sense of and be seduced by your image. The textures she captures have the power to add emotion to a photo.
Kira always emphasizes contrast in the photos she shoots. When she takes a perspective, she thinks about how it will look in black and white. A ballerina will look interesting when contrasted with a dark object. A man with a muscular, tattooed physique will be shown as perfect for his body. A naked woman, captured with her rear anatomy, will look subtly beautiful.
In his action, the silhouette of a blond-haired female person on a light background creates a striking contrast. Lottersberger handles the nude figure very neatly. He masters the physiology of the bodies he photographs, which, fully developed, the generous anatomy he projects from them is perfectly finished. Fundamental in Kira's work is the sensual brushstroke, where each figure is sprinkled with eroticism. It attracts, it enamours. It happens with the illustration of a woman sitting with a "Disney kitten". The eyes are skilfully captured, as if they were two crystal clear lakes of water that call, wet, flood and drown. The eroticism in her prints gives a glimpse of a woman lying geometrically on the floor. Dressed in a one-piece bodysuit, she is seen unabashedly in her clothes and bare skin on the inside.
Kira pays special attention to the interplay of light and shadow when making monochrome portraits. The careful lighting to sculpt the shape of a subject's face or draw attention to certain features is striking, such as the look in her eyes or the texture of her hands and the masculinity of her badges. The results say it all.
Julio Ríos, licenciado en Ciencias de la Comunicación UCB y diplomado en investigación periodística por la Universidad de la Jolla, San Dieggo California USA, es escritor y crítico de arte. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO (1986), la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), EL ALTO PARA TODOS (2017), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023), UNA HISTORIA PARA CONTAR (2924).
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