PELÍCULAS DVD 007 EN TIEMPOS DE
LA COVID – 19
DANIEL CRAIG
IAN FLEMING JAMES BOND 007
CASINO ROYALE
Casino Royale es la vigésima primera película de la serie cinematográfica de James Bond, basada en la novela homónima de Ian Fleming, dirigida por el neozelandés Martin Campbell y estrenada en el 2006. Es la primera cinta de la franquicia que cuenta con Daniel Craig en el papel protagonista del agente 007, así como la tercera adaptación de Casino Royale (la primera versión se estrenó en el año 1954, y la segunda en el año 1967).
La trama aborda los comienzos de James Bond como espía secreto, justo después de haber obtenido su licencia para matar. Tras prevenir un ataque terrorista en el Aeropuerto Internacional de Miami, Bond se enamora de Vesper Lynd, una agente de Her Majesty's Treasury, asignada para proporcionarle los fondos monetarios necesarios para frustrar un torneo de póquer de altas apuestas, organizado por Le Chiffre. La historia continúa en Quantum of Solace.
Neal Purvis, Robert Wade y Paul Haggis redactaron el guion, encargándose este último de reescribir el clímax del relato. El reparto principal está integrado por Daniel Craig, Eva Green, Mads Mikkelsen, Judi Dench, Jeffrey Wright y Giancarlo Giannini. A comienzos de 2005, al término de la producción de Die Another Day, Pierce Brosnan (que hasta entonces había interpretado al agente) anunció que ya no volvería a interpretar el personaje debido a que, por ese entonces, contaba con 50 años de edad, razón por la cual los productores querían reemplazarlo por un actor más joven. Después de varios meses, se reveló que Craig sería el nuevo Bond en la franquicia fílmica.
Pilares de fichas agrupadas durante un juego de póquer; en Casino Royale, James Bond debe frustrar los planes siniestros de Le Chiffre a través de un juego de póquer desarrollado en el Casino Royale, radicado en Montenegro.
En las escenas iniciales, James Bond (Daniel Craig) obtiene el código 00 después de matar al jefe corrupto del MI6, Dryden, y a su aliado Fisher en Praga. Mientras tanto, en Uganda, el Sr. White (Jesper Christensen) ha organizado un encuentro entre el banquero Le Chiffre (Mads Mikkelsen) y el guerrillero Obano (Isaach De Bankolé), quien solamente quiere proteger sus fondos monetarios; si bien Le Chiffre le asegura a este que «no hay peligro alguno en la cartera de inversiones», en realidad sus inversiones son de bastante riesgo, ya que realiza ventas cortas de empresas para después financiar atentados terroristas contra las mismas en un intento por hundir sus acciones y comprarlas a precios más bajos.
Como parte de su primera misión como agente 007, Bond persigue al terrorista Mollaka en Madagascar; tras una persecución parkour que finaliza en la embajada de Nambutu (un lugar ficticio), allí, Bond mata a su objetivo.
Para escapar del lugar hace estallar una parte del edificio. Segundos después, al hacerse con el teléfono móvil de Mollaka, descubre que este último había recibido un mensaje SMS de Alex Dimitrios (Simon Abkarian), un asociado de Le Chiffre en Bahamas. Con esta información, viaja a ese lugar y vence a Dimitrios en una partida de póquer, ganando así su Aston Martin DB5.
Con el fin de conocer los planes de Dimitrios, Bond seduce a su esposa, Solange (Caterina Murino), quien le revela que su marido habría de partir a Miami esa noche, para cumplir con algunos negocios.
En ese instante, el agente parte para asesinar a Dimitrios y frustrar el plan de Le Chiffre, consistente en destruir el prototipo Skyfleet Airliner. Como consecuencia de lo anterior, el banquero queda con una pérdida financiera cuantiosa, ya que previamente había hecho ventas cortas de opciones put en las acciones de Skyfleet, las cuales habrían expirado para entonces sin valor alguno.
Notablemente presionado por recuperar cuanto antes el dinero de su clientela, Le Chiffre se ve en la necesidad de instituir un torneo de póquer de altas apuestas en el Casino Royale, ubicado en Montenegro.
Confiados en que, ante un eventual fracaso, el banquero se vería obligado a buscar protección del Gobierno británico para salvaguardar su integridad de los furiosos acreedores, M (Judi Dench) procede a inscribir a Bond en el torneo del Casino Royale. Al llegar ahí, 007 se reúne con su contacto René Mathis (Giancarlo Giannini), y con la agente del Tesoro británico, Vesper Lynd (Eva Green).
Esta última tiene que vigilar que el presupuesto gubernamental para mantener activo a Bond a lo largo del torneo no sobrepase el tope estipulado. Tras unas partidas, Le Chiffre regresa a su apartamento y tanto él como su novia Valenka (Ivana Miličević) son amenazados por el guerrillero Obano, que reclama el dinero que Le Chiffre le prometió.
Tras amedrentar al banquero (quien promete darle pronto el dinero) y a su novia, él y su secuaz se topan con Bond y Vesper, quienes habían oído los gritos de Valenka. 007 se enfrenta a los dos y los mata, de modo que Mathis al día siguiente usa sus cadáveres con el fin de culpar de los asesinatos a un guardaespaldas de Le Chiffre y acorralar al banquero aún más.
En una partida, Le Chiffre hace creer a Bond que está de farol, lo cual provoca el fallo de Bond tras haberlo arriesgado económicamente todo. Calificándolo como una apuesta imprudente, Vesper rehúsa continuar financiándolo con los fondos del Gobierno. Angustiado, Bond decide asesinar a Le Chiffre en el mismo casino, pero antes de poder llegar hasta él es interceptado por Felix Leiter (Jeffrey Wright), un agente de la CIA que había estado jugando también en el torneo de póquer y que, sintiendo que Bond tiene más madera que él en el juego, le ofrece sustento económico para que pueda volver a la partida.
A cambio, le pide que Le Chiffre sea su recluso una vez que acabe el torneo. Así, una vez de vuelta en el desafío, Bond empieza a remontar y Le Chiffre empieza a estancarse. Valenka, como medida preventiva, decide envenenar a Bond y lo consigue. Bond se marcha a su Aston Martin y avisa al MI6 de su estado. Pese a las indicaciones de sus jefes, 007 sufre un colapso previo a un inminente ataque cardíaco, aunque Vesper llega a tiempo para salvarle la vida y reanimarlo.
Bond regresa ante la atónita mirada de Le Chiffre y triunfa al acabar la partida en un all in, con la mano más alta para Bond con una escalera de color, frente a un full house de Le Chiffre, llevándose Bond todos los fondos acumulados del juego. Para celebrar su victoria, Bond y Vesper cenan juntos esa noche, pero poco después ella es secuestrada por Le Chiffre, quien la usa como señuelo para que Bond los siga.
El agente 007 acude al rescate de Vesper, pero sufre un accidente automovilístico tras una persecución y queda inconsciente. Le Chiffre lo secuestra también con el propósito de hacerle revelar la contraseña con la cual acceder a los fondos del torneo de póquer; recurre a la tortura física, amenazándolo con castrarlo si rehúsa cooperar. Sin embargo, un renuente Bond jamás termina por compartirle tal información confidencial. En ese momento aparece el Sr. White repentinamente al mismo cuarto, asesina a Le Chiffre y a todos sus allegados bajo la consigna de no haber recuperado el dinero perdido. Misteriosamente, Bond y Vesper son dejados con vida.
En plena recuperación de sus heridas, Bond despierta al día siguiente en un hospital del lago de Como. Allí ordena el arresto de Mathis, quien considera que es un doble agente, además de que Le Chiffre se lo había confirmado tras el accidente.
Asimismo, decide revelarle a Vesper que está enamorado de ella, y menciona que su rol como el agente 007 le ha llevado a «perder su humanidad». Como consecuencia de ello, decide enviarle su dimisión a M y pasar unas vacaciones junto a Vesper en Venecia. No obstante, Bond se entera luego de que los fondos del torneo de póquer nunca se llegaron a depositar en la cuenta del HM Treasury, por lo que comprende que Vesper los ha robado.
Decide seguirla hasta llegar a un edificio en remodelación, donde ella se encuentra con unos sujetos sospechosos que la interceptan y toman el maletín que llevaba en ese momento, y en cuyo interior se encuentra el dinero desaparecido. Con tal de adentrarse en el edificio, Bond dispara a unos dispositivos de flotación que sostienen los cimientos y que impiden la inundación de la estructura, provocando que el edificio comience a venirse abajo en el Gran Canal.
Una vez que asesina a los susodichos, Bond se percata de que Vesper está aprisionada en un ascensor, con riesgo de quedar atrapada bajo el agua.
Aunque intenta rescatarla, ella se disculpa con lágrimas en los ojos por lo sucedido y arroja las llaves de la puerta hacia las profundidades, con lo que desecha cualquier posibilidad de salvarse.
Para cuando Bond logra abrir la puerta y salir del edificio, ahora hundido, Vesper ha muerto. Mirando la trágica escena desde un balcón aledaño, el Sr. White toma el portafolios con el dinero y se marcha.
Poco después, M le revela a un todavía conmocionado Bond que Vesper tenía un novio franco-argelino que había sido secuestrado por la organización detrás de Le Chiffre y White, como también que Vesper había aceptado darles el dinero de la apuesta ganada en Casino Royale con la sola condición de que no mataran a Bond.
Con esta información, y percatándose de que Vesper tenía el número telefónico de White en su teléfono móvil, decide ir en búsqueda del villano.
En las escenas finales, se aprecia a White mientras llega a un palacio cerca de lago de Como, donde recibe una llamada telefónica; al preguntar por la identidad del interlocutor, recibe un disparo en la pierna. Finalmente Bond lo alcanza, cargando un UMP con silenciador en su mano, y recita: «Mi nombre es Bond. James Bond».
Julio Ríos
El actor Daniel Craig —en esa debatida elección para el nuevo 00, consecuencia de oposición asomada entre los seguidores más obstinados de la interpretación cinematográfica del protagonista de Ian Fleming— llegó a manifestarlo en algún momento cuando se negó en principio a ser el Bond para el filme número 21 dentro de la franquicia más superviviente de la historia del cine.
Todo cambio, no obstante, es bueno, es renovador, mas un estilo que imprimió Universal, Doug Liman y Paul Greengrass, que habían tratado las dos primeras entregas de la traslación de Jason Bourne al cine y que, a la postre, estaba llamada a convertirse en el mejor filme protagonizado por James Bond a lo largo de su muy dilatada historia en la gran pantalla, tuvo una conclusión plausible digna de estímulo y aplauso.
Se cambió, sin embargo, la línea imaginativa de Fleming en la imagen del personaje moreno, alto y distinguido que el literato británico describía en sus novelas. Empero la transformación más creíble y física de cuántas ha conocido el agente del MI6, una versión sólo igualada —que no superada— por el clásico encanto que Sean Connery aportó al personaje a lo largo de los siete filmes en los que encarnó a 007.
La apuesta de Eon, la productora detrás de los veinticuatro filmes oficiales de 007, permitió entrever un éxito florido: el nuevo actor les aprovecharía de apoyo para aproximarse al personaje desde "cero", y para ello nada mejor que remontarse a la primera novela que Fleming escribió sobre el espía, 'Casino Royale'.
La apertura en blanco y negro del metraje, como la ESPECTACULAR secuencia inicial en Madagascar dejan claro que, aunque las "fantasmadas" propias del personaje seguirán vigentes, el tono creíble de superhéroe que éstas habían adquirido de manos del actor Pierce Brosnan, tuvieron de herencia un agente secreto al que conocemos, en toda una declaración de principios, asesinando a dos objetivos que le otorgan su cualidad de "doble cero".
Tras ella, esos seis minutos imparables sin diálogos en los que Bond sigue a un ágil mercenario fabricante de bombas por esqueleto metálico de un edificio en construcción dejan claro que estamos ante una visión del personaje es mucho más física que cualquiera de las que habíamos visto en el pasado.'Casino Royale' entrevera a un 007 vulnerable con cicatrices y sangrando, característica que jamás la hubo en el itinerario de la saga.
Esa vulnerabilidad física que hace que el personaje encarnado por Daniel Craig se someta a un vaivén de enfrentamientos en primera persona —impresionante la lucha en las escaleras del hotel— sin la ayuda de los inevitables gadgets que siempre se han asociado al agente secreto, se traslada también a la mente de un hombre que siguiendo lo establecido por las páginas del texto original, se enamorará de la chica Bond para esta película, la hermosa Vesper Lynd —la apreciamos en la foto que ilustra esta crónica vestida de rojo sobre la misma piel y anatomía de Eva, a través de un muy escotado y elegante atuendo que la actriz lo usa con el cuerpo desnudo y sin sujetador por debajo— encarnada con convicción por Eva Green que también renueva a las “Bond Girls que actuaron por el amplio repertorio amoroso del espía con licencia para matar.
La “Bond Girl”, no villana, sino amante del principal villano, Caterina Munro. Bond aprovecha la mirada coqueta de ella en el casino y la aborda en su automóvil. ¿Una copa?, expresa 007 a Solange.
Ella le acepta y James la invita a su habitación con la intención de hacerle el amor y conseguir información secreta de Le Chiffre. Aparecen los dos revolcados en la alfombra del piso besándose apasionadamente. Ella asoma con un traje rojo sensual vestido sobre su cuerpo desnudo, desabotonando la camisa de seda negra de Bond sin camiseta interior debajo. Lo besa con todo el ardor sexual dibujando su boca carnosa sobre la de 007 y bajando sus labios por su cuello, acariciando el torso desnudo de Bond.
Para dar espíritu al sólido guión escrito por Neal Purvis, Robert Wade y Paul Haggis, encontramos en 'Casino Royale' al mejor contrario de cuántos ha conocido James Bond a lo largo de su itinerario cinematográfica. Y la responsabilidad para ello recae en Mads Mikkelsen que ensancha la inquietante tridimensionalidad a ese villano de rostro imperturbable llamado Le Chiffre al que la cualidad de llorar sangre sirve para sumar varios detalles con los megalómanos a los que se enfrentó 007.
“Casino Royale” encuentra un escalón y triunfa con ese talante físico que adquiere el nuevo Bond, sometiendo al personaje a una tortura que ya ha pasado por derecho propio a los mejores momentos de la saga.
La expresión pública sobre la que nos encontramos, alude al mejor Bond que se ha estrenado en cine refiriendo a Daniel Craig en la piel del personaje, como a la producción en su totalidad. Esta manifestación, pero, tiene que tener un equilibrio, desde mirar el progreso cibernético, tecnológico y digital. Para muchos y todos los de la época, Sean Connery será el mejor Bond hasta la eternidad; para otro Roger Moore, será también el mejor Bond en el humor, la chispa y el cinismo del personaje; para una segunda generación Pierse Brosnan, seguirá siendo el favorito; no se quedarán atrás Geroge Lazenby y Thimothy Dalton: tuvieron lo suyo. Hoy la vigencia y una cuarta generación tienen enclavado en su mente al nuevo 007, Daniel Craig.
Una estructura que apuesta por no dejarse superponer con facilidad el clásico esquema perfectamente definido de tres actos, que arriesga bastante al hacer discurrir una buena parte de su núcleo central entre la construcción del romance y todo lo que acontece en el Casino de Montenegro en el que Bond se enfrenta a LeChiffre en un emocionante Texas Hold'em (Baccarat en las páginas originales) y que, llegado su tramo final, se atreve con soluciones que siguen afirmando que la voluntad de Michael G.Wilson y Barbara Broccoli para con esta entrega número 21 de la franquicia era una renovación.
A esa voluntad se adhiere también el arte sonoro de David Arnold. El músico inglés, que había desembarcado en el personaje con 'El mañana nunca muere' ('Tomorrow Never Dies', Roger Spottiswoode, 1997) y que ya había dado muestras de talento en ser el mejor heredero de John Barry con el que el personaje podría haber contado, da aquí el “do” de pecho con un score asombroso que conjuga la potencia de los metales y percusión en las secuencias de acción con el intimismo más "barryniano" asociado al tema de amor.
Casino Royale, no sólo, es en el momento y ajustándose a mi explicación de los ciclos y generaciones, la mejor película Bond de los útlimos los tiempos, sino uno de los más sólidos vehículos del género de acción que hemos visto desde el cambio de siglo gracias a la técnica digital.
By Julio Ríos
IN RED THROUGH A VERY LOW-CUT SUIT THAT EVA WEARS UNRESTRAINED WITH A BARE BODY UNDERNEATH
Actor Daniel Craig -in that debated choice for the new 00, a consequence of opposition among the most obstinate followers of Ian Fleming's cinematic interpretation of the protagonist- even said so at one point when he refused in principle to be Bond for the 21st film in the most surviving franchise in the history of cinema.
All change, however, is good, all change is refreshing, but a style that Universal, Doug Liman and Paul Greengrass, who had handled the first two instalments of the Jason Bourne film translation and which, ultimately, was set to become the best James Bond film in his very long history on the big screen, had a plausible conclusion worthy of encouragement and applause.
Fleming's imaginative line was changed, however, in the image of the dark, tall and distinguished character that the British writer depicted in his novels. But it was the most believable and physical transformation the MI6 agent has ever known, a version only equalled - but not surpassed - by the classic charm that Sean Connery brought to the character throughout the seven films in which he played 007.
The bet of Eon, the production company behind the twenty-four official 007 films, allowed us to glimpse a flowery success: the new actor would use them as support to approach the character from "zero", and for this nothing better than to go back to the first novel that Fleming wrote about the spy, 'Casino Royale'.
The black and white opening of the film, like the SPECTACULAR opening sequence in Madagascar, makes it clear that, although the character's own "fantasies" will remain in force, the credible superhero tone that they had acquired at the hands of actor Pierce Brosnan, had inherited a secret agent that we know, in a declaration of principles, assassinating two targets that give him his "double zero" quality.
After that, those six unstoppable dialogue-free minutes in which Bond follows a nimble mercenary bomb-maker through the metal skeleton of a building under construction make it clear that this is a far more physical vision of the character than any we've seen in the past. Casino Royale' delivers a scarred and bleeding, vulnerable 007, a feature that has never been present in the saga's runtime.
That physical vulnerability that makes the character played by Daniel Craig undergo a back-and-forth of first-person confrontations - impressive the fight on the hotel stairs - without the help of the inevitable gadgets that have always been associated with the secret agent, is also transferred to the mind of a man who, following what was established by the pages of the original text, will fall in love with the Bond girl for this film, the beautiful Vesper Lynd - we appreciate her in the photo that illustrates this chronicle dressed in red on the same skin and anatomy of Eva, through a very low-cut and elegant outfit that the actress wears with the naked body and without a bra underneath - embodied with conviction by Eva Green who also renews the "Bond Girls who acted for the wide repertoire of love of the spy with licence to kill.
The "Bond Girl", not villain, but lover of the main villain, Caterina Munro. Bond takes advantage of her flirtatious glance in the casino and accosts her in his car. A drink, says 007 to Solange.
She accepts and James invites her to his room with the intention of making love to her and getting secret information from Le Chiffre. The two of them appear rolling around on the carpet on the floor, kissing passionately. She is shown in a sensual red suit draped over his naked body, unbuttoning Bond's black silk shirt with no vest underneath. She kisses him with all her sexual ardor drawing her fleshy mouth over 007's and trailing her lips down his neck, caressing Bond's naked torso.
To give spirit to the solid script written by Neal Purvis, Robert Wade and Paul Haggis, we find in 'Casino Royale' the best opposite of all those James Bond has known throughout his cinematic itinerary. And the responsibility for this lies with Mads Mikkelsen, who adds a disturbing three-dimensionality to the villain with an imperturbable face called Le Chiffre, whose quality of crying blood serves to add various details to the megalomaniacs that 007 has faced.
"Casino Royale finds a stepping stone and triumphs with the physicality of the new Bond, subjecting the character to a torture that has already passed into the saga's finest hours in its own right.
The public expression on which we find ourselves alludes to the best Bond ever released in cinema, referring to Daniel Craig in the skin of the character, as well as to the production as a whole. This manifestation, however, has to have a balance, from looking at cybernetic, technological and digital progress. For many and all of the time, Sean Connery will be the best Bond until eternity; for another Roger Moore, he will also be the best Bond in the humour, sparkle and cynicism of the character; for a second generation Pierse Brosnan, he will remain the favourite; not to be left behind are George Lazenby and Thimothy Dalton: they had theirs. Today, the new 007, Daniel Craig, is still alive and well, and a fourth generation has the new 007, Daniel Craig, in its mind.
A structure that is committed to not allowing itself to be easily superimposed on the classic, perfectly defined three-act scheme, that risks a good part of its central nucleus between the construction of the romance and everything that happens in the Casino of Montenegro in which Bond confronts LeChiffre in an exciting Texas Hold'em (Baccarat in the original pages) and that, in its final stretch, dares with solutions that continue to affirm that the will of Michael G. Wilson and Barbara Broccoli for this 21st instalment of the franchise was a renovation.
David Arnold's sound art also adheres to this will. The English musician, who had landed on the character with 'Tomorrow Never Dies' ('Tomorrow Never Dies', Roger Spottiswoode, 1997) and who had already shown signs of talent in being the best heir to John Barry that the character could have counted on, here gives the "do" of chest with an amazing score that combines the power of the brass and percussion in the action sequences with the most "Barryian" intimacy associated with the love theme.
Casino Royale is not only, at the moment and in keeping with my explanation of cycles and generations, the best Bond film of recent times, but one of the most solid vehicles of the action genre we have seen since the turn of the century thanks to digital technology.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, licenciado en ciencias de la comunicación, es asesor en proyectos de redacción. Escribió el libro DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017). En la fecha trabaja una novela basada en la vida y obra de W.A.Mozart. Estudió en la Universidad Mayor Real y Pontifica de San Francisco Xavier de Sucre y en la Universidad Católica de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de La Jolla en San Diego, California.
UN ANTES, UN DESPUÉS. Caterina Murino Cagliari, nació el 15 de septiembre de 1977; es una actriz, modelo y diseñadora de joyas italiana. Su trabajo más conocido fue en el papel de la chica Bond Solange Dimitrios en Casino Royale (2006). En la primera fotografía la observamos en su rol de modelo, luciendo un vestido muy escotado con piel desarropada hasta la cintura, a través del atuendo color magenta que la artista lo luce con el cuerpo desnudo debajo.
En la segunda foto, durante la vigencia del estreno de la película con Daniel Craig, Caterina viste casual con jeans, bléiser y una camisa de seda semitransparente color blanca. En la película Murino interpretó el rol de Solange, la amante de Alex Dimitrios el principal villano de la película Casino Royale.
En la tercera foto, a pecho desnudo, otra oportunidad de bella modelo con un atuendo muy escotado que sutilmente cubre su generosa anatomía desnuda en el torso, y artísticamente destaca el detalle del nacimiento de sus hermosos pechos desnudos.
En la cuarta foto, Caterina se pone de relieve con una foto clásica suya en la que luce una camisa de seda muy elegante combinada con un pantalón negro de vestir. Caterina Murino también participó en la seria Vientos de agua, la cual narra el fenómeno de la inmigración a través del exilio de un asturiano en 1934 hacia Argentina, huyendo de problemas políticos, y el retorno de su hijo en 2001 debido a la crisis económica de ese país. Fue creada por el director argentino Juan José Campanella. Caterina interpreta a una pianista judeofrancesa que vive en Argentina, siendo la música su pasión.
La quinta foto entrevera a Murino, con una presencia del año actual. Un tul morado cubre su cuerpo a pecho desnudo por debajo, mostrándose muy sensual y elegante. Foto sin vacilación muy artística que pone en alto su rol de modelo y artista.
A BEFORE, AN AFTER. Caterina Murino Cagliari, born 15 September 1977, is an Italian actress, model and jewellery designer. Her best known work was in the role of Bond girl Solange Dimitrios in Casino Royale (2006). In the first photograph, she is seen in her role as a model, wearing a very low-cut dress with skin that is skin-deep to the waist, through the magenta-coloured attire that she wears with her naked body underneath.
In the second photo, during the premiere of the film with Daniel Craig, Caterina is casually dressed in jeans, bléiser and a white semi-transparent silk shirt. In the film Murino played the role of Solange, the mistress of Alex Dimitrios, the main villain of the film Casino Royale.
In the third photo, bare-breasted, another opportunity of beautiful model with a very low-cut outfit that subtly covers her generous anatomy naked on the torso, and artistically highlights the detail of the birth of her beautiful bare breasts.
In the fourth photo, Caterina is highlighted by a classic photo of her wearing a very elegant silk shirt combined with black dress trousers. Caterina Murino also participated in the series Vientos de agua, which narrates the phenomenon of immigration through the exile of an Asturian in 1934 to Argentina, fleeing political problems, and the return of his son in 2001 due to the economic crisis in that country. It was created by the Argentinian director Juan José Campanella. Caterina plays a Jewish-French pianist who lives in Argentina, music being her passion.
The fifth photo features Murino, with a presence of the current year. A purple tulle covers her bare-chested body underneath, making her look very sensual and elegant. A very artistic photo without hesitation, which highlights her role as a model and artist.
Eva Gaëlle Green, nació en París, el 6 de julio de 1980; es una actriz francesa. Hija de la actriz Marlène Jobert, Eva comenzó su carrera en el teatro antes de debutar en el cine con el largometraje de Bernardo Bertolucci Soñadores (2003). Obtuvo reconocimiento internacional por su interpretación de Sibila de Jerusalén en el drama histórico de Ridley Scott El reino de los cielos (2005). El año siguiente interpretó a la chica bond Vesper Lynd en la película del agente 007 Casino Royale (2006), actuación por la que recibió el premio Rising Star otorgado por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión.
Ilustra este apunte una primera fotografía suya y muy artística. De negro destaca una chaqueta grande de cuero sobre un muy escotado atuendo (body) que la entrevera muy elegante. Eva ha protagonizado largometrajes como Cracks (2009), Womb (2010) y Perfect Sense (2011).
Una segunda fotografía muestra a la famosa actriz capatada por un lente profesional en la que luce bellísima con un vestido muy escotado color negro que viste sin prenda interior alguna, sólo el cuerpo desnudo por debajo. Eva en 2014 encarnó a Artemisia I de Caria en la película épica 300: Rise of an Empire y a Ava Lord en la secuela de Sin City de Frank Miller y Robert Rodríguez, Sin City: A Dame to Kill For.
Una tercera foto muestra a Green a pecho desnudo, es otro gráfico donde asoma sutilmente fotografiada y a pecho desnudo, en una tendencia braless que destaca el no usar sostén. Eva es reconocida además por sus constantes colaboraciones con el director estadounidense Tim Burton, interpretando a Angelique Bouchard Collins en la película de terror Sombras tenebrosas (2012), a Alma Peregrine en la cinta de fantasía Miss Peregrine's Home for Peculiar Children (2016) y a Colette Marchant en la nueva versión del clásico de Disney, Dumbo (2019).
Una cuarta foto la posiciona como la “Chica Bond” de Casino Royale. Cabe por otra parte mencionar que los créditos de Eva, en televisión incluyen producciones como Camelot (2011, interpretando el papel de Morgana) y Penny Dreadful (2014–2016, interpretando a Vanessa Ives), ganando por esta última una nominación a los Globos de Oro en la categoría de mejor actriz de una serie de televisión dramática.
UN DESPUÉS. Eva aparece con una foto actual y otras dos con el inevitable barbijo, donde la artista se cubre de la pandemia, vigente a consecuencia de la temible Covid 19 que ha golpeado a la redondez del globo. Se expresa al mal tiempo un buen barbijo, y Green destaca sus hermosos ojos que brillan no obstante el tapabocas que le que queda muy bien.
Eva Gaëlle Green, born in Paris on 6 July 1980, is a French actress. The daughter of actress Marlène Jobert, Eva began her career in theatre before making her film debut in Bernardo Bertolucci's feature film Dreamers (2003). She gained international recognition for her portrayal of Sibyl of Jerusalem in Ridley Scott's historical drama Kingdom of Heaven (2005). The following year she played bond girl Vesper Lynd in the 007 film Casino Royale (2006), for which she received the Rising Star Award from the British Academy of Film and Television Arts.
A first, very artistic photograph of him illustrates this article. In black, she wears a large leather jacket over a very low-cut bodysuit, which she wears very elegantly. Eva has starred in feature films such as Cracks (2009), Womb (2010) and Perfect Sense (2011).
A second photograph shows the famous actress captured by a professional lens in which she looks beautiful in a very low-cut black dress that she wears without any undergarment, only the naked body underneath. Eva in 2014 played Artemisia I of Caria in the epic 300: Rise of an Empire and Ava Lord in Frank Miller and Robert Rodriguez's Sin City sequel, Sin City: A Dame to Kill For.
A third photo shows Green bare-chested, another graphic where she is subtly photographed and bare-chested, in a braless trend that highlights the lack of a bra. Eva is also known for her constant collaborations with American director Tim Burton, playing Angelique Bouchard Collins in the horror film Dark Shadows (2012), Alma Peregrine in the fantasy film Miss Peregrine's Home for Peculiar Children (2016) and Colette Marchant in the remake of the Disney classic, Dumbo (2019).
A fourth photo casts her as the "Bond Girl" in Casino Royale. Eva's television credits include productions such as Camelot (2011, playing Morgana) and Penny Dreadful (2014-2016, playing Vanessa Ives), for which she won a Golden Globe nomination for Best Actress in a Drama Series.
ONE AFTER. Eva appears with a current photo and two others with the inevitable chinstrap, where the artist covers herself from the pandemic, in force as a result of the dreaded Covid 19 that has hit the roundness of the globe. She expresses the bad weather with a good mask, and Green highlights her beautiful eyes, which shine despite her well-fitting face mask.
Daniel Craig es 007
JAMES BOND