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LA COVID – 19
Goldfinger
Sean Connery
Ian Fleming James Bond 007
Goldfinger
(en España, James Bond contra Goldfinger; en Colombia y México, 007 contra
Goldfinger; en Argentina, Dedos de oro), es una película británica de
espionaje de 1964. Es la tercera película de James Bond, producida por Eon
Productions, y también la tercera de Sean Connery como el agente ficticio del
MI6 James Bond. Está basada en la novela homónima de Ian Fleming.
La
película también está protagonizada por Honor Blackman como la chica Bond Pussy
Galore y Gert Fröbe como el antagonista Auric Goldfinger, junto a Harold Sakata
como el guardaespaldas Oddjob, y Shirley Eaton como la famosa chica Bond, Jill
Masterson. Goldfinger fue producida por Albert R. Broccoli yHarry Saltzman y
la primera de cuatro películas de la saga dirigidas por Guy Hamilton.
En la
película, Bond investiga el contrabando de oro por parte del magnate Auric
Goldfinger y, finalmente, descubre sus planes de contaminar el depósito federal
de oro de Estados Unidos en Fort Knox. Goldfinger fue el primer éxito de
taquilla de la saga, con un presupuesto igual al de las dos películas
anteriores combinadas. La fotografía principal se llevó a cabo de enero a julio
de 1964 en el Reino Unido, Suiza y Estados Unidos.
Goldfinger
fue anunciada como la película de la franquicia donde James Bond "entra en
foco". Su lanzamiento incluyó una serie de artículos promocionales
vinculados con la licencia, incluido un automóvil Aston Martin DB5 de Corgi
Toys, que se convirtió en el juguete más vendido de 1964. La promoción también
incluyó una imagen de Eaton pintada con oro en la portada de la revista Life.
Muchos de
los elementos introducidos en la película aparecieron en muchas de las
películas posteriores de James Bond, como el uso extensivo de tecnología y
artilugios por parte de Bond, una extensa secuencia previa a los créditos en
gran parte aislada de la historia principal, múltiples ubicaciones nacionales y
extranjeras, así como el humor irónico típicamente británico.
Goldfinger
fue la primera película de Bond en ganar un Óscar (por Mejor Edición de Sonido)
y se abrió a una recepción crítica muy favorable. La película fue un éxito
financiero, recuperó su presupuesto en dos semanas y recaudó más de $ 120
millones en todo el mundo.
James
Bond (Sean Connery) se infiltra en un complejo de drogas perteneciente a
Ramírez, un narcotraficante y después entra en un cabaret donde espera a que la
bomba instalada en el complejo estalle, donde habla con un agente que le pide
viajar a Miami ya que lo pueden matar y se dirige al camerino donde pasa un
efímero momento romántico con la bailarina Bonita (Nadja Regin), pero es
atacado por un hombre llamado Capungo (Alf Joint) que lo intenta asesinar pero
Bond lo mata en la bañera de la bailarina luego de arrojarle una lámpara
encendida.
Más tarde
Felix Leiter (Cec Linder), agente de la CIA y amigo personal de James le dice
que M le envió a Miami Beach para investigar al joyero internacional Auric
Goldfinger (Gert Fröbe), sospechoso de realizar contrabando multitudinario de
oro entre países de Europa.
En el
hotel donde estaba hospedado ve cómo Goldfinger hace trampa en un juego de Gin
Rummy ayudado por su secuaz Jill Materson (Shirley Eaton). Bond amenaza a
Goldfinger con delatarlo a la policía por su treta, a la vez que seduce a Jill,
haciéndole a la vez perder a Goldfinger. Mientras Bond y Matterson consumaban
su relación, en venganza, Goldfinger ordena a su sirviente Oddjob (Harold
Sakata) asesinar a Jill pintándola por completo y así asfixiándole la piel con
pintura dorada. Bond, quien asume su misión, decide vengar la muerte de Jill,
pero M (Bernard Lee) le pide que no lo tome como algo personal porque de ser
así enviaría a 008.
Al rato
Bond y M se reúnen con el coronel Smithers (Richard Vernon), representante del
Banco de Inglaterra que les advierte sobre las operaciones de Goldfinger quien
vende su oro dependiendo del país y contrabandeando su oro desapercibidamente
fundiéndolo y como carnada le pide a Bond que use un lingote de oro nazi, de
varios que se habían perdido después de la guerra.
Luego
Bond llega al laboratorio de Q (Desmond Llewelyn) donde le da un Aston Martin
DB5 con pantalla y vidrios antibalas, ametralladoras, cambiador de matrículas y
dos localizadores, los cuales son seguidos desde un radar dentro del vehículo.
Obedeciendo
instrucciones de M, consigue infiltrarse en el club de golf en Kent que este
posee haciéndose pasar por un reconocido jugador. Mediante la ayuda de un cebo,
el lingote de oro de la Alemania Nazi, Bond consigue atraer la atención de
Goldfinger haciendo que este acepte la invitación de apostarse el valor del
lingote; £5,000.
Goldfinger
pretende ganar aplicando juego sucio, pero Bond consigue salir airoso.
Goldfinger aceptando a regañadientes su derrota le advierte que no se vuelvan a
ver y para demostrárselo hace que Oddjob lance su sombrero con ala de acero
hacia una estatua del club cortándole la cabeza.
Bond se
desplaza a Ginebra para seguir la pista a Goldfinger. Mediante la ayuda del
emisor proporcionado por Q, Bond consigue seguir la pista de Goldfinger aunque
con una hermosa mujer estorbándole en el camino. Bond observa a Goldfinger
haciendo una parada y la chica dispara fallidamente a Goldfinger con un rifle
de francotirador, al rato todavía siguiendo a Goldfinger la mujer aún sigue
estorbando al agente, Bond disimuladamente pincha sus neumáticos, además de
presentarse la lleva a una gasolinera para poder reparar el coche a escasos
kilómetros de ahí.
Bond aun
así sigue a Goldfinger hasta una fábrica en Ginebra, Suiza, donde este funde el
oro que acaba en su poder en compartimentos secretos y en la carrocería de su
Rolls-Royce Phantom III, eliminando cualquier sello de identidad y siendo
ayudado por un comunista chino llamado Sr. Ling (Burt Kwouk) con quien habla de
una operación Gran Slam. Mientras Bond investiga la factoría desde la
distancia, se encuentra con la chica, cuyo nombre es Tilly Matterson (Tania
Mallet), hermana de Jill, a la que Goldfinger había asesinado en Miami.
La
impaciencia y precipitación de Tilly, hace que sean descubiertos, siendo Bond
capturado y Tilly asesinada por Oddjob. Bond intenta escapar además de
enfrentar a matones del villano pero accidentalmente estrella su coche contra
un muro quedando inconsciente.
Goldfinger
intenta asesinar a Bond, amarrado en una mesa con una lámina de oro, cortándolo
en dos mediante la ayuda de un rayo láser que había desarrollado para cortar el
oro. En el último momento, Bond, gracias a las investigaciones que había realizado
en la factoría, consigue convencer a Goldfinger de que le será más útil vivo
que muerto, ya que sus superiores de MI6 conocían las informaciones que él
conocía sobre su Operación "Gran Slam".
Bond al
ser anestesiado despierta en el jet personal de Goldfinger donde se presenta su
piloto personal Pussy Galore (Honor Blackman), quien se resiste a los encantos
de Bond, este se dispone a cambiarse de ropa aun bajo intentos de vigilancia de
una de las azafatas. Mientras se arreglaba, Bond instala su segundo transmisor
enviando así su localización a Leiter quien luego se la da a M.
Bond llega más tarde a Baltimore donde conoce además a las acróbatas aéreas de Pussy y más tarde 007 llega a una pequeña finca de equitación perteneciente a Goldfinger y siendo encerrado en una celda de donde escapa. Mientras tanto Goldfinger se reúne con varios socios, en su mayoría gánsteres estadounidenses, quienes le exigen pagarle varias deudas, Goldfinger convierte su mesa de billar en una consola para explicarles su proyecto "Gran Slam"; asaltar Fort Knox y dispersar un somnífero llamado Delta 9 a los soldados que vigilan la reserva de oro para aparentemente robar todo el oro del interior de la fortaleza.
Los
presentes que están opuestos al plan de Goldfinger son asesinados con gas por
Kish (Michael Mellinger), secuaz de Golfinger, mientras que el Sr. Solo (Martin
Benson), otro socio también opuesto al proyecto y primero en abandonar la
habitación es asesinado luego de que Oddjob aparentemente lo llevase al
aeropuerto cuando en verdad lo mata de un disparo y deja el auto con Solo
adentro en una trituradora de chatarra a la vez que Leiter le seguía el rastro
el cual se perdió, ya que Bond puso en su bolsillo el otro transmisor y una
nota sobre el plan de Goldfinger. Bond es capturado por Pussy tras haber
escuchado los planes de Goldfinger.
Siendo
vigilado a distancia por Leiter, Bond le dice a Goldfinger la imposibilidad de
robar Fort Knox dado que necesitaría 2 semanas, 200 camiones y 60 hombres para
robar el oro de la reserva antes de que actúen las autoridades, pero Goldfinger
confiesa a Bond su plan "Gran Slam": consiste en hacer estallar una
bomba atómica, gracias a Ling, en las reservas de oro de Estados Unidos en Fort
Knox; de esta forma, la radioactividad hará inutilizables las mismas durante
varios años, multiplicando el valor de las que Goldfinger posee por 50 años a
la vez los chinos obtendrían ventaja en medio del caos económico.
Igualmente
Bond sabe que el supuesto somnífero Delta 9 que sería disparado era un gas mortal.
Goldfinger advierte que cualquier intento de localizar la bomba o interferir
resultará en la detonación de la bomba en otra ubicación vital de Estados
Unidos.
Bond y
Pussy van a un pequeño granero donde luchan con judo pero las dotes seductoras
de Bond hacen que Pussy (luego de un intenso momento romántico besándose apasionadamente
con 007) se arrepienta de su participación en la operación. De esta forma,
Pussy entra en contacto con Leiter y consiguen repartir por las cercanías de
Fort Knox, mediante la escuadrilla de aviones ligeros que Pussy tiene a su
mando, gas sedante en lugar del Delta 9, como había planeado Goldfinger.
De esta
forma, cuando Goldfinger ha conseguido hacerse con el control de las reservas
de oro y poniendo en práctica sus planes, introduciendo la bomba en su
interior, todos los militares acuartelados en las cercanías son de nuevo
puestos en guardia, tirando por tierra los planes del villano.
En la
bóveda Bond es esposado a la bomba a la vez que Oddjob asesina a Kish, quien
intenta desactivar la bomba estando los tres atrapados en la bóveda y Bond
logra liberarse para desactivar la bomba y tras una difícil pelea con Oddjob y
Bond le lanza barras de oro y lo golpea pero sin hacerle daño y aprovechando
que Oddjob le había lanzado su sombrero cortando unos cables, Bond lanza su
propia arma hacia él quedando entre unos barrotes luego de esquivarlo y Bond
rápidamente lo electrocuta con los cables y ayudado por Leiter consigue
desactivar la bomba siete segundos (007) antes de su explosión.
Goldfinger,
que aún no conocía el motivo del fracaso de sus planes, ni por tanto, la
traición de Pussy, consigue escapar disfrazado del Coronel y asesinando a Ling
y a algunos soldados con un revólver de oro, e intenta vengarse de Bond quien
estaba en un chárter con destino a Washington D. C. ya que había sido invitado
a cenar por el Presidente por haber evitado los planes de Goldfinger.
Sin embargo el villano pretende matar a Bond en el chárter, donde había conseguido infiltrase junto con Pussy, para luego huir a Cuba pero cuando Bond lo ataca Goldfinger accidentalmente dispara a una de las ventanas acabando lanzado al vacío por la despresurización del avión. Pussy y Bond consiguen saltar en paracaídas, protagonizando un final feliz.
Julio Ríos
El agente británico 007 se deberá ver las caras con
Auric Goldfinger, un malvado magnate que hace contrabando a escala
internacional y que está fascinado por el oro. En el transcurso de la
investigación, James oirá por primera vez hablar sobre la operación "Grand
Slam", que parece ser un plan para desestabilizar toda la economía
mundial.
James Bond contra Goldfinger, narra el
enfrentamiento, nunca mejor entreverado entre 007 y un magnate del oro, llamado
Auric Goldfinger. Éste tiene un maquiavélico plan para atacar Fort Knox y
hundir la economía mundial. Una premisa sencilla que, como siempre, da para
llevar a los personajes por distintas partes del mundo. Fue en este film donde
se introdujo por vez primera el empezar con el cumplimiento de una misión que
nada tenía que ver con el resto de la película.
Una forma de presentar al personaje en una
situación límite, de la que salía ileso no sin apuros. En dicha secuencia, en
la que Bond tiene que enfrentarse a un matón muy peligroso, el personaje
central muestra todas sus cartas.
En apenas unos minutos, el agente 007 provoca una
gran explosión (en una secuencia que años más tarde homenajearía James Cameron
en su divertida 'Mentiras arriesgadas'), seduce a una mujer y pelea a puños con
el villano de turno. Una especie de prólogo que da paso a otra más extensa en
la que lo presentado ahí se multiplica, dando énfasis al lado espectacular del
asunto.
En James Bond contra Goldfinger, se trabajó con Guy
Hamilton, director de origen francés que dirigió más títulos de la saga. Hamilton,
que conocía personalmente a Connery de coincidir en los mismos pubs que él,
logró un ambiente relajante en el rodaje, algo que se nota en pantalla. La
fluidez con la que avanza la acción es síntoma de un saber hacer las cosas. Con
un argumento que no es para tirar cohetes, y que tiende un poco hacia la
simpleza, Hamilton logra suplir ciertos defectos con una excelente puesta en
escena, y un uso del montaje soberbio. Atención al descubrimiento de Bond del
cadáver de una chica desnuda sobre la cama. El montaje en dicha secuencia hace
un efecto en el espectador muy logrado, primero el de sorprenderle con algo que
no se espera, y luego una incógnita sobre las motivaciones del villano y los
métodos a utilizar. Sin estar éste presente, se logra que le temamos, y con
esto nos preocupamos por la vida de Bond.
Un Bond que empezaba aquí a desplegar toda una
serie de artilugios que entrarían a ser marca de la casa. Sean Connery empezaba
a tener que competir con toda una serie de "gadgets", algunos de los
cuales harían historia. Mecanismos de seguimiento, un coche (Aston Martin) con
una serie de complementos envidiables. Al menos en esta película, todos los
artilugios están al servicio de la historia, no como en alguna de las
posteriores entregas, que parecen un catálogo de utensilios futuristas para
espías. Por fortuna, el enorme carisma del actor escocés no permitía que estos
juguetitos, por así llamarlos, le eclipsasen.
A Sean Connery nada le hace sombra en James Bond
contra Goldfinger, ni siquiera las espectaculares mujeres que desfilan por el
film. Dejando a un lado a Honor Blackman, que tiene el personaje femenino más
extenso en su poder, hay que nombrar a Shirley Eaton.
Esta actriz, de una belleza deslumbrante, tiene una
breve aparición en la película, en un momento en el que Bond descubre cómo se
las gasta su nuevo enemigo (un muy acertado Gert Fröbe). Pero cualquiera de
estas mujeres no son más contactos pasajeros para Bond, o en otros casos, para
otras intenciones.
Evidentemente, hablamos de un film de 007, de una
de espías, llena de acción, donde tienen que ganar los buenos y perder los
malos. Todo ello a través de peligros muy imaginativos, y que poco a poco irían
perdiendo originalidad en entregas venideras.
Pussy Galore (Honor Blackman), en James Bond contra Goldfinger, asoma letal y antagonista, y después rendida
y pasional amante de 007. Tras gasear Fort Knox desde el cielo y a las órdenes
de Auric Goldfinger (Gert Fröebe) junto a su escuadrón volante, la escena de la
lucha en el pajar con James Bond y que culmina en tórrido beso se mantiene viva
en la memoria colectiva de varias generaciones.
Ilustra esta crónica una fotografía de Honor, en la que se pone de relieve su sensualidad. Blackman aparece vestida de un muy escotado atuendo color osado obscuro (casi rojo), a través de la suave piel desnuda, luciendo la artista el elegante acicalado con el cuerpo desnudo debajo, exento de prendas interiores.
SENSUAL NAKED SKIN
THROUGH THE DRESS OF HONOR WEARING IT WITH THE NAKED BODY UNDERNEATH
British agent 007 will
have to face Auric Goldfinger, an evil tycoon who smuggles on an international
scale and who is fascinated by gold. In the course of the investigation, James
will hear for the first time about the "Grand Slam" operation, which
appears to be a plan to destabilize the entire world economy.
James Bond vs.
Goldfinger, narrates the confrontation, never better intertwined between 007
and a gold tycoon, called Auric Goldfinger. The latter has a Machiavellian plan
to attack Fort Knox and sink the world economy. A simple premise that, as
always, gives to take the characters to different parts of the world. It was in
this film where it was introduced for the first time to begin with the
fulfillment of a mission that had nothing to do with the rest of the film.
A way of presenting the
character in an extreme situation, from which he emerged unscathed not without
difficulty. In that sequence, in which Bond has to face a very dangerous thug,
the central character shows all his cards.
In just a few minutes,
Agent 007 causes a big explosion (in a sequence that years later James Cameron
would homage in his funny 'Daring Lies'), seduces a woman and fist fight with
the villain on duty. A kind of prologue that gives way to another more
extensive one in which what is presented there is multiplied, emphasizing the
spectacular side of the matter.
In James Bond vs.
Goldfinger, Guy Hamilton, director of French origin who directed more titles of
the saga, was worked with. Hamilton, who knew Connery personally from hanging
out in the same pubs as him, achieved a relaxing atmosphere on set, something
that shows on screen. The fluidity with which the action moves forward is a
symptom of know-how. With a plot that is not to throw rockets, and that tends a
little towards simplicity, Hamilton manages to make up for certain defects with
an excellent staging, and a superb use of editing. Attention to Bond's
discovery of the corpse of a naked girl on the bed. The editing in this
sequence makes a very successful effect on the viewer, first to surprise him
with something not expected, and then an unknown about the motivations of the
villain and the methods used. Without being present, it is achieved that we
fear him, and with this we worry about Bond's life.
A Bond who began here
to deploy a whole series of gadgets that would become a trademark of the house.
Sean Connery began to have to compete with a whole series of
"gadgets", some of which would make history. Tracking mechanisms, a
car (Aston Martin) with a series of enviable accessories. At least in this
film, all the gadgets are at the service of the story, unlike in some of the
later installments, which look like a catalog of futuristic spy gadgets.
Fortunately, the enormous charisma of the Scottish actor did not allow these
little toys, so to speak, to overshadow him.
Sean Connery is
overshadowed by nothing in James Bond vs. Goldfinger, not even the spectacular
women who parade through the film. Leaving aside Honor Blackman, who has the
most extensive female character in her power, Shirley Eaton must be mentioned.
This actress, of a
dazzling beauty, has a brief appearance in the film, at a time when Bond
discovers how his new enemy (a very accurate Gert Fröbe). But any of these
women are just passing contacts for Bond, or in other cases, for other
intentions.
Obviously, we are
talking about a 007 film, a spy film, full of action, where the good guys have
to win and the bad guys lose. All this through very imaginative dangers, and
that would gradually lose originality in future installments.
Pussy Galore (Honor
Blackman), in James Bond vs. Goldfinger, appears lethal and antagonistic, and
then surrendered and passionate lover of 007. After gassing Fort Knox from the
sky and under the orders of Auric Goldfinger (Gert Fröebe) with his flying
squadron, the scene of the fight in the haystack with James Bond and
culminating in a torrid kiss is kept alive in the collective memory of several
generations.
Illustrating this
chronicle is a photograph of Honor, which highlights her sensuality. Blackman
appears dressed in a very low-cut, dark (almost red) daring outfit, through the
soft bare skin, without a bra, showing the artist's elegant grooming with her
naked body underneath, free of undergarments.
Julio Ríos, escritor y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO (1986), la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), y EL ALTO PARA TODOS (2017), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023), UNA HISTORIA PARA CONTAR (2024).
Sean Connery es James
Bond 007