sábado, 23 de enero de 2021

SEAN CONNERY / Testimonio

 

HOMENAJE EN PANDEMIA

A SEAN CONNERY

COVID - 19


UNA PELÍCULA DE:

Guy Hamilton

PRODUCIDA POR:

Harry Saltzman y Albert R. Broccoli


Diamonds Are Forever

DIAMANTES PARA LA ETERNIDAD

 


PROTAGONISTAS

Sean Connery / Jill St. John

Lana Wood / Charles Gray

 




Diamonds Are Forever (titulada Diamantes para la eternidad en España y Los diamantes son eternos en Hispanoamérica) es la séptima película de James Bond, la sexta interpretada por Sean Connery como Bond y con Guy Hamilton como director.

En la historia, Bond se hace pasar por un traficante de diamantes para infiltrarse en una red de contrabando y pronto descubre un complot de su antiguo némesis Ernst Stavro Blofeld para utilizar los diamantes para construir un láser gigante. Bond tendrá que luchar contra su némesis por última vez, con el fin de detener el contrabando y evitar el plan de Blofeld de destruir Washington DC y extorsionar al mundo con supremacía nuclear.

En la secuencia precréditos James Bond (Sean Connery) comienza la película buscando a su enemigo, Ernst Stavro Blofeld (Charles Gray). Tras interrogar y torturar a varios contactos, finalmente lo encuentra en una instalación donde se están creando dobles de Blofeld a través de cirugía para evitar a sus enemigos. Bond mata a una sujeto de prueba ahogándolo en barro antes de que el sujeto lo matase y más tarde observa a Blofeld acompañado de sus guardias a quienes derrota y luego a Blofeld arrojándolo a una fosa de barro caliente similar a lava.

Una vez que lo ha eliminado, Bond inicia un nuevo trabajo para investigar un contrabando de diamantes. M (Bernard Lee) le enseña a Bond varias muestras de diamantes y le recuerda que Blofeld está muerto luego de ver la mirada retraída del agente.

Ambos son recibidos por Sir Donald Munger (Laurence Naismith), un experto en joyería quien le ofrece jerez a Bond y a M, quien lo rechaza por problemas de salud, Munger le dice a Bond que la gran mayoría de diamantes son extraídos de minas en Sudáfrica, sin embargo, los trabajadores de las minas son muy honestos y cumplen con el estricto sistema de seguridad el cual contiene la seguridad social y el buen pago a ellos.

Mientras tanto dos asesinos; el Sr. Wint y el Señor Kidd (Bruce Glover y Putter Smith) dan muerte al doctor Tynan (Henry Rowland), un dentista que debía entregar diamantes y al piloto de un helicóptero (Ray Baker) encargado de recibir los diamantes.

Sir Donald advierte que todo sistema de seguridad no es perfecto y que además de enfrentarse a un caso de contrabando existe la posibilidad de que alguien está acaparando los diamantes con el fin de reducir el precio o imponer un chantaje, el presunto acaparador tiene como secuaces al señor Wint y el señor Kidd.

Bond asume la identidad de un experto contrabandista llamado Peter Franks (Joe Robinson), el cual es distraído por guardias de seguridad en favor de Bond quien viaja a Ámsterdam, durante una travesía por los canales observa como recogen el cadáver de la señora Whistler (Margaret Lacey), una anciana que esconde algunos diamantes y muerta a manos de Wint y Kidd.

Bond al rato acude a un departamento donde conoce a la contrabandista Tiffany Case (Jill St. John), dueña de una joyería del mismo nombre. Tiffany comprueba su huella dactilar hasta creer que Bond es Franks, Tiffany le informa a Bond de su operación para contrabandear 50 quilates de diamantes. Bond tras quitarse la falsa huella dactilar proporcionada por Q (Desmond Llewelyn) y este le comunica que el verdadero Peter Franks se ha escapado de la aduana del aeropuerto, luego de asesinar a un guardia, y se dirige también a Ámsterdam.

Bond sigue a Franks al departamento de Tiffany donde ambos luchan en el ascensor y Bond lo asesina ahogándolo con un extintor y le hace creeer a Tiffany que ha matado a Bond luego de intercambiar sus documentos con los del muerto.

Escondiendo los diamantes en el cadáver y con documentos que hacían pasar al muerto como su hermano y a su vez Bond manteniendo su identidad de Franks; Tiffany y Bond llegan a Las Vegas con el cadáver y los 55 quilates de diamantes y Bond es recibido por Felix Leiter (Norman Burton), su colega y viejo amigo de la CIA quien aparenta como guardia aduanero y quien le avisa a Bond que hombres de la Funeraria Slumber lo esperan.

Bond los acompaña haciéndoles creer que el muerto es su hermano y una vez cremado por el dueño de la funeraria Morton Slumber (David Bauer) se dirige a un nicho para poner las cenizas con los diamantes y recibir el dinero en un sobre pero aun así sobrevive a un intento de asesinato por parte de Wint y Kidd quienes intentan cremar vivo a 007. Slumber y hombre llamado Shady Tree (Leonard Barr) le reclaman a Bond que los diamantes son falsos pero Bond asegura que los diamantes son reales y los abandona para alojarse en el Hotel Tropicana.

Bond en el hotel se entera por Leiter que los diamantes en el cadáver si eran falsos aunque a su vez se entera que Q enviraría la verdadera mercancía. 









Posteriormente Bond acude al Hotel-Casino Whyte House, propiedad del multimillonario Willard Whyte, a un espectáculo cómico ofrecido por Tree, espectáculo al que acuden también Wint y Kidd quienes luego dan muerte a Tree y cuyo cadáver observa luego Bond, este se dirige al casino para jugar craps llamando la atención de Plenty O'Toole (Lana Wood), una atractiva mujer.

El crédito del casino y la presencia de Bond en los camerinos llama la atención del gerente Burt Saxby (Bruce Cabot) quien llama a Willard Whyte pidiéndole autorización para matar a Bond, luego de avisarle de la muerte de Tree y creyendo que Bond es Franks, pero Whyte pide dejarlo con vida. Bond gana dinero y comparte 5 mil dólares a Plenty y la lleva a su suite donde fallidamente tratan de tener relaciones ya que los hombres de la funeraria los interrumpen y arrojan a Plenty por la ventana hasta caer en la piscina, Bond golpea a uno de los hombres obligándoles a irse sabiendo que buscaban los diamantes.

Luego Bond encuentra a Tiffany quien le advierte del peligro que corre además de tener relaciones con Bond además de pedirle los diamantes llegando los dos a un acuerdo; los diamantes a cambio de pasajes a Hong Kong junto con un coche rentado.

Al día siguiente Tiffany acude a un circo-casino siendo vigilada por Bond y Leiter, este desconfiando de la estrategia de Bond para llegar al cabecilla del contrabando. Luego de intentar jugar blackjack, el tallador con disimulo le da una carta en la que le pide jugar con los globos de agua, Tiffany juega y gana (ya que la máquina estaba arreglada) teniendo como premio un perro de peluche, Tiffany al ver que es vigilada por agentes de la CIA los despista en una atracción del terror y consigue huir.

Leiter encuentra a Bond con el auto rentado avisándole del escape de Tiffany, Bond la encuentra en su hogar y ambos descubren el cadáver de Plenty, ahogada presuntamente por Wint y Kidd siendo confundida por Tiffany siendo la siguiente después del médico y el obrero en Sudáfrica, la señora Whistler en Ámsterdam, Tree en el Whyte house mientras que con Bond ya habían fallado; toda la gente involucrada en el asunto del contrabando de diamantes es asesinada.

Bond interroga a Tiffany sobre los diamantes (que también está tras la pista de los diamantes y confundida con los hechos), intuyendo que éstos estaban en el perro de peluche que había ganado Tiffany, el cual es depositado en una camioneta, la cual es seguida por Bond y Tiffany.

La camioneta es conducida por Saxby quien se detiene en una estación de gasolina y Tiffany advierte a Bond que Willard Whyte no había salido de su Penthouse en 3 años y nadie sabía de él. Por orden de Bond, Tiffany obstruye el paso a la camioneta fingiendo una caprichosa situación en la estación, así permitiendo que Bond entrase en la parte trasera de la camioneta. Tiffany sigue la camioneta hasta una empresa de tecnología de Whyte mientras que Bond aun dentro de la camioneta baja al subnivel 3 del lugar.

Bond observa que desde la estación la camioneta había cambiado de chófer y accede a un área restringida junto con Klaus Hergersheimer (Ed Bishop), encargado de los blindajes contra la radiación. Luego de entablar una conversación con Hergersheimer, Bond toma su identidad accediendo a un laboratorio dirigido por el doctor Metz (Joseph Fürst), el segundo chofer de la camioneta quien saca del perro de peluche los diamantes que había en su interior, al entrar Bond ve varios diamantes pero Metz con enojo le exige irse, en el momento que Metz atendía una llamada de Whyte observa un casete de marchas militares lo echa del laboratorio.

























En el momento que Bond sale, entra el verdadero Hergersheimer lo cual da la alarma a las instalaciones, Bond es interceptado en un campo de pruebas aeroespaciales robándose un vehículo lunar, dándose a la fuga y siendo perseguido por guardias de seguridad a quienes logra vencer y huir. Al llegar a Las Vegas son perseguidos por el sheriff de la ciudad, llamado por los guardias de seguridad, y tras una persecución, Bond logra evadirlo junto con varios policías.

Bond y Tiffany se hospedan en la suite nupcial de Whyte House donde luego Leiter les avisa que Whyte está limpio y para evitar más problemas los encerraría en la suite siendo vigilados por agentes de la CIA, Bond sale por la ventana para subir al Penthouse y negociar con Whyte. Nadie sabe por qué Whyte está acaparando diamantes, pero todo el que se envuelve en la operación de contrabando acaba muerto.

Con dificultad Bond sube por la fachada del edificio y se cuela en el Penthouse de Whyte quien obliga a Bond a desarmarse e ir a su oficina. Allí recibirá una desagradable sorpresa: descubre que no había matado a Blofeld, sino a un impostor, Blofeld le muestra a Bond un aparato cambiador de voz con el que emula ser Whyte. Bond observa el emporio de Whyte y Blofeld cuenta que mantiene prisionero al verdadero Whyte, donde en ese mismo instante mata a otro impostor que era otro doble del villano, ya que se había confundido con el característico gato de Blofeld aunque el verdadero poseía un collar de diamantes.

Blofeld obliga a Bond a abandonar el lugar, una vez en el ascensor es aturdido con gas somnífero y secuestrado por Wint y Kidd queriendo matarlo, ambos asesinos abandonan a Bond en un oleoducto en construcción, al despertar Bond nota un desagradable olor de colonia, perteneciente a Wint, Bond logra salir del tubo evitando morir por el soldador del mismo.

Posteriormente Bond fingiendo la voz de Saxby, gracias a otro cambiador de voz esta vez creado por Q, llama a Blofeld avisándole que el agente sigue vivo y con más agentes y pide trasladar a Whyte, Blofeld responde que Whyte está como prisionero en su casa de verano a 10 millas del lugar y ordena asesinarlo, a su vez Blofeld llama a Metz para adelantar sus planes. En la casa de Whyte Bond se encuentra con lindas y letales mujeres; Bambi (Lola Larson) y Thumper (Trina Parks), las cuales golpean a Bond hasta que el agente domina la situación en la piscina de la casa luego de evitar ser ahogado por ambas mujeres. Bambi da la ubicación de Whyte (Jimmy Dean) y tras ser rescatado son tiroteados por Saxby el cual cae abatido. Tiffany tras conversar con Q, quien ganaba dinero en las máquinas tragamonedas trucándolas, observa a Blofeld vestido de mujer con su gato y lo sigue siendo secuestrada y llevada en el mismo que Blofeld acompañado de los choferes de Slumber.

Bond y Leiter acuden junto con Whyte a la instalación que Bond había visitado antes descubriendo que su antiguo enemigo ha construido un satélite con la ayuda de Metz, que si bien no estaba en la nómina de Whyte pero era un reconocido científico experto en refracción láser y dicho satélite había sido enviado a una estación espacial, pero ya siendo tarde; el satélite ya había sido puesto en órbita y en vano intento de detener el satélite por parte de los empleados de Whyte. Bond y Whyte intuyen que el satélite contiene un generador láser gigante que se encuentra en órbita alrededor de la tierra, que usa diamantes para intensificar su energía, consiguiendo que cabezas nucleares, submarinos o cohetes se autodestruyan espontáneamente.

El satélite destruye comienza destruyendo una base de misiles en Dakota del Norte, un submarino soviético y una base militar china. Whyte es alertado por el gobierno de haber recibido un mensaje de Blofeld pidiendo rescate por sus ataques con el satélite y con plazo de 24 horas para pagar, Whyte advierte que el satélite es manejado por computadora usando un codificador de voz teniendo como base un casete.

Whyte, Bond y Leiter organizan un plan para atacar el escondite de Blofeld y rescatar a Tiffany secuestrada por Blofeld. Tras investigar las propiedades de Whyte en su penthouse descubren que Blofeld se esconde en una central de petróleo que no pertenecía a Whyte en Baja California.

Bond llega al lugar y una vez ahí Blofeld le muestra que el satélite funciona con un casete que tiene grabada su voz pretendiendo usar su invento para extorsionar a las potencias mundiales bajo la amenaza de la destrucción total, en vano Bond intenta cambiar la cinta y luego cae prisionero de Blofeld junto con Tiffany.

El satélite es fijado con objetivo a Washington D. C.. Antes de caer prisionero Bond da la señal de ataque a los marines comandados por Leiter, quienes atacan el escondite desencadenándose una gran batalla, Metz idealista de la paz mundial ve que a Blofeld solo le interesa causar solo el caos mundial. Bond y Tiffany logran escapar y el agente evita que Blofeld escape estrellando su minisubmarino (con el adentro) al complejo donde solo quedan menos de 5 minutos para destruir Washington. Cumplida la misión Tiffany y Bond huyen de la base.

Poco después Tiffany y Bond van en un crucero por cortesía de Whyte, mientras se despiden ignoran que los asesinos Wint y Kidd estaban también dentro del barco. Esa misma noche los dos asesinos se hacen pasar por chef y mesero del crucero justo en ese mismo momento descubre que son los asesinos que frustradamente lo habían intentado matar; al notar que Wint no sabe de vinos y por su fuerte olor de loción.

En otro intento por matarlo, Bond mata a Kidd incendiándolo y a Wint con una bomba que los asesinos tenían para matar al agente y a la contrabandista. Después de ser neutralizados los asesinos, Bond y Tiffany ven las estrellas sabiendo que los diamantes se quedaron para siempre en el satélite.


























REPARTO


Personaje Actor original Actor de doblaje
JBond12.jpg James Bond Sean Connery Blas García
Tiffany1.jpg Tiffany Case Jill St. John Andrea Coto
ErnestBofled.jpg Ernst Stavro Blofeld Charles Gray Jorge Roig
Plenty.jpg Plenty O'Toole Lana Wood Rocío Garcel
Willard1.jpg Willard Whyte Jimmy Dean Rubén Moya
Burt1.jpg Bert Saxby Bruce Cabot José Luis Castañeda
MrKidd.jpg Sr. Kidd Putter Smith Esteban Siller
MrWint.jpg Sr. Wint Bruce Glover Eladio González Garza
Felix5.jpg Felix Leiter Norman Burton Carlos Segundo
Presentacion13.jpg Dr. Metz Joseph Fürst Tito Reséndiz
M43.jpg M Bernard Lee Humberto Valdepeña
Q88.jpg Q Desmond Llewelyn Juan Felipe Preciado
Money55.jpg Moneypenny Lois Maxwell Dulcina Carballo
Doctor8.jpg Doctor David de Keyser Agustín Sauret
SirDonald.jpg Sir Donald Munger Laurence Naismith Pedro D'Aguillón
Empleado.jpg Empleados de Slumber, Inc. Sid Haig Alfredo Lara
Empleado1.jpg Marc Lawrence Sergio Barrios
ManinFez.jpg Hombre del fez Frank Olegario Eduardo Borja
Tom1.jpg Tom Shane Rimmer Héctor Lee
Craps.jpg Crupier E.J. 'Tex' Young Álvaro Tarcicio
Presentacion13.jpg Presentación e insertos N/A Fernando Álvarez

Redoblaje (DVD)

Imagen Personaje Actor original Actor de doblaje
JBond12.jpg James Bond Sean Connery Jorge Lapuente
Tiffany1.jpg Tiffany Case Jill St. John Mónica Manjarrez
ErnestBofled.jpg Ernst Stavro Blofeld Charles Gray Alfonso Ramírez
Willard1.jpg Willard Whyte Jimmy Dean Roberto Mendiola
MrWint.jpg Sr. Wint Bruce Glover Paco Mauri
Presentacion13.jpg Dr. Metz Joseph Fürst Jesús Colín
M43.jpg M Bernard Lee Carlos Águila
Felix5.jpg Felix Leiter Norman Burton Alan René Bressant
Presentacion13.jpg Shady Tree Leonard Barr Jesús Colín
Presentacion13.jpg Peter Franks Joe Robinson Rafael Rivera
SirDonald.jpg Sir Donald Munger Laurence Naismith César Árias
Presentacion13.jpg Morton Slumber David Bauer Carlos Águila
Empleado1.jpg Empleado de Slumber, Inc. Marc Lawrence Ernesto Lezama
Presentacion13.jpg Alguacil Roy Hollis Mario Sauret
Tom1.jpg Tom Shane Rimmer Ernesto Lezama
Craps.jpg Crupier E.J. 'Tex' Young Mario Sauret

Julio Ríos

Después de que George Lazenby abandonara la franquicia, los productores Harry Saltzman y Albert R. Broccoli pusieron a prueba a otros actores, pero el estudio United Artists quería a Sean Connery, pagando un salario récord para la época, de 1,25 millones de dólares para que regrese.

Los productores fueron inspirados por Goldfinger, incluso contratando al director de esa película, Guy Hamilton. Los lugares de filmación incluyeron Las Vegas, California, Ámsterdam y los hangares de Lufthansa en Alemania.

Diamantes para la eternidad contó con un presupuesto de 7'2 millones de dólares y fue un éxito comercial, logrando 116 millones de dólares, pero recibió críticas por su tono humorístico. Es la última película oficial de Connery como Bond, que volvería a interpretarlo posteriormente en un film no oficial de la saga, Nunca digas nunca jamás en 1983.

Es una película genial, está rodada e interpretada a la perfección, pues, al ser sutilmente rebuscada gana más encanto. Es entretenida, la intriga es maravillosa y las situaciones son si caben un poco más cómicas y picantes que en las anteriores entregas.

Se hace toda una delicia, y en verdad estamos hablando del último regalo de Connery a un personaje que le valdría para alcanzar un sitial muy bueno en el mundo del cine. Es, reitero, la última de la serie oficial porque la United Artist que es la productora que ha llevado a cabo todas las películas de Bond, se encontraría en 1983 con el handicap de ver que Orión les avasallaría al personaje para una entrega que nada tiene que ver con las que vienen de la mano de Ian Fleming, y es que los co-guionistas de Operación Trueno, que poseían la mitad de los derechos del guión los cederían a Orión para rodar un remake, con algún retoque sorpresivo.

Pero la que nos toca es una genialidad, brillante, con escenas muy bien pulidas, escenarios buenísimos, en especial destacar los de Bond haciendo escalada en el rascacielos "La Casa Blanca" y en la base petrolífera, y quizá también citar la persecución en el módulo lunar, que es divertida y a la par original. Se podrían destacar muchos más puntos, tales como la escena en las alcantarillas en construcción, la persecución con la policía pisándole los talones, la escena del principio, pasando la frontera con Moneypenny de aduanera, etc.

Es que hay tanto que lo mejor es que si no la han visto que lo hagan, porque por mucho que yo les cuente, lo cierto es que merece la pena verla. Vestuario fantástico, personajes a la altura, exteriores muy buenos, en fin, no es una Obra Maestra, ni le pisa los talones a otras de la saga con el mismo personaje tales como Dr. No o Goldfinger, pero en comparación con el resto está genial.

Mientras James Bond está en plan de venganza contra Blofeld, en Sudáfrica y holanda se contrabandean diamantes masivamente. El gobierno británico, en su preocupación, decide asignar la investigación a Bond, con el fin de seguir la ruta de los diamantes, y averiguar el eventual propósito del enigmático hombre detrás de la operación, un magnate de las Vegas llamado Willard Whyte.

También regresa el director francés Guy Hamilton, luego de llevar al cine Goldfinger, la tercera entrega de la serie. Esta vez Hamilton se enfoca más en el humor y deja a un lado la psicología del personaje de Fleming, a excepción del misterioso prologo, en el que James Bond acecha a varios personajes en busca de venganza.

John Barry compone una admirable banda sonora, contando por segunda vez con la inigualable Shirley Bassey en el tema principal. Ken Adam vuelve a lograr un óptimo trabajo en los decorados, al igual que Ted Moore en la fotografía y Maurice Binder en los créditos principales.

A Richard Maibaum en el guión se le une Tom Mankiewicz, quien volvería a escribir los textos de dos cintas más del espía británico. Ambos descartan la mayor parte de la trama de la novela de Fleming, de la que solo comparten algunas locaciones, pero parten curiosamente de un sueño que tuvo el productor Albert Broccoli, en el que James Bond tenía un encuentro con el misterioso magnate Howard Hugues, amigo intimo de Broccoli; también se adiciona a Blofeld, suprimiendo a los villanos de la novela, los hermanos Spang; pero mantienen a la hilarante y malvada pareja de  Mr. Kidd y Mr. Wint, quienes protagonizan algunas de las escenas más memorables de la cinta.

Con el fin de atar cabos (y dejar otros sueltos) regresa por tercera vez consecutiva el infame Ernst Stavro Blofeld, esta vez encarnado con carismática villanía por Charles Gray, quien se luce en el papel, a pesar de que ya había participado en un rol secundario de un filme anterior de Bond.

Aunque no se explaye en la psique del personaje central, como ocurrió en la anterior cinta, y de contener una trama más fantástica que las anteriores, enfocada con frivolidad y desinterés, Diamonds are forever mantiene un ritmo ágil, lúdico y entretenido, exaltando a Connery como el Bond original, y conteniendo momentos dignos de mención, como las andanzas de Mr. Wint y Mr. Kidd, el encuentro de Bond con Blofeld y su clon, la visita a la funeraria de Morton Slumber, la lucha cuerpo a cuerpo con Peter Franks en el elevador, la presentación de Bambi y Thumper, el ya mencionado prologo, y la explosiva y jocosa escena de clausura a bordo del Queen Mary.

Jill St. John, es la principal “Bond Girl” de la película. La bellísima actriz encarna el rol principal como personaje femenino. Cabe destacar sus apariciones en la película con ropa ligera, vaporosa, utilizando prendas transparentes, indumentaria muy escotada y exenta de ropa interior. No usa en los vestidos, ninguna camiseta o top. No usa brasier.

La foto que ilustra esta crónica permite entreverar a Jill St. John, con una camisa mojada y transparente que la artista destaca con piel desnuda debajo la blusa celeste. Cuerpo sin vacilación, muy escotado y desnudo artísticamente para enseñar los pechos a pura piel de la actriz. Sólo la camisa traslucida cubre su piel, sin ninguna indumentaria debajo. No usa brasier y prácticamente está totalmente desnuda.

 

By Julio D. Ríos
 JILL ST. JOHN IS THE BOND GIRL WITH A SEE-THROUGH SHIRTOVER THE NAKEDAND VERY LOW-CUT BODY OF THE ARTIST

After George Lazenby left the franchise, producers Harry Saltzman and Albert R. Broccoli auditioned other actors, but United Artists wanted Sean Connery, paying a then-record salary of $1.25 million to bring him back.

The producers were inspired by Goldfinger, even hiring that film's director, Guy Hamilton. Filming locations included Las Vegas, California, Amsterdam and the Lufthansa hangars in Germany.

Diamonds for Eternity had a budget of $7.2 million and was a commercial success, making $116 million, but was criticised for its humorous tone. It was Connery's last official film as Bond, who would later reprise his role in an unofficial Bond film, Never Say Never Again in 1983.

It's a great film, shot and acted to perfection, as it is subtly stilted it gains more charm. It's entertaining, the intrigue is wonderful and the situations are, if anything, a little funnier and spicier than in the previous instalments.

It's a real treat, and we're really talking about Connery's last gift to a character that would earn him a very good place in the world of cinema. It is, I reiterate, the last of the official series because the United Artist, the production company that has carried out all the Bond films, would find in 1983 with the handicap of seeing that Orion would overwhelm the character for an installment that has nothing to do with those that come from the hand of Ian Fleming, and is that the co-writers of Operation Thunder, who owned half the rights to the script would cede them to Orion to shoot a remake, with some surprising tweaks.

But this one is brilliant, brilliant, with very well polished scenes, great scenery, especially highlighting those of Bond climbing the skyscraper "The White House" and the oil base, and perhaps also mention the chase in the lunar module, which is fun and original at the same time. Many more points could be highlighted, such as the scene in the sewers under construction, the chase with the police on his heels, the scene at the beginning, crossing the border with Moneypenny as a customs officer, etc.

There is so much that if you haven't seen it, it's best that you do, because no matter how much I tell you, it's well worth seeing. Fantastic costumes, characters to the height, very good exteriors, in short, it is not a Masterpiece, nor is it on the heels of others of the saga with the same character such as Dr. No or Goldfinger, but in comparison with the rest it is great.

While James Bond is out for revenge against Blofeld, diamonds are being smuggled on a massive scale in South Africa and Holland. The British government, in its concern, decides to assign the investigation to Bond, in order to follow the route of the diamonds, and find out the eventual purpose of the enigmatic man behind the operation, a Vegas tycoon named Willard Whyte.

Also returning is French director Guy Hamilton, after bringing to the screen Goldfinger, the third instalment in the series. This time Hamilton focuses more on humour and leaves aside the psychology of Fleming's character, except for the mysterious prologue, in which James Bond stalks several characters in search of revenge.

John Barry composes an admirable soundtrack, featuring for the second time the incomparable Shirley Bassey on the main theme. Ken Adam again does a fine job on the sets, as does Ted Moore on the cinematography and Maurice Binder on the main credits.

Richard Maibaum on the screenplay is joined by Tom Mankiewicz, who would return to write the texts for two more films of the British spy. Both discard most of the plot of Fleming's novel, of which they only share some locations, but curiously start from a dream that producer Albert Broccoli had, in which James Bond had a meeting with the mysterious tycoon Howard Hughes, a close friend of Broccoli; Blofeld is also added, deleting the villains of the novel, the Spang brothers; but keep the hilarious and evil couple of Mr. Kidd and Mr. Wint, but keep the hilarious and evil couple of Mr. Kidd and Mr. Wint, who are the main characters of the novel. Mr. Kidd and Mr. Wint, who star in some of the film's most memorable scenes.

In order to tie up loose ends (and leave some loose ends) the infamous Ernst Stavro Blofeld returns for the third consecutive time, this time played with charismatic villainy by Charles Gray, who excels in the role, despite having played a supporting role in a previous Bond film.

Although it doesn't delve as deeply into the psyche of the central character as the previous film, and although it contains a more fantastical plot than the previous films, approached with frivolity and disinterest, Diamonds are forever maintains an agile, playful and entertaining pace, exalting Connery as the original Bond, and containing noteworthy moments, such as the wanderings of Mr. Wint and Mr. Kidd, the encounter with Blofeld and his clone, the visit to Morton Slumber's funeral parlour, the melee with Peter Franks in the elevator, the presentation to Blofeld and his clone, the visit to Morton Slumber's funeral parlour, the hand-to-hand fight with Peter Franks in the elevator, and the presentation of the Bond clone to Mr. Kidd. Wint and Mr. Kidd, Bond's encounter with Blofeld and his clone, the visit to Morton Slumber's funeral home, the hand-to-hand fight with Peter Franks in the elevator, the introduction of Bambi and Thumper, the aforementioned prologue, and the explosively jocular closing scene aboard the Queen Mary.

Jill St. John is the main "Bond Girl" in the film. The beautiful actress plays the lead role as the female character. It is worth noting her appearances in the film in light, airy clothes, using transparent garments, very low-cut clothes and no underwear. She does not wear any T-shirts or tops in her dresses. She does not wear a bra.

The photo illustrating this chronicle shows Jill St. John, wearing a wet and transparent shirt that the artist highlights with bare skin under the light blue blouse. A body without hesitation, very low-cut and artistically naked to show off the actress's bare breasts. Only the translucent shirt covers her skin, without any clothing underneath. She wears no bra and is practically totally naked.


 
Diamonds Are Forever















ACERCA DEL AUTOR
 

Julio Ríos, escritor, periodista y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor privado, asesor de seguros y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO y la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera y segunda edición 2008 y 2017. EL ALTO PARA TODOS (2017), es su última publicación relacionada con información cultural y turística de la ciudad boliviana. Ha escrito desde 1975 hasta la fecha más de 15 mil artículos, entre editoriales, entrevistas, análisis políticos, crítica de arte, filosofía, literatura y música. Es columnista del periódico Página Siete de La Paz, Bolivia y crítico de arte. Ha ganado premios como periodista, y ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. Dirige la publicación "Artistas en el pincel", dedicada a pintores contemporáneos del mundo. Escribe comentarios sobre cine en su Blog que se publican en su cuenta de Twitter. Su hijo Juan-Cristóbal Ríos Violand, es cineasta y guionista de las películas: Quien mató a la llamita blanca, Norte Estrecho junto a Omar Villarroel, y la Virginia de los bolivianos.

JULIO RIOS, ES ESCRITOR Y CONSULTOR