miércoles, 30 de diciembre de 2020


 


En la aurora del 2021

EL BARBIJO

"LA PRENDA" DEL AÑO

POR JULIO RÍOS CALDERON

Página Siete, miércoles 30 de diciembre de 2020

 

 


Que tan rápido y aciago, está transcurriendo un año avasallado por la Pandemia a consecuencia del Covid 19, y ahora, abrazamos otro año en espera de la vacuna; que nos traiga bienestar y unión familiar. Invoquemos para los que están en la búsqueda del amor, el año nuevo sea el momento propicio para desempolvar la ilusión y echarla andar. Siempre habrá una época de soles verdes, en que todo reverdece.

Dejamos atrás un año difícil, un 2020 marcado en casi todos sus aspectos por la pandemia del coronavirus. Una pandemia que no esperábamos y que desde principios de año puso en jaque nuestras vidas. Todo cambió.

Estar encerrados en casa durante meses, miles de vidas perdidas, dejar de ver a nuestros familiares y amigos, la soledad, la incertidumbre. Aunque todo lo que rodea al 2020 parezca negativo, no lo es tanto. Si lo miramos con perspectiva, veremos cuánto hemos aprendido de esta situación, cuántas enseñanzas y valores nuevos podemos incorporar a partir de ahora a nuestra vida gracias a todos esos malos momentos.

Tuvimos que ponernos una mascarilla, pero al menos pudimos continuar respirando. No abrazamos ni besamos, pero aprendimos a decir más veces: te quiero? Sí, el 2020 nos ha quitado muchas cosas, pero nos ha enseñado a valorar mucho más las que tenemos.

Lo bueno guardémoslo como bonitos recuerdos y lo malo como valiosas lecciones que jamás olvidaremos. Adiós a este año que, aunque no fue uno de los mejores, también nos deja lindos momentos.

En gran parte somos lo que pensamos y extraer de los momentos adversos sabiduría fortalece el existir, ante el reto de un nuevo año. Abrazar el optimismo en nuestras mentes es realizar la intención del deseo y los frutos hechos realidad. El año nuevo se viste de rojo, verde y dorado cual símbolos de amor, esperanza y éxito.

Somos el arquitecto de nuestro libro de la vida y podemos llenarlo de pájaros, baladas, trigo y miel. La bruma viene y pasa cual lumbre, pero siempre hay recuerdos invaluables.

La magia de las nuevas oportunidades siempre ha estado frente a nosotros. Atizar nuestros sueños es la meta firme en la memoria de cada día.

Bolivia espera un año nuevo repleto de luz y emociones gratas. Este año nuevo es propicio para fortalecer nuestro compromiso con la madre tierra, el planeta debe seguir latiendo con el rostro verde para nuestras generaciones venideras. Sembrar una semilla en nuestro entorno hace que florezcan los mañanas y sigan las vendimias de las flores, los peces, el trigo, y lluvia.

En el sentido figurado pudiese agregar que el amor es una aventura que debe ofrecer “paz y luz”. El amor se puede develar con estas palabras:

Tolerancia mutua, admiración, humor, afinidades, consideración y respeto mutuo. Esperemos la llegada del año nuevo con metas condensadas de ánimos y una disciplina sólida como regla de oro para ver el vasto camino lleno de floresta, emociones con fuego limpio, arcángeles, música de mar y guitarras. Que sea un venturoso año nuevo rociado de salud, amor y éxito.

 

JULIO RÍOS, ES ESCRITOR Y CONSULTOR