CONCIERTO EN PANDEMIA
COVID – 19
SOLISTA
LOLA ASTANOVA
DIRECTOR
FERARD SCHWARZ
ALL STAR ORCHESTA
Rhapsody in Blue
COMPOSITOR GEORGE GERSHWIN
Rhapsody in Blue es una composición creada por George Gershwin para piano solo y banda de jazz, escrita en 1924, en la que se combinan elementos de música clásica con efectos de influencia jazzística. La obra se estrenó el 12 de febrero de 1924 en el Aeolian Hall de Nueva York, en un concierto titulado "Un experimento en música moderna" (An Experiment in Modern Music), dirigido por Paul Whiteman y su banda, con Gershwin al piano.
En el título, la palabra "blue" se refiere tanto al estilo musical blues (canción de este típico género musical estadounidense) como al estado de ánimo blue, que significa en inglés "triste, melancólico". La versión para piano y orquesta sinfónica, arreglada por Ferde Grofé en 1946, se ha convertido en una de las obras más populares de la música clásica de los Estados Unidos.
Gershwin interpretando Rhapsody in Blue (24 de febrero de 1924). El famoso director Paul Whiteman escuchó a George Gershwin y lo invitó a componer una pieza sinfónica de jazz, para tocarla junto con otros estrenos de compositores modernos en un concierto que daría próximamente con su orquesta.
A George se le olvidó por completo el encargo, hasta que una mañana apareció en un anuncio del periódico la noticia de un concierto de jazz a cargo de Paul Whiteman y su orquesta, destacando que la obra central del programa sería una composición sinfónica escrita por George Gershwin, quien lo supo cuando leía esa mañana las noticias.
No pudiendo eludir el compromiso, George creó en tres semanas su "Rhapsody en Blue" empujado por ese gran maestro que sabía lo que tenía entre manos; ambos estaban contribuyendo al encumbramiento definitivo del jazz.
Esta Rapsodia, que fue orquestada por Ferde Grofe, el arreglista de Whiteman, se estrenó el 12 de febrero de 1924, señalando un momento importantísimo en la historia de los Estados Unidos de América, el del nacimiento de su propia música sinfónica, creada con elementos autóctonos, como los blues, los espirituales negros y el jazz, que George Gershwin tradujo en ritmos y notas que son ellos mismos, pero con otro ropaje, "de etiqueta", por así decirlo.
Paul Whiteman terminó la ejecución en medio de febriles aclamaciones y aplausos; los cronistas aceptaron el veredicto del público, supremo juez, y sus comentarios aparecieron llenos de alabanzas para el joven compositor de 25 años.
El éxito de la "Rapsodia en Blue", mal traducida como "Rapsodia en Azul", ya que no se refiere al color sino a un género musical derivado del jazz, fue fulminante y pronto se interpretó en América y Europa, constituyéndose en página indispensable en el repertorio de las más famosas orquestas sinfónicas.
Esta obra influyó notablemente en compositores europeos y estadounidenses, que comenzaron a utilizar en sus obras melodías y patrones rítmicos del jazz, que por fin se había vuelto "respetable". El éxito no hizo olvidar a Gershwin sus numerosas lagunas técnicas, por lo que prosiguió sus estudios musicales con la intención de enriquecer su estilo y abordar metas más ambiciosas. Más adelante, hizo su propia orquestación de "Rapsodia en Blue" y compuso sus "Preludios para Piano".
En 1955, Rhapsody in Blue sirvió de inspiración para una composición del destacado acordeonista/compositore John Serry Sr., que se publicó posteriormente en 1957 (ver American Rhapsody).
Rhapsody in Blue fue una de las ocho piezas sinfónicas incluidas en la película Fantasía 2000, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chicago. Gershwin logró aunar en su Rhapsody in Blue tres elementos fundamentales de la música de su país: la tradición popular pianística, el tratamiento armónico de la música del teatro de variedades y toda la atmósfera del blues afroamericano.
Frecuentemente se suele clasificar a Gershwin como un sinfonista del jazz; tal planteamiento es tan simple como clasificar a Falla como un sinfonista del flamenco. Lo cierto es que Gershwin enraizó su música en la tradición de su país y aprovechó la riqueza rítmica, armónica y melódica que tuvo a su alrededor en función de una mayor y más moderna expresividad sinfónica.
La obra no está concebida como un concierto para piano y orquesta, pues la función del piano, aunque de claro carácter solista, no sigue la línea concertante clásica, ya que Gershwin lo sitúa unas veces como solista y otras como mero acompañante.
Lola Astanova en brillante ejecución
Los músicos miembros de la All Star Orchesta, esperan afinando sus instrumentos el ingreso de su Director, Ferard Schwarz. En la parte superior del escenario asoma el piano de la famosísima marca Steinway and Sons, instrumento que será allanado por la gran y bella pianista Lola Astanova. El público se muestra ansioso esperando la obra Rhapsody In Blue de George Gershwin.
Y, en minutos hacen su ingreso Schwarz y Astanova. La orquesta se pone de pie, el director sube al podio y Lola toma su lugar en el piano. Con el pelo amarrado en forma de cola y muy elegante, la artista permite entrever un destacado conjunto de dos piezas con tonalidad beige, amarilla y café claro con estampados geométricos.
La chaqueta muy escotada la viste sobre la misma piel desnuda, y la minifalda le da la caída con mucha clase, mostrándose distinguida y sensual. Piel desnuda exenta de prendas interiores, permite entrever a través de la abertura muy abierta del saco, el nacimiento discreto y fulgúrense de sus hermosos pechos. El público aplaude emocionado.
El silencio es impresionante, aun cuando Schwarz mueve la batuta dando la entrada al clarinetista, quien ya nos sume en la sonoridad de su instrumento que en forma ascendente y como solista inicia la melodía de la rapsodia. Al momento las manos de Astanova acarician el teclado y se aprecia un amoroso diálogo con notas musicales que expresan el característico momento sonoro.
Le toca a la trompeta con sordina, luego al corno y así sucesivamente los instrumento de viento que en tiempo de blues-jazz, complementan el carácter de la obras. Los solos de Lola son de brillante ejecución; digitación sin duda provista de una notable técnica que alternan las manos y golpeteo de los dedos con prolija situación. Mente y cuerpo en movimiento se suman al talento y el sentimiento de la artista.
Mientras se escuchan los diferentes compases alternados por los solos de la pianista, imaginamos a Lola en su belleza física. Sin duda una mujer bella que en los gráficos acerca siempre sus muy escotadas prendas, revelando el cuerpo desnudo a través de un traje sastre rojo o un blusa blanca delgada o un atuendo sensual que viste su desnuda y generosa anatomía. Pero el piano se fusiona con la presencia, en otra foto, de Astanova en cuerpo desnudo a través de un diminuto vestidillo negro y muy sensual que ella lo viste sobre la misma piel, sin ningún top o blusa. No usa camiseta interior ni brasier. Es ella en su natural belleza la artista que nos cautiva con la melodía, la armonía y el ritmo de una rapsodia que concluye con la intervención del piano y todos los instrumentos que cortan la obra con la indicación del director que da por concluida la obra.
La foto de negro es una de las que usa Lola Astanova como presentación. Es una pianista uzbeca, hoy de 38 años. Fue niña prodigio, dio conciertos desde los 8 años, ganó su primer concurso internacional a los 11 y desde los 19 vive en Estados Unidos, donde es un ícono mediático.
Lola Astanova (en ruso, Лола Астанова), nació 3 de julio de 1982, en Tashkent, antigua URSS. A la edad de seis años, Astanova ingresó a la Escuela de Música Especializada V. Uspensky para Niños Dotados, una escuela élite en Tashkent, actual Uzbekistán donde nació, creció y donde comenzó a estudiar piano con la profesora Tamara Popovich.
Visitó con frecuencia Moscú, estudiando en el Conservatorio Estatal Tchaikovsky de Moscú para tomar lecciones con el profesor Lev Naumov. El pianismo de Astanova es raro y verdaderamente ingenioso. Rhapsody in Blue interpretado por Lola es simplemente excepcional.
By Julio Ríos
NAKED SKIN THROUGH THE TWO-PIECE
SUIT
OF LOLA THAT LOOKS VERY LOW-CUT AND ELEGANT
The members of the All Star Orchestra are waiting for their Director, Ferard Schwarz, to come in and tune their instruments. At the top of the stage the piano of the famous brand Steinway and Sons, an instrument that will be smoothed by the great and beautiful pianist Lola Astanova. The audience is eagerly awaiting George Gershwin's Rhapsody In Blue.
And, in minutes Schwarz and Astanova make their entrance. The orchestra stands up, the conductor steps onto the podium and Lola takes her place at the piano. With her hair tied in a tail shape and very elegant, the artist allows us to glimpse an outstanding set of two pieces in beige, yellow and light brown with geometric patterns.
The very low-cut jacket dresses her on the same naked skin, and the mini-skirt gives her a very classy look, showing her distinction and sensuality. Naked skin free of underwear, allows a glimpse through the very open opening of the jacket, the discreet birth and shine of her beautiful breasts. The public applauds with emotion.
The silence is impressive, even when Schwarz moves the baton giving the entrance to the clarinetist, who already immerses us in the sonority of his instrument that in ascending form and as a soloist initiates the melody of the rhapsody. At the moment Astanova's hands caress the keyboard and a loving dialogue with musical notes can be appreciated, expressing the characteristic sonorous moment.
She plays the trumpet with mute, then the horn and so on the wind instruments that in time of blues-jazz, complement the character of the work. Lola's solos are of brilliant execution; fingering undoubtedly provided with a remarkable technique that alternates the hands and tapping of the fingers with tidy situation. Mind and body in movement add to the talent and feeling of the artist.
While listening to the different bars alternated by the pianist's solos, we imagine Lola in her physical beauty. Without a doubt a beautiful woman who in the graphics always approaches very low-cut garments, revealing the naked body through a red tailor's suit or a thin white blouse or a sensual outfit that dresses her naked and generous anatomy. But the piano merges with the presence, in another photo, of Astanova in a naked body through a tiny black and very sensual dress that she wears on the same skin, without any top or blouse. She does not wear an undershirt or bra. It is she in her natural beauty the artist who captivates us with the melody, the harmony and the rhythm of a rhapsody that concludes with the intervention of the piano and all the instruments that cut the work with the indication of the director who concludes the work.
The photo in black is one of those used by Lola Astanova as a presentation. She is a pianist from Uzbekistan, now 38 years old. She was a child prodigy, gave concerts since she was 8 years old, won her first international competition at 11 and since 19 she lives in the United States, where she is a media icon.
Lola Astanova (in Russian, Лола Астанова), was born July 3, 1982, in Tashkent, former USSR. At the age of six, Astanova entered the V. Uspensky Specialized Music School for Gifted Children, an elite school in Tashkent, present-day Uzbekistan where she was born, raised, and where she began studying piano with Professor Tamara Popovich.
He visited Moscow frequently, studying at the Tchaikovsky State Conservatory in Moscow to take lessons with Professor Lev Naumov. Astanova's piano playing is rare and truly ingenious. Rhapsody in Blue played by Lola is simply exceptional.
Julio Ríos, escritor, periodista y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor privado, asesor de seguros y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO y la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera y segunda edición 2008 y 2017). EL ALTO PARA TODOS (2017), es su última publicación relacionada con información cultural y turística de la ciudad boliviana. Ha escrito desde 1975 hasta la fecha más de 15 mil artículos, entre editoriales, entrevistas, análisis políticos, crítica de arte, filosofía, literatura y música. Es columnista del periódico Página Siete de La Paz, Bolivia y crítico de arte. Ha ganado premios como periodista, y ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. Dirige la publicación "Artistas en el pincel", dedicada a pintores contemporáneos del mundo. Escribe comentarios sobre cine en su Blog que se publican en su cuenta de Twitter. Su hijo Juan-Cristóbal Ríos Violand, es cineasta y guionista de las películas: Quien mató a la llamita blanca, Norte Estrecho junto a Omar Villarroel, y la Virginia de los bolivianos.