jueves, 10 de diciembre de 2020

 


 NAVIDAD EN PANDEMIA

COVYD – 19

UNA RARA NAVIDAD 


CARTA AL NIÑO JESÚS  

Dos llamas de fuego ya iluminan el camino por donde recorre el manso borrico que lleva a José y María hacia el portal de Belén. Serán cuatro los cirios de Adviento los que alumbren la fe del mundo hasta el día de la Navidad, tras larga noche encendida de estrellas que dan claridad al humilde pesebre donde nacerá el Niño Dios.

En el futuro, cuando recordemos el atroz 2020 y contemos cómo fue su Navidad, lo haremos con un sabor agridulce. Habremos puesto fin al año más terrible del que guardamos memoria y las copas brindarán por dejar atrás lo vivido y que llegue pronto la anunciada vacuna.

Creyentes y no creyentes, forofos del espíritu navideño y agnósticos de este rito, todos nos veremos contagiados, inevitablemente, por el clima emocional y alegre que flotará esos días en el ambiente, que siempre acaba ablandando al más reacio. Sin embargo, las inauditas condiciones en que las celebraremos, unidas a la pesadumbre que arrastramos desde marzo, harán que recordemos unas Navidades extrañas, las más raras de nuestras vidas.

A 15 días de la Nochebuena, nadie se atreve a pronosticar al detalle cómo van a ser las Pascuas del 2020. Imposible saber a estas horas si los emigrados podrán volver a sus localidades de origen para reunirse con sus familiares, cuántos podrán sentarse alrededor de una misma mesa o hasta qué hora estarán abiertas las tiendas para comprar regalos. Por no saber, nadie se atreve a descartar que el final del año coincida con un pico de contagios de covid-19 y tengamos que pasarlo confinados como la última Semana Santa.

En el mejor de los escenarios posibles, pocas tradiciones navideñas quedarán inmunes a la pandemia. No habrá cotillones de Nochevieja, ni comidas de empresa, ni fiestas multitudinarias. Los aficionados a cantar villancicos en coros tendrán que dejarlo para otra ocasión y en la mayoría de ciudades han quedado descartadas las cabalgatas de Reyes Magos. Desde hace días, muchas de sus calles ven salir el sol cada mañana cubiertas de luces navideñas, pero a escasas jornadas del encendido oficial solo parecen ser el triste presagio de la Pascua que nos espera: la más desangelada de nuestras vidas.

El calendario es implacable y, según avanza, crece la inquietud entre la población y los sectores económicos más directamente implicados por no saber cómo afrontaremos esas fechas tan señaladas. En juego no solo hay dinero; también cuenta, y mucho, el caudal de afectos que se moviliza en estos festejos.

Muchos mayores esperaban la Navidad para juntarse con sus familiares. Perder ese roce hará aumentar la tristeza y el desamparo.

Las sociedades se articulan alrededor de rituales que marcan el ritmo de la vida. No es lo mismo celebrar la Navidad que no hacerlo ni participar en los encuentros previstos que privarnos de ellos.  Navidad del 2020 causará un impacto mayor en los grupos de población que tenían esos días marcados en rojo en sus calendarios.

Por ejemplo, en España Los Reyes Magos no tendrán cabalgatas en Barcelona pero instalan su 'almacén' de regalos en el Fórum. "Muchas personas mayores aguardaban a la Navidad para salir de sus residencias y juntarse con sus familiares. Perder ese roce les aumentará el sentimiento de tristeza y desamparo que ya venían arrastrando", advierte este profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.


 


La lista de tradiciones navideñas que este año tendremos vedadas es larga y variada. Pero el conjunto de rituales que sí podremos celebrar es igual de extenso. "Al final, todo dependerá de la actitud con que afrontemos esta experiencia. Si la vivimos como una pérdida por las renuncias que tendremos que asumir, nos sentiremos mal. Si la vemos como una Navidad diferente, el impacto emocional será menor", distingue la psicóloga Pilar Conde, de la clínica Origen.

Seis (y ni uno más): si Nochebuena se celebrara hoy, apenas seis personas no convivientes podrían juntarse, las que permanecen sin borrar en esta escena del clásico navideño ‘La familia y uno más’.

En su gabinete, cuenta, han adoptado el término coronavidad para referirse a la ansiedad que han empezado a transmitir sus pacientes ante la idea de no poder reunirse con sus familiares ni cumplir con las tradiciones. "Lo que no debemos hacer es renunciar a celebrar este momento tan emotivo. Sobre todo este año que ha sido tan duro", añade la terapeuta.

Toca, pues, reinventar la Navidad y adaptarla a las limitaciones que impone la pandemia. "Si no podemos visitar a nuestros mayores, sí podemos enviarles un regalo personal hecho por nosotros mismos. Si no podemos participar en eventos multitudinarios, sí podemos decorar la casa con motivos navideños –sugiere la psicóloga–. Será una buena ocasión para aprovechar el espíritu de los niños, hacer manualidades y recuperar la vieja tradición de mandar christmas".

Precisamente, los menores son los que, según todas las previsiones, llevarán con más normalidad esta Navidad tan extraña que nos espera. Los más pequeños, porque en su mundo mágico Papá Noel y los Reyes Magos seguirán llegando puntuales cargados de regalos. Los adolescentes, porque asisten a las tradiciones con la desidia propia de la edad.

 "A los centennials no les preocupan los rituales sociales y solo les interesa mantenerse conectados entre ellos. Mientras puedan ver a sus amigos a través de las pantallas o en persona, no se quejarán", pronostica la doctora en antropología Rosa María Román.

Para el resto de edades, queda el reto de suplir con ingenio las carencias afectivas que el coronavirus impondrá a una celebración que se distingue por su fomento del roce social. "En el confinamiento supimos hacerlo: a diario celebrábamos videollamadas y vermús virtuales con amigos y familiares. En la segunda ola detecto menos ganas de interactuar. La pandemia exige distancia física. Tenemos recursos para evitar que se convierta en distancia social. Dependerá de nosotros", compara Miquel Domènech.

Lo cierto es que son muchas las entidades públicas y empresas privadas que ya han anunciado su intención de adaptar sus servicios navideños a la pandemia. A falta de cabalgata de Reyes Magos, el Ayuntamiento de El Ejido (Almería) ha anunciado que ofrecerá videoconferencias de Sus Majestades de Oriente con los niños del vecindario para que les lean sus cartas. Limitada la San Silvestre Vallecana a atletas profesionales, el consistorio madrileño ofrecerá a los aficionados la posibilidad de participar en la carrera de manera virtual. A quienes desean celebrar el amigo invisible pero quieren evitar los encuentros de no convivientes, la firma de catering Catevering les brinda la posibilidad de hacerlo de forma on line.








Precisamente, el sector de la restauración es uno de los que se va a ver afectado con más severidad por la amenaza del contagio. Se acabaron –al menos por ahora– los banquetes de 20 comensales que se reúnen todos los finales de año para desearse prosperidad. Pero que las cenas de empresa estén prohibidas no impide que puedan celebrarse en la distancia. Este es el principio del que partieron en la empresa de eventos Making Movies, cuando idearon su kit de comidas de empresa para teletrabajadores, que permite que varios empleados coman juntos de manera virtual desde sus hogares.

Hasta el belén se adaptará este año a los tiempos del covid: las 30 nuevas figuras creadas por la empresa ceramista Caganer para esta campaña portan todas la obligatoria mascarilla. "Se podrían repasar las últimas tres décadas de historia de este país a través de nuestros 'caganers'. Este año era obligatorio reflejar el coronavirus", reconoce Marc Alós, portavoz de la compañía, quien tiene claro cuál será la estrella del portal del 2020: "Sin duda, el caganer de Fernando Simón".

Más allá de las noticias de contagios y fallecimientos, la pandemia marcará la próxima Pascua hasta en sus mínimos detalles. La publicidad, que todos los años decora las calles e inunda las pantallas con sus creaciones de inspiración navideña, no escapará al contagio. "Teníamos la opción de obviar el covid, pero los anuncios no habrían quedado creíbles. Nos hemos visto obligados a tocar el tema, aunque corremos el riesgo de que todas las campañas acaben pareciéndose entre ellas", reconocen Antonio Castillo y Gonzalo Urriza, directores creativos de la agencia Contrapunto y autores de los spots navideños de firmas como Cepsa, Correos o Legálitas, entre otras.

También han diseñado el anuncio de la Lotería de Navidad, que se ha presentado esta semana y cuya creación han vivido como un desafío especial por culpa del coronavirus. "Nos lo ha puesto más difícil que nunca. Empezamos a idear la campaña en junio, sin saber cómo estarían las cosas en diciembre. Nuestro reto ha sido tratar la pandemia con emotividad, pero evitando dramatismos y sin tocar demasiado la fibra sensible del público para no parecer oportunistas", explican.

La Navidad del 2020 la recordaremos por las condiciones tan particulares en que la viviremos, que la harán diferente a cualquiera de la que tengamos memoria. Sin embargo, esta no es la primera vez que la Pascua experimenta cambios de calado.

"De hecho, no ha parado de incorporar rituales y adaptarse a los nuevos tiempos desde que empezó a celebrarse en el siglo V", advierte el historiador Francisco José Gómez Fernández, autor del libro 'Breve historia de la Navidad'. La Navidad no ha parado de incorporar rituales desde que empezó a celebrarse en el siglo V.

En sus páginas, explica cómo los primeros belenes se montaron en España en el siglo XIII, los villancicos se sumaron en el siglo XV, las postales empezaron a enviarse a finales del siglo XIX y la costumbre de tomar uvas se originó a raíz de una cosecha abundante de vides que hubo en 1917.

¿Pasará ahora lo mismo? ¿Dejará el covid su huella en futuras celebraciones? "Eso lo sabremos más adelante. De momento, la del 2020 será más íntima y menos bulliciosa y consumista que nunca. En cierto modo, la pandemia va a hacer que recuperemos, al menos por un año, el sentido profundo de la Navidad", pronostica el historiador.




















Julio Ríos

CARTA AL NIÑO JESÚS

Querido Niño Jesús: Hoy tengo una lista pequeña que pedirte. Niño Jesús quiero que nos regales una fe más profunda. Que nos regales, te suplicamos, la desaparición del Covid-19. Que la pandemia ya sea historia y todos podamos abrazarnos y besarnos.

Que comprendamos que tú eres Dios que se acerca a nosotros en forma humana para poder relacionarte de igual a igual con nosotros y así invitarnos a seguirte hacia la plena realización en el bien, la bondad y el amor.

Eric Clapton, cuyo hijo tienes en tu regazo, escribió una canción que dice: “If I could change the world" (si pudiera cambiar al mundo). Esa frase me dice tanto mi querido Jesús.

Sólo te pido que nos ayudes a hacer de éste un mundo más justo, un lugar donde todos podamos sonreír cuando el sol salga, y podamos también sonreír. cuando las nubes lo tapen.

Quiero, querido niño Jesús, que ilumines la mente de los estrategas del mundo, y que decidan terminar, de una vez por todas las guerras y el terrorismo. Te pido por Bolivia y muchos corazones que elevamos oraciones al Señor por la salud del país y la nuestra.

Quiero, querido Niño, que no haya un infante en el mundo que deje de recibir amor en su corazón, que ningún niño pase hambre ni miserias, que se sustituya el miedo por la alegría, las lágrimas por la sonrisa ingenua.

Quiero, mi niño Dios, y me lo he propuesto todos los días de mi vida, hacer una pequeña contribución espiritual unida a la de muchos para construir una gran montaña, para hacer felices a nuestros semejantes; no sé si será mucho pedir niño querido, pero quiero que en nuestras conciencias se siembre el germen de la paz.

Termino, invocándote, en una oración, por las amigas y amigos que sufren enfermedades; por las amigas y amigos que confrontan problemas que afectan su día a día. Niño Dios, te imploro sean escuchadas estas súplicas para que, en ambas circunstancias adversas, encuentren una solución divina.

“Miles de velas pueden encenderse con una sola vela, y la vida de la vela no será, por ello, más corta. La felicidad nunca mengua por el mero hecho de ser compartida” Siddharta Gautama BUDA.

Julio Rios

LETTER TO THE CHILD JESUS

Dear Baby Jesus, Today; I have a small list to ask you. Little Jesus, I want you to give us a deeper faith. I want you to give us, we beg you, the disappearance of the Covid-19.

May the pandemic already be history and may we all embrace and kiss each other. May we understand that you are God who comes to us in human form so that you can relate to us as equals and thus invite us to follow you towards full realisation in goodness, kindness and love.

Eric Clapton, whose son you hold in your lap, wrote a song that says: "If I could change the world". That phrase tells me so much my dear Jesus.

I only ask you to help us make this a fairer world, a place where we can all smile when the sun rises, and we can smile too. when the clouds cover it.

I want you, dear child Jesus, to enlighten the minds of the strategists of the world, and to decide to end, once and for all, wars and terrorism. I ask you for Bolivia and many hearts that we raise prayers to the Lord for the health of the country and ours.

I want, dear Child, that there is not an infant in the world who does not receive love in his heart, that no child goes hungry or miserable, that fear is replaced by joy, tears by a naive smile.

I want, my child God, and I have proposed it to myself every day of my life, to make a small spiritual contribution together with many others to build a great mountain, to make our fellow men happy; I don't know if it will be too much to ask for, dear child, but I want the seed of peace to be sown in our consciences.

I conclude by invoking you, in a prayer, for the friends who suffer from illness; for the friends who face problems that affect their day-to-day lives. Child God, I implore you to hear these pleas so that, in both adverse circumstances, they may find a divine solution.

"Thousands of candles can be lit with one candle, and the life of the candle will not be shorter. Happiness is never diminished by the mere fact of being shared." Siddhartha Gautama BUDA.










 
ACERCA DEL AUTOR

Julio Ríos, escritor, periodista y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor privado, asesor de seguros y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO y la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera y segunda edición 2008 y 2017. EL ALTO PARA TODOS (2017), es su última publicación relacionada con información cultural y turística de la ciudad boliviana. 

Ha escrito desde 1975 hasta la fecha más de 15 mil artículos, entre editoriales, entrevistas, análisis políticos, crítica de arte, filosofía, literatura y música. Es columnista del periódico Página Siete de La Paz, Bolivia y crítico de arte. Ha ganado premios como periodista, y ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. Dirige la publicación "Artistas en el pincel", dedicada a pintores contemporáneos del mundo. 

Escribe comentarios sobre cine en su Blog que se publican en su cuenta de Twitter. Su hijo Juan-Cristóbal Ríos Violand, es cineasta y guionista de las películas: Quien mató a la llamita blanca, Norte Estrecho junto a Omar Villarroel, y la Virginia de los bolivianos.

JULIO RIOS ES ESCRITOR Y CONSULTOR