viernes, 26 de abril de 2024

REQUIEM PARA AIDA In memoriam Aida España Vda. de Boland 1930 - 2024

REQUIEM PARA

AIDA

In memoriam

Aida España Vda. de Boland

1930 - 2024

Se apagó la luz de una gran Señora, de una gran hermana, una mujer que predicó el humanismo y practicó el humanismo. Franca, seria, disciplinada, líder nato: Aida España Vda. de Boland.

Aida era de esas grandes personas que una vez que la conoces no la olvidas nunca. Era una presencia elegante en los modales, en la expresión, en la docencia, amabilidad, cordialidad, bondad, afán de servicio a cambio de nada. 

Su partida asoma un vacío. Pero de algo estoy seguro: Si los mortales van al cielo directamente por ser seres etéreos, Aida ahora está allí con ellos, en el cielo. Allí, pertenece a la columna de los espíritus sublimes.

Ellos esperaron su llegada, a tiempo de afinar sus guitarras, y la recibieron en el nirvana con arpegios celestiales, con olivos para la paz de su alma, con laureles para coronar su victoria, y con membrillos como símbolo de amor.

Desde que recibió la luz, su recorrido se puso de relieve por la fuerza demostrada y orientada hacia fines trascendentales, capaces de dar ejemplo de cuanto entraña la sabiduría enmarcada en la espiritualidad.

Aida destacó por su gran formación espiritual, filosófica y humanista. El conocimiento suyo fue un valioso aporte para muchos que siguieron su camino. Un camino serio, reflexivo, fraterno y buscador de la perfección.

Todo era original en Aida: su figura, sus gestos, su modo de accionar las manos, su forma de hablar, su manera de escucharse y hasta su modo de respirar. No se parecía a nadie. Conversar con ella era fascinante. ¿Conversar? No, escucharle. Contemplarla en su estatura gallarda.

La quisimos porque era bondadosa. Era bondadosa como ser humano, como docente. Tenía un corazón tan grande que Dios necesitó fabricar un cuerpo también grande para acomodar ese corazón suyo, luego mezclo los sentimientos con el espíritu de Aida. De allí resultó que Aida no solo fuera una mujer buena, sino justa –en un mundo donde no hay justicia ni en las instituciones llamadas espirituales que al igual que el más profano gobernante tiene el derecho humano a equivocarse y lavar sus manos acusando al inocente–. Todos sabemos cuánto se ha sacrificado por la justicia. Por las causas justas y porque haya concordia entre todos los seres humanos.

Así que Aida fue triplemente buena. Por eso la quisimos y la queremos en la indelebilidad de su recuerdo, tantos sus seres queridos, sus amigas, amigos, hermanas, hermanos y sus admiradoras y admiradores. En realidad, ella es nuestra hermana mayor. Nos ha enseñado con sus consejos y a través de sus exposiciones dedicadas a nosotros lo hermoso de la vida, a pesar del sufrimiento, a pesar del agobio y la desesperanza. Ella no deseaba esas calamidades para nadie. Menos para quienes supo, que, más que sus prójimos, fuimos sus hermanas y hermanos. Por eso quisimos tanto a Aida.

Bien visto, toda vida es inconclusa y solamente cuando se entrega a los amigos, a los hermanos, la terminamos, como un artesano, dándole la forma definitiva de su verdad y su esperanza. La última de esta historia de Aida, de la que no podemos ahuyentar la tristeza, nos impone ser fuertes para seguir luchando y para aceptar nuestro destino con dignidad y sin temor.  

"¿Dolor, dolor, dolor,/conoces el dogal/ que anuda las gargantas/ que se dicen adiós?", escribió Franz Tamayo. La muerte de Aida nos duele.

Algún día nos volveremos a encontrar con élla; solo entonces, no ahora, comprenderemos tantas cosas que nos son inalcanzables, nos reuniremos con esa fe que recién la entenderemos, pues la muerte se inicia con la vida.

Con la muerte al lado, rozando sus crespones negros, no importa que sean de seda, hoy le decimos a Aida: Adiós. Desde hoy estará de guardia por una eternidad, más allá de la vida terrenal.

La distancia no tiene por qué significar el olvido, porque cuando tienes a esa persona en la mente la sientes muy cerca. Aunque físicamente no estés con ella, mentalmente si lo estás. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenas. Pero hay las que luchan toda la vida: esas son las imprescindibles: Adiós Aida, fuiste una mujer excepcional. Hoy habitas junto al PADRE CELESTIAL. Nosotros, los que quedamos, aún debemos continuar el tráfago humano y de nuestros días. 

¡Terrible es la muerte!, pero ¡Cuán apetecible es también la vida del otro mundo, a la que Dios nos llama!

Julio Ríos Calderón

La Paz, Bolivia, viernes 26 de abril de 2024

The light of a great Lady, a great sister, a woman who preached humanism and practiced humanism went out. Frank, serious, disciplined, born leader: Aida España Vda. of Boland.

Aida was one of those great people that once you meet her you will never forget her. She was an elegant presence in manners, in expression, in teaching, friendliness, cordiality, goodness, eagerness to serve in exchange for nothing.

Her departure leaves a void. But I am sure of one thing: If mortals go to heaven directly because they are ethereal beings, Aida is now there with them, in heaven. There, she belongs to the column of sublime spirits.

They waited for her arrival, in time to tune her guitars, and welcomed her into nirvana with heavenly arpeggios, with olive trees for the peace of her soul, with laurels to crown her victory, and with quinces as a symbol of love.

Since she received the light, her journey was highlighted by the strength demonstrated and oriented towards transcendental ends, capable of giving an example of what wisdom framed in spirituality entails.

Aida stood out for her great spiritual, philosophical and humanistic training. Her knowledge was a valuable contribution to many who followed her path. A serious, reflective, fraternal path and search for perfection.

Everything was original in Aida: her figure, her gestures, her way of moving her hands, her way of speaking, her way of listening to herself and even her way of breathing. She didn't look like anyone. Talking to her was fascinating. Discuss? No, listen to him. Behold her in her gallant stature.

We loved her because she was kind. She was kind as a human being, as a teacher. She had such a big heart that God needed to make a body that was also big to accommodate that heart of hers, then he mixed her feelings with Aida's spirit. From there it turned out that Aida was not only a good woman, but also a just one – in a world where there is no justice nor in the so-called spiritual institutions that, like the most profane ruler, have the human right to make mistakes and wash their hands of accusing the innocent. . We all know how much she has sacrificed for justice. For just causes and because there is harmony between all human beings.

So Aida was triple good. That is why we loved her and we love her in the indelible memory of her, so many of her loved ones, her friends, friends, sisters, brothers and her admirers. Actually, she is our older sister. She has taught us with her advice and through her exhibitions dedicated to us the beauty of life, despite the suffering, despite the burden and hopelessness. She did not wish such calamities on anyone. Except for those who knew that, more than her neighbors, we were her sisters and brothers. That's why we loved Aida so much.

Well seen, every life is unfinished and only when it is given to its friends, to its brothers, do we finish it, like a craftsman, giving it the definitive form of its truth and its hope. The last of this story of Aida, from which we cannot chase away the sadness, requires us to be strong to continue fighting and to accept our destiny with dignity and without fear.

"Pain, pain, pain, / do you know the noose / that knots the throats / that say goodbye?" wrote Franz Tamayo. Aida's death hurts us.

Someday we will meet her again; Only then, not now, will we understand so many things that are unattainable to us, will we reunite with that faith that we will only understand, because death begins with life.

With death next to her, touching her black crepes, no matter if they are silk, today we say to Aida: Goodbye. From today she will be on guard for an eternity, beyond earthly life.

Distance does not have to mean forgetting, because when you have that person in your mind you feel very close to them. Even if you are not physically with her, mentally you are. There are those who fight for many years, and they are very good. But there are those who fight all their lives: those are the essential ones: Goodbye Aida, you were an exceptional woman. Today you live with the HEAVENLY FATHER. We, those who remain, must still continue the human travail of our days.

Terrible is death! But how desirable is also the life of the other world, to which God calls us!

Julio Ríos Calderon

La Paz, Bolivia, Friday, April 26, 2024

Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte.

UNA MUJER NOTABLE

Aida España de Boland.

Presidenta del Comité Cívico Femenino 

1997 – 1998

Durante su gestión promovió con personalidades ilustres, escritores e historiadores como Alcides Parejas, la realización de publicaciones que rescataran el trabajo del Comité Cívico Femenino tras 40 años de vida institucional, conmemorando así en octubre de 1997, el mes cívico; celebración institucionalizada que se mantiene hasta nuestros días.

Organizó la marcha en protesta al alza de tarifas de la energía eléctrica. Conformó el Comité de Seguridad Ciudadana que proponía la reapertura de la ex Granja de Espejos, como un centro reformatorio modelo.

Llevó a cabo una gira por las provincias orientando sobre la realización de la “1ra. Consulta Cívica Ciudadana”, que significó la práctica de un ejercicio de democracia participativa, ésta última consolidada recién en la primera década del 2000. Desarrolló cursos de capacitación sobre liderazgo, administración, política, salud, prevención de accidentes; a cargo de expertos invitados.

En los barrios se informó a las mujeres sobre medidas de prevención del SIDA, Dengue, además de charlas sobre prevención del uso de drogas. Promovió un programa dirigido a brindar terapias ocupacionales (cotillón, belleza) a las mujeres reclusas, así como charlas orientadas a una reconstrucción de una autoestima positiva de las reas.

Logró la entrega de más de 2000 de material educativo a niños de barrios en situación de pobreza. Consiguió becas de formación para jóvenes del barrio El Paraíso.

Gestionó la presentación de la ópera Carmen y logró incluir la Escuela de Canto Lírico en el presupuesto de la Casa Municipal de Cultura “Raúl Otero Reiche”.

La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.

Ahora se ha vuelto a encontrar con su compañero de vida. Aquel gran guerrero PERCY BOLAND RODRÍGUEZ, que se le adelantó en el camino de la Vida. Otro hermano, gran hermano que fue Rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, Presidente del Comité Pro-Santa Cruz, médico, creador del Hospital de la Mujer de Santa Cruz. Fundador de Caridad y Tolerancia, taller que lleva su nombre. Vicepresidente del Directorio del Centro Boliviano Americano de Santa Cruz y gestor del mismo. Junto a su esposa Aida, compartieron el camino del saber y el liderazgo, y la herencia fue que ella se desempeñe en el Comité Pro Santa Cruz, el Rotary Club, la Orden de la Estrella de Oriente de la que fue su máxima autoridad, la Universidad UAGRM y otras instancias que hoy la recuerdan con cariño y reconocimiento.

Julio Ríos Calderón, nació en LA PAZ BOLIVIA, el 12 de julio de 1956. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, estudió en las universidades Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, Sucre y Universidad Católica San Pablo de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de la Jolla, en San Diego California USA. Ha sido Presidente y Director General CEO de la revista especializada en turismo GBT. Ha ganado el PREMIO INTERNACIONAL DE PERIODISMO MARRIOTT GOLDEN CIRCLE AWARD. Como periodista ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Centroamérica, Norteamérica y Europa.  Es escritor, periodista, orador y crítico de arte. Es columnista del periódico PÁGINA SIETE de la ciudad de La Paz. Sus padres fueron Mario D. Ríos Gastelú, escritor y periodista, y Elva Calderón de Ríos, profesora de lenguaje. Tiene un hijo Juan-Cristóbal Ríos, cineasta: escribio la película boliviana QUIEN MATÓ A LA LLAMITA BLANCA. Por otra parte, hizo estudios de filosofía contemporánea. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), EL ALTO PARA TODOS (2017), Historia de ALCOS (2021), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023).
 
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