lunes, 15 de abril de 2024

DÍA MUNDIAL DEL ARTE / Testimonio / TANIA AVILA / CINTHIA LEMA / VICTORIA RODRÍGUEZ / GRACIELA RODO-BOULANGER / MAGENTA MURILLO / ROXANA ARIAS / ROXANA HARTMANN

DÍA

MUNDIAL

DEL ARTE

ESCRIBE

Julio Ríos C.

EL ARTE NUTRE

LA CREATIVIDAD

La proclamación del Día Mundial del Arte, una celebración para promover el desarrollo, la difusión y la promoción del arte, tuvo lugar en la 40ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO en 2019.

El arte nutre la creatividad, la innovación y la diversidad cultural de todos los pueblos del mundo, y desempeña un rol importante en el intercambio de conocimientos y en el fomento del interés y el diálogo. Estas son cualidades que el arte siempre ha tenido y tendrá, si continuamos apoyando entornos donde se promuevan y protejan los artistas y la libertad artística. De esta manera, al fomentar el desarrollo del arte también se fomentan los medios a través de los cuales poder lograr un mundo libre y pacífico.

Cada año, el 15 de abril, las celebraciones del Día Mundial del Arte contribuyen a reforzar los vínculos entre las creaciones artísticas y la sociedad, a fomentar una mayor conciencia de la diversidad de las expresiones artísticas y a poner de relieve la contribución de los artistas al desarrollo sostenible. Asimismo, esta fecha es la oportunidad de destacar la educación artística en las escuelas, ya que la cultura es el camino hacia una educación inclusiva y equitativa.

Hay mucho que aprender, compartir y celebrar en el Día Mundial del Arte, y la UNESCO anima a todo el mundo a participar a través de diversas actividades como debates, conferencias, talleres, eventos culturales y presentaciones o exposiciones.

Este Día Mundial del Arte nos recuerda oportunamente que el arte tiene la capacidad de unirnos y establecer vínculos entre nosotros incluso en las circunstancias más difíciles. De hecho, el poder del arte para reunir a la gente, inspirar, sanar y compartir se ha hecho cada vez más patente durante los conflictos y crisis recientes, comprendida la pandemia de COVID-19.

The proclamation of World Art Day, a celebration to promote the development, dissemination and promotion of art, took place at the 40th session of the General Conference of UNESCO in 2019.

Art nurtures the creativity, innovation and cultural diversity of all the world's people, and plays an important role in exchanging knowledge and fostering interest and dialogue. These are qualities that art has always had and will have, if we continue to support environments where artists and artistic freedom are promoted and protected. In this way, by promoting the development of art, the means through which a free and peaceful world can be achieved are also promoted.

Every year on April 15, World Art Day celebrations help strengthen the links between artistic creations and society, foster greater awareness of the diversity of artistic expressions and highlight the contribution of artists to the world. Sustainable development. Likewise, this date is the opportunity to highlight artistic education in schools, since culture is the path to inclusive and equitable education.

There is much to learn, share and celebrate on World Art Day, and UNESCO encourages everyone to participate through various activities such as debates, conferences, workshops, cultural events and presentations or exhibitions.

"This World Art Day is a timely reminder that art has the ability to unite us and bond with each other even in the most difficult circumstances. Indeed, the power of art to bring people together, inspire, heal and share has been realized. Increasingly evident during recent conflicts and crises, including the COVID-19 pandemic."

En ánfora imaginaria puede depositarse el sufragio que avala exitosa la trayectoria de TANIA ÁVILA, artista beniana (Bolivia). Su entrega a la plástica arranca de su íntima relación al lado de su abuela materna, una mujer de quien heredó la pasión por el arte y la pintura. Ella en su niñez ―lo que no lleva sello de excepcional ―consideró a esa relevante persona, refiriéndola como su primera maestra. 

Hoy su talento y entrega coexisten, rumbo a un voto de confianza hacia un arte en el que Tania asoma enamorada de los caballos, donde el color invita a un repaso cromático lleno de imágenes insinuantes, de figuras de formato grande proyectadas con un sentido estético, propio de los artistas que retienen en la mente esa policromía fascinante de la naturaleza. 

El recurso del dibujo ―confirma que la sombra de la artista está contorneada en una pared―, fue la primera pintura que existió como una ligera consideración del arte primitivo milenario. Se da a conocer cuando refiero las ramas de color verde, configurando siluetas en movimiento motivadas por la habilidad suya al amparo de la luz y la penumbra. Ahí está el secreto ―si se puede llamar así― del éxito que Tania Ávila, logra con el color y particularmente con la línea de estar arraigada en el dibujo, esencia de todas sus creaciones.

Sus creaciones se multiplican. Es la pintura de VICTORIA RODRÍGUEZ (Uruguaya), que seduce con la suavidad de las cosas bellas. Es la efervescencia de las ideas para saltar de un cuadro a una portada de una importante revista, y de allí a las paredes de casas y lugares especiales que ostentan los coleccionistas. Si, son esas bellísimas obras llenas de misterio, como las que están en las galerías. 

Artista plástica y comunicadora, por lo tanto periodista y presentadora de TV, embelesó con su producción en el programa ESTA BOCA ES MÍA, donde la bella uruguaya conquisto la preferencia y el rating en la pantalla chica. Su trabajo siempre estuvo orientado hacia fines trascendentales capaces de hacer girar sus ruedas sobre las insospechadas avenidas de la comunicación y la pintura, en esta última, el examen sagaz de la conciencia creadora de la artista.

Entre la belleza de la luz y el enigma de la sombra, surgen las ideas que dan paso a la creatividad del arte en expresiones aleatorias, primorosamente elaboradas, en medio de un sentimiento a hacer de “lo bonito” de “lo amoroso”, un detalle.  

Basta observar el cuadro en el que Victoria Rodríguez pintó al célebre cantante Carlos Gardel. Basta observar la maestría puesta de relieve con el manejo más prolijo y el sentimiento del amor en un cuadro en el que asoma, sin vacilación alguna, la ternura de la maternidad. La fertilidad es la bendición original dada por Dios al hombre y a la mujer. Es un don divino. Los dones están pensados para ser dados y recibidos gratuitamente; nunca rechazados, por una parte, y nunca reclamados por otra.

 
 
 

"Pintar ha sido y es para mí la razón de vivir. Es la manera de comunicar, la manera de decir yo amo, de decir yo creo, de decir yo espero. Es la manera de transmitir mis pensamientos y mis emociones en el mundo entero.

Es la llave con la cual yo puedo abrir la puerta de una casa. Entrar con mis niños, mis gatos, mis vacas, mis pájaros y decirles la vida es bella, la vida tiene mucha esperanza!".

Entre la belleza de la luz y el enigma de la sombra, surgen las ideas que dan paso a la creatividad del arte en todas las expresiones de la humanidad: Música, gastos, ciclistas y todo en la obra de GRACIELA RODO BOULANGER

Muy joven reveló sus aptitudes orientadas a la música y la pintura, determinando estudios musicales en piano, actividad semejante a los primeros trazos plásticos dirigidos al esplendor de creaciones cromáticas, inquietudes apoyadas en textos literarios.

Tres artes, referencia de un intelecto donde Graciela acierta con las bases de un estilo, cuyo empleo de acordes se aplican entre los sonidos musicales y las pinceladas silenciosas.

El acercamiento musical llevó a Rodo a crear sus obras pictóricas en una permanente fuente de inspiración: Niños intérpretes de la música, como solistas o integrantes de coros masivos.

Esa línea sonora no eliminó travesuras y jugos infantiles, por el contario, animó el ambiente, porque al contemplar cuadros con los pequeños protagonistas montados sobre bicicletas o caballos, despiertan en nosotros, ciertos sonidos en escala mayor o menor.

La ternura no está alejada ante la pureza de su amor hacia sus padres; juegan con ellos, acarician felinos y se enternecen con multicolores avecillas.

Hay de todo en el recuento de las obras de Graciela y cada acercamiento hacia ellas, provoca nuevas melodías y sorpresivos trazos en las miradas de esa niñez, inspiradora de madrigales enternecedores.

 
 

Magenta, es una coloración similar al fucsia,​ es una denominación para los colores que pueden variar del rosa intenso al púrpura saturado. Su uso está relacionado con la actual teoría del color, en donde se define como un color importante dentro de los círculos cromáticos, cumpliendo el rol tanto de color primario sustractivo, como de secundario aditivo, y reemplaza a la púrpura del modelo tradicional de su lugar como intermedio entre el rojo y el azul.

Ese hermoso color reviste en muchas circunstancias la preciosa cabellera de la artista plástica Magenta Murillo, de quien investigué su destacada y famosa obra. La importancia del color en nuestras vidas es increíblemente transcendental –así las cosas–, el color posee significado no solo en un sentido, si no en varios: expresar estados de ánimo, dar a conocer y señalar nuestra identidad –o identidad corporativa– y además permitirá diferenciar nuestro norte orientado hacia fines imperceptibles, capaces de girar sus ruedas sobre las insospechadas avenidas del arte pictórico más profundo.

Pincel prolijo, inscribe en el lienzo el examen sagaz de su conciencia creadora de artista, donde el corazón suyo está por encima de todo. Magenta con ojos sorprendidos, enormemente abiertos a la realidad es un rostro iluminado por la paz interior que hacen de las imágenes de tan talentosa artista, un motivo muy particular de atracción.

Entre la belleza de la luz y el enigma de la sombra, surgen las ideas que dan paso a la creatividad del arte en expresiones aleatorias, primorosamente elaboradas, en medio de un sentimiento a hacer de “lo bonito” de “lo amoroso”, un detalle.  

Basta observar el cuadro en el que Victoria Rodríguez pintó al célebre cantante Carlos Gardel. Basta observar la maestría puesta de relieve con el manejo más prolijo y el sentimiento del amor en un cuadro en el que asoma, sin vacilación alguna, la ternura de la maternidad. La fertilidad es la bendición original dada por Dios al hombre y a la mujer. Es un don divino. Los dones están pensados para ser dados y recibidos gratuitamente; nunca rechazados, por una parte, y nunca reclamados por otra.

El arte de Magenta, alberga una parte fundamental que es la que reivindica la alegría. Y en esas anda la obra de Murillo, que lo entrevera en cada cuadro, como un arte comprometido y serio con la parte positiva de la vida, un compromiso serio con la felicidad. 

Mirar sus obras, es precisamente eso, deleitarse en pequeños momentos de felicidad, los que le brindaron sus exposiciones. Detenernos a contemplar un cuadro suyo, es perder todo posible contacto con la desvaída realidad que nos rodea, avasallada por una cruel pandemia a consecuencia de la Covid 19, que ha golpeados mortalmente a la redondez del globo terrestre.

 
 
 

Los sentimientos más profundos de una mujer pintora suelen transformarse en una pasión ilimitada, ajena a todo razonamiento y susceptible a las reacciones más insólitas.

Sin embargo, es precisamente ahí donde radica el valor de las obras concretadas, sean ellas de característica utilitaria o artística. La pasión, por tanto, es una fuerza incontenible, a veces convertida en idea fija (no morbosa) dirigida a materializar las figuras oníricas o las concebidas a través del pensamiento. 

La admiración por algo que estimuló la llama del ingenio, llega a transformar lo incierto en tangible, a riesgo de mantenerse en los límites de la utopía.

De esa manera, la mente de Roxana Arias, crea sus fantasías e ilumina su inteligencia hasta dar forma a imágenes incorpóreas, situándolas en un escenario real, lugar en el que cobran vida, al sólo trazo de pinceles manejados por hábiles manos, como una certificación de los alcances del arte.

Esa utópica posibilidad concentró la atención y el talento de la artista Roxana Arias, en una manifestación de carga emocional destinada a la imagen, sin otra perspectiva que la ilusión de sentirse cerca a dos imágenes hechas sentimiento: la humana y la telúrica.

Es así como la producción pictórica de Roxana, en una serie cromática de cíclicos episodios, asoma un recorrido visual, quien se suma a las insinuaciones alucinantes imágenes para una simbología   desplegada en una pintura enriquecida por las ideas de su autora.

Así como el bullicio y el movimiento festivo motivan una meditación frente a los cuadros, el silencio y la quietud despiertan un especial razonamiento capaz de encender la llama viva de la imaginación dirigida a otro horizonte, tal vez distante a la primigenia inspiración Roxana, pues el tenue colorido de algunas imágenes nos entrega a un lienzo inmerso en la obra a ser creada. Frente al caballete de trabajo está la idea aún no materializada. Está la atmósfera del universo del arte, o sea, la realidad de la plástica y la quimera de un modelo evocado en alas de la admiración personal.

 
 

 

El razonamiento de esta artista plástica boliviana, frente a sus creaciones, lleva tres elementos fundamentales: el cuadrado como inteligencia superior, el círculo inscrito en ese cuadrado representando el Cosmos y el triángulo dentro de esa circunferencia para caracterizar al individuo.

En esa tendencia de llegar al público con imágenes del subsuelo o en la cósmica visión de un universo aún con muchas incógnitas, Roxana Hartmann traza en sus lienzos ciertas imágenes muy cercanas al examen sagaz que ella hace de la conciencia creadora del artista, habida cuenta que está presente elevar el granito y dejarlo flotando en un ambiente de misterio y abstracción, como si el trozo de roca marcara las líneas de un infinito desconocido.

La constante en su trabajo es la búsqueda o el encuentro con la cotidianidad, resignificación de palabras y la construcción a partir de conceptos realidades que pueden o no ser tangibles.

La observación, y la lectura de los actores de su cotidiano y del cotidiano de otros, dieron como resultado el trabajo de los últimos tres años.

Es desde finales del 2016 que viene investigando y deambulando en otro tema dentro del mismo universo, el concepto de la muerte y la vida, el renacer y el trascender, las relaciones fundamentalmente. Desde el arte y desde la propia existencia.

El realismo surgido de la ilusión y de la admiración, en una gama de visiones perpetuadas en cuadros, se mantendrá indeleble, como el caballete de Roxana, sobre la cual descansan la paleta, los pinceles y otros instrumentos de trabajo de la pintora. 

Características inusuales, que nos impulsa hacia la ilusión de haber logrado que el sueño sea la transfiguración de imágenes admiradas. Metamorfosis alimentada por las ideas y el fervor del trabajo, pues pertenece ella a un escenario de realidades inéditas. A veces prefiere sumarse a los sueños de artista cualquiera sea el resultado, donde repose la imposibilidad de testimoniar las fantasías.

Las hadas se sumergen afanosas moviéndose al ritmo del pincel de Cynthia Lema. Su pintura avasallada por detalles que asoman en el tratamiento del color con la maestría de la artista, anuncia una vida de fantasía orientada hacia fines trascendentales, capaces de hacer girar la paleta sobre los insospechados espacios del mágico lienzo. Una obra sin vacilación alguna qué miramos con ojos nuevos y renovados, y por un instante ya no cegados por la angustia de sobreexistir. 

La temática pone de relieve a LAS HADAS, inspirándose Cynthia, en los versos de Jorge Isaacs y su obra titulada POEMA LAS HADAS. “Soñé vagar por bosques de palmeras/ cuyos blondos plumajes, al hundir/ su disco el Sol en las lejanas sierras,/ cruzaban resplandores de rubí./ Del terso lago se tiñó de rosa/ la superficie límpida y azul,/ y a sus orillas garzas y palomas/ posábanse en los sauces y bambús. / Muda la tarde ante la noche muda/ las gasas de su manto recogió;/ del indo mar dormido en las espumas/ la luna hallóla y a sus pies el sol./ Ven conmigo a vagar bajo las selvas/ donde las Hadas templan mi laúd;/ ellas me han dicho que conmigo sueñas,/ que me harán inmortal si me amas tú”.

Cynthia Lema, se sienta en el caballete y comienza a pintar, como si fuera un rito y una costumbre o ceremonia que se repite de forma invariable de acuerdo a un conjunto de normas suyas ya establecidas. Se inspira en LAS HADAS,  que le brinda todo el espíritu para tomar el pincel y la espátula. Abre los ojos y ahí está la magia para encontrar formas, colores, texturas, y la belleza de todo su trabajo pictórico. El surrealismo abstracto es muy versátil.

La artista lo aplica por intermedio de un automatismo puro, de manera que se pierde toda representación figurativa y, en lugar de ello, ella inventa universos simbólicos propios. En su visión encuentra pequeños y grandes detalles en el espíritu fantástico de LA HADAS, que hacen la diferencia en su contemplación.

 


A través del color y la forma, se apropia y posesiona, no solo de la zona que le brinda cada cuadro y toda la temática elegida. Su fuerza creativa invade el sitio visual erigiendo una imagen estética, que aparentemente no está presente, pero existe, está afuera y forma parte indeleble de su arte. Expresa en la tela, designaciones formales acerca de su estilo. Es de destacar el intenso como fecundo periplo, donde aprecia Cynthia sentimientos y compromiso con las fantasías del agua, el fuego, el aire y la tierra más profundas que dan esencia y carácter a su identidad.

La apreciación del público se expresa en silencio. Es pura admiración. Es un reconocimiento al talento y a la imaginación instaurada al más alto nivel, pues no se convierte en epígono, sino que recoge la escuela de la perfección en la pintura y aclara el concepto, allí donde lo aparentemente confuso, se disipa con el recurso de los colores, con la preferencia en el azul.

La abstracción de Cynthia juega en la textura. La belleza de los colores en las formas graníticas invitan a mover la paleta en busca del violeta, el rojo, el amarillo y el azul; del infaltable ocre y del naranja, bajo un cielo de invierto. Pinceladas de la naturaleza de LA HADAS.


 
 

CUANDO LA VIDA IMITA

AL ARTE ES PORQUE EL

ARTE HA LOGRADO

ANUNCIAR LA VIDA

En esta oportunidad en que se celebra en todo el mundo el DÍA INTERNACIONAL DEL ARTE, promovico por la UNESCO, levanto un testimonio a una de mis grandes pasiones: mi gusto, mi fascinación por el arte pictórico. Mis paredes están ilustradas con obras de destacados pintores bolivianos y extranjeros, entre ellos el GRAN RIMSA. Elegí al azar en el índice de mi BLOGG a estas artistas de la pintura, que toman parte en esta página y quienes día a día trabajan con la espátula y el pincel apoyados en la paleta.

Felicito a cada uno de ellos, y para hacer más significativo esta conmemoración, quien cerrar esta CONTRATAPA, con un mensaje que nace del sentido explícito, medular e intrínseco, que me provoca  expresar con absoluta sensibilidad, que cuando la vida imita al arte, es porque el arte ha logradoo anunciar la vida. 

Para este homenaje, se eligió como representantes de un referente de alto nivel de la plástica a, TANIA AVILA / CINTHIA LEMA / VICTORIA RODRÍGUEZ / GRACIELA RODO-BOULANGER / MAGENTA MURILLO / ROXANA ARIAS / ROXANA HARTMANN.

Julio Ríos Calderón, nació en LA PAZ BOLIVIA, el 12 de julio de 1956. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, estudió en las universidades Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, Sucre y Universidad Católica San Pablo de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de la Jolla, en San Diego California USA. Ha sido Presidente y Director General CEO de la revista especializada en turismo GBT. Ha ganado el PREMIO INTERNACIONAL DE PERIODISMO MARRIOTT GOLDEN CIRCLE AWARD. Como periodista ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Centroamérica, Norteamérica y Europa.  Es escritor, periodista, orador y crítico de arte. Es columnista del periódico PÁGINA SIETE de la ciudad de La Paz. Sus padres fueron Mario D. Ríos Gastelú, escritor y periodista, y Elva Calderón de Ríos, profesora de lenguaje. Tiene un hijo Juan-Cristóbal Ríos, cineasta: escribio la película boliviana QUIEN MATÓ A LA LLAMITA BLANCA. Por otra parte, hizo estudios de filosofía contemporánea. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO, la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), EL ALTO PARA TODOS (2017), Historia de ALCOS (2021), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023).

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