Rebrote del Covid
POR JULIO RÍOS CALDERÓN
Página Siete, miércoles 27 de enero de 2021
Una carrera contrarreloj. Así podría describirse la movilización para vacunar a la población mundial contra el Covid - 19 y recuperar la normalidad lo más rápido posible.
Es necesario abandonar el discurso bélico y asumir las causas ambientales de la pandemia, junto con las sanitarias, y colocarlas también en la agenda política. Esto nos ayudaría a prepararnos positivamente para responder al gran desafío de la humanidad, la crisis climática, y a pensar en un gran pacto ecosocial y económico.
Hoy son inevitables el barbijo y el celular. El primero defiende nuestra salud. El segundo, se ha vuelto el espacio de nuestra fuente de trabajo; una oficina ambulante, un aparato que se vuelve carne y parte de nuestro organismo.
Pero, el rebrote del Covid – 19, sin vacilación ha provocado más muertes, ha hecho escarnio del sufrimiento, ha enceguecido a la población que, de manera inocente o también irresponsable, buscó la parca en el festejo privado del Año Nuevo, un 31 de diciembre que esperaba el 2021, tal vez con abrazos, entusiasmo, baile, deseos, pero que fueron la antesala al aciago traslado de un ataúd.
Estamos en guerra, y si no nos cuidamos, nadie nos cuidará. Sin duda, hubo una suerte de receso del virus, relativo receso; empero no significa que el Covid – 19, haya desaparecido. Y cómo se anunció, de parte de competencias vinculadas ampliamente con la pandemia, se puso de relieve un terrible rebrote futuro, en el que ahora muchas víctimas fallecieron.
Hoy otra vez colapsaron las clínicas, hospitales y nosocomios. Los médicos están desesperados y es sensible entreverar que su trabajo contempla una posición suicida. Trabajan con enfermos contagiados, y el área en el que se desenvuelven está avasallada por la facilidad de contagiarse. El Colegio Médico de Bolivia, por intermedio de su presidente anunció medidas de presión, si acaso el gobierno no considera decretar una cuarentena rígida de por lo menos 15 días.
Es comprensible el criterio médico, más es preocupante la cantidad de médicos que fallecen. No obstante, estas circunstancias, valdría la pena analizar la posibilidad de medidas de control, como ser distanciamiento en los medios de transporte, especialmente minibuses; salidas de acuerdo al número de carnet identidad, horas establecidas para dar por finalizada la circulación.
Una cuarentena rígida, esta vez sería un rebrote a dejar la economía de miles de ciudadanos más mermada que antes. Mucha gente perdió su empleo, muchas empresas se cerraron, muchos bolivianos ahora se debaten en la desgracia que supone no contar con circulante, y al contario tener pendientes préstamos que fueron solicitados para sobrevivir.
Una cuarentena rígida provocaría una incalculable ola de pérdidas sobre todo en la población de bajos recursos que hoy, no cuenta con ellos. Se expresa que es preferible “morir con la infección del Covid, a que morir de hambre”.
El Presidente del Estado, Arce Catacora en su último discurso en oportunidad de celebrarse el “Día del Estado Plurinacional”, sólo ratificó su inevitable sentimiento de odio y reiteradas acusaciones al Gobierno transito de la ex – Presidenta Jeanine Añez, de ser la causante de la actual situación económica y de salud. No advierte que su mirada a la paja ajena, tiene encima una viga. Se olvidan del fraude, se olvidan de los 14 años de despilfarro. Habla de “aguantar”. No deja de ser simplista esta manifestación, aunque haya anunciado que a fines de mes (estamos en plena aurora) se ponga de relieve la tan ansiada vacunación.
Muchos temores rematan en el Poder Ejecutivo, por su afán de persuadir, Pero el filo del cuchillo retórico concluye en no hacer lo que se anunció y al contrario persistir en no dar soluciones. Si no hay una urgente medida de control equilibrado, el rebrote puede llegar a niveles insospechados, capaces de ocasionar más pérdidas de vida, más luto y más desesperación.