ARTISTAS PLÁSTICOS EN TIEMPOS DE
LA
COVID – 19
GRACIELA PINTA A
MOZART
LA CONSAGRADA ARTISTA PLÁSTICA
GRACIELA RODO BOULANGER
SE RECUERDAN 265 AÑOS DEL
NACIMIENTO DE WOLFGAN
Hace 265 años nacía el compositor
y pianista austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, conocido principalmente por su
prodigioso y temprano talento para la música y por
la composición de más de 600 obras en 35 años de vida, algunas
tan extraordinarias que hoy le reconocen indiscutiblemente como uno de los
músicos más importantes de la historia.
A la edad de 17 años le
pidieron la música para un drama heroico “Thamos, Rey de Egipto”, lo que
anticipó una de sus obras 20 años después “La Flauta Mágica”.
A su corta edad destacaba por su
grado de compromiso y por sus postulados e ideas las que eran
influenciadas por la Revolución Francesa. Actúo en consciencia
comprometiéndose con la sociedad de la época, así se fue proyectando como el
compositor y músico más sobresaliente de la época, con espíritu creativo,
fraterno y quien deja entre sus tantos legados la Cantata No. 623. Con
sus creaciones fue enriqueciendo reuniones y ceremonias con la música que
compuso para ellas.
Esta circunstancia, inspiro a la
consagrada artista plástica, Graciela Rodo Boulanger, pintar rostros e
instrumento de Wolfgang Amadeus Mozart, el caso más portentoso de genialidad
musical en la historia del arte sonoro.
Entre
la belleza de la luz y el enigma de la sombra, surgen las ideas que dan paso a
la creatividad del arte en tres expresiones aleatorias: Música, Pintura,
Literatura.
Muy joven reveló sus aptitudes orientadas a la música y la pintura, determinando estudios en el arte sonoro, como conciertista de piano, actividad semejante a los primeros trazos plásticos dirigidos al esplendor de creaciones cromáticas, inquietudes apoyadas en textos literarios. Tres artes, referencia de un intelecto donde Graciela acierta con las bases de un estilo, cuyo empleo de acordes se aplican entre los sonidos musicales y las pinceladas silenciosas.
Rodo pintó un esbozo de “La flauta mágica”; color, sombra y sonido en una obra pictórica reconocida internacionalmente, en la que “Papageno” danza al compás de ese instrumento con sonidos placenteros que alegran la vida.
El aspecto físico de Mozart asoma en el pincel de Graciela, un pequeño hombre notable, muy delgado y pálido, con una prominente melena de cabellos claros. La imagen en el lienzo revela de alguna forma que Mozart fue muy vanidoso.
Se lo entrevera pequeñ,o y su semblante, excepto sus ojos grandes e intensos, no muestra ningún signo de su genio. Graciela ignora su tez facial que estaba picada a consecuencia de una secuela de la viruela que sufrió en su niñez.
Rodo da cuenta en su estilo de cote naive, que gustaba de la ropa elegante. Lo apreciamos en otro de los lienzos de la siguiente forma: Está sobre el escenario con su pelliza carmesí y su bicornio con encajes de oro, dando el tempo de la música a la orquesta. Mozart era un tenor, bastante suave en la oratoria y delicado en el canto, pero cuando algo lo excitaba, o era necesario esforzarse, era tan poderoso como enérgico.
Por lo general Mozart trabajaba durante mucho tiempo (Rodo los pinta así) y con
energía, terminando composiciones a un gran ritmo debido a los ajustados
plazos.
Mozart vivió en el centro del mundo musical vienés y conocía a un gran número y variedad de gente: compañeros músicos, intérpretes teatrales, amigos que como él se habían mudado desde Salzburgo y muchos aristócratas, incluyendo algún conocido del emperador José II.
Solomon considera que sus tres amigos más cercanos pudieron haber sido Gottfried Janequin, el conde August Hatzfeld y Sigmund Barisani. Muchos otros incluyeron entre sus amistades a su viejo colega Joseph Haydn, los cantantes Franz Xaver Gerl y Benedikt Schack y el trompista Joseph Leutgeb. Leutgeb y Mozart mantuvieron un curioso tipo de burlas amistosas, a menudo con Leutgeb siendo el objeto de las bromas pesadas de Mozart.
Disfrutaba jugando al billar y el baile y tenía varios animales domésticos: un
canario, un estornino, un perro y también un caballo para equitación lúdica.
En particular en su juventud, Mozart tenía una asombrosa inclinación hacia el humor escatológico (no tan insólito en su tiempo), que se aprecia en muchas de sus cartas que han sobrevivido, especialmente aquellas escritas a su prima Maria Anna Thekla Mozart alrededor de 1777-1778, pero también en su correspondencia con su hermana Nannerl y sus padres.
Julio Ríos
Mozart no vive tiempos fáciles.
Los constantes problemas económicos, tristeza por el mal estado de salud de su
esposa Constanze y la falta de reconocimiento le hacen decaer física y
anímicamente. Por entonces, Mozart, a falta de encargos oficiales, componía
frecuentemente para amigos y conocidos que le pagaban muy poco o nada. La
situación se hacía cada día más desesperanzadora. En ese momento apareció su
viejo amigo, el actor y poeta Emanuel Schikaneder. Él estaba buscando una nueva
pieza y sabía perfectamente lo que el público quiere: ¡una pieza encantadora de
moda en Viena!
Los dos se ponen manos a la obra:
Schikaneder escribe el libreto y Mozart compone. Con “La flauta mágica” se creó
una de las óperas más conocidas y, hasta hoy, más representadas del mundo.
Todavía hoy en día el público se deja embaucar por este mundo místico y
maravilloso en el que el humor es una constante ¡típico de Mozart!
¡Papapapapapageno!
Pamina, la hija de la reina de la
noche, fue secuestrada por el príncipe Sarastro, el administrador del rey del
sol. El bello príncipe Tamino debe de liberarla. Pero no será una tarea fácil.
Una serpiente gigante le persigue y él se desmaya. Cuando recobra la conciencia
ve que la serpiente está muerta y aparece el cazador de pájaros Papageno.
Tamino supone que Papageno ha matado a la serpiente y este no lo niega. Tres
damas le hacen entrega a Tamino de una imagen de Pamina, él al verla se enamora
en el acto de ella y le jura a la reina de la noche que la liberará del reino
de Sarastro. Papageno deberá acompañarle. Los dos reciben una flauta que amansa
a los animales salvajes y también un carrillón para protegerse y se ponen en
camino hacia el castillo de Sarastro.
Sarastro aclara que él ha
secuestrado a Pamina solamente para protegerla de la que considera malvada
reina de la noche. Tamino y Pamina están destinados el uno para el otro.
Sarastro quiere que Tamino sea ordenado como sacerdote del templo de la
sabiduría, pero antes de eso tendrán que superar toda clase de pruebas.
Finalmente atraviesan corriendo “las puertas del horror”, tienen que superar el
fuego y el agua y son acogidos en el círculo de los “iniciados”.
También Papageno encuentra la suerte en el amor, el es llevado con Papagena y
los dos serán una pareja de amantes. ¿Y la reina de la noche? Ella fue
aniquilada cuando intentaba destruir el templo de Sarastro. “Los rayos del sol
expulsan a la noche.” “La flauta mágica” de Mozart se presenta, vista
superficialmente, como una ópera vienesa típica, encantadora y cómica, pero
esta obra representa mucho más.
Con la victoria de lo bueno sobre
lo malo, las serias escenas de coros de sacerdotes que recuerdan a las
reuniones de los masones, y con una escenificación inusual para el público de
aquellos tiempos, “La flauta mágica” de Mozart contiene mucho del pensamiento
humanista. La clara elevación de este género con ideales humanista-masónicos en
un principio no fue muy bien recibida por los ciudadanos sencillos de Viena, y,
por lo tanto, el éxito de la obra al principio fue muy modesto. La reservada
acogida de la obra dio paso a un éxito que crecía constantemente. Fue evidente
que esta ópera de Mozart también necesitó su tiempo para poder ser
completamente apreciada en su abundancia temática y en su profundidad.
Wolfgang Amadeus Mozart vive todo esto ya resignado. Nuevamente sus
contemporáneos son incapaces de considerar y valorar su genialidad. Sus fuerzas
vitales están ya muy deterioradas, él está derrumbado y siente que “pronto será
excluido de la música”.
En medio de los trabajos de composición de “La flauta mágica” se presentaron
otros dos nuevos encargos que Mozart aceptó. Para un cliente desconocido debe
componer un réquiem y una ópera con motivo de la boda de Leopold II en Praga:
“La clemencia de Tito”.
Julio Ríos, escritor, periodista y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor privado y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO y la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera y segunda edición 2008 y 2017. EL ALTO PARA TODOS (2017), es su última publicación relacionada con información cultural y turística de la ciudad boliviana. Ha escrito desde 1975 hasta la fecha más de 15 mil artículos, entre editoriales, entrevistas, análisis políticos, crítica de arte, filosofía, literatura y música. Es columnista del periódico Página Siete de La Paz, Bolivia y crítico de arte. Ha ganado premios como periodista, y ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. Dirige la publicación "Artistas en el pincel", dedicada a pintores contemporáneos del mundo. Escribe comentarios sobre cine en su Blog que se publican en su cuenta de Twitter. Su hijo Juan-Cristóbal Ríos Violand, es cineasta y guionista de las películas: Quien mató a la llamita blanca, Norte Estrecho junto a Omar Villarroel, y la Virginia de los bolivianos.