sábado, 30 de enero de 2021


 ARTISTAS PLÁSTICOS EN TIEMPOS DE

LA COVID – 19

GRACIELA PINTA A

MOZART

LA CONSAGRADA ARTISTA PLÁSTICA

GRACIELA RODO BOULANGER

SE RECUERDAN 265 AÑOS DEL

NACIMIENTO DE WOLFGAN

Hace 265 años nacía el compositor y pianista austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, conocido principalmente por su prodigioso y temprano talento para la música y por la composición de más de 600 obras en 35 años de vida, algunas tan extraordinarias que hoy le reconocen indiscutiblemente como uno de los músicos más importantes de la historia.

 A la edad de 17 años le pidieron la música para un drama heroico “Thamos, Rey de Egipto”, lo que anticipó una de sus obras 20 años después “La Flauta Mágica”.

A su corta edad destacaba por su grado de compromiso y por sus postulados e ideas las que eran influenciadas por la Revolución Francesa. Actúo en consciencia comprometiéndose con la sociedad de la época, así se fue proyectando como el compositor y músico más sobresaliente de la época, con espíritu creativo, fraterno y quien deja entre sus tantos  legados la Cantata No. 623. Con sus creaciones fue enriqueciendo reuniones y ceremonias con la música que compuso para ellas.

Esta circunstancia, inspiro a la consagrada artista plástica, Graciela Rodo Boulanger, pintar rostros e instrumento de Wolfgang Amadeus Mozart, el caso más portentoso de genialidad musical en la historia del arte sonoro.

Entre la belleza de la luz y el enigma de la sombra, surgen las ideas que dan paso a la creatividad del arte en tres expresiones aleatorias: Música, Pintura, Literatura.  

Muy joven reveló sus aptitudes orientadas a la música y la pintura, determinando estudios en el arte sonoro, como conciertista de piano, actividad semejante a los primeros trazos plásticos dirigidos al esplendor de creaciones cromáticas, inquietudes apoyadas en textos literarios. Tres artes, referencia de un intelecto donde Graciela acierta con las bases de un estilo, cuyo empleo de  acordes se aplican entre los sonidos musicales y las pinceladas silenciosas.

Rodo pintó un esbozo de “La flauta mágica”; color, sombra y sonido en una obra pictórica reconocida internacionalmente, en la que “Papageno” danza al compás de ese instrumento con sonidos placenteros que alegran la vida.

El aspecto físico de Mozart asoma en el pincel de Graciela, un pequeño hombre notable, muy delgado y pálido, con una prominente melena de cabellos claros. La imagen en el lienzo revela de alguna forma que Mozart fue muy vanidoso.

Se lo entrevera pequeñ,o y su semblante, excepto sus ojos grandes e intensos, no muestra ningún signo de su genio. Graciela ignora su tez facial que estaba picada a consecuencia de una secuela de la viruela que sufrió en su niñez.

Rodo da cuenta en su estilo de cote naive, que gustaba de la ropa elegante. Lo apreciamos en otro de los lienzos de la siguiente forma: Está sobre el escenario con su pelliza carmesí y su bicornio con encajes de oro, dando el tempo de la música a la orquesta. Mozart era un tenor, bastante suave en la oratoria y delicado en el canto, pero cuando algo lo excitaba, o era necesario esforzarse, era tan poderoso como enérgico.

Por lo general Mozart trabajaba durante mucho tiempo (Rodo los pinta así) y con energía, terminando composiciones a un gran ritmo debido a los ajustados plazos.


Mozart vivió en el centro del mundo musical vienés y conocía a un gran número y variedad de gente: compañeros músicos, intérpretes teatrales, amigos que como él se habían mudado desde Salzburgo y muchos aristócratas, incluyendo algún conocido del emperador José II.

Solomon considera que sus tres amigos más cercanos pudieron haber sido Gottfried Janequin, el conde August Hatzfeld y Sigmund Barisani. Muchos otros incluyeron entre sus amistades a su viejo colega Joseph Haydn, los cantantes Franz Xaver Gerl y Benedikt Schack y el trompista Joseph Leutgeb. Leutgeb y Mozart mantuvieron un curioso tipo de burlas amistosas, a menudo con Leutgeb siendo el objeto de las bromas pesadas de Mozart.

Disfrutaba jugando al billar y el baile y tenía varios animales domésticos: un canario, un estornino, un perro y también un caballo para equitación lúdica.

En particular en su juventud, Mozart tenía una asombrosa inclinación hacia el humor escatológico (no tan insólito en su tiempo), que se aprecia en muchas de sus cartas que han sobrevivido, especialmente aquellas escritas a su prima Maria Anna Thekla Mozart alrededor de 1777-1778, pero también en su correspondencia con su hermana Nannerl y sus padres.

Julio Ríos

Mozart no vive tiempos fáciles. Los constantes problemas económicos, tristeza por el mal estado de salud de su esposa Constanze y la falta de reconocimiento le hacen decaer física y anímicamente. Por entonces, Mozart, a falta de encargos oficiales, componía frecuentemente para amigos y conocidos que le pagaban muy poco o nada. La situación se hacía cada día más desesperanzadora. En ese momento apareció su viejo amigo, el actor y poeta Emanuel Schikaneder. Él estaba buscando una nueva pieza y sabía perfectamente lo que el público quiere: ¡una pieza encantadora de moda en Viena!

Los dos se ponen manos a la obra: Schikaneder escribe el libreto y Mozart compone. Con “La flauta mágica” se creó una de las óperas más conocidas y, hasta hoy, más representadas del mundo. Todavía hoy en día el público se deja embaucar por este mundo místico y maravilloso en el que el humor es una constante ¡típico de Mozart!

¡Papapapapapageno!


Pamina, la hija de la reina de la noche, fue secuestrada por el príncipe Sarastro, el administrador del rey del sol. El bello príncipe Tamino debe de liberarla. Pero no será una tarea fácil. Una serpiente gigante le persigue y él se desmaya. Cuando recobra la conciencia ve que la serpiente está muerta y aparece el cazador de pájaros Papageno. Tamino supone que Papageno ha matado a la serpiente y este no lo niega. Tres damas le hacen entrega a Tamino de una imagen de Pamina, él al verla se enamora en el acto de ella y le jura a la reina de la noche que la liberará del reino de Sarastro. Papageno deberá acompañarle. Los dos reciben una flauta que amansa a los animales salvajes y también un carrillón para protegerse y se ponen en camino hacia el castillo de Sarastro.

Sarastro aclara que él ha secuestrado a Pamina solamente para protegerla de la que considera malvada reina de la noche. Tamino y Pamina están destinados el uno para el otro. Sarastro quiere que Tamino sea ordenado como sacerdote del templo de la sabiduría, pero antes de eso tendrán que superar toda clase de pruebas. Finalmente atraviesan corriendo “las puertas del horror”, tienen que superar el fuego y el agua y son acogidos en el círculo de los “iniciados”.

También Papageno encuentra la suerte en el amor, el es llevado con Papagena y los dos serán una pareja de amantes. ¿Y la reina de la noche? Ella fue aniquilada cuando intentaba destruir el templo de Sarastro. “Los rayos del sol expulsan a la noche.” “La flauta mágica” de Mozart se presenta, vista superficialmente, como una ópera vienesa típica, encantadora y cómica, pero esta obra representa mucho más.

Con la victoria de lo bueno sobre lo malo, las serias escenas de coros de sacerdotes que recuerdan a las reuniones de los masones, y con una escenificación inusual para el público de aquellos tiempos, “La flauta mágica” de Mozart contiene mucho del pensamiento humanista. La clara elevación de este género con ideales humanista-masónicos en un principio no fue muy bien recibida por los ciudadanos sencillos de Viena, y, por lo tanto, el éxito de la obra al principio fue muy modesto. La reservada acogida de la obra dio paso a un éxito que crecía constantemente. Fue evidente que esta ópera de Mozart también necesitó su tiempo para poder ser completamente apreciada en su abundancia temática y en su profundidad.


Wolfgang Amadeus Mozart vive todo esto ya resignado. Nuevamente sus contemporáneos son incapaces de considerar y valorar su genialidad. Sus fuerzas vitales están ya muy deterioradas, él está derrumbado y siente que “pronto será excluido de la música”.

En medio de los trabajos de composición de “La flauta mágica” se presentaron otros dos nuevos encargos que Mozart aceptó. Para un cliente desconocido debe componer un réquiem y una ópera con motivo de la boda de Leopold II en Praga: “La clemencia de Tito”.



 

A CERCA DEL AUTOR

Julio Ríos, escritor, periodista y crítico de arte, en la actualidad se desempeña como consultor privado y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO y la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera y segunda edición 2008 y 2017. EL ALTO PARA TODOS (2017), es su última publicación relacionada con información cultural y turística de la ciudad boliviana. Ha escrito desde 1975 hasta la fecha más de 15 mil artículos, entre editoriales, entrevistas, análisis políticos, crítica de arte, filosofía, literatura y música. Es columnista del periódico Página Siete de La Paz, Bolivia y crítico de arte. Ha ganado premios como periodista, y ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. Dirige la publicación "Artistas en el pincel", dedicada a pintores contemporáneos del mundo. Escribe comentarios sobre cine en su Blog que se publican en su cuenta de Twitter. Su hijo Juan-Cristóbal Ríos Violand, es cineasta y guionista de las películas: Quien mató a la llamita blanca, Norte Estrecho junto a Omar Villarroel, y la Virginia de los bolivianos.