sábado, 30 de enero de 2021

LA OBRA DE Roxana Hartmann / ARTISTA PLÁSTICO



 ARTISTAS PLÁSTICOS EN TIEMPOS DE

LA COVID – 19 

 La obra de

ROXANA HARTAMANN

En ánfora imaginaria puede depositase el sufragio que avala exitosa la trayectoria de Roxana Hartmann. Se trata de una joven y bella artista entregada a la plástica que asoma desde su niñez.

Sin vacilación lleva un intangible certificado de excepcional, por la prolija trayectoria puesta de relieve hoy en día. Pintura contestaría, pero arte auténtico, producto de la fuerza de su inspiración. Pintura sobre letras, sobre mensajes. Pintura que asoma erotismo en trazos que pintan piel desnuda; que revelan la belleza interna de la mujer y la libertad.

Roxana mira con ojos nuevos, renovados y revolucionarios, lo que los demás miramos con vista atufada o sobre segada por la angustia de sobre existir. CASA TOMADA fue la referencia para interesarme del trabajo de tan destacada artista. CASA TOMADA, me recuerda la amistad a la distancia con el escritor Julio Cortázar. CASA TOMDADA, me trae a la memoria la casa de la abuela en Cochabamba donde vivió mi hijo Juan-Cristóbal.

Es un voto de confianza hacia un arte lozano; el color invita a un repaso cromático rociado de imágenes insinuantes, de figuras proyectadas con un sentido no siempre estético propio de los artistas que retienen en la mente esa policromía fascinante de la naturaleza, de la circunstancia, del detalle, mientras el dibujo confirma que la sombra del hombre contorneada en una pared, fue la primera pintura que existió en la humanidad.

Una ligera consideración del arte plasmado en el lienzo de Roxana, motiva advertir la presencia de sombras chinescas, siluetas en movimiento, motivadas por la habilidad de esta artista al amparo de la luz y la penumbra. Pintura a la caricatura. Maestría para hacer de un garabato, una obra de arte.

Ahí está la veta, si se puede llamar así, del éxito que Roxana Hartmann logra con el color y mucho con la línea, pues ella está arraigada en el dibujo, esencia de todas sus creaciones.

Aparece una independencia entre la artista y el entorno en el que pinta. Hay un lazo de unión entre la sensación física y el pensamiento. Bajo ese rumbo su técnica se maneja sola, aunque surgen otras impresiones que complementan su obra y que es el resultado del examen sagaz de la conciencia creadora de la artista.




 

In an imaginary amphora can be deposited the suffrage that endorses the successful trajectory of Roxana Hartmann. She is a young and beautiful artist devoted to the plastic arts since her childhood.

Without hesitation, she carries an intangible certificate of exceptional, for the neat trajectory highlighted today. Painting would contest, but authentic art, product of the force of her inspiration. Painting on letters, on messages. Painting that shows eroticism in strokes that paint naked skin; that reveal the inner beauty of women and freedom.

Roxana looks with new, renewed and revolutionary eyes, what the rest of us look at with an atrophied view or over mowed by the anguish of over existing. CASA TOMADA was the reference to interest me in the work of such an outstanding artist. CASA TOMADA reminds me of my long distance friendship with the writer Julio Cortázar. CASA TOMDADA, brings to my memory my grandmother's house in Cochabamba where my son Juan Cristobal lived.

It is a vote of confidence towards a fresh art; the color invites to a chromatic review sprinkled of insinuating images, of figures projected with a sense not always aesthetic proper of the artists that retain in the mind that fascinating polychrome of the nature, of the circumstance, of the detail, while the drawing confirms that the shadow of the man outlined in a wall, was the first painting that existed in the humanity.

A slight consideration of the art captured in Roxana's canvas, motivates to notice the presence of Chinese shadows, silhouettes in movement, motivated by the ability of this artist under the protection of light and darkness. Caricature painting. Mastery to turn a doodle into a work of art.

Therein lies the vein, if it can be called that way, of the success that Roxana Hartmann achieves with color and much with the line, because she is rooted in drawing, the essence of all her creations.

There appears an independence between the artist and the environment in which she paints. There is a link between physical sensation and thought. Under this direction, her technique manages itself, although other impressions emerge that complement her work and that is the result of the shrewd examination of the artist's creative conscience.


 

Por Julio Ríos

A través de una camisa a cuadros muy escotada sin brasier con el torso del cuerpo desnudo por debajo la atractiva prenda

Roxana Hartmann, se deja llevar por la sensibilidad que se refleja en su arte desde el principio hasta el fin. La obra terminada aparece adornada de elementos espontáneos. Detalles elaborados, pinceladas rociadas de expresión y revestidas de signos y símbolos que destacan la temática plasmada en el lienzo, identifican el arte de esta joven artista.

El repaso a sus obras nos ubica en el centro filosófico de la concepción artística. Ella expresa en el acabado de cada cuadro, que el pincel y la espátula se rigen a sus cinco sentidos.

Arte, sin vacilación que protesta, que impone, que libera, que hace del lienzo la plataforma para que una imagen hable, grite, sea escuchada. Invertir las letras en la pintura le confieren a Roxana abrir espacio para la persuación, para imaginar su mensaje de amor, de reveldía, de existencia. Un estilo en el que coexiste de manara armoniosa el dibujo en plano original con la pintura en plano acabado.

No tiene un punto de partida ni meta donde llegar. Junto a esas manos suyas que trazan con prolijidad la imagen del lienzo, el logro se redondea en una imagen que despierta el gozoso admirar de los ojos de quienes observan, las ideas, los trazos y las expresiones. Vista, sin duda que se muestra cautivadoa, cuando no embelesada.

En Roxana Hartmann –la artista ilustra esta crónica a través de una camisa a cuadro muy escotada sin sujetador, con el torso del cuerpo a pura piel, usándola con la mitad de su presencia desnuda por debajo– conviven la presencia de una mujer elegante y una pintura que gana el lienzo con la fuerza creativa de su pincel. Ojos penetrantes, rostro bien parecido, y un carácter para su obra siempre orientado hacia fines trascendentales, capaces de hacer girar sus ruedas sobre las insospechadas avenidas del arte pictórico.

En toda su carrera artística, el método es el mismo, sólo que antes se advertían más principios teóricos, como cuando estaba en la tendencia figurativa. Hoy Roxana se ubica en la realidad.

Al observar su obra en mirada retrospectiva, hay una constante fácil de comprender. Un color tomará forma con la misma intensidad de sus primeras pinturas; no queda exento del paso el ingenio personal de Roxana para consolidar el propósito de la obra emprendida.

En todos sus cuadros, el color le da el soplo de la vida a la figura aparecida. Al observar detenidamente cada uno de sus cuadros, e imaginando cada exposición, concluimos en mirar una galería recreada, donde la artista sólo recepciona la comunicación de los asistentes.

También alerta a los sentidos, crea una imagen en el pensamiento, porque esta artista piensa mientras pinta. No se trata de ver trazos de bocetos previos. No. Hay secuencia de ideas fijas. En Roxana se aviva el ingenio y ella hace posible la concepción de sus obras.

De lo que se trata, es de una combinación entre el consciente y el subconsciente que ella amalgama, como una cadena artística a la que permite surgir los nuevos caminos del arte. Un pincel que fluye. Una espátula que asiste. Ninguno de sus instrumentos se impone.

En la calidad de sus trabajos, también hay formas que acompañan desde los días primigenios. Todo el proceso marca, entonces un hito en la pintura contemporánea de Bolivia, merced a la seriedad y la espontaneidad de su labor plástica en que entran en juego su inspiración, su talento, su fuerza y su belleza.

By Julio Ríos

Through a very low-cut checked shirt without a bra with the torso of the naked body underneath the attractive garment

Roxana Hartmann, lets herself be carried away by the sensitivity that is reflected in her art from beginning to end. The finished work appears adorned with spontaneous elements. Elaborate details, brushstrokes sprinkled with expression and covered with signs and symbols that highlight the theme captured on the canvas, identify the art of this young artist.

A review of her works places us in the philosophical center of artistic conception. She expresses in the finish of each painting that the brush and the spatula are governed by her five senses.

Art, without hesitation that protests, that imposes, that liberates, that makes the canvas the platform for an image to speak, shout, be heard. Inverting the letters in the painting gives Roxana a space for persuasion, to imagine her message of love, of rebellion, of existence. A style in which the drawing on the original plane coexists harmoniously with the painting on the finished plane.

There is no starting point or goal to reach. Together with those hands of hers that trace the image on the canvas with care, the achievement is rounded off in an image that awakens the joyful admiration of the eyes of those who observe the ideas, the strokes and the expressions. Seen, without a doubt, she is captivated, if not enraptured. 

In Roxana Hartmann –the artist illustrates this chronicle through a very low-cut checked shirt without a bra, with the torso of her body bare skin, wearing it with half of her naked presence underneath– the presence of an elegant woman and a painting that conquers the canvas with the creative force of her brush coexist. Penetrating eyes, a good-looking face, and a character for her work always oriented towards transcendental ends, capable of turning its wheels on the unsuspected avenues of pictorial art.

Throughout her artistic career, the method is the same, only that before there were more theoretical principles, as when she was in the figurative trend. Today Roxana is located in reality.

Looking back at her work, there is a constant that is easy to understand. A color will take shape with the same intensity as her first paintings; Roxana's personal ingenuity is not exempt from the step to consolidate the purpose of the work undertaken.

In all her paintings, color gives the breath of life to the figure that appears. When carefully observing each of her paintings, and imagining each exhibition, we end up looking at a recreated gallery, where the artist only receives the communication of the attendees.

She also alerts the senses, creates an image in the mind, because this artist thinks while she paints. It is not about seeing traces of previous sketches. No. There is a sequence of fixed ideas. In Roxana's ingenuity is revived and she makes the conception of her works possible.

It is a combination of the conscious and the subconscious that she amalgamates, like an artistic chain that allows new paths of art to emerge. A brush that flows. A spatula that assists. None of her instruments imposes itself.

In the quality of her works, there are also forms that accompany her from the earliest days. The whole process marks, then, a milestone in contemporary Bolivian painting, thanks to the seriousness and spontaneity of her plastic work in which her inspiration, her talent, her strength and her beauty come into play.

 

 














Julio Ríos Calderón, nació en LA PAZ BOLIVIA, el 12 de julio de 1956. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, estudió en las universidades Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, Sucre y Universidad Católica San Pablo de La Paz. Hizo un diplomado en investigación periodística en la Universidad de la Jolla, en San Diego California USA. Ha sido Presidente y Director General CEO de la revista especializada en turismo GBT. Ha ganado el PREMIO INTERNACIONAL DE PERIODISMO MARRIOTT GOLDEN CIRCLE AWARD. Como periodista ha visitado 50 ciudades en Latinoamérica, Centroamérica, Norteamérica y Europa.  Es escritor, periodista, orador y crítico de arte. Es columnista del periódico PÁGINA SIETE de la ciudad de La Paz. Ha escrito en diferentes medios de comunicación más de 20 mil crónicas, entre entrevistas y críticas de arte.  Sus padres fueron Mario D. Ríos Gastelú, escritor y periodista, y Elva Calderón de Ríos, profesora de lenguaje. Tiene un hijo Juan-Cristóbal Ríos, cineasta: escribió la película boliviana QUIEN MATÓ A LA LLAMITA BLANCA. Por otra parte, hizo estudios de filosofía contemporánea. En la actualidad se desempeña como consultor y asesor en proyectos de redacción. Ha escrito los libros DIECIOCHO CRÓNICAS Y UN RELATO (1986), la novela LA TRIADA DE LA MOSCA (Primera Edición 2008 y Segunda Edición 2016), EL ALTO PARA TODOS (2017), LA GENERACIÓN NINI en co-autoría con Alberto Liendo Romero (2023), UNA HISTORIA PARA CONTAR (2024.)

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